Naciones Desunidas, División Europea, Estados Desunidos, Reino Dividido
19/03/2003
- Opinión
Antes de estallar la inminente guerra contra Irak las primeras bajas
han sido varios organismos internacionales así como las esperanzas de
amplios sectores de la opinión pública occidental en varios de sus
gobiernos.
A Naciones Unidas se le presionó para que organizase colectivamente
la liquidación de armas de destrucción masivas de Irak, y luego para
que ordenase oficialmente el ataque. Bush se vio obligado a
transitar por dicha vía para conseguir el aval de su principal aliado
(Reino Unido). Al final se demostró que entre la administración Bush
y la Unión Europea hay una fuerte diferencia de cómo enfocar las
relaciones internacionales. Quien detenta un virtual monopolio de
las mayores armas concibe que tiene la capacidad y la necesidad de
utilizar la fuerza para solucionar los problemas, mientras que las
desgastadas potencias europeas apuestan a las coordinaciones multi-
laterales.
Las potencias anglo-americanas han decido ir a la guerra habiendo
ganado sólo 2 de los 13 votos restantes del consejo de seguridad. Al
principal organismo internacional de países se le imputa de
inoperante e irrelevante. La actual es la primera vez en la cual la
mayoría de los miembros permanentes del consejo de seguridad y varios
aliados históricos de EU (como Alemania, Francia, Grecia o Bélgica)
abiertamente rechazan una acción bélica norteamericana.
Si la guerra afgana resultó de la mayor coalición de países hecha en
la historia, la actual guerra iraquí será comandada por la menor
alianza y la mayor oposición que hayan tenido el eje anglo-americano.
Naciones Unidas se encuentra en un impasse. El fin de la bipolaridad
le ha herido profundamente y ahora está entre la presión de su
mayoría que quiere un organismo que solucione cooperativamente los
problemas, y los EEUU que apuntan a que sea un organismo auxiliar.
La actual guerra es una forma indirecta de batallar contra la Unión
Europea. Cuando ésta se amplía haciendo que suba de 15 a 25 miembros
y su coro central va teniendo una moneda única, se echa abajo todas
las pretensiones de ir hacia una política exterior común. Mientras
el grueso de sus miembros fundadores apuesta por la presión
diplomática y por un mundo multi-polar, lo que EEUU llama la 'nueva
Europa' (los países que entraron tarde a ésta) apunta a buscar
potenciarse siguiendo a la hiper-potencia.
Esta guerra viene causando profundas divisiones dentro de los EEUU y
Gran Bretaña. Antiguos presidentes y secretarios de pasadas
administraciones demócratas conciben que ir a una guerra es hoy
prematuro. El unilateralismo preventivo puede poner en riesgo
políticas de alianza tan elaboradamente tejidas desde hace medio
siglo y minar pactos como la OTAN. Los demócratas hubiesen preferido
seguir la pauta de los inspectores para desarmar a Hussein. Los
halcones de Bush, en cambio, quieren mostrar un nuevo orden mundial
en el cual la 'unica super-potencia que queda tiene plenas libertades
para inmiscuirse en otros lugares y velar por su seguridad.
Una leve mayoría de la opinión pública podría respaldar a Bush para
ir a una invasión sin venia de la ONU, pero en Gran Bretaña, España,
Italia y otros aliados europeos de Bush, la gran mayoría se opone a
ello. Blair, el principal soporte internacional de Bush, debe mandar
sus tropas contra su inicial promesa de sólo hacerlo en caso de tener
una resolución favorable de Naciones Unidas y con una fuerte
oposición popular así como dentro de su partido. Las tropas
británicas no tienen una moral tan alta sabiendo que el grueso de sus
compatriotas no secunda su accionar.
Colin Powell acusa a Saddam de haber promovido dicha división. Sin
embargo, un dictador desprestigiado en el medio oriente no tiene tal
poder. Lo que produce tales divisiones es la nueva estrategia de
Washington de querer imponer unilateralmente su poderío militar como
forma de ir solucionando problemas en el mundo. La mayor división
que amenaza con causar es aquellas entre gobernantes y gobernados en
occidente. El 15 de febrero se produjo la mayor marcha multinacional
simultánea de la historia: más de 10 millones salieron a las calles
contra la guerra.
Sea cual sea el resultado de la guerra habrán quedado dañadas una
serie de organismos internacionales así como las relaciones internas
entre los países occidentales.
* Isaac Bigio, Analista Internacional.
https://www.alainet.org/es/articulo/107122?language=en
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