El desafío ecológico del ALCA

19/04/2001
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La Cumbre de las Américas recibe un mensaje: la negociación de un acuerdo comercial debe considerar medidas para evitar la degradación del medio ambiente, o de lo contrario no logrará impulsar el desarrollo sustentable en la región. QUEBEC - La incorporación del desarrollo sustentable al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) fue exigida por más de 200 representantes de organizaciones no gubernamentales, programas intergubernamentales y empresas que se movilizaron hasta esta ciudad canadiense. Quebec, sede de la Cumbre de las Américas este mes, fue escenario de protestas contra la globalización, de clases abiertas sobre la relación entre el comercio y el desarrollo sustentable, y de diálogo sobre alternativas para avanzar hacia un ALCA más ecológico. El Instituto Internacional para el Desarrollo Sustentable (IIDS), la Unión Mundial de Conservación (IUCN), la Comisión Norteamericana para la Cooperación Ambiental y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), organizaron del 17 al 19 de abril el "Simposio Hemisférico sobre Comercio y Sustentabilidad", que hizo planteamientos ambientales a la Cumbre. Los ambientalistas vinculan los excepcionales niveles mundiales de crecimiento económico con la degradación ambiental del planeta, igualmente excepcional. Y la sociedad civil exige transparencia en las negociaciones del ALCA, que se han mantenido en reserva. La existencia del vínculo entre la expansión económica y el deterioro del ambiente es, para los críticos, suficiente argumento para detener la proliferación de acuerdos comerciales. El proyecto del ALCA consiste en integrar comercialmente a casi 800 millones de habitantes de América, un área que produce bienes por 11 billones de dólares y cuyas importaciones y exportaciones suman 3,4 billones. La perspectiva de un acuerdo comercial entre los 34 países participantes de las negociaciones del ALCA crea el temor de que las leyes nacionales sean superadas por nuevas normas comerciales y de inversión extranjera, cuyos efectos serían perjudiciales para los objetivos de conservación del medio ambiente en la región. "Si bien existe campo para el argumento de que el ALCA promoverá el crecimiento económico, esa afirmación no se sostiene cuando se habla del desarrollo sustentable", señaló Miguel Reynal de ECOS, centro no gubernamental de investigación de Uruguay. "Esta es la realidad de todos los días en América Latina. La pobreza conduce a la contaminación (del ambiente) y la contaminación no es sustentable. Tales condiciones no atraen a inversión privada. Y si lo hacen, ésta será demasiado proclive a la obtención de ganancias", sostuvo Reynal. Los negociadores del ALCA aún no han podido enfocar "el polémico caso de la relación de las políticas comerciales con las políticas ambientales y sociales", advirtieron en su informe los organizadores del Simposio Hemisférico. El ALCA "debería adoptar una cláusula de 'zonas protegidas de la contaminación', para impedir la reducción de los estándares ambientales como forma de atraer inversiones", agregaron. Además, debe evitarse el riesgo de que Canadá y Estados Unidos manipulen previsiones ambientales para justificar medidas proteccionistas, indicaron los organizadores de la reunión. Entre los desafíos de los países participantes en el ALCA se cuenta la armonización de las regulaciones ambientales existentes, se planteó en Quebec. En el continente americano hay más de 270 acuerdos ambientales y de desarrollo sustentable relacionados con el comercio, pero hacerlos cumplir en una región tan heterogénea no es una tarea sencilla. El ALCA reunirá a Canadá y Estados Unidos, dos de los países más ricos del mundo, con algunos de los más pobres, como Haití, y a algunos de los más grandes, como Brasil, con naciones pequeñas como San Cristóbal y Nevis. Una forma de armonizar las diferencias, según el simposio realizado en Quebec, sería alcanzar un Acuerdo Ecológico de las Américas, para contar con un organismo de coordinación de políticas en comercio y ambiente. El simposio también propuso la creación de un Grupo de Expertos de Alto Nivel, para vincular organizaciones intergubernamentales como el PNUMA, instituciones hemisféricas, gobiernos, industrias y sociedad civil. Gumisai Mutume es corresponsal de IPS
https://www.alainet.org/es/articulo/105534

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