Las mujeres cubanas apoyan creación de frente antifascista mundial

22/04/2003
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Nosotras, las mujeres cubanas, que a partir de 1959 vivimos en un país libre, independiente y soberano, luchamos a diario para llevar adelante nuestra Revolución Socialista de justicia, igualdad y solidaridad, que ha beneficiado a todos. Desde entonces tomamos la trinchera de la producción y la defensa, de trabajo combativo en el hogar, en la familia y en la sociedad, elevando cada vez más nuestras ideas y nuestra convicción de no dar jamás un paso atrás. Estamos conscientes de la extrema peligrosidad del momento actual para nuestra Patria y para el mundo y listas para tomar las tareas que sean necesarias en cualquier frente de la contienda contra el imperialismo yanqui que continúa con las locas pretensiones de imponer su dominio, de llevar a la práctica a escala planetaria su proyectado imperio del siglo XXI, asistido por las nuevas tecnologías de la guerra, por el poderío económico y mediático acumulado con la globalización neoliberal que ha empobrecido a la gran mayoría de los habitantes del planeta. Millones de mujeres del mundo recuerdan y lloran todavía a los muertos del infierno nazi fascista; muchas conocen de primera mano y por referencias directas la trampa de las consignas demagógicas de los fascistas que hoy vuelven a enarbolar de este lado del Atlántico los émulos norteamericanos que han ahondado la esencia reaccionaria, racista y sexista de esa ideología para imponerla universalmente. La barbarie del fascismo ha asolado también a muchos países de nuestra región. No olvidar a Dan Mitrione, designado por los Estados Unidos de Norteamérica para entrenar a los torturadores con los más aberrantes y destructores métodos de tortura física y mental en aquellos años de brutal fascismo en Argentina, Uruguay, Brasil y Chile. No olvidar que a las madres embarazadas tras las torturas, les extraían los niños del vientre antes de matarlas. ¡Aún sus madres y abuelas, muchas de ellas de la Plaza de Mayo, buscan a sus nietos, buscan las huellas de sus hijos! Desde 1967 la codicia norteamericana les llevó, junto con los ingleses, a crear una nueva zona de conflicto en función de sus intereses económicos en el Medio Oriente. Cada vez se hicieron más evidentes los verdaderos objetivos de promover un enclave sionista con posiciones de expansión y guerra, de honda raíz fascista, arrojando a los palestinos de sus territorios. Con la caída del campo socialista las armas norteamericanas, lejos de disminuir, se hicieron más poderosas. Estados Unidos de Norteamérica se erguía amenazadora como potencia unipolar. Los grandes consorcios norteamericanos del petróleo y el armamento gobernaban ya. Probando sus armas sofisticadas hace diez años comenzaron a bombardear Iraq. En Europa lanzaron una guerra contra Yugoslavia. ¡Sus bombas inteligentes asesinaron a miles de niñas y niños con sus madres, en Afganistán! Y deciden destruir totalmente Iraq con absurdos pretextos. Allí, en Bagdad, se han contado los soldados norteamericanos y británicos muertos, los soldados iraquíes caídos. Pero nada se ha dicho todavía de cuántas mujeres, cuántos niños y niñas, cuántos ancianos fueron asesinados en la capital y el resto del país. ¡Las pocas imágenes que permitieron pasar por la televisión expresan la monstruosidad de esta guerra! El fascismo no es un fantasma que recorre el mundo, es una peligrosa y dramática realidad, y las mujeres así lo entendemos. El fascismo ha dejado siempre un saldo imborrable de muerte, dolor, de crímenes e infamias que revelan su crueldad, incluso se descubren nuevas páginas escalofriantes y conmovedoras de esta cara oscura de la historia. ¡Es preciso detener la ofensiva mortal! Sus rasgos distintivos no dejan lugar a dudas: la injusticia en el poder, el irrespeto por la vida, el menosprecio por la cultura de los pueblos, el atropello a la razón, a la verdad, a todo lo que se oponga al paso aplastante de los "amos imperiales". Las cubanas vemos con orgullo como se agiganta la participación de las mujeres en la lucha de los pueblos contra este creciente peligro. Su grito de ¡NO A LA GUERRA! equivale a decir ¡NO AL FASCISMO! Las mujeres del mundo siempre han estado conscientes de que sólo con la paz puede prosperar en nuestra morada universal la idea de hacerla mejor, puede avanzar en cualquier latitud la aspiración de alcanzar iguales derechos y oportunidades, de desplegar todas sus potencialidades. Conocemos en carne propia la filosofía del despojo del imperio unipolar. Nos arrebató la independencia conquistada con la sangre de nuestros mejores hijos a principios del siglo XX y durante muchos años ha cometido contra nuestro pueblo toda clase de actos de terrorismo de estado. Hoy, asistimos a la masacre iraquí; ¿cuál será el próximo escenario? El fascismo de los halcones norteamericanos, no satisfecho con la sangre y el horror de las víctimas, quema bibliotecas y permite el saqueo de la riqueza artística e histórica de una de las cunas más importantes de la civilización, pretenden no solo arrebatar la vida, sino también la memoria. En nombre de nuestros derechos, en nombre de la Tierra que nos pertenece porque la hemos sedimentado con nuestra obra y poblado con los frutos de nuestras entrañas, no podemos permitir un espacio al fascismo. Es la hora de redoblar la marcha unida para enfrentar a la bestia fascista, con la verdad y la fuerza de la esperanza en un mundo mejor. Por ello las mujeres cubanas apoyamos la creación de un Frente Antifascista Mundial proclamado por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, y llamamos a nuestras hermanas de todo el mundo a unirnos, a unir las fuerzas para detenerlos:
¡No Pasarán! ¡Venceremos!
23 de abril del 2003
https://www.alainet.org/es/articulo/107546
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