El Ecoturismo: Una amenaza para las Comunidades Indígenas, Campesinas y Forestales o una oportunidad para las Alianzas Solidarias Norte/Sur y Campo/Ciudad

15/09/2003
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Foro De Los Pueblos - Cancún 2003 Foro de las Comunidades Forestales frente a la OMC El Ecoturismo: Una amenaza para las Comunidades Indígenas, Campesinas y Forestales o una oportunidad para las Alianzas Solidarias Norte/Sur y Campo/Ciudad
Carlos Meade, Yaxche', Árbol de la Vida, A.C. Comunidades rurales y recursos estratégicos Las comunidades indígenas, campesinas y forestales en todo el mundo están expuestas a intensas presiones ya que las áreas naturales que conservan implican recursos estratégicos para la viabilidad de las sociedades humanas en el futuro próximo: el agua y la biodiversidad, el petróleo, los minerales y el suelo, entre los más importantes. Pero otra amenaza para estas comunidades está relacionada con la belleza de sus paisajes y con la cada vez más escasa existencia de bosques y selvas naturales y de culturas asociadas a estos ecosistemas. El llamado Ecoturismo se ha convertido en una nueva forma de colonización y, por lo mismo, en una forma encubierta de piratería, de nuevos saqueos, de nuevo pillaje, ahora orientados al despojo y la apropiación de los paisajes naturales y, también, de los saberes tradicionales indígenas sobre el uso de los recursos naturales. Nuevas amenazas y cultura de resistencia. Desde esta perspectiva, es evidente que el turismo representa una nueva amenaza para la autonomía de las comunidades indígenas, forestales y campesinas y para la conservación de su patrimonio natural y cultural. Sin embargo, es necesario reconocer que las estrategias de resistencia de los pueblos indígenas les han permitido preservar, a pesar de 500 años de dominación colonial y neocolonial (de expoliaciones, de intolerancia y xenofobia barbáricas), elementos sustanciales de su cultura, como la lengua y el conocimiento aplicado al manejo del entorno natural. La experiencia histórica en la lucha por conservar la identidad propia ha sido larga, tortuosa, dramática. Pero, hoy, aquí están los pueblos. Siguen vivos y manifestándose. Diversas estrategias han desarrollado para sortear y revertir las agresiones externas. Y aquí están también, hoy, los nuevos colectivos bio-regionales, las nuevas tribus, las redes, las diversidades vivas y reales, aquí estamos hoy en Cancún, en un esfuerzo de convivencia pacífica, de mutuo aprendizaje, de construcción de alianzas y vínculos. Tenemos mucho que aprender de la resistencia indígena en el camino hacia ese otro mundo que creemos posible, sin OMCs ni guerras preventivas. Ahora, ante la amenaza del turismo, los pueblos indígenas y campesinos en todo el mundo, están haciendo surgir nuevas estrategias de resistencia, al plantear el turismo como intercambio cultural, solidaridad y mutuo aprendizaje entre huéspedes y anfitriones; como una oportunidad para el autodesarrollo, para el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales y para el fortalecimiento de la identidad cultural. El reto que representa convertir una amenaza a la soberanía en una oportunidad para el autodesarrollo comunitario implica una estrategia con líneas muy precisas. Vamos a proponer las que nos parecen más básicas. Para las comunidades que, como en Quintana Roo, están en situación de inminente invasión, las acciones a emprender son urgentes y riesgosas pero inaplazables. Estrategias para un Ecoturismo Comunitario Sustentable Existen lineamientos y políticas públicas que definen al ecoturismo como una actividad que debe orientarse a la conservación del patrimonio natural y cultural de las comunidades indígenas y campesinas. Incluso, se establece como un principio básico de esta modalidad del turismo, la participación de las comunidades involucradas, desde el momento de la planeación. También se reconoce la importancia de la soberanía y autodeterminación de las comunidades como elemento esencial de la sustentabilidad de los proyectos. La Carta de Lanzarote y la Declaración de Québec recogen, de manera pormenorizada, estos planteamientos. Sin embargo, la realidad nos muestra que estos principios raramente se cumplen y que el ecoturismo, por lo general, no es más que un nuevo elemento de la mercadotecnia turística y herramienta de una nueva forma de colonialismo. Territorios invadidos, pueblos desplazados, imposición de leyes discriminatorias, convenios amañados e inequitativos, fuertes impactos ambientales, culturales y sociales: eso es lo que ha provocado el ecoturismo en la mayoría de los casos. Esto no es una simple apreciación. Se documenta profusamente en diversas investigaciones hechas por especialistas en Asia, África, Latinoamérica y Oceanía. Ante nuevas armas de penetración y dominio, nuevas estrategias de resistencia. Especialmente en lugares como Quintana Roo, donde la frontera del turismo de masas se expande a gran velocidad, las comunidades están bajo una fuerte amenaza. La avasallante economía invasora destruye las economías locales tradicional, socavando la sustentabilidad social y cultural de las regiones bio-culturales. La asimetría tan pronunciada entre el valor de los productos de la selva y el campo y el valor de los servicios y los productos manufacturados convierte al campesino en pobre pero sólo por una disposición perversa y deliberada de las reglas del mercado. Esta inequidad de origen del actual sistema económico dominante (ahora con pretensiones globalizadoras) es lo que obliga a la emigración. En muchos pueblos de Yucatán y Quintana Roo los hombres son prácticamente expulsados hacia las zonas turísticas, donde existen posibilidades de empleo, aunque siempre en los niveles más bajos de ingreso y con las condiciones más precarias de vivienda y servicios. Los precios que rigen en el mercado para los productos de campos, bosques y selvas sólo sirven para que los más pobres subsidien a los más ricos y al desarrollo urbano e industrial, mismo que sólo favorece los intereses de grupúsculos oligárquicos. Decimos grupúsculos no sólo porque son colectivos pequeños y cerrados que tienen controles específicos sobre algunos segmentos de la economía, las finanzas, la política, la geopolítica, las comunicaciones, la educación, la industria y la guerra en todas sus vertientes (invasiones, prevenciones, suciedades, cacerías, bajas intensidades, atentados, guerrrillas y contraguerrillas, entre los más conocidos); decimos grupúsculos porque en su diversidad hay intereses y visiones divergentes y la discordia ha sido una constante en su accidentada convivencia, desde que Colón globalizó las rutas de comercio a favor de los intereses de los reyes de Castilla y Aragón pero con financiamiento de los banqueros alemanes (por mencionar a los grupúsculos inicialmente involucrados en esta empresa). Pero la nueva amenaza que viene ahora con el turismo es aún peor que una economía regional que expulsa a la gente de sus pueblos. En la frontera de esa expansión invasiva del turismo debemos leer la dramática historia del Tulum contemporáneo, apenas hace 20 años una pequeña comunidad maya macewal compuesta por 80 familias y ahora con casi 10 mil habitantes, en su mayoría inmigrantes, y ante la expectativa de convertirse en una ciudad de más de 100 mil habitantes, a costa de 8 mil hectáreas de selva, de un acuífero de 200 kms. de cavernas sumergidas y de lo poco que queda de la organización tradicional y de la cultura de los habitantes originales. ¿Esto es lo que le espera al resto de la bio-región? La inminente invasión puede verse también, desde la visión perspicaz de un pueblo que nunca se ha rendido, como una oportunidad para defender el patrimonio natural y cultural propio, haciendo del interés del visitante el arma para sostener la soberanía, fortalecer la cultura y proteger el medio ambiente. Para que esto sea posible, la relación huésped – anfitrión se debe establecer en base a acuerdos explícitos, alianzas estratégicas locales, regionales y globales, en base a solidaridad, simpatía, fraternidad y amistad. Y es claro que esta oportunidad sólo es viable si las comunidades pueden tener el verdadero control sobre los proyectos, sobre la cantidad y el tipo de visitantes, sobre las actividades que estos realicen y sobre la distribución y destino de los recursos que la actividad genere. Es esencial que la actividad turística se integre de una forma apropiada y comunitaria con el resto de las actividades productivas y que no desplace, sustituya o elimine a ninguna de ellas. Toda actividad turística debería insertarse en la visión amplia e integral de un plan de vida comunitario. El ecoturismo no es ninguna panacea. Es sólo una herramienta, entre otras, en la búsqueda de la sustentabilidad local. También es necesario que se integre y consolide un mercado de visitantes responsables, sensibles, inteligentes y solidarios, que se comprometan a ser aliados de las comunidades locales en la lucha por la cultura y por la naturaleza. Las alianzas con actores externos debe estar basada en convergencias de fondo y en relaciones comerciales con principios de justicia y equidad. Imposible trabajar bajo estos principios con agencias mayoristas, franquicias o cadenas hoteleras. Pero, por otro lado, es una buena oportunidad para tejer alianzas Norte/Sur y campo/ciudad Los puntos críticos en estos proyectos son: poder generar y manejar una oferta completa de productos a nivel regional y microregional y vincular la oferta de una madera directa con un mercado de visitantes adecuado; muy diferente al que se asocia con el turismo de masas que se oferta en Cancún, la Riviera Maya y demás destinos de sol y playa en México y en el resto de los países tropicales. Es fundamental una estrategia que se oriente a la comercialización directa y a la eliminación de intermediarios Este visitante selectivo está, principalmente, entre las clases medias de los países desarrollados y de las grandes ciudades en cualquier parte del mundo. Se trata de personas cultas y sensibles, con interés por la diversidad cultural, la conservación ambiental y la justicia en las relaciones entre los pueblos. No son grandes masas de gente, desde luego, pero nadie que no tenga afanes de dominio y control necesita grandes masas de gente. Visitantes con este perfil son gentes como las que han llegado en estos días a Cancún, desde diversas partes de México y del mundo. El acceso a un mercado así lo dan las redes que se están tejiendo a nivel planetario entre organismos civiles. Redes donde convergen productores, comercializadores, consumidores, investigadores, comunicadores, luchadores sociales y que se mueven a través de canales propios y relaciones directas y horizontales. Estas redes deben de promover y operar las nuevas alianzas, alianzas Norte/Sur, alianzas Campo/Ciudad, que deben ir creciendo y fortaleciéndose. Un turismo solidario y responsable puede ser un vehículo para alianzas, vínculos y trabajo conjunto con objetivos compartidos. Si no se puede hacer viable una alternativa de comercio ambiental, cultural y socialmente justo, la OMC seguirá minando las bases de la sustentabilidad humana a una escala planetaria. En la OMC predomina la fuerza de los intereses de Estados Unidos y sus filiales (ya sean gobiernos de países o consejos de administración de empresas transnacionales). Esta ruta es la de las reglas del mercado impuestas por esa camarilla, la de la guerra por los nuevos botines (petróleo, agua, bosques, control geopolítico) y del exterminio colectivo. No parece que dé para mucho este modelo hoy dominante. Por ello, las estrategias de la resistencia indígena tienen ahora una dimensión también planetaria. La defensa de las condiciones de las sustentabilidades bio-regionales es la única posibilidad de sustento de la viabilidad planetaria de nuestra especie. Reflexiones transversales desde lo local Los problemas de los pueblos forestales forman parte de una problemática mundial muy compleja y que puede ser abordada desde una gran multitud de ángulos y perspectivas. Aquí planteo un eje transversal para pensar acerca de las causas de la problemática local. Este enfoque intenta remitirnos, desde luego, a la problemática global, en diferentes planos y niveles. Como vimos, la amenaza de un nuevo espejito que se nos quiere cambiar por oro se llama ecoturismo, pero éste es sólo uno más de los intentos neocoloniales maquinados desde los centros de poder económico. Es necesario pensar desde una perspectiva amplia -donde se entretejen ámbitos económicos, socioambientales y culturales- para ubicar las causas de los problemas que están minando las bases ambientales, culturales y sociales que han dado sustento y larga permanencia a los pueblos indígenas, forestales y campesinos en todo el planeta. Propongo 9 temas de reflexión que sólo pretenden enmarcar la problemática y esbozar algunas líneas estratégicas para la acción. 1.- Pensar globalmente, actuar localmente (Significa que, desde una perspectiva de la problemática global, actuemos en consecuencia y de forma local concreta) La fórmula complementaria es igualmente importante: Pensar localmente, actuar globalmente (Significa que desde una perspectiva de la problemática local, actuemos en consecuencia y de forma global tejiendo redes de relaciones, que es lo que estamos construyendo en foros como este) 2.- Pensar la diversidad desde la identidad No se puede pensar y aceptar la diversidad sino desde la identidad propia. No puedo reconocer y aceptar al 'otro' si no lo miro desde algo que soy, diferente de él. La globalización no es sino el proceso complejo y ancestral de la articulación de una abigarrada pluralidad de pueblos, tribus y colectivos humanos diversos, articulación cada vez más enredada, violenta e ineficiente. Los que están pensando globalmente de manera concreta es porque tienen los medios para incidir en las fuerzas que dominan en el mundo. Y usan ese poder a favor de sus intereses particulares. Así, los beneficios de corto plazo que ofrece el modelo de mercado globalizado, recaen en un puñado de familias de la mafia político- financiera-industrial-militar transnacionalizada; un limitado conjunto de grupúsculos olígárquicos, que quiere extender su dominio sometiendo a los pueblos del mundo con la imposición de reglas comerciales o con la guerra preventiva de ocupación y saqueo, según se juzgue conveniente en cada caso. Es necesario que una nueva identidad planetaria surja y que un pensamiento global diferente crezca y se empodere para detener la globalización de las invasiones militares, de la rapiña disfrazada de tratados y negocios, de la injusticia social y de la depredación ambiental. 3.- La espiritualidad de los pueblos de las selvas y los bosques remite a un respeto y a una humildad frente a las fuerzas de la naturaleza, a unos valores que se comparten y se cultivan. Remite a una cosmogonía que ubica a los seres humanos como parte orgánica del universo. Estos valores, saberes y prácticas contrastan con sus equivalentes occidentales, donde prevalece el afán de dominio, el complejo de superioridad y el individualismo, que se derivan de la visión judeo-cristiana donde el hombre es concebido como el amo de la creación cuyo destino es dominar a la naturaleza. La mujer es aquí un malogrado subproducto hecho para la recreación del hombre. La espiritualidad indígena, en cambio, es también una fuente de sabiduría invaluable que incluye técnicas de conocimiento y aprendizaje no limitadas al razonamiento. Esta espiritualidad promueve, también, una actitud social y cultural que da vida a un modelo biocultural, a un tejido socioambiental que se sustenta en valores enraizados y en normas propias, claras y socialmente aceptadas para el acceso, aprovechamiento y manejo de los medios de vida que la madre naturaleza nos ofrece. Si ese sistema de normas se pierde, el patrimonio natural desaparecería pero si la biodiversidad se degrada, si el medio ambiente se deteriora, la cultura, en la misma medida, se degrada y deteriora. Relaciones muy dinámicas de interdependencia entre la naturaleza y la sociedad definen a una región biocultural. La defensa de la cultura y de la naturaleza es, en este sentido, una y la misma lucha. 4.- Desde lo global, es obvio que lo que aún queda de los bosques y las selvas de este planeta debe ser protegido como una de las prioridades para la sobrevivencia de nuestra especie en las próximas décadas. ¿Quién ha pagado y quién pagará los costos de esta conservación? ¿Sólo las comunidades, que tienen altas exigencias y limitaciones para aprovechar sus propios recursos y bajísimos precios a sus productos, con lo que subsidian buena parte de los costos de los servicios ambientales de que gozan las ciudades? ¿Sólo el consumidor responsable de productos forestales? Sería mucho cargarle la mano a este consumidor que, además, es escaso. Lo lógico es pasarle la cuenta a todos los consumidores y, principalmente, a las ciudades y a sus habitantes, que gozan de servicios ambientales hasta ahora gratuitos, que son brindados por las áreas rurales y, muy especialmente, por las selvas y los bosques. Los servicios ambientales insustituibles que ofrecen selvas y bosques deberían ser valorados y retribuidos en justicia a quienes han mantenido y mantienen esos ecosistemas. Agua, suelo, oxígeno, clima, biodiversidad, equilibrio ecológico, hábitats humanos; todo eso nos ofrecen las selvas y los bosques. Sin ello, las ciudades no son posibles. El precio actual del agua sólo considera el costo de su conducción a las ciudades. El mantenimiento de las zonas de recarga no se considera. Por eso, hay que repensar las ciudades desde su relación con los ecosistemas bio-regionales y bio-culturales (incluidos de manera particular los agroecosistemas). Las ciudades son una de las peores plagas que el sistema dominante impulsa, dejando a campos, bosques y selvas en manos de un aparato agro- industrial transnacionalizado y depredador, a todas luces inviable. 5.-¿Cómo transferir el costo de los servicios ambientales? En principio, requerimos: Precios justos a los productos agrícolas, precios justos a los productos forestales y pago de servicios ambientales. Para el pago de servicios ambientales proponemos: - vía impuestos ambientales, las zonas urbanas pagan a las comunidades por los costos de conservación de zonas de captación de agua, mantenimiento de suelo y biodiversidad, captación de carbono y producción de oxígeno, equilibrio climático y ecológico. - multas por los daños al ambiente vía emisiones de humos, gases y calor, vertimiento de aguas contaminadas, residuos sólidos y radioactividad. - compensaciones especiales a beneficio de los afectados por desmontes para expansiones urbanas, industriales, militares o por la degradación ambiental derivada de obras civiles en beneficio de las ciudades. - a los culpables de destrucción ambiental por motivos militares (bombardeos, armas químicas, incendios, movilización de artillería pesada, etc.) debería aplicárseles penas muy fuertes y multas especiales. 6.- Hemos llegado al absurdo de que en esta sociedad de consumo todo tiene un valor reflejado en un precio en el mercado. Todo se ha convertido en una mercancía. Y lo más valioso, lo que en realidad es el único sustento de la supervivencia de nuestra especie, eso está infravalorado, como los productos del campo o, como los servicios ambientales, que ni siquiera figuran entre los bienes que circulan en el mercado. Necesitamos esperar que alguien los patente para que entonces, habiendo el 'genuino interés' de un propietario individual, estos bienes puedan entrar en un mercado donde las mercancías deben tener un dueño, un propietario privado que se apropie de las utilidades, con lo que la mecánica del sistema capitalista se sigue retroalimentando, en una espiral que ya ha llegado a las puertas del infierno. 7.- Mientras no surja con fuerza una nueva eco-economía política que impida que el campo siga subsidiando a las ciudades y que logre introducir, en su justa dimensión, las variables ambientales en el sistema económico, la maquinaria perversa dominante –que sólo anima la globalización de un apocalipsis en oferta especial y con acciones a la venta- nos ofrecerá cada vez más escasas posibilidades de sobrevivencia. Por eso decimos no a la OMC, no a la política del 'libre mercado'. 8.- ¿Sería válido que alguien patentara el aire de la selva maya cerrando un frasco con certificado de origen y pretendiendo cobrar a todo el que, por vivir en esa región, lo respira 20 veces cada minuto? Si no somos dueños de la frescura del aire ni del fulgor de las aguas, ¿cómo podrán ustedes comprarlos?, se preguntaba el jefe Lakota, en famosa contestación al jefe de Washington, hace más de 150 años. Ahora sabemos que para vender la frescura del aire y el fulgor de las aguas sólo tenemos que seguir los lineamiento de los llamados TRIPS (Tratados para el registro de Patentes de Propiedad Intelectual), promovidos, claro, por la OMC. 9.- La biodiversidad y los pueblos indígenas. Primero, la biodiversidad la 'descubrieron' los científicos occidentales, aunque ya estaba descubierta hace miles de años por los propios pueblos. Pero ahora, esos científicos que son empleados de grandes empresas, no se conforman con descubrir lo que ya se conocía sino que se atreven a patentarlo como propio. En un nuevo intento de saqueo colonialista, la furia del capital transnacionalizado pretende despojarnos de nuestro saber ancestral para lucrar con él, mientras, al mismo tiempo, arremete contra las formas tradicionales del pensamiento indígena, las que, entre otras cosas, dan sentido pleno a los saberes de un pueblo y los reproducen y socializan con justicia y equidad. ¡Patentar la vida! ¡Patentar un saber que me acabo de robar! ¡Qué perversa nueva forma de piratería! Colofón Es muy claro que fuerzas divergentes se polarizan en nuevos escenarios, donde permea el paradigma de la visión globalizada. La pregunta es si el movimiento altermundista, en alianzas de colectivos, organismos civiles, tribus, grupos de intelectuales y artistas, minorías de toda naturaleza, pueblos indios, comunidades forestales y campesinas, si todos nosotros, en consenso, alcanzaremos a tejer un modelo viable para la sobrevivencia planetaria antes de que el destino que nos tienen prometido la OMC y las mafias que se disputan el gobierno mundial termine por aniquilarnos. Una propuesta que intenta desarrollar el ecoturismo comunitario en la región biocultural maya macewal, como oportunidad de autodesarrollo con identidad, se puede conocer en www.ecoturismomaya.com
https://www.alainet.org/es/articulo/108393?language=en
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