Transgénicos: Dos lados

25/09/2003
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Mi posición en la cuestión de transgénicos es un claro y firme "no se". Ya leí y oí tantas opiniones convincentes, para un lego, a favor y en contra, que me consuelo con la idea de que, en este asunto, todos son legos. El un lado dice que todavía no se sabe lo bastante sobre los efectos de los granos genéticamente modificados en la salud de las personas y del ambiente para liberarlo, y el otro dice que ya está científicamente comprobado que el transgénico no hace daño y oponerse a él es oponerse al progreso. Ya que nosotros, los legos, sin argumentos, no sabemos que lado está mintiendo o tiene razón, solo nos queda escoger el lado más simpático. Y, en cuestión de simpatía, soy antitransgénico desde pequeñito. El argumento más fuerte de un lado es el lucro, el de los productores que gastan menos en insumos y herbicidas y ganan más plantando el grano de la discordia, y el de la empresa que tiene el cuasi monopolio mundial de semillas modificadas y de la nueva técnica. El mayor interés del otro lado es el de prevenir los efectos posiblemente dañinos del cultivo de los transgénicos en el ambiente y de su consumo para las personas. Como no planto soja y no soy accionista de la Monsanto, pero soy miembro de la especie humana, categoría asustada, es claro que aliento a quien no nos quiere ver más envenenados de lo que ya estamos. Un argumento respetable de los pro- transgénicos sería el aumento de la producción de granos para un mundo que padece hambre. Pero leí que no solo el aumento de la producción no es tan significativo, sino que ya se produce comida suficiente en el mundo: la malnutrición existe porque en la distribución de alimentos también se confrontan el principio del lucro máximo y el ideal, y el lucro máximo vence fácil. Y esa deformación no cambia con más o menos grano plantado. El gobierno Lula parecería haber escogido su lado en la cuestión cuando escogió a Marina Silva como ministra del Medio Ambiente. Fue obligado a cambiar de lado por el hecho consumado de que gran parte de los productores de soja del país ya cultiva transgénicos, a pesar de la ley en contra, y aplicar la ley ahora traería el caos. Hecho consumado, desobediencia civil, desafío orquestado a las leyes que consideran injustas... Los productores rurales imitaron los métodos que condenaron en el MST, pero con más éxito. Tal vez porque al MST le falte un lobby como el de la Monsanto. No se.
https://www.alainet.org/es/articulo/108457

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