Consenso de Buenos Aires de las organizaciones de la Sociedad Civil
19/11/2003
- Opinión
Declaración del Seminario Internacional sobre la Participación de
las organizaciones de la Sociedad Civil en Mercosur y en las
negociaciones comerciales.
30 y 31 de octubre - Buenos Aires, ARGENTINA
1) Las organizaciones sociales reunidas en el seminario
internacional "La Participación de la Sociedad Civil en MERCOSUR y
en las Negociaciones Comerciales", realizado en Buenos Aires el 30
y 31 de octubre, al dar cuenta de sus experiencias, destacaron la
creciente incorporación de la problemática de las negociaciones
comerciales en las agendas de trabajo de las organizaciones
populares de los distintos países de la región. Este interés se
traduce en la búsqueda de una mayor participación y protagonismo en
esas negociaciones para incorporar en sus orientaciones y
contenidos, la afirmación y defensa de los derechos y garantías
ciudadanos proclamados por las Naciones Unidas, como condición
necesaria para legitimar socialmente los acuerdos que se adopten.
2) La afirmación del protagonismo de las organizaciones sociales es
particularmente importante en el actual escenario internacional,
signado por las graves tensiones que provoca el unilateralismo
político militar impuesto por Estados Unidos y que encuentra su
máxima expresión en la prepotente ruptura de la legalidad del
Sistema de Naciones Unidas para perpetrar la invasión de Irak,
repudiada por la mayoría de la opinión pública mundial.
3) Después del largo período caracterizado por la aplicación
sistemática de las políticas orientadas por el "pensamiento
único", destinadas a imponer el modelo de globalización de las
grandes corporaciones internacionales, principalmente
norteamericanas, la creciente resistencia de los pueblos para
frenar y poner límites a las sociedades de mercado promovidas por
esas políticas, sumados a los conflictos en los centros de poder
internacional, hacen posible suponer una efectiva crisis en la
administración del modelo que puede convertirse en una crisis del
sistema de poder establecido.
4) La desaceleración del crecimiento del comercio mundial que en el
2002 creció un moderado 2%, después de la contracción del 2001, las
serias dificultades de la economía norteamericana para actuar como
locomotora de la economía internacional por efectos de los
desequilibrios y excesos creados por el auge especulativo de los
noventa y el grave endeudamiento público y privado, están dando
lugar a un período de crecimiento inestable y lento, con repuntes y
caídas ocasionales, justamente en momentos que el crecimiento
inusitado del déficit público y las graves dificultades del mercado
laboral, acompañan la perdida acelerada del consenso de la opinión
pública interna con la aventura bélica de Irak. Todos estos son
factores que permiten imaginar una acentuación aún más marcada
del discurso bélico de la administración norteamericana para
imponer el clima guerrero necesario para justificar el uso de los
recursos del gasto público y paliar la generalización del
descontento de la población con la situación de la economía.
5) En simultaneidad con las dificultades de la economía
norteamericana y del recelo de los inversores árabes y europeos para
colocar sus capitales en ese país, se está produciendo un
desplazamiento de éstos hacia India y China, países que por primera
vez se convierten en los principales receptores del capital mientras
que, como fenómeno inverso, en la región de América Latina se ha
producido un retiro de capitales desde la segunda mitad de la última
década, que termina sin crecimiento en el continente.
6) Contrariamente a lo esperado por muchos, las privatizaciones y la
llegada masiva de inversiones extranjeras procedentes de Estados
Unidos y Europa en la primera mitad de los 90, no produjeron
beneficios, así como tampoco las exportaciones provenientes de los
países de las Américas.
En el mundo laboral no se ha cumplido la máxima del pleno empleo,
por el contrario se percibe una clara tendencia a la
informalización del empleo, al mantenimiento de altas tasas de
desocupación abierta y al incremento del empleo precario. En ese
aspecto la crisis argentina, que ha sumido a más de la mitad de la
población en condiciones de pobreza e indigencia, con su carga de
dolor y sufrimiento para la población afectada por esos procesos, es
una demostración cabal de los efectos socialmente desastrosos del
modelo de crecimiento impuesto por el FMI y los organismos
multilaterales de financiamiento durante los noventa.
7) Otra tendencia que cuestiona la unipolaridad de Estados Unidos en
el escenario del Cono Sur y la Región Andina es el nuevo
asociacionismo entre Brasil y Argentina, que marca una opción por
la integración subregional. En ese marco, vemos con expectativa
favorable el "Consenso de Buenos Aires" suscrito por los gobiernos
de Brasil y Argentina como una ratificación del derecho al
desarrollo de los países, al igual que la aparición del G22, si
bien éste representa una articulación más amplia que la regional,
alcanzando a otros países en desarrollo, o 'estados intervenidos'.
Del mismo modo que anteriormente en Ecuador, las movilizaciones de
Bolivia dan cuenta de la emergencia de un actor hasta ahora
ignorado: los pueblos indígenas, que han tenido la capacidad de
derrocar un gobierno indolente a los reclamos populares y hacer
valer un programa de reivindicaciones que tiene como soporte una
estrategia de desarrollo que coloca al mejoramiento de las
condiciones de vida de los habitantes, por encima de cualquier
consideración mercantil, como la venta del gas.
8) A partir de la última década, los países de la región están
suscribiendo diversos acuerdos comerciales bilaterales y regionales,
destacándose el proyecto ALCA, los acuerdos que la Unión Europea
como bloque ha suscrito con México y Chile y está en proceso de
negociaciones con MERCOSUR. También las economías de la región del
Asia Pacífico, agrupadas en APEC, han buscado establecer
compromisos que sellen jurídicamente sus exportaciones a los países
americanos.
Estos procesos intentan reordenar el modelo de desarrollo y señalan
espacios de disputa de capitales que tratan de proteger la expansión
y el acceso a los mercados de nuestros países. De hecho, todos los
TLC tienen los mismos principios, relacionados a las reglas de la
Organización Mundial de Comercio, OMC.
También buscan reducir la capacidad reguladora de los estados,
transformándolos en un Estado administrador de las nuevas
regulaciones corporativas, precarizando los marcos nacionales. Un
ejemplo es la eliminación del control de capitales a corto plazo del
marco legal chileno, para la aprobación del TLC Chile – Estados
Unidos. O la modificación en la legislación sobre propiedad
intelectual.
9) Entre otras repercusiones, los procesos de liberalización
comercial en los que se enmarcan los TLC han influido en forma
decisiva en la mercantilización de nuestras sociedades y
particularmente de nuestros servicios públicos.
10) En este marco, es fundamental construir la articulación de la
sociedad civil en la sub-región como condición necesaria para
contribuir a la deslegitimación del modelo de globalización y
desarrollo vigente, y cuestionar la ideología que sostiene la
implementación y profundización de las reglas de la OMC, lo que pasa
por cambiar el sentido común impuesto por el pensamiento único sobre
de la 'inevitabilidad' de esos procesos.
11) Frente a la interrogante sobre ¿qué hacer para que América
avance en una agenda de desarrollo humano y sustentable? Hay una
pluralidad de respuestas relacionadas con las características
especificas de los países y la necesidad de colaborar desde los
actores oficiales y de la sociedad civil en esquemas de integración
subregional. Para la mayoría de las organizaciones, el MERCOSUR
representa una alternativa estratégica para la creación de un
espacio político y económico capaz de contrarrestar los intereses
hegemónicos que alientan los acuerdos del ALCA y la OMC y con la
capacidad de servir de soporte a la construcción de sociedades
equitativas, solidarias y democráticas.
En este enfoque la participación de la sociedad civil en el proceso
de integración se transforma en una condición fundamental para
trascender los aspectos puramente mercantiles y avanzar hacia una
integración profunda que incorpore las esferas políticas, sociales,
económicas y culturales en la construcción del espacio común.
12) Para esos propósitos es urgente lograr la articulación de los
distintos sectores sociales de los países y plantearnos la
colaboración en políticas de desarrollo que fortalezcan el papel del
Estado y de las políticas públicas en la orientación del proceso,
teniendo como objetivo fundamental la superación de la pobreza y el
bienestar de la población con una perspectiva de desarrollo humano y
sustentable. En ese aspecto se trata de comprometer a los Estados y
a las sociedades civiles como actores centrales, estableciendo
instancias de coordinación de políticas públicas nacionales y
subregionales que garanticen una efectiva participación de la
ciudadanía en esos procesos.
13) Agenda mínima
A partir de estas consideraciones, las organizaciones acuerdan como
agenda mínima:
1. Impulsar y fortalecer las alianzas amplias, que tengan como
objetivo la integración regional, a partir de MERCOSUR.
2. Frente a las negociaciones comerciales fortalecer la capacidad
de incidencia de las organizaciones sociales trabajando en la
articulación de propuestas a partir de los derechos humanos, el
derecho a la información, a la participación y al desarrollo,
incorporando la perspectiva de género para distinguir los
impactos sobre hombres y mujeres de esos procesos.
3. Sobre el derecho a información, reforzar la creación de
instrumentos que tiendan a revertir el déficit de información
sobre negociaciones comerciales, y colaboren en la generación de
actores con capacidad de incidir efectivamente en estos procesos.
Una iniciativa con ese propósito es el Observatorio Regional de
Negociaciones Comerciales, que se han propuesto construir un
conjunto significativo de organizaciones de la región.
4. Impulsar y promover consultas amplias a la ciudadanía,
particularmente en el caso del ALCA, como condición necesaria
para definir la posición oficial de cada país en este acuerdo.
Suscriben
- Alianza Chilena para un Comercio Justo y Responsable (ACJR)-
Coral Pey , Pablo Frederick, María Luz Trautman.
- Alianza Social Continental, Brasil- Graciela Rodríguez
- ALOP, Bruselas- Jorge Balbis.
- Barrios de Pie- Buenos Aires, Argentina. Isaak Rudnik
- Central de Trabajadores Argentina- Carlos Custer.
- Centro de Derechos Humanos y del Medio Ambiente(CEDHA),
Argentina. Víctor Ricco.
- Centro de Estudios de Participación. CEDEP, Lima Perú. Carlos
Franco
- Centro de Documentación y Estudios (CDE),Paraguay- Roberto
Villalba.
- Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y
Agrario.(CEDLA),Bolivia. Thomas Kruse.
- Centro Latinoamericano de Economía Humana(CLAE). Uruguay. Cecilia
Alemany.
- Comité de Movilización del Foro Social Mundial Bs. As
- Comité Latinoamericano y del Caribe para la Defensa de los
Derechos de la Mujer (CLADEM)- Argentina. Cristina Zurutuza.
- Consumer International. Oficina Regional Chile. Claudio Lara
- Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA). Haydée Birgin
- FOCO- Foro para la Participación Ciudadana- ArgentinaJorge
Carpio, Ricardo Ortíz, Paula Lambertini
- FUNIF- Fundación para la Integración Federal. Argentina Germán
Martínez.
- Inter American Forum- USA, Tanya Dawkins.
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