Conferencia contra el racismo:
Se abordan los temas más candentes

Eduardo Tamayo G.
Ginebra

La III reunión preparatoria de la Conferencia contra el racismo, que
se desarrolla en Ginebra desde el 30 de julio al 10 de agosto,
comenzó con una amenaza: Estados Unidos boicotearía el evento mundial
a desarrollarse en Durban, Sudáfrica, si dos temas no son retirados
de las discusiones: las reparaciones para la esclavitud y el
colonialismo y la condena al sionismo como una forma de racismo y de
discriminación racial.

La "advertencia" fue hecha pública, en vísperas de los debates de
Ginebra , por el vocero de prensa de la Casa Blanca, Ari Fleischer,
quien señaló que la "administración Bush ha dejado muy claro a Mary
Robinson que la asistencia de Estados Unidos a Sudáfrica depende de
que se elimine cualquier lenguaje que equipare al sionismo con el
racismo o que busque reparaciones por la esclavitud", según la CNN.

La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos,
en respuesta a la posición de Estados Unidos, optó por una salida
diplomática ambigua, procurando que el proceso continúe, aunque
haciendo concesiones. En el tema del sionismo, le dio un espaldarazo
a la posición de Estados Unidos en el discurso de inauguración de la
III sesión preparatoria cuando manifestó que las Naciones Unidas ya
han discutido ese tema en extenso y que la resolución que manifiesta
que el sionismo es una forma de racismo fue anulada hace una década.
"Creo que no es adecuado reabrir este tema de ninguna manera aquí y
quienquiera que busque hacerlo está poniendo en riesgo la Conferencia
de Durban", acotó.

En el tema de la esclavitud, en cambio, optó por un tono conciliador:
"Una gran preocupación durante las preparaciones de esta conferencia
ha sido cómo abordar los errores del pasado y los efectos de la
esclavitud masiva y otras explotaciones pasadas que persisten hasta
ahora. Ya he manifestado mis criterios sobre esto: es indispensable
reconocer estos errores y el impacto negativo que han tenido y se
debe hacerlo de manera solemne de forma que respete el sufrimiento de
las víctimas. Para aquellos que argumentan que el pasado ha sido
demasiado fuerte yo diría que encontrar formas de abordar el pasado
nos permitirá enfocar los desafíos de abordar el racismo en sus
formas contemporáneas y definir un plan para el futuro".


Desenfoques sobre el colonialismo

Iniciadas las discusiones sobre el proyecto de declaración y el
programa de acción que debe adoptarse en Durban para la lucha contra
el racismo y la discriminación racial, no fue Estados Unidos sino
Canadá - apoyado por la Unión Europea- el encargado de defender las
posiciones de las potencias o ex-potencias en relación al
colonialismo.

En un párrafo referido a las principales fuentes históricas del
racismo y la discriminación racial que sufren y continúan sufriendo
los pueblos africanos y sus descendientes, los pueblos de Asia y sus
descendientes y los pueblos indígenas se señala al esclavismo, la
trata de esclavos, al colonialismo y al apartheid. La delegación de
Canadá propuso que en lugar de "colonialismo" se coloque "ciertos
aspectos del colonialismo" y que se suprima "sufren y continúan
sufriendo" y se coloque "sufrieron" (en el pasado, sin relación con
el presente).

La mayoría de delegaciones de Asia, África y América Latina
consideraron que es inaceptable la propuesta de Canadá porque
significaba que el colonialismo tuvo aspectos positivos y aspectos
negativos. Incluso hubo delegados que retaron al representante
canadiense a que enumerara las bondades del colonialismo. Fue tal la
contundencia de los argumentos en contra, que Canadá tuvo que retirar
su propuesta. Esto, sin embargo, no significa que Canadá y los demás
países ricos hayan sido convencidos de que el colonialismo está en la
raíz del racismo contemporáneo, ni que acepten adoptar medidas de
compensación como proponen los países africanos. La resolución de
estos temas fueron aplazados y seguramente se abordarán en Durban.

Asociado al sionismo, otro tema de controversia es la ocupación
extranjera por parte de una potencia extranjera como fuente y
práctica de discriminación racial. Aunque esta propuesta, apoyada
por los países árabes, está enunciada de manera general en el
proyecto de programa de acción de la Conferencia, Israel y los
poderosos "lobbies" judíos, que tienen una gran influencia en la
política exterior de Estados Unidos, se sienten aludidos y no aceptan
este párrafo porque alude a los territorios palestinos ocupados
militarmente por Israel desde 1948.

La posición de Estados Unidos en relación a la lucha anti-racial no
llama la atención. Este país no ha firmado los pactos
internacionales de derechos económicos, sociales y culturales, ni la
Convención sobre los derechos del niño; cuestiona el derecho al
desarrollo adoptado por la Conferencia de Viena de 1993; se opone a
la Corte Penal Internacional, e igual política sigue en materia de
desarmamento y medio ambiente al no adherir al Protocolo de Kioto
para tratar de frenar el calentamiento global del planeta. Si la
administración Bush y los "lobbies" judíos concretaran sus amenazas
de boicotear la Conferencia de Durban no harían otra cosa que añadir
una mancha más al tigre.