La divinidad creadora y el inmenso telar de la vida en la visión Maya
04/11/2003
- Opinión
Durante el oscurantismo, conocido también por Edad Media, las
instituciones religiosas tuvieron poder político y religioso casi
absoluto. Por ese poder malsano, llegaron a ser extremadamente
autoritarias, dominantes, excluyentes y represivas.
Estas actitudes poco humanas generaron instrumentos como la llamada
Santa Inquisición; utilizados por los elementos jerárquicos más
rígidos, para controlar el pensamiento y las creencias del pueblo.
Las víctimas fueron innumerables: alrededor de diez millones de
mujeres acusadas de brujas. Científicos, artistas, religiosos y
personas de pensamiento avanzado o distinto fueron sometidos a
juicios, interrogatorios y a torturas y muertes sumamente
violentas. Así pagaron su derecho a pensar de manera diferente.
Entre los líderes de la reforma protestante, también cayeron en la
obsesión de querer controlar la mente de las personas. Juan
Calvino, el reformador francés, cuando vivía en Suiza, mandó a
quemar vivo a Miguel Servet. Ni el mismo Lutero escapó a esa
manera desequilibrada de actuar. Su alianza política con los
príncipes alemanes para protegerse de la persecución papal, lo
indujo a inmiscuirse en la masacre de campesinos en el sur de
Alemania que se habían amotinado exigiendo tierras.
Ambos bandos, reformados y católicos se hicieron la guerra, la
guerra de la vergüenza; como todas las guerras, incluyendo la
actual Cruzada del gobierno del señor Bush contra la cultura y la
vida del pueblo musulmán.
Hoy, las iglesias reformadas y ortodoxa que conforman el Consejo
Ecuménico de las Iglesias tienen una nueva mentalidad.
A principios del Siglo XX, emerge el fundamentalismo en sectores
conservadores de las iglesias evangélicas de Estados Unidos de
América. Nace como una incontrolada reacción de pánico ante la
conmoción que les causó la teoría de la evolución de las especies.
Estos sectores eclesiales se sintieron directamente atacados por
Darwin y su teoría. Su hermenéutica, (método de interpretación de
la Biblia), por ceñirse a la letra, por su carácter apologético y
argumentativo, se quedó corta y limitada frente a las tesis de la
investigación empírica y racionalista de Darwin. Confundieron dos
categorías enteramente distintas: la religioso- simbólica y la
científica de la época de Darwin. El miedo a que muchos de sus
prosélitos fueran confundidos, el temor de que eso produjera
pérdida de la fe , y por supuesto, la desbandada de creyentes de
sus iglesias los empujó a encerrarse en un fundamentalismo extremo
que sigue vigente aún en este siglo.
Reducir la Palabra de Dios a la letra de un libro; encasillar la
Salvación en la doctrina que formularon a partir de ese tipo de
lectura y llamarla sana doctrina o doctrina pura y luego afirmarse
como dueños de Dios y de toda la Verdad, fueron consecuencias de
ese miedo frente a lo desconocido o incomprendido.
La mayoría de las misiones evangélicas que llegaron a Guatemala
proceden de ese fundamentalismo. Algunas de las cúpulas de esas
iglesias, son extremadamente sectarias y excluyentes. Su anti-
ecumenismo está ligado a sectores de derecha extrema en Estados
Unidos como la Mayoría Moral. Un ejemplo elocuente se puede ver
aquí en Guatemala en los cultos televisados de Pat Robertson, quien
financió en parte a los grupos mercenarios conocidos como los
contras en el tiempo del presidente Reagan. Un negocio que por
cierto, no fue muy transparente.
Algunas de las mega-iglesias en Guatemala proceden de ese ámbito en
los Estados Unidos o tienen nexos con esos sectores. Su culto y
doctrina son una conjugación del fundamentalismo con expresiones
pentecostales. Su emocionalismo puede crecer hasta el éxtasis.
Mucha gente encuentra en esas iglesias el único espacio para dar
salida a la angustia, a los miedos, a las presiones y a otras
emociones casi insoportables provocadas por la situación de
violencia, de inseguridad física y económica y de conflictos
personales que se viven en las familias y en la sociedad
guatemalteca y en toda América Latina. Esto merece nuestro respeto
y también nuestra reflexión.
En Estados Unidos estas iglesias han apoyado la política
intervencionista de Reagan y de Bush. En Guatemala han promovido y
apoyado al presidente José Serrano Elías y al General Efraín Ríos
Montt.
Existió y existe aún la idea que si los líderes políticos tiene la
misma prédica y son miembros de sus iglesias; entonces ellos son
los elegidos por Dios para salvar a Guatemala. Eso alimentó en
cierto momento el mesianismo del general, quien decía haber "nacido
de nuevo". Por eso lo "ungen" con imposición de manos.
Creemos y esperamos que muchos de los miembros de esas iglesias
hayan abierto los ojos, por lo menos para estas elecciones.
Deseamos que muchos otros, tomen conciencia que al ser humano se le
conoce por lo que es, por lo que vive y por lo que practica y no
sólo por lo que habla.
Muchos de los miembros de esas iglesias tienen un sincero fervor,
son disciplinados, afectivos y solidarios entre ellos y al interior
de sus iglesias. Nos entristece algunos aspectos de su prédica que
proyecta una imagen de Dios -juez-castigador, creador del infierno
en donde van arder todos los que no piensan como ellos. Nos apena
su interpretación literal y des-historizada de la Biblia. Nos
preocupa su vehemencia en hablar tanto del diablo, del pecado y del
castigo eterno para todos los que no son de su mismo credo, más que
del AMOR, de la VIDA y de la misericordia especialmente para los
pobres, los perseguidos por causa de la justicia y los
discriminados. Nos asombra que ellos se apropien en exclusiva del
nombre de cristianos como si los miembros o feligreses de otras
iglesias fueran indignos de llamarse así. Nos asombra, porque eso
no es exactamente humildad. Dan la impresión de que Dios tiene sus
predilectos únicamente entre ellos. El resto de la humanidad vamos
a arder y a rechinar los dientes en el lago de fuego por los siglos
de los siglos?
No nos sorprende en cambio, que algunos de sus líderes piensen que
la Espiritualidad Maya y de otros pueblos es un peligro porque no
creen en ese mismo tipo de dios, ni lo adoran en la misma forma.
Las religiones que se fundamentan en el miedo, tiene que seguir
predicando el miedo constantemente, para mantener a sus
congregaciones bajo su tutela ideológica. Muchos permanecerán así
porque carecen de pensamiento propio, no investigan, ni leen y
creen en sus líderes ciegamente. Ese método conciente o
inconscientemente, consiste en otras palabras, en apropiarse de la
mentalidad de los fieles. Es un abuso de poder.
La cosmovisión que heredamos de la sabiduría Maya es de riqueza
invaluable y es nuestro deber y privilegio, como seres humanos,
redescubrirla, aprender de ella y corregir nuestros propios errores
como humanos y como cristianos, porque no somos infalibles". A lo
largo y ancho del planeta, muchos pueblos originarios han
descubierto y reconocido que todas las cosas creadas, incluidos los
seres humanos, somos una sola creación. Ellos han vivido por
milenios con la conciencia clara de la interconexión cósmica y
universal. Aunque no la llamen así. Para ellos, los humanos somos
a penas pequeñas células de esa inmensa red cósmica y vibrante de
vida. Somos una gran familia, tejida en el telar del universo y de
la VIDA sin importar razas, culturas o espiritualidades, UNA SOLA,
sostenida por la energía del Amor Divino.
Esta concepción, coincide con la Nueva Ciencia y con
espiritualidades que vienen de cinco milenios atrás, de otros
continentes.
Las Escrituras Sagradas permanecen cerradas a una interpretación
apegada a la letra. LA LETRA, MATA. Es el Espíritu y una
auténtica humildad la clave que nos desvela el símbolo sagrado y
aclara nuestra visión. Por eso, todavía hay personas que afirman
que los Mayas no creen en Dios. Ciertamente, no creen en un dios
discriminador, excluyente y prepotente. Creen de otra manera.
El amor fruto del Espíritu, es mayor que el miedo. "Quien no ama
no conoce a Dios", dice el Apóstol San Juan y el verdadero amor,
expulsa el miedo. Si de verdad creemos en el Dios de la Vida,
respetemos a todos los pueblos y culturas. No excluyamos ni
juzguemos a los aj´quijab, que tienen, como seres humanos y
espirituales, el derecho a ser y a pertenecerse a sí mismos y a su
cultura. Si tenemos miedo de escucharlos con los oídos, con la
cabeza y con el corazón, nos estamos disminuyendo a nosotras-os
mismas-os como seres humanos, sobretodo, si tenemos bien cimentada
nuestra fe.
La auténtica espiritualidad cristiana libera del miedo al otro, no
lo excluye, no se arroga el derecho de creer conocerlo, como para
afirmar que no cree en el Dios de la Vida.
Termino con un pequeño extracto de la Carta del Jefe Seattle de la
Liga Duámich enviada al presidente Franklin Pierce en respuesta a
la oferta de "compra de tierras" de su gobierno en 1854:
"Porque una cosa sabemos. Lo veremos; que el hombre blanco podrá
descubrir un día que nuestro Dios, es el mismo Dios. Ustedes
podrán pensar que él les pertenece, así como quieren poseer nuestra
tierra; pero no es posible. El es el Dios de todos los seres
humanos y su compasión es igual para el hombre rojo y para el
hombre blanco. Esta tierra es preciosa para El y violarla es
despreciar a su Creador."
https://www.alainet.org/es/articulo/108713?language=es
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