Derechos sexuales y reproductivos
23/10/2003
- Opinión
Investigación derechos sexuales y reproductivos en El
Salvador
La maternidad como elección voluntaria: un sueño engañoso
Con el fin del siglo XX, en Centroamérica se han dado
retrocesos legislativos sobre los derechos sexuales y
reproductivos, a través de la derogatoria del aborto no
punible, cuando la madre o el producto corren riesgo de
muerte o cuando la mujer es embarazada producto del
delito de violación. Asimismo se ha dado un incremento de
las penas; aunque en cada país hay variantes, la esencia
de las medidas es que el Estado impone su decisión sobre
los cuerpos y voluntades de las ciudadanas.
Organizaciones de mujeres de la región preocupadas por la
coyuntura política neoliberal y globalizante, que ubican
en el centro el control de la sexualidad de hombres y
mujeres, nos propusimos realizar investigaciones en cada
uno de los países sobre el tema de derechos sexuales y
reproductivos con el apoyo de One World Action.
Con estas investigaciones queremos contar con un marco
general de análisis de la situación de los derechos
sexuales y reproductivos, desde distintos actores
sociales, políticos, funcionarios, de organizaciones de
mujeres, a nivel nacional y local; incluso desde las
feministas para lograr arribar a propuestas específicas
en cada uno de los países.
En El Salvador, Las Mélidas y Las Dignas realizamos la
investigación para trabajar una visión de conjunto sobre
los derechos sexuales y reproductivos, con énfasis en el
aborto; nos interesa explorar las opiniones y propuestas
relativas a la despenalización del aborto terapéutico; o
sea por circunstancias de peligro de la vida de la mujer,
embarazo producto del delito de violación y por
malformación genética, para contar con una propuesta que
permita incidir en la reforma de salud.
De dicha investigación; tenemos ya un marco general sobre
la educación sexual y reproductiva, el uso de
anticonceptivos, las enfermedades de transmisión sexual y
el VIH-Sida, Violencia, embarazo y mortalidad materna.
Además recogemos aspectos históricos alrededor del
aborto, el aborto inducido, seguro e inseguro; su
despenalización, la legislación y aborto en El Salvador,
así como los convenios y conferencias internacionales
relacionados al tema.
Contamos con la primera parte de un diagnóstico a nivel
nacional a través de entrevistas a personalidades, en su
mayoría profesionales, vinculado/as a la atención de
salud sexual y reproductiva, toma de decisiones y
formadores de opinión.
Los primeros resultados señalan la ausencia de una
concepción clara de lo que son los derechos sexuales,
tienden a mezclar, igualar e incluir los derechos
sexuales a los derechos reproductivos, a éste último le
dan mayor énfasis. Se desconocen convenciones y
convenios internacionales sobre los derechos sexuales y
reproductivos.
Curiosamente proponen como alternativas de prevención de
embarazos forzados, enfermedades de transmisión sexual,
violencia, la promoción de una educación afectivo-sexual,
que conlleve al ejercicio de los derechos sexuales de
hombres y mujeres.
En relación al aborto la mayoría de entrevistado/as están
a favor de la despenalización del aborto terapéutico, por
violación o malformaciones genéticas; en general el
discurso que se mueve detrás de estas posturas, es una
mezcla entre derechos ciudadanos de las mujeres y
paradójicamente argumentos culposos hacía aquellas
mujeres que acceden al aborto, como asesinas.
Sin embargo no se menciona la responsabilidad, ni las
actitudes del otro progenitor, de los hombres, dejando
exclusivamente a las mujeres la responsabilidad de la
culminación de la reproducción. Se anula e invisibiliza a
los hombres de este rol, tanto individual como
socialmente. Estas posturas denotan que el control social
es hacia la sexualidad de las mujeres, que se enfrenta
contradictoriamente a la permisividad con que los hombres
cuentan en este ámbito. Esta contradicción no es
reconocida, ni objeto de reflexión por parte de las y los
entrevistados.
El diagnóstico recoge también las reflexiones de un grupo
focal de mujeres pobres de la zona urbana, resaltando el
desconocimiento de su propio cuerpo, aprendido de
familiares más cercanos; se ocultaban, cubrían, tenían
prohibido ver/se, tocar/se su propio cuerpo y otros
cuerpos. El cuerpo se vincula a la vergüenza y la culpa,
visto como provocador de deseos sexuales propios y
ajenos.
Por tanto, se llega a una relación afectiva esperando que
sus parejas sexuales cuenten con la información que ellas
carecen y se encuentran el desconocimiento de los
hombres. Quedan embarazadas en la primera relación
sexual, y tanto ese y el resto de hijo/as son producto de
accidentes y del desconocimiento de sus cuerpos y
proyecciones personales y de pareja.
Desconocen métodos anticonceptivos, su diversidad y
menos las ventajas y desventajas de éstos; una sola mujer
planifica después de haber tenido su primer hijo, una de
ellas fue esterilizada a la edad de 18 años por haber
tenido 3 hijos por cesárea y únicamente una decidió tener
sus hijo/as por un espacio de 5 años cada uno/s para lo
cual utilizó el método del ritmo. La mayoría de mujeres
esta esterilizada después de haber tenido, 11, 5, 7, 3
hijo/as.
Las relaciones sexuales generalmente están desprovistas
de placer, de alguna satisfacción o agrado, desconocen
muchas veces el orgasmo, así como las causas de porque no
logran placer. Sus primeras relaciones sexuales y después
durante años fueron también dolorosas. Son pocas las
mujeres que mencionan el deseo, placer, cariños, besos,
posturas y de la experiencia que se aprende con la
práctica, los detalles agradables que comparten con su
pareja.
Por otra parte, varias mujeres vivieron relaciones
violentas con sus parejas, que consideran las relaciones
sexuales como una obligación y un servicio que ellas
deben garantizar, aunque no lo deseen, ni se sientan
satisfechas.
Otras entrevistadas corrieron riesgos en su salud, sin
tener conciencia de la gravedad de los mismos, y mayor es
aún la ignorancia y conciencia de sus parejas; en varios
casos las medidas de prevención fueron tomadas por los
profesionales de la salud. La ignorancia y las vivencias
de vergüenza y culpa se trasladan al momento de acceder a
la salud sexual y reproductiva, temen hacerse la
citología, con pánico acuden al examen ginecológico por
parto. Increíblemente por estas razones es que
generalmente no buscan este tipo de servicios médicos.
También se evidencia que los profesionales abordan de
manera prejuiciosa y culposa la atención médica, no
frecen información clara y responsable sobre los derechos
sexuales y reproductivos.
Sobre el aborto, es casi unánime la opinión que lo
considerar un pecado, un riesgo, "salarse" la vida y que
ante los ojos de Dios no tiene perdón. Pocas son las
mujeres que consideran que el aborto es un derecho,
sobretodo en casos de mujeres violadas, en las que corre
riesgo la vida de las mujeres o que vaya salir vegetal el
producto.
Identifican las prácticas abortivas como sondas, toma de
esencias y aguas. Conocen situaciones en como que una
mujer con leucemia se embarazada, decidió no abortar,
aunque el médico le sugirió, murió y a sus otros hijo/as
vivos; sin que nadie se responsabilizara
Igualmente el hombre no aparece como co-responsable del
aborto, como si la mujer se embaraza sola. De ahí la
reflexión que mientras más población exista, se
generaliza más el analfabetismo, la ignorancia y la
irresponsabilidad (únicamente de las mujeres) frente a la
sexualidad y la reproducción, por lo que el gobierno
puede crear acciones para evitar el crecimiento de la
población, la educación en general y la educación sexual
específicamente.
Sorprende que las mujeres pobres que son las que recurren
más a los abortos inseguros, mujeres con bajos niveles
educativos, escasos recursos económicos, con malos
servicios de salud, generalmente religiosas, con mucho/as
hijo/as y que tiene exclusivamente el cuidado, educación
de lo/as mismo/as; son ellas que más condenan el aborto.
La investigación está en proceso, sin embargo evidencia
la profundidad y complejidad de esta problemática, de ahí
la importancia que de ésta salgan propuestas que se
constituyan en retos serios para las organizaciones de
mujeres fundamentalmente, para que en la agenda política
se incluyan demandas sobre los derechos sexuales y
reproductivos que permita la construcción de un consenso
social y político por la despenalización del aborto
cuando esta en peligro la vida de las mujeres.
Y desde las feministas, reconocemos, que como movimiento
de mujeres no se ha retomado con fuerza el análisis
sistemático de la sexualidad y la apropiación del cuerpo,
reproducimos el temor y la culpa en el momento de hablar
del placer, nos cuesta hablar libremente del mismos y más
aún desligarlo de la reproducción. A las feministas
también se nos dificulta hablar de la sexualidad sin
auto-juzgarnos, sin el significado pecaminoso que impone
la iglesia y es esta autocensura la que nos impide
movilizarnos.
* Dinora Aguiñada es Coordinadora Programa Derechos
Sexuales y Reproductivos de Las Dignas
https://www.alainet.org/es/articulo/108669
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