Comentarios informales sobre la situación política venezolana

02/01/2003
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Podrán imaginarse, la situación de tensión y angustia en la cual estamos viviendo en Venezuela. La oposición hasta ahora no ha logrado sus principales objetivos. Se imaginaban que este era un gobierno como el de Rumanía en la fase final de su "socialismo realmente existente", sin apoyo ni capacidad alguna. Bastaba con que la "sociedad civil" le quitase el piso para que se derrumbara. Estaban convencidos que con unos días de saboteo petrolero lograrían salir de Chávez. La toma de posesión de Lula se había convertido en una fecha límite, porque sabían con Lula en el gobierno la situación internacional, y en particular la latinoamericana y en la OEA se les haría menos favorable. Sin embargo todo le ha resultado más difícil. Por su lado, el gobierno está por fin demostrando alguna capacidad para gobernar. A pesar de todo, ha logrado mantener el flujo de la mayor parte de los alimentos y el transporte público y la mayor parte de los servicios no se han detenido. Ante todo ha logrado mantener la calma, la serenidad. No ha decretado ningún estado de excepción, no ha tomado medida alguna en contra de medios y militares con actuaciones directamente golpistas. Esto, que para unos es expresión de debilidad, le ha permitido conservar una parte sustancial de su legitimidad democrática. Gracias a que el gobierno se ha mantenido en forma estricta dentro de la constitucionalidad, las fuerzas armadas le brindan un apoyo institucional que parece ser muy sólido. Los militares golpistas no parecen tener respaldo alguno. El apego a la constitucionalidad ha sido igualmente importante desde el punto de vista internacional. La oposición no logra entender por qué los medios de comunicación internacionales y los gobiernos de América y Europa no se dan cuenta de que lo que existe en Venezuela es una "horrenda dictadura" que viola todos los días los derechos humanos y atropella diariamente la libertad de prensa. (Genuinamente, mucha gente está convencida de que esto es así). La situación de la industria petrolera se mantiene, y se mantendrá por algún tiempo, con bajos niveles de producción. La mayor parte de la cúpula técnica del más alto nivel está totalmente comprometida con la oposición y decidida a llegar al extremo que sea necesario con tal de salir de Chávez. Por otra parte, ya quemaron sus naves y saben que si no logran derrotar al gobierno, viene una profunda reestructuración de Petróleos de Venezuela que les quitaría una base de poder (y de ingresos y negocios) extraordinaria potente. Continúa muy limitado el suministro de la gasolina y con muchas dificultades el suministro de gas en bombona para cocinar, sobre todo en los sectores populares en los cuales no hay suministro directo por la vía de tuberías. La recuperación de la industria ha de ser necesariamente muy lenta. Hay saboteo. Falta personal para el funcionamiento de áreas críticas. Hay muchos cuellos de botella que afectan al sistema completo. Es muy riesgoso improvisar porque cualquier accidente resultaría muy contraproducente. Sin embargo, parece que poco a poco se han dado pasos hacia una progresiva -lenta- reactivación de la industria. Hay por supuesto una guerra de informaciones encontradas, de manera que resulta muy difícil evaluar qué es lo que en realidad ocurre. Lo que resulta visible es que todavía hay una severa escasez de combustible, a pesar de algunas, leves, mejorías en el suministro. La pelea central está hoy concentrada en el control de Petróleo de Venezuela. Esta se había sido convertida, efectivamente, en un Estado dentro del Estado. El presupuesto total del Estado venezolano es de alrededor de 20 mil millones de dólares. El presupuesto de Petróleos de Venezuela es de 53 mil millones de dólares al año. Como empresa se había venido autonomizando por completo de los lineamientos de la política petrolera fijada por el Estado. Sus inversiones estaban hechas con criterios de empresa privada, no con criterios de empresa pública, y para nada tomaban en cuenta algo llamable el "interés nacional". Sus costos de producción pasaron de algo así como 17% en el año 1980, a 63% de sus ingresos totales en el año 2000. El proceso de internacionalización de la empresa ha resultado en muchos casos una estafa al país. Se han hecho inversiones millonarias en el exterior que no producen beneficio alguno para el Estado. Se han comprado refinerías en el exterior con el fin supuesto de refinar petróleo Venezolano para garantizar acceso a los mercados, refinerías que después de varios años no han refinado todavía un solo barril de petróleo venezolano. Algunas de las refinerías que si refinan petróleo venezolano sobreviven en la medida en que se les suministra petróleo subsidiado. La gerencia de la empresa está totalmente hipertrofiada con salarios que corresponden a remuneraciones en dólares de grades transnacionales, mientras el país tiene una severa crisis económica. Mientras que el Estado hace esfuerzos por lograr un aumento significativo de los precios del petróleo mediante el fortalecimiento de la OPEP, es tal la estructura de costos de la empresa, que es poco lo que aumenta el ingreso fiscal con el aumento de precios. El papel de los medios no creo que tenga paralelo en la historia. Ya tienen un mes en que prácticamente no hay programación regular. Algunos canales continúan dedicados a tiempo completo (18 0 24 horas al día) a una campaña sistemática y muy agresiva en contra del gobierno. Han desaparecido por completo las propagandas comerciales, sustituidas por propaganda política de la llamada Coordinadora Democrática (oposición) que en forma reiterada acusa al gobierno de dictadura y exige la salida de Chávez. Los mensajes de fin de año de los canales de televisión con mensajes políticos llamado al desconocimiento del gobierno. Han logrado convencer a una amplia población de sectores medios y profesionales de que nos encontramos ante un "dictador castro-comunista" que amenaza la libertad, la propiedad y su modo de vida. La capacidad de movilización de estos sectores es extraordinaria. No tiene nada que ver, por supuesto con las cifras de uno, dos o tres millones de personas que anuncian después de cada manifestación. Se acerca más a 150 mil a 200 mil personas cuando se mueve mucha gente. Pero es una movilización permanente, que transmitida día a día por la televisión, convence a mucha gente de que efectivamente el gobierno está aislado y que "la sociedad" le está exigiendo a Chávez que renuncie. Parece haber una gran distancia entre la capacidad de la oposición y la del gobierno y las fuerzas que lo apoyan, tanto en la elaboración de política, como en el uso de los medios. A pesar de todos los esfuerzos del canal de televisión del Estado, el gobierno generalmente aparece a la defensiva. El comando político de la oposición (presidente de la Confederación de Trabajadores, presidente de la Cámara empresarial, y directivo de la organización de la "meritocracia" petrolera), todos los días da un parte de guerra a las 6 de la tarde, que transmiten en cadena todos los canales de televisión comerciales. Dan su versión de los éxitos logrados en ese día, así como la línea política para el día siguiente (concentración protesta, etc.). Hay días en que parece que no hubiese gobierno. Este no ha logrado una vocería clara con información precisa, al día, confiable, sobre lo que ocurre, y menos aún, se ha logrado una dirección política reconocida (más allá de la figura de Chávez) que de alguna manera formule lineamientos generales de política que permitan coordinar la multiplicidad de fuerzas sociales que acompañan al gobierno. El paro, que en realidad siempre fue un lock-out empresarial parcial es cada vez más débil. Sin embargo la dependencia de toda la economía venezolana de la gasolina es tan grande que si no se logra una recuperación sensible de la producción petrolera en poco tiempo, es probable que comience a producirse una importante escasez de muchos productos. Si la oposición estuviese efectivamente convencida de su mayoría, y si su problema principal fuese salir de Chávez, podrían haber esperado hasta el Referéndum Revocatorio previsto constitucionalmente, que es posible convocar a partir de agosto de este año. Sin embargo parece ser otra su percepción de su nivel de apoyo y otra su agenda. A pesar de las encuestas que publican una y otra vez de acuerdo a las cuales el gobierno no tiene más que el apoyo de un 20% de la población, eso no parece, de ninguna manera, reflejar la situación que se respira entre los sectores populares mayoritarios del país. Por otra parte para los sectores empresariales más fuertes y para la oposición más radicalizada, el problema ha dejado de ser Chávez el problema es todo el proyecto de cambio, la Constitución de 1999 y los niveles de organización y conciencia política de las mayorías populares. El cambio en la conciencia y en los niveles de información y capacidad de movilización de los sectores populares ha sido francamente extraordinario. Es un proceso en este sentido inédito en la historia de Venezuela. Sin cambios significativos en sus condiciones materiales de vida (cambios si hay en algunas áreas, no se paga en las escuelas, mayor acceso a la salud, etc), para un muy amplio espectro de los sectores populares este es su gobierno. Es esto lo ve la derecha como una severa amenaza a su posición de dueños del país. Por eso de lo que se trata no es sólo de salir de Chávez, de lo que se trata es derrotar al proyecto y las fuerzas de cambio, de lo que se trata de es lograr una nueva constitución liberal, de lo que se trata es de lograr que los sectores popular vuelvan a su papel resignado de pobres excluidos. La capacidad y disposición de organización y movilización ha sido extraordinaria, pero en una importante medida, ha sido de carácter reactiva. En estos días, la oposición parece haberse convencido de que no puede tumbar a Chávez en dos o tres días (como lo afirmaban una y otra vez hasta hace poco) y parece que están pensando en términos no de días sino se semanas. La estrategia combina varias cosas. a) continuación del paro/saboteo petrolero; b) continuación de la presión de las movilizaciones de calle; c) una nueva escalada de la "desobediencia cívica, llamado a desconocer los actos de gobierno, no pagar impuestos, etc. y; 4) el referéndum consultivo. En la Constitución está prevista la realización de referenda consultivos y se recogieron las firmas necesarias para ello. El problema es que para la revocación de mandato hay un instrumento específico, el Referéndum Revocatorio. El referéndum consultivo que están organizando -con el apoyo de unas autoridades electorales totalmente parcializadas a su favor- el carece por completo de carácter vinculante. Aunque no es fácil que logren realizar dicho referéndum para la fecha prevista (2 de febrero) la oposición hará todo lo posible o por culpar al gobierno por su no realización (para demostrar una vez más el carácter "dictatorial" del gobierno, o lo realizará como una demostración de su fuerza política (que la tienen y muy significativa) para denunciar internacionalmente al gobierno venezolano de haber violado la constitución, cuando en realidad todo el proceso de referéndum consultivo tal como lo están impulsando, está al margen de la constitución. Amenazan igualmente con una "gran manifestación final" en la cual desbordarían el Palacio de Gobierno (Miraflores) y sacarían a Chávez del poder. Resulta difícil saber cómo se desenvolverá la crisis. Está claro que el gobierno tiene mayor capacidad de respuesta que la prevista por la oposición, y que cuenta con mayor apoyo interno y externo de lo que está se imaginaba. Cuenta con un apoyo popular muy importante, aunque con menores recursos económicos y políticos que los que tiene la oposición. En los medios privados están prácticamente invisibilizados. Está igualmente claro que para algunos sectores de la oposición no hay costo alguno que sea demasiado elevado para salir de Chávez. No es necesario ser demasiado paranoico para darse cuenta de la dimensión de los intereses geopolíticos y petroleros que están en juego, ni para suponer las fuerzas que apoyan y financian los intentos de derrocar al gobierno. Lo que está claro es que el costo de la suspensión de actividades tanto en el sector privado, como en la industria petrolera ha sido muy elevado, todavía imposible de cuantificar. Con toda seguridad muchos empresarios pequeños quebrarán como consecuencia del paro. Es el caso, por ejemplo, de los comerciantes de muchos centros comerciales que no pudieron abrir durante todo el mes de diciembre, el de mayores ventas del año, porque los dueños de los centros comerciales más grandes los mantuvieron cerrados. El costo para el Estado es inmenso, tanto en impuestos no cobrados como, principalmente, por los ingresos petroleros no recibidos. Se trata de muchos millones de dólares diarios. Este año con toda seguridad va a ser difícil (déficit fiscal, dificultades para controlar la inflación, disminución de reservas internacionales, etc.). Pase lo que pase, el país ha cambiado. No parece probable, ni siquiera posible que el aprendizaje del pueblo venezolano pueda ser revertido. Para ello se requerirían una derrota total., lo cual sólo sería posible con unos extraordinarios niveles de represión. Caracas 2 de enero 2003
https://www.alainet.org/es/articulo/106795
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