Carta de diputados y diputadas centroamericanos con relación al TLC con EE UU y el ALCA

27/06/2003
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A los Pueblos de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica.
Al Pueblo Latinoamericano.
Al Pueblo Estadounidense.
A la Opinión publica mundial. Reunidos en San Salvador hemos reflexionado junto a compañeros compañeras de la Red Sinti Techan, miembra del Bloque Popular Centroamericano, sobre el contenido del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y el Área de Libre Comercio en las Américas - ALCA- que en los últimos meses se están promoviendo. La manera acelerada, secreta e inconsulta con que estos procesos se llevan adelante, ponen en grave riesgo las posibilidades de desarrollo de Centroamérica, atentan contra los más elementales principios de la democracia y perpetúan las condiciones de dependencia económica de la región y la hegemonía de las empresas transnacionales. Esta situación condena y rechazo. El Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y los países de Centroamérica y el ALCA, que actualmente están siendo impuestos a nuestros pueblos con la complacencia de los gobiernos de la región, no constituyen ni son parte de la solución de la realidad de pobreza y exclusión social, económica y política, ni de la alta vulnerabilidad ambiental que viven millones de seres humanos en esta región centroamericana y en América Latina, y que se ha profundizado por las políticas neoliberales y las políticas de comercio internacional injustas promovidas por el FMI, BM y la OMC en los últimos años. Junto al Plan Puebla Panamá, el ALCA y el TLC son la expresión concreta de un plan de dominación económica, política, social y cultural sobre nuestros pueblos, que con un discurso vacío que llama a la prosperidad y al desarrollo, anulan los derechos humanos elementales, anteponiendo los derechos de las empresas trasnacionales en el marco de las relaciones económicas, trastocando las bases de una sociedad que esta sedienta de justicia, paz, sustentabilidad, desarrollo de la democracia. Estos Convenios someten la vida de nuestros pueblos, quebrantando su soberanía y el derecho a la autodeterminación. Lo que nuestros demandan no es "libre comercio" sino un comercio que reconozca las abismales diferencias entre las economías industrializadas y las de los países subdesarrollados. La entrada en vigencia de estos convenios de "libre comercio" se traducirá para las comunidades en la privatización de los servicios de salud, educación, agua, quiebre de la agricultura, más impuestos, mayor emigración del campo a la ciudad y a los Estados Unidos, y destrucción de empleos, que se reflejara en graves efectos sociales como el aumento de la delincuencia, drogadicción, desintegración familiar y mayor pobreza. Más difícil será el panorama para los pequeños y medianos productores agropecuarios, comerciantes, así como para los profesionales, industriales y las capas medias de la población de las ciudades. A estos amplios grupos de población centroamericana, todos perdedores del neoliberalismo y del llamado "libre comercio", les exhortamos para que cuestionen y rechacen enérgicamente la actual posición entreguista de los gobiernos de la región, en función de tomar en sus manos las decisiones para un futuro justo y sustentable de la Nación Centroamericana. Hacemos un llamado a las organizaciones de la sociedad civil, partidos políticos, instituciones que trabajan con las comunidades, iglesias, sindicatos y gremios, estudiantes, y al pueblo en general para que frente a estas iniciativas de dominación y pérdida de soberanía, nos informemos, reflexionemos y desarrollemos acciones conjuntas para definir estrategias de denuncia y resistencia. Demandamos a los gobiernos y a los diputados y diputadas de cada uno de nuestros países a que se hable con la verdad sobre los contenidos e impactos del TLC y el ALCA. De la misma manera, les exhortamos a gobernar en función de las mayorías empobrecidas, los pequeños grupos de productores, de las mujeres, los niños y niñas, de los campesinos, asalariados; en función de la protección de los recursos naturales y ecosistemas, y no en función de los intereses de minúsculas elites financieras y de las empresas trasnacionales. Finalmente, como servidores públicos, parte de este pueblo que sueña y trabaja por un futuro mejor, nos comprometemos a seguir acompañando a las comunidades en sus iniciativas de resistencia y en la promoción de la paz, la justicia, la autodeterminación y la democracia. Nos comprometemos a construir alternativas desde los intereses nacionales. OTRA CENTROAMÉRICA, JUSTA Y SUSTENTABLE, ES POSIBLE. San Salvador, 28 de junio del 2003.
https://www.alainet.org/es/articulo/107945?language=es

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