El papel de la sociedad civil ha sido relevante en la reunión ministerial de la OMC. Eréndira Cruz Villegas, directora del Centro Nacional de Comunicación Social (CENCOS) en México, hace un balance del trabajo que las organizaciones civiles y sociales han hecho durante estas dos semanas de septiembre en Cancún, Quintana Roo. -¿Cuál es lo que la sociedad civil ha logrado en Cancún? Ha sido muy importante la presencia de la sociedad civil adentro de la reunión ministerial porque se logró México se uniera al grupo de los 20 en materia de subsidios para la agricultura. Creemos que ese es un hecho inédito por el papel que jugaba México como chairman de la OMC, pero por otro lado, eso ayuda a tener una posición más clara para el desarrollo, en términos de países, particularmente, una mirada desde el sur. México no había tenido una posición clara antes en ningún otro proceso, ni en Doha, ni en las discusiones previas de trabajo en Seattle, en este sentido, este es un primer avance. Sin embargo hay un gran desafío porque el día de hoy se presenta el borrador final de la cumbre y vemos que no hay un gran avance. Es decir, no se asume en ninguna parte del borrador la situación de diferencia por países en vías de desarrollo, para trato especial y diferenciado, que es uno de los puntos estratégicos, de cara a las discusiones por área de libre comercio. -¿Cancún ha sido un triunfo para la sociedad civil entonces? Este proceso apenas es incipiente, no podemos cantar victoria, en esos temas de política económica la sociedad civil no tiene mucho margen de maniobra para poder incidir, incluso en los mecanismos de forma que apenas se están abriendo en Cancún, donde podemos estar sentados ya con empresarios, algo que antes era vedado para nosotros. Pero desgraciadamente es una cuestión de forma, no atiende de fondo y no se traduce en procesos mucho más radicales, mucho más claros a favor de un proceso de desarrollo con justicia y equidad. Otro nivel tiene que ver también en cómo la sociedad civil nos recreamos, cómo rehacemos nuestras prácticas para poder generar más sentido a nuestras protestas, me parece que aún falta mucho más que crecer, no tenemos todavía muchas cosas claras, no estamos alfabetizados económicamente. -¿El resultado de los foros ha sido positivo? En cuanto a las organizaciones sociales y civiles que participaron en los foros no hubo una mayor concreción sobre agendas estratégicas. Hay muchas lecciones que aprender; en primer lugar, los mecanismos de organización, de respeto y de diálogo, en segundo, qué tipo de propuestas estamos generando y qué tipo de contenido le damos a nuestras acciones, tercero cuáles son las posibilidades de incidencia reales que tenemos, política y públicamente en materia de política económica y financiera. El gran logro de Cancún se puede considerar entonces que son las grandes lecciones aprendidas. Las traducciones de acuerdos comerciales, por ejemplo, en servicios de salud y educación tienen un impacto directo en la vida cotidiana de las mujeres, de los campesinos. Cómo atendemos este tipo de agenda estratégica para poder meter los goles afortunados. Cómo tendemos puentes con Estados Unidos, América Latina, Asia y África, para que las lecciones de privatizaciones que se están generando en cada uno de estos continentes, nos permita generar las agendas. Otro gran tema tiene que ver con los medios de comunicación. Dejar de tener nota roja y amarilla. Cómo generar de las propuestas ciudadanas, noticias exitosas. Cómo ser más eficaces en nuestro propio discurso. Si no se apareja este sistema de aprendizaje con un trabajo de base, si no se genera un mecanismo de lecciones aprendidas y mecanismos de solidaridad internacional y si no tejemos una visibilidad estratégica de nuestras acciones a través de los medios de comunicación, nuestras luchas van a ser un fracaso. Estas son las lecciones y grandes tareas que tenemos que potenciar de cara a este nuevo siglo.