Los caracoles zapatistas
28/09/2003
- Opinión
Una nueva formade pensar y hacer.
De las ricas aportaciones que el movimiento zapatista ha hecho a la construcción de una alternativa,
el reciente proyecto de los caracoles desembrolla muchos falsos debates de políticos e intelectuales.
El proyecto de los caracoles "abre nuevas posibilidades de resistencia y de autonomía de los pueblos
indígenas de México y del mundo, una resistencia que incluye a todos los sectores sociales que
luchan por la democracia, la libertad y la justicia para todos", según palabras del comandante Javier.
En España, alguien comenta: "El zapatismo se ha vuelto una herramienta que puede ser usada por
todas las rebeldías que navegan el mar de la globalización. Nos invita a materializar la construcción
comunitaria y autónoma con la paciencia y la tranquilidad del caracol."
La idea de crear organizaciones que sean herramientas de objetivos y valores a alcanzar, y hagan que
la autonomía y el "mandar obedeciendo" no se queden en el mundo de los conceptos abstractos ni de
las palabras incoherentes, es una de las aportaciones más importantes de los caracoles. Sus creadores
están conscientes de las limitaciones y posibilidades que el proyecto tiene.
El subcomandante Marcos reconoce con una mezcla de modestia y de entusiasmo que los caracoles
constituyen "una pequeña parte de ese mundo a que aspiramos, hecho de muchos mundos. Serán -
afirma- como puertas para entrarse a las comunidades y para que las comunidades salgan; como
ventanas para vernos dentro y para que veamos fuera; como bocinas para sacar lejos nuestra palabra y
para escuchar la del que lejos está. Pero sobre todo para recordarnos que debemos velar y estar
pendientes de la cabalidad de los mundos que pueblan el mundo". Con sus palabras están los hechos.
Cuando el gobierno incumplió los acuerdos de San Andrés y se negó a reconocer los derechos de los
pueblos indios, faltando así a sus compromisos, los zapatistas no llamaron a las armas. Se pusieron a
construir la autonomía en los "territorios rebeldes", según comunicado del l9 de julio de 2003.
Las comunidades zapatistas decidieron construir "municipios autónomos" (un objetivo, por cierto,
que habían "enarbolado" desde principios de la insurgencia). Las comunidades nombraron a sus
autoridades locales y a sus delegados para que cumplieran sus mandatos en los distintos niveles a
sabiendas de que si no los cumplían serían revocados. Al mismo tiempo siguieron impulsando
medidas prácticas del "mandar obedeciendo". También fortalecieron los vínculos de solidaridad
especial entre las comunidades locales de distintas etnias. Además, articularon unidades mayores que
comprendían varios municipios y que fueron conocidas como los Aguascalientes, hoy sustituidos por
los caracoles.
El cambio tiene varios significados, pero entre los más importantes parece encontrarse la
transformación de zonas de solidaridad entre localidades y comunidades afines en redes de gobiernos
municipales autónomos, que a su vez se articulan en redes de gobierno que abarcan zonas y regiones
más amplias. Todas las comunidades construyen las organizaciones de redes mínimas de gobierno,
así como las redes de alianzas mayores. En todos los casos practican el conocimiento y manejo de la
política interna y externa, de barrio y de poblado, de conjunto de poblados que se integran en un
municipio, de poblados y autoridades que articulan varios municipios...
La dimensión y profundidad que alcanza el nuevo proyecto zapatista corresponde a la capacidad que
ha mostrado este movimiento para redefinir su proyecto rebelde en los hechos y también en los
conceptos, manteniendo al mismo tiempo sus objetivos fundamentales de un mundo con democracia,
libertad y justicia para todos.
Es más, en sus reflexiones y elaboraciones, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)
continúa usando ese estilo tan original de pensar y hacer que combina la narrativa del viejo Antonio -
quien desde el ahora recuerda el pasado para construir el futuro- con las utopías y firmezas dialécticas
de Durito, el escarabajo que es un caballero andante moderno y posmoderno, antisistémico.
En realidad, gran parte de lo que se propone el planteamiento de los caracoles ya había sido
expresado desde los inicios del movimiento zapatista como la lucha por "los municipios autónomos
en rebeldía". Pero ese y otros conceptos fundamentales fueron objeto de olvidos e incomprensiones
entre compañeros, hermanos, simpatizantes, adversarios y enemigos.
El nuevo planteamiento de los caracoles no sólo redefine con claridad conceptos que se prestaron a
las más distintas interpretaciones, debates y hasta oposiciones. Articula y propone un proyecto
alternativo de organización (a la vez intelectual y social) que, arrancando de lo local y lo particular,
pasa por lo nacional y llega a lo universal. En la salida y en la llegada deja a sus integrantes toda la
responsabilidad de cómo hacer el recorrido: si de lo grande a lo chico o de lo chico a lo grande, o de
las dos maneras, dividiéndose el trabajo con una ruta para unos y otra u otras para los demás.
La concreción del proyecto se da al convertir las luchas por las autonomías y la creación de
autonomías en redes de pueblos autónomos. Se trata de un programa de acción, de conocimiento, de
perseverancia y dignidad para construir un mundo alternativo, organizado con respeto a las
autonomías y a las redes de autonomías. Su propósito es crear con las comunidades, por las
comunidades y para las comunidades, organizaciones de resistencia que desde ahora formen mallas a
la vez articuladas, coordinadas y autogobernadas que les permitan mejorar su capacidad de contribuir
a que otro mundo sea posible.
Al mismo tiempo, el proyecto postula que desde ahora, en lo que se pueda, las comunidades y los
pueblos tienen que ejercitarse en la alternativa que quieren para adquirir experiencia. No esperar a
tener más poder para redefinir el nuevo estilo de ejercerlo.
El proyecto de poder, por lo demás, no se construye bajo la lógica del "poder del Estado" que
aprisionaba a las posiciones revolucionarias o reformistas anteriores, dejando ayuno de autonomía al
protagonista principal, fuera éste la clase obrera, la nación o la ciudadanía. Tampoco se construye con
la lógica de crear una sociedad ácrata, esa lógica que prevalecía en las posiciones anarquistas y
libertarias (y que subsiste en expresiones poco felices, como la del "antipoder", que ni sus autores
saben qué quiere decir), pero que se renueva con los conceptos de autogobierno de la sociedad civil
"empoderada" con una democracia participativa, que sabe hacerse representar y sabe controlar a sus
representantes en lo que sea necesario para el respeto de los "acuerdos".
El de los caracoles es un proyecto de pueblos-gobierno que se articulan entre sí y que buscan
imponer caminos de paz, en todo lo que se pueda, sin desarmar moral o materialmente a los pueblos-
gobierno, menos en momentos y regiones donde los órganos represivos del Estado y las oligarquías
locales, con sus variados sistemas de cooptación y de represión, están siguiendo las pautas cada vez
más agresivas, crueles y necias del neoliberalismo de guerra, que incluyen el hambre, la insalubridad
y la "ignorancia obligada" de la inmensa mayoría de los pueblos, ya sea para debilitarlos e incluso
para diezmarlos o acabarlos si es necesario cuando fallen los sistemas de intimidación, cooptación y
corrupción de líderes y masas.
El nuevo planteamiento de los caracoles combina e integra en la práctica ambas lógicas, la de la
construcción del poder por redes de pueblos autónomos y la de integración de órganos de poder como
autogobiernos de los que luchan por una alternativa dentro del sistema. El planteamiento hace suyos
elementos antisistémicos en que la creación de municipios autónomos rebeldes empieza por fortalecer
la capacidad de resistencia de los pueblos y su capacidad de creación de un sistema alternativo.
Ambas políticas -la de la construcción y la de integración del poder- son indispensables para una
política de resistencia y de creación de comunidades y redes de comunidades que hagan del
fortalecimiento de la democracia, de la dignidad y de la autonomía la base de cualquier proyecto de
lucha.
Los caracoles corresponden a un nuevo estilo de ejercer el poder de comunidades entramadas en la
resistencia y para la resistencia, en que sus comandantes se someten a las comunidades para construir
y aplicar las líneas de lucha y organización, sin que por eso dejen de decir "su palabra" ni unos ni
otras, pero siempre con respeto a la autonomía y dignidad de personas y pueblos, que ven en
cualquier actitud paternalista y en cualquier "generosidad humanitaria" no sólo algo parecido a las
"acciones cívicas" de los enemigos sino a las acciones equivocadas de los amigos, hermanos y
compañeros que no han comprendido bien la importancia que tiene la solidaridad comprometida y
respetuosa.
Más que una ideología del poder de los pueblos-gobiernos, los caracoles construyen y expresan una
cultura del poder que surge de quinientos años de resistencia de los pueblos indios de América, y que
se inserta en la cultura universal para la construcción de un mundo tan variado como el que implica
cualquier alternativa multinacional, multicultural, con civilizaciones distintas y también con
características y valores comunes de los constructores de la misma.
Los cambios que llevan a la concreción y a la precisión del pronunciamiento zapatista sobre los
caracoles corresponden a un método muy novedoso, que debemos hacer explícito para nosotros
mismos sin temor a equivocarnos y a que nos corrijan quienes le encontraron o dan otro sentido.
También debemos hacer de ese método de pensar, hoy identificado con el zapatismo, una especie de
sentido común en el que aparezcan nuestras distintas formas de pensar, de expresar, de actuar, a
sabiendas de que el necesario diálogo aclara afinidades y diferencias, y permite lenguajes comunes y
consensos cada vez más amplios, capaces de un accionar multicultural por un mundo alternativo.
Claros de que "el método de pensar" no es todo y que a él se añaden las "verdades del corazón",
fundamentales en la cultura maya, necesitamos irlo precisando para nosotros y los demás en diálogos
e intertextos que recojan su uso desde que los zapatistas planearon un nuevo proyecto universal en
sus comunicados insurreccionales y en los que emitieron a lo largo de los diálogos de San Andrés y
de la lucha por los derechos de los pueblos indios, hasta ahora en que asumen esos derechos que
formalmente les fueron negados. Los zapatistas construyen en una nueva etapa de su historia una
alternativa pacífica de transición a un mundo viable, menos autoritario, menos opresivo, menos
injusto, que tenga la capacidad práctica de seguir luchando para la paz con democracia, justicia y
libertad.
El método, o manera más o menos constante de hacer y pensar, parece tener siete características
principales: La PRIMERA consiste en usar las combinaciones más que las disyuntivas. En lugar de
decir y hacer "esto o esto" se dice y hace "esto y esto". El conjunto es mucho más que la suma de las
partes: es la articulación de las partes. El problema entre hermanos es doble: ni restar ni desarticular.
La fuerza de resistir aumenta cuando los pueblos indios no sólo se articulan entre sí, sino con los
pueblos no indios que luchan por los mismos objetivos, siempre con respeto a las diferencias
personales o religiosas o culturales o tácticas. La SEGUNDA característica consiste en generalizar los
conceptos al tiempo que se generalizan las redes de comunidades. Cuando se generaliza el pensar,
tomando en cuenta a los actores sociales pensantes que se integran a las redes de la resistencia y las
alternativas, se pueden precisar con más facilidad los problemas de la unidad en la diversidad y la
posibilidad concreta de que varios actores den las mismas luchas de la misma manera o de distinta
manera: así, por ejemplo, si la generalización se hace en relación a la unión de distintos pueblos
mayenses y de allí se pasa a generalizar incluyendo a pueblos de indios nahoas, mixtecos, tarascos...,
las generalizaciones se enriquecen con las experiencias particulares de la resistencia y las autonomías
que los otros pueblos viven y expresan. La fuerza de la generalización actual es todavía mayor
cuando se incluye como actores a los campesinos, a los trabajadores, a los estudiantes que piensan y
actúan en función de los mismos objetivos éticos, culturales y sociales de la resistencia y del mundo
alternativo, pero que pueden tener varias estrategias y tácticas para alcanzarlos, algunas sólo válidas
en la situación puntual de que parten y otras que pueden adaptarse para combinar experiencias que
fortalecen y amplían a las redes. En TERCER lugar, el método permite la elaboración de conceptos
cada vez más profundos, como cuando se percibe quién está por aumentar la resistencia y quién está
por debilitarla, por corromperla o destruirla, ya sea de una manera deliberada o no. El concepto y la
fuerza de las redes se profundiza (y ésta es una CUARTA característica) cuando tanto en la acción
como en la reflexión se pasa de la lucha contra el cacique a la lucha contra el gobernador que apoya al
cacique y de allí se sube a toda una "especie" o "clase" de "ricos y poderosos" que apoyan no sólo al
cacique contra el que se está luchando, sino aun a otros caciques, políticos y empresarios que apoyan
a una compañía trasnacional de las que dominan o buscan dominar grandes territorios con proyectos
como el Plan Puebla-Panamá. De pronto se aclara uno mismo, como persona o colectividad, que la
lucha contra el cacique no es lucha nada más de un pueblo sino de varios, y que todos los "hombres
del poder y del dinero" no sólo apoyan al cacique o a los caciques cuando se sienten amenazados,
sino hasta desatan una guerra encubierta o abierta con fuerzas convencionales y no convencionales,
militares y paramilitares, destinada a defender sus intereses y valores o a conquistar nuevas riquezas,
territorios y poblaciones a cuyos habitantes ven como futuros "desplazados", "enterrados" o
"asalariados informales". QUINTA: Para resistir el embate de "la especie" o "clase" de los ricos y
poderosos, que se repite una y otra vez desde hace quinientos años, se siente en el corazón (con el
significado mayense) y en la conciencia (con la redefinición crítica de la teoría de la praxis) que es
necesario ir ampliando las articulaciones de las fuerzas hermanas que actual o potencialmente luchan
por los mismos objetivos en los altos o las selvas de Chiapas, o donde quiera que sea de México y el
mundo.
Una SEXTA característica se presenta como sigue: El subir de lo abstracto o formal a lo concreto o
actual, corresponde a la expresión "ir más allá de..." que a menudo alude a etapas superadas. Pero
aquí la expresión de "ir más allá" recoge la necesidad simultánea de superar aquello que manifestó
debilidad en el pasado y de mantener al mismo tiempo lo que en el pasado dio fortaleza a la
resistencia y a la construcción de una alternativa, eso sí, con las debidas adaptaciones y redefiniciones
que la experiencia exige y que los cambios aconsejan, propias de la narrativa del viejo Antonio.
Una SEPTIMA y última característica, en esta lista incompleta, está relacionada con las utopías que
se expresan y se realizan entre contradicciones. Corresponde a la necesidad de superar "las ideas de
los caballeros andantes" que buscaban "desfacer entuertos" para construir ("haciendo camino al
andar", como dijo el poeta) relaciones personales, relaciones sociales, culturales, sistemas sociales
que faciliten, entre tropezones, practicar y concretar determinados objetivos como "la democracia, la
justicia, la libertad". Esa es la característica de los sueños y de las impertinencias de Durito, de esos
sueños e impertinencias bien y mal hablados, idealistas y picarescos que se nutren en la imaginación
del mundo entero, maya o no maya, occidental o no occidental, clásico o moderno, o posmoderno.
Aquí parece necesario aclarar que en todos los casos se juntan los métodos del viejo Antonio y de
Durito. Ambos plantean la dignidad de personas y colectividades como un elemento de fuerza
inquebrantable, no negociable, esto es, como el arma más feroz contra la dictadura del mercado y la
colonización mercantil de la vida. Para ser efectiva, la dignidad se articula a la autonomía de la
persona y de las colectividades. No sólo se vuelve incluyente, recogiendo la mejor tradición de los
liberales de respeto a todas las creencias, religiones, razas, nacionalidades, civilizaciones, sino que
anima a todos aquellos que sean indios y no indios, mexicanos y no mexicanos, y que quieran
construir otro mundo posible, a que se organicen en redes de autonomías allí donde vivan, incluyendo
a sus vecinos cercanos y lejanos, conversando con ellos, intercambiando sueños fracasados y
realizados, y yendo mucho más allá de la solidaridad, de por sí valiosa, pero insuficiente, hacia la
construcción y organización de redes de pueblos autónomos y de otras fuerzas en lucha por un mundo
donde tienda a prevaler la democracia, la justicia y la libertad.
El proyecto de los caracoles es la síntesis de muchos planteamientos anteriores de los zapatistas,
aquéllos que el mundo empezó a conocer hace diez años y que ahora se articulan con los que
descubrieron en el camino de rescatar el mundo para la humanidad de indios y no indios. Si luchan
por la democracia, la libertad y la justicia empiezan por practicarlas y fortalecerlas en su propia tierra.
El nuevo proyecto zapatista se junta a todas las fuerzas que luchan contra el neoliberalismo, contra la
guerra económica y militar que hace estragos en los países sujetos a los sistemas de endeudamiento y
saqueo que imponen el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial
de Comercio, las grandes potencias encabezadas por el gobierno de Estados Unidos, y sus aliados y
subordinados locales, como el actual gobierno de México, y todos los partidos que en el Senado y la
Cámara de Diputados de México les negaron y quitaron a los pueblos indígenas los derechos que se
habían comprometido a reconocerles.
La miopía o ceguera de las fuerzas dominantes es tal, y su soberbia o capacidad de engañarse tan
obcecada, que no alcanzan a ver la inmensa posibilidad que se abre con la marcha de los caracoles,
para imponer un cambio histórico pacífico mediante la negociación sin cooptación ni mediatización
de líderes y fuerzas que luchan por sobrevivir y por un mundo alternativo. Los zapatistas ofrecen, otra
vez, un novedoso camino de paz a México, con las puertas y ventanas abiertas a la humanidad.
Una nueva estructuración del poder.
La fundación de los caracoles en los antiguos Aguascalientes realiza varias contribuciones a la
restructuración del poder en forma pacífica y dentro de los marcos de la Constitución. Al mismo
tiempo que mantiene su convicción rebelde genera una nueva lógica legislativa que viene de la
sociedad civil y cuyo carácter innovador muy probablemente se extienda como la "espiral de trazo
firme", que en la corteza de un árbol grabó el viejo Antonio.
De la explicación concisa del comandante Brus Li (09.08.03) y de otros textos que sintetizan lo que
los caracoles son, se derivan algunas prioridades en la acción política para la restructuración del
poder y para la creación de caminos a un mundo alternativo. Esas prioridades van a difundirse
seguramente entre muchos movimientos alternativos sistémicos y antisistémicos, en un diálogo
universal, actual y no sólo virtual, a distancia y presencial, que ya se realiza a través de los "sitios" y
periódicos electrónicos y de encuentros y manifestaciones que van desde la propia Lacandona y el
"Otro Davos" hasta Seattle y Cancún.
Precisar lo que las prioridades de los caracoles significan para concretar o actualizar en distintas
partes del país y el mundo la restructuración del poder desde abajo y por los de abajo, plantea
dificultades y posibilidades de traducción de una lengua a otra, de un lenguaje metafórico a otro más
o menos directo y de una realidad histórico-social y cultural propia a una distinta. También plantea el
hallazgo de las simpatías y diferencias concretas que en realidades diversas descubren los actores
colectivos, rurales y urbanos, asiáticos, africanos o americanos del norte y el sur, europeos y
australianos. Las generalizaciones se aparecen en vivo, las explicaciones universales también, y eso
permite precisar más las diferencias que se respetan y conservan y las que se llevan al necesario
diálogo del universo de actores. Las buenas traducciones conceptuales, racionales y emocionales
facilitan el conocimiento de lo que los zapatistas se proponen con la fundación y organización de los
caracoles, esa rara metáfora que tiene algo de la cultura mesoamericana y algo del pensamiento
crítico más profundo y actualizado. "Los muchos" tendrán que hacer análisis, que renovar (o
concretar) conceptos comunes aplicables y variaciones universales. Tendrán que priorizar, como
géneros, el diálogo y el debate, la argumentación exacta que acerca a los objetivos más queridos hasta
cuando tiene uno que retroceder y que, deseosa de hacerse entender, precede ese deseo por el de
entender uno, mediante la observación, la reflexión y la expresión aclarada, las "palabras
fundamentales" que logran consensos y efectos en la resistencia y la autonomía articuladas.
De las palabras del subcomandante Marcos sobre la organización de los caracoles se desprende que
éstos corresponden al conocimiento de lo interior y de lo exterior, de la visión de quien no sólo se
mira, sino mira a los demás; del que se anima y anima a otros, por lejos que estén y por dormidos que
se hallen en sus escapes y sus sueños, a participar con acciones cada vez más eficaces para lograr los
objetivos propuestos. Los caracoles se organizan para no perderse en las partes, para ver el conjunto
y para actuar en el conjunto articulado de los pueblos de su propia "tierra" y del mundo.
Saber oír y hablar para pensar y actuar corresponde a un conjunto de acciones organizadas cuyo punto
de partida aparece en la evocación de los dioses mesoamericanos que dejaron encargado a uno de
sostener el cielo. Para cumplir su cometido, "el sostenedor del cielo" se puso "en el pecho colgado un
caracol y con él escucha los ruidos y silencios del mundo para ver si todo está cabal, y con el caracol
llama a los otros sostenedores para que no se duerman o para que despierten" (O4.O8.03).
A esa evocación mesoamericana se añade otra que vincula a los "enseñadores antiguos" de los mayas
con el corazón de Pascal, y con una nueva filosofía de los "chavos", a la vez emotiva y tecnológica,
que aparece en la llamada "Era de la Comunicación" y que plantea el saber como poder alternativo.
A decir de los "enseñadores", "mientras la palabra camine el mundo (sic) es posible que el mal se
aquiete y esté el mundo cabal..." "Así dicen" -comenta el subcomandante-, y añade: "Por eso la
palabra que no duerme, del que está pendiente del mal y sus maldades, no camina directo de uno a
otro lado, sino que anda hacia sí misma, siguiendo las líneas del corazón, y hacia fuera, siguiendo las
líneas de la razón..." (Un comentario: Durito le hizo ver al sub que mejor "pusiera": "que anda hacia
sí misma y hacia fuera siguiendo las líneas del corazón y de la razón..." ¡Sin la disyuntiva que en el
pasado privó a la autocrítica del corazón... y hasta de la razón...! Aún no se sabe por qué el
subcomandante mantuvo esa redacción...)
Una lectura correcta de los principios del pensar-hacer de las nuevas organizaciones zapatistas no
sólo obliga a incluir la amplia gama que va del conocimiento de sí mismo hasta los procesos
históricos que entre vueltas logran alcanzar puntos cada vez más altos. Una lectura cuidadosa de los
textos metafóricos, narrativos, reflexivos, increpatorios, convincentes del EZLN, sólo logra una
mayor comprensión si cada una de sus expresiones y figuras se liga a la enorme capacidad de
resistencia que han mostrado los zapatistas en todos estos años de asedio y dolor, de pobreza y
engaños, sin que les hayan destruido ni la esperanza, ni la decisión de seguir luchando, ni la inmensa
capacidad de buscar nuevas formas de construir otro mundo que sea posible en las palabras y en los
hechos.
Con ese mismo espíritu cabe esbozar algunas prioridades de los caracoles y relativizar lo que se dice
a veces de ellos, aclarando lo obvio, que ésta es sólo una lectura de las mismas y que puede haber
otras, incluso de sus propios autores:
1. Dentro del marco legal y nacional crear la autonomía ejercitada, y no depender de que el Estado la
reconozca para organizarla, lo que significa darse a uno mismo la tarea y el ejercicio de construir y
practicar la autonomía y el autogobierno. El autogobierno se responsabiliza de llevar a la práctica los
principios de democracia, justicia y libertad, y de hacerlos explícitos con la comunidad o las
comunidades que constituyan el autogobierno y de las personas que lo integren, cuya autonomía de
pensamiento y crítica deberá también respetarse.
2. Combinar la democracia participativa con la democracia electoral siempre que se dé a la
democracia su sentido actual de gobierno del pueblo, para el pueblo y con el pueblo, y a ese sentido
se añadan los agregados esenciales de la lúcida propuesta de que los autogobiernos sean pluriétnicos
y respetuosos de las distintas creencias y filosofías así como del espíritu laico en la educación, la
investigación y la difusión de la cultura.
3. Pasar de "los espacios de encuentro" crítico y contestatario, generador de esperanzas y planes de
acción, a las juntas de buen gobierno que escuchan, hacen, deciden y mandan, obedeciendo a las
comunidades y sus organizaciones territoriales.
4. Asumir el papel y "la lógica del legislador de la alternativa" para hacer efectivos los derechos de
los pueblos indios en la organización de su autonomía. El buen gobierno de los caracoles debe ser el
primero en reconocer y ejercer los derechos para no actuar con arbitrariedad como lo hace el mal
gobierno. En caso de que algunas reglas resulten en la práctica inconvenientes, el buen gobierno las
modificará previa consulta a las comunidades. En caso de que el buen gobierno se vuelva mal
gobierno, será destituido por las comunidades. (Costumbre por lo demás muy experimentada en las
culturas mesoamericanas y que hoy se enriquece con las experiencias de otras culturas y
organizaciones políticas que se propusieron el autogobierno y no lo lograron por errores o populismos
y caudillismos no superados, no controlados, y cuyos efectos autodestructivos no estaban en la
conciencia concreta de quienes querían construir verdaderos autogobiernos.)
5. Impedir a tiempo cualquier mella de la autonomía y la unidad, pues ambas son la fuerza de las
comunidades y éstas sólo se pueden preservar si el buen gobierno impide, con el ejercicio diario de la
democracia, la formación de mafias y clientelas que se separan de sus comunidades y hacen del
separatismo de comunidades y pueblos una forma de satisfacer ambiciones meramente personales o
de grupo, como ocurrió en muchos países de nuestra América, cuyas oligarquías desde el siglo xix
rompieron el ideal bolivariano, o en la Yugoslavia que puso en un primer plano su fallido proyecto de
autogobierno, origen de las mafias que después de la debacle mostraron y aumentaron su fortunas mal
habidas y sus autoritarismos contumaces. Si las lecciones de la moral están muy lejos de ser "puras
ilusiones" para cualquier proyecto de interés general, es suicida olvidar las lecciones históricas de la
inmoralidad pasada y presente. Esas lecciones están claras en el zapatismo cuando declara indignos a
los que abusan del poder o se pliegan ante el poder, a quienes dan dádivas y concesiones personales y
paternalistas desde el poder, y a quienes las reciben como agachados.
6. Tener la capacidad de cambiar uno mismo como rebelde sin dejar de serlo. Tener la entereza de
pasar de proyectos insurreccionales armados a proyectos de negociación sin claudicación -como en
San Andrés- o a posiciones de enroque en la resistencia -como después de que el Congreso negó los
derechos a los pueblos indios-, o a la restructuración del poder local con las redes de los caracoles,
tras un largo periodo de silencio expresivo y reflexivo en que las experiencias de la organización
preliminar y local del buen gobierno en la autonomía permiten plantear un proyecto fuerte de redes
con posibilidades nacionales e internacionales.
7. Al abandonar la toma del poder por la fuerza, construir el poder de las comunidades como proyecto
que combina lo micro y lo macro en el proceso de construcción de las bases organizadas, con las
variaciones que sean necesarias de unas regiones y países a otros, y en distintas situaciones dentro del
mismo país o región. En este punto tal vez sea necesario aclarar un poco más que el proyecto de los
zapatistas no corresponde a la lógica anarquista o libertaria, por actualizadas que estén, ni a la lógica
estatista de toma del poder del Estado o de reformas al Estado, por decaídas o desprestigiadas que se
hallen. Aclarar que el proyecto busca construir el poder desde la sociedad civil, consciente de que esa
construcción en muchas partes del mundo, al agotar las luchas políticas y sufrir persecuciones
armadas convencionales o no convencionales, obliga a los habitantes a ejercer el derecho de
autodefensa de sus pueblos y hogares, y que si en un momento pasan a proponerse acciones armadas
para una rebelión contra el orden injusto y opresivo, depredador, explotador y excluyente, ahora otra
vez más confirman su vocación pacífica con un nuevo camino que en todo lo posible será rebelde y
operará dentro de los marcos legales, y que hará todo lo necesario en sus estructuras políticas y
sociales para impedir negociaciones con cooptaciones que mellen la autonomía de las personas y de
las comunidades. La política de la dignidad empieza por el respeto a uno mismo que exige y organiza
el respeto de los demás.
La lucha por la construcción del poder desde las más pequeñas comunidades y municipios, hasta
zonas y regiones articuladas, es la lucha concreta de los zapatistas. Constituye una contribución muy
importante para el aumento de la fuerza necesaria en la transición a un mundo nuevo sin que se
sostenga una "teoría general" de que en todas partes, todos, todo el tiempo construirán la transición de
la misma manera, lo cual sería un absurdo en que caen quienes se olvidan de la enormidad y variedad
del mundo.
Al mismo tiempo, esa posición de los zapatistas ni es "antipartido" ni busca fundar un partido. Los
zapatistas no se proponen fundar un partido que encabece a un bloque para la toma del poder del
Estado, ni quieren luchar en las elecciones como un nuevo partido del Estado. Buscan recorrer el
nuevo camino de construcción de comunidades y redes de comunidades autónomas. Si éstas logran
acaso una "redistritación" y "remunicipalización" reconocida por el gobierno, ese hecho, como los
acuerdos de San Andrés, seguramente no implicará ninguna concesión de principio y sólo permitirá
que los pueblos luchen por sus valores e intereses con una legalidad formalmente reconocida.
En todo caso, la política de "redistritación" y "remunicipalización" supone, como requisito mínimo y
prueba de buena voluntad del gobierno, el abandono de los hostigamientos militares y paramilitares
que los pueblos indios han sufrido y sufren. Su cese necesario es ineludible para construir el nuevo
camino. Si ese camino no se da es porque continúan dominando en el gobierno la ceguera y la
pequeñez con que el Congreso rechazó los derechos de los pueblos indios, contra la voluntad de los
pueblos de México y de la nación mexicana. La falta de reconocimiento legal de la autonomía
dificultará pero no detendrá la marcha de los caracoles y su vigoroso proyecto de construir y articular
las autonomías de los pueblos indios y no indios. El proyecto cabe en la Constitución y en el derecho
de asociación de los pueblos y los ciudadanos.
8. Aclarar que si la nueva política no es insurreccional ni reformista ni libertaria o anarquista,
reconoce la validez de muchas categorías descubiertas por esos movimientos y hasta por otros
anteriores, como los liberales y patrióticos de nuestra América, pero que en todo caso descansa en el
pensar y hacer colectivo de los pueblos indios para descubrir las definiciones actuales y los lenguajes
comunicativos del pensamiento crítico y alternativo, sistémico y antisistémico, en sus distintas
versiones y experiencias reformistas y revolucionarias o nacionalistas o libertarias.
Es más, resulta necesario aclarar con reiteradas expresiones verbales, mímicas, intertextuales, que hay
elementos del posmodernismo europeo y estadunidense, en sus manifestaciones más creativas y
radicales, que son y serán incluidos en los textos y contextos del buen gobierno con sus límites
actuales y con los que aparezcan por las puertas y ventanas de "la más pequeña de las alternativas" o
de aquéllas que se articulen desde cualquier punto cardinal. Que éste no es un proyecto nada más
zapatista o indígena o chiapaneco o mexicano, sino que va al encuentro dialogal y mundial de
proyectos parecidos no cabe duda, como tampoco que está justificadamente orgulloso del legado que
le dejaron "los más primeros habitantes de estas tierras".
9. Precisar que el proyecto de los caracoles pasa de la mera protesta, o manifestación o movilización,
a la resistencia y la organización del pensamiento, la voluntad y la acción. Que asume como
prioritarias las políticas de educación y salud, y busca resolver en todo lo que se pueda y para que se
pueda problemas de alimentación, vestido y vivienda, empleo y retribución justa de las comunidades
y los trabajadores. Que al mismo tiempo alienta redes de comercio básico entre comunidades,
pequeños productores y comerciantes de la "economía informal", señalando preferencias a los
mercados locales y al nacional. Las limitaciones y contradicciones en estos terrenos son bien
conocidas por los zapatistas. Plantean una mayor capacidad de resistencia frente al "comercio injusto"
y a "las relaciones desiguales de intercambio", a los que buscan enfrentar en lo que se puede, con la
articulación de los mercados y los productores locales para una política de sobrevivencia. La
capacidad de alcanzar mejores "términos de intercambio" con los "centros rectores" o explotadores
que venden caro y compran barato dependerá de los conjuntos de redes que se forjen y de su
comportamiento en la restructuración del poder de las comunidades frente a los mercados
colonizados. No cabe duda que aquí se encuentra uno de los puntos más difíciles de resolver y que es
precisamente al que se enfrentan los más pobres entre los pobres: la explotación por todas las vías de
los trabajadores de las etnias, y el comercio particularmente inequitativo con las etnias.
l0. Volver parte de la costumbre más arraigada en la vida cotidiana el respeto a las mujeres, a los
niños, a los ancianos.
11. Apoyar y apoyarse en las organizaciones y movimientos auténticos de los obreros y los
campesinos, de los estudiantes, de los "colonos marginales de las ciudades", de los "desplazados", de
los migrantes nacionales y extranjeros; de los ecologistas; en los movimientos de género, de edad, de
preferencias sexuales; en los que defienden tierras y territorios, derechos humanos sociales e
individuales.
12. Asumir y articular la lucha creciente en América Latina y el mundo entero contra las políticas
neoliberales de saqueo, depredación y conquista, entre las que son particularmente amenazadoras las
del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), las del Plan Puebla-Panamá y en general las
del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial de Comercio y la
triada de Estados Unidos-Japón-Europa con todas sus redes de gobiernos colaboracionistas y
agachados.
13. Oponerse radicalmente a cualquier acto de terrorismo, ya sea de Estado o de la sociedad civil, y a
cualquier acercamiento o trato con el narcotráfico.
14. Establecer redes de información y cultura, con espacios de reflexión y diálogo local, regional,
nacional e internacional, promoviendo con ellas no sólo la información veraz y el diálogo político-
social sino el diálogo de "las ciencias y las artes universales".
Hasta ahora el proyecto de los caracoles parece confirmar la decisión de los zapatistas y los pueblos
indios de luchar en forma pacífica por los derechos de sus pueblos, por la democracia con autonomía
y autogobierno en el interior de los mismos. Busca también articular sus luchas por la democracia, la
justicia y la libertad con los otros pueblos de México y del mundo. En términos prácticos y políticos,
se trata de un planteamiento que intenta imponer la transición negociada para alcanzar los derechos
de los pueblos indios y no indios.
El proyecto de los caracoles se propone aumentar las fuerzas de los pueblos y sus redes para que
logren soluciones negociadas con principios no negociables. Consciente de que sólo es "una parte
muy pequeña" del movimiento mundial, el zapatismo enfrenta y exige el cese de la guerra de
empobrecimiento, del acoso militar y paramilitar, de la discriminación cultural y social, de las
políticas de insalubridad, ignorancia y hambre que tantas víctimas han hecho en México y el mundo.
Va más allá de las meras increpaciones al imperialismo y a los gobiernos colaboracionistas, a sus
jefes y mafias. De hecho, plantea una alternativa mundial no sólo a la opresión y dominación
dictatorial de los pueblos, sino a la ofensiva colonialista del imperialismo neoliberal y al sistema
capitalista mundial. A los proyectos revolucionarios y reformistas o libertarios anteriores, agrega uno
que busca superar las malas experiencias de los gobiernos revolucionarios, reformistas o autócratas en
su lucha por la democracia, la liberación y el socialismo. El nuevo proyecto universal, nacido en los
pueblos pobres, tiende a juntar todas las luchas y a enriquecerlas con las que se dan por la moral
política, por la autonomía y dignidad de las personas y las comunidades, y por empezar a hacer uno
mismo lo que quiere que hagan los demás.
11 de septiembre de 2003.
http://www.jornada.unam.mx/2003/sep03/030926/per-texto.html Fuentes originales: * Comandante Brus Li. Ejército Zapatista de Liberación Nacional, "Plan La Realidad-Tijuana", El nacimiento de los caracoles, 9 de agosto, 2003. * Comandante David. Ejército Zapatista de Liberación Nacional, "Palabras de Bienvenida", El nacimiento de los caracoles, 9 de agosto, 2003. * Ejército Zapatista de Liberación Nacional, "Palabras para los hermanos indígenas que no son zapatistas", El nacimiento de los caracoles, 9 de agosto, 2003. * Ejército Zapatista de Liberación Nacional, "Palabras de clausura", El nacimiento de los caracoles, 9 de agosto, 2003. * Comandanta Esther. Ejército Zapatista de Liberación Nacional, "Para los pueblos indios de México", El nacimiento de los caracoles, 9 de agosto, 2003. * Comandanta Fidelia. Ejército Zapatista de Liberación Nacional, "A las mujeres", El nacimiento de los caracoles, 9 de agosto, 2003. * Subcomandante insurgente Marcos. Ejército Zapatista de Liberación Nacional. "Chiapas, la treceava estela (primera parte): un caracol", La Jornada, 24 de julio, 2003; "(segunda parte): una muerte", ibídem, 25 de julio, 2003; "(tercera parte): un hombre", ibídem, 26 de julio, 2003; "(cuarta parte): un plan", ibídem, 27 de julio, 2003; "(quinta parte): una historia", ibídem, 28 de julio, 2003; "(sexta parte): un buen gobierno", ibídem, 29 de julio de 2003. "Falso", el reporte sobre encuentro con la Cocopa: Marcos, La Jornada, 7 de agosto, 2003 * "Fragmento de la presentación de Radio Insurgente", El nacimiento de los caracoles, 9 de agosto, 2003. * Ejército Zapatista de Liberación Nacional, "A las juntas de buen gobierno zapatista. A los municipios autónomos rebeldes zapatistas. A la sociedad civil nacional e internacional", El nacimiento de los caracoles, 9 de agosto, 2003. * Comandante Omar. Ejército Zapatista de Liberación Nacional, "A los jóvenes", El nacimiento de los caracoles, 9 de agosto, 2003. * Comandanta Rosalinda. Ejército Zapatista de Liberación Nacional, "Resistencia y autonomía", El nacimiento de los caracoles, 9 de agosto, 2003. * Comandante Tacho. Ejército Zapatista de Liberación Nacional, "Para los campesinos de México", El nacimiento de los caracoles, 9 de agosto, 2003. * Comandante Zebedeo. Ejército Zapatista de Liberación Nacional, "Para los pueblos del mundo", El nacimiento de los caracoles, 9 de agosto, 2003. En la siguiente dirección se encuentran en audio los discursos de los comandantes zapatistas en El nacimiento de los caracoles: http://www.ezln.org Los documentos marcados con * se pueden consultar en la siguiente dirección: http://www.laneta.apc.org/sclc/ezln/20 03ago09.htm
http://www.jornada.unam.mx/2003/sep03/030926/per-texto.html Fuentes originales: * Comandante Brus Li. Ejército Zapatista de Liberación Nacional, "Plan La Realidad-Tijuana", El nacimiento de los caracoles, 9 de agosto, 2003. * Comandante David. Ejército Zapatista de Liberación Nacional, "Palabras de Bienvenida", El nacimiento de los caracoles, 9 de agosto, 2003. * Ejército Zapatista de Liberación Nacional, "Palabras para los hermanos indígenas que no son zapatistas", El nacimiento de los caracoles, 9 de agosto, 2003. * Ejército Zapatista de Liberación Nacional, "Palabras de clausura", El nacimiento de los caracoles, 9 de agosto, 2003. * Comandanta Esther. Ejército Zapatista de Liberación Nacional, "Para los pueblos indios de México", El nacimiento de los caracoles, 9 de agosto, 2003. * Comandanta Fidelia. Ejército Zapatista de Liberación Nacional, "A las mujeres", El nacimiento de los caracoles, 9 de agosto, 2003. * Subcomandante insurgente Marcos. Ejército Zapatista de Liberación Nacional. "Chiapas, la treceava estela (primera parte): un caracol", La Jornada, 24 de julio, 2003; "(segunda parte): una muerte", ibídem, 25 de julio, 2003; "(tercera parte): un hombre", ibídem, 26 de julio, 2003; "(cuarta parte): un plan", ibídem, 27 de julio, 2003; "(quinta parte): una historia", ibídem, 28 de julio, 2003; "(sexta parte): un buen gobierno", ibídem, 29 de julio de 2003. "Falso", el reporte sobre encuentro con la Cocopa: Marcos, La Jornada, 7 de agosto, 2003 * "Fragmento de la presentación de Radio Insurgente", El nacimiento de los caracoles, 9 de agosto, 2003. * Ejército Zapatista de Liberación Nacional, "A las juntas de buen gobierno zapatista. A los municipios autónomos rebeldes zapatistas. A la sociedad civil nacional e internacional", El nacimiento de los caracoles, 9 de agosto, 2003. * Comandante Omar. Ejército Zapatista de Liberación Nacional, "A los jóvenes", El nacimiento de los caracoles, 9 de agosto, 2003. * Comandanta Rosalinda. Ejército Zapatista de Liberación Nacional, "Resistencia y autonomía", El nacimiento de los caracoles, 9 de agosto, 2003. * Comandante Tacho. Ejército Zapatista de Liberación Nacional, "Para los campesinos de México", El nacimiento de los caracoles, 9 de agosto, 2003. * Comandante Zebedeo. Ejército Zapatista de Liberación Nacional, "Para los pueblos del mundo", El nacimiento de los caracoles, 9 de agosto, 2003. En la siguiente dirección se encuentran en audio los discursos de los comandantes zapatistas en El nacimiento de los caracoles: http://www.ezln.org Los documentos marcados con * se pueden consultar en la siguiente dirección: http://www.laneta.apc.org/sclc/ezln/20 03ago09.htm
https://www.alainet.org/es/articulo/108472
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