La cara oculta del NAFTA

31/07/2001
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El ataque contra la democracia continúa. Ilustraré esto con un par de observaciones sobre los actuales acuerdos comerciales. Éste es un tema extenso de por sí; permítaseme que lo demuestre escogiendo el caso del NAFTA (siglas en inglés del Tratado de Libre Comercio. Nota del impresor) Cuando aún se estaba discutiendo, se contaban todo tipo de historias maravillosas acerca de los fantásticos efectos que iba a tener para los trabajadores de los tres países, los Estados Unidos, Canadá y México. Eso ya no se ha vuelto a oír, todos estos argumentos se han abandonado. Ahora se admite que los críticos, a quienes se mantuvo al margen del debate, tenían toda la razón: es decir, el objetivo del Acuerdo no tenía nada que ver con el bienestar de nadie o ni siquiera con la expansión del comercio. Por el contrario, el objetivo radicaba en "encerrar a México dentro de las reformas" de la década de 1980. Estas reformas fueron un completo desastre para la mayoría de los mexicanos, pero fueron muy beneficiosas para los inversores extranjeros y para los mexicanos acaudalados; de hecho, el número de bimillonarios aumentó más o menos en proporción con la tasa de pobreza, sobre todo a través de las privatizaciones y otras estafas. A eso se le llamó milagro económico. En ese momento se podía leer la verdad del asunto sobre los objetivos del NAFTA en la prensa económica, o en la prensa independiente marginal, lo que se conoce como prensa alternativa; ahora se puede leer en Foreign Affairs, así que algo hemos avanzado. Aun así, lo que obligó a los comentaristas oficiales a manifestarse en esos términos es lo que probablemente queda en el trasfondo. En 1990 se creó en Washington un Taller para la Estrategia de Desarrollo de América Latina, que discutió entre otras cosas las relaciones con la dictadura mexicana, llegando a la conclusión de que eran excelentes, aunque había una nube en el horizonte: "una apertura democrática" en México podría poner a prueba esta especial relación al entregar el poder a un gobierno más interesado en desafiar a los Estados Unidos en términos económicos y nacionalistas"(1). Se trata de la amenaza habitual que tuvo que contenerse en la era de la posguerra. Ahora la amenaza de una apertura democrática en México se ha superado, ya que el país se halla encerrado por el Acuerdo de las reformas introducidas durante la década de 1980, así que si así lo desean, los mexicanos pueden jugar con la democracia formal. No se trata del libre comercio En la frase "Acuerdo de Libre Comercio Norteamericano", la única parte correcta es " norteamericano", el resto es toda Falso. No se trata del libre comercio, ya que incluye elementos altamente proteccionistas. No fue verdaderamente un acuerdo: tuvo una fuerte oposición en Canadá; la opinión pública se manifestó en contra en los Estados Unidos y probablemente en México: se trata de una dictadura en todos los sentidos, excepto en el nombre, pues aunque no contamos con encuestas detalladas, eso es lo que demostraban los hechos, las protestas multitudinarias, la oposición de gran parte de la comunidad de negocios, etc. En los Estados Unidos la intención era introducir el NAFTA en secreto, pero esto no funcionó; hubo mucha agitación popular, pero el acuerdo salió adelante de una u otra manera. El movimiento obrero se opuso con fuerza y publicó un documento cuidadoso y bien argumentado, explicando su postura: apoyaba un Acuerdo de Libre Comercio Norteamericano, pero no esta versión: proponía, por el contrario, una alternativa que no fuera solamente un acuerdo que defendiese los derechos del inversor, sino que beneficiase a la población estadounidense, mexicana y canadiense. En realidad para ello usaron un modelo de la Unión Europea. La Oficina de Evaluación Tecnológica (OTA), que era el organismo de investigación del Congreso, también publicó un estudio que indicaba prácticamente lo mismo. Aunque la postura del movimiento obrero y el análisis de la OTA fueron eliminados de los medios de comunicación, el presidente y los líderes y comentaristas políticos se refirieron machaconamente a lo que ellos denominaron el ignorante y retrasado movimiento obrero, con sus "crudas tácticas de amenaza" y su "escaso nacionalismo"(2). Todo esto era completamente falso, pero imposible de desafiar en la prensa libre. A pesar del gran esfuerzo propagandístico, la opinión pública permaneció en contra, pero fue ignorada y el "acuerdo" salió adelante. El pasado otoño ocurrió el siguiente incidente al que quiero prestar atención, ya que es tremendamente revelador. Hubo un gran revuelo sobre lo que se llamó legislación de tramitación urgente. Ésta se refiere a las normas que permiten que el Presidente negocie los acuerdos comerciales en secreto, teniendo el Congreso posteriormente el derecho a decir "sí" o "no", pero sin ninguna otra implicación al respecto. Funcionó durante largo tiempo: nadie la cuestionó. Pero las cosas han cambiado: el país puede parecer despolitizado, pero las actitudes han cambiado, y ahora existe una oposición a tales medidas. Así que este otoño trataron de introducirla de modo indirecto y no pudieron. El Congreso se vio obligado a oponerse por la presión de sus miembros, incluidos algunos que la habían apoyado, y por la oposición popular, lo cual es interesante e indica que algo importante está ocurriendo realmente en el país. Los medios de comunicación estaban a favor en su totalidad; el mundo corporativo estaba a favor en su totalidad; pero ellos sabían que tenían problemas. El Wall Street Journal señaló que, aunque es obvio que esto es algo importante, los críticos tenían lo que el periódico denominó "arma definitiva": el hecho de que la población estaba en contra(3). Ni siquiera la "prensa libre" fue totalmente capaz de manejar el problema, así que perdieron. La totalidad de la discusión fue muy interesante. Se le denominó discusión sobre el libre comercio, lo cual es obviamente una cosa importante. Pero claramente no se trata de eso: los acuerdos comerciales que tenían en mente, como la Ronda de Uruguay, la WTO, etcétera, son una mezcla de proteccionismo y liberalización, diseñados para proteger los intereses nacionales de los "americanos", en sentido técnico. Además, todo ello no tenía nada que ver con el comercio, sino con la democracia. La cuestión era: "¿Tiene derecho la opinión pública a saber lo que la alianza corporativa estatal está haciendo al respecto?" Los más ardientes defensores del libre comercio se opondrían a la tramitación urgente si creyese en la democracia, porque de eso se trataba. Notas. (1) Latin American Strateg Development Worksop, 26-27 de septiembre de 1990. actas, p.3. Para obtener información general sobre el NAFTA y citas sobre su contenido véase World Ordens, Old and New. pp.163 y ss.
(2) Estoy citando a Anthony Lewis, que está muy a la izquierda de los medios de comunicación corporativos.
(3) Glem Burkins, " Labor Fights Against,. Fast Track Trade Mesure" Wall Street Journal , 16 de septiembre de 1997. Sobre todo el asunto de la tramitación urgente en general véase "Domestic Constituencies", Z. Magazine, mayo de 1998
https://www.alainet.org/es/articulo/105542?language=es
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