El desafío en tiempos de globalización

La prevención del racismo

14/11/2000
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La Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia, ofrece una oportunidad para que los pueblos indígenas, comunidades negras, sociedad civil, gobiernos, agencias de cooperación internacional, empresas privadas e iglesias intercambien sus experiencias para combatir el racismo en forma decidida y efectiva, a la que vez que se formulen estrategias concretas a través de un proceso de participación amplia y de construcción de consenso entre todos los actores, promoviendo no sólo medidas jurídicas y políticas públicas inclusivas sino, principalmente cambios de actitudes individuales y colectivas que permitan fortalecer las redes de solidaridad y justicia social. La Conferencia Mundial presenta una oportunidad importante para reforzar los logros del pasado y, construir una visión para el futuro de un mundo sin racismo, que abarque a todos los pueblos de la tierra y promueva la igualdad y la justicia con el necesario respeto hacia la diversidad. Base fundamental de la convivencia humana. En este contexto la Sociedad Civil de las Américas, reconoce que el proceso preparatorio de la Conferencia Mundial es un espacio que debe consolidar y establecer las redes a partir de compromisos y metas específicos, con mecanismos efectivos y la responsabilidad de todos los actores involucrados. Bajo estas consideraciones dejamos establecido que: El racismo tiene sus raíces coloniales en América. Con la expansión del capitalismo en el siglo XIX, el establecimiento de una relación directa con la formación de los nacionalismos, encuentra en la crisis económica del capitalismo, unas condiciones especiales que favorecen su revitalización. La globalización, con la internacionalización de la fuerza laboral, la reducción del rol de los Estados, el incremento del poder económico de actores privados no estatales, con la consecuente ausencia de leyes internacionales que promuevan códigos de conducta, el derecho a la asociación y expresión, han institucionalizado el racismo, consecuentemente promueve una mayor marginalización y discriminación racial contra mujeres, indígenas, negros y migrantes. Las manifestaciones de racismo, tanto a nivel regional como de los países en particular, se dan de acuerdo al contexto histórico, el origen y los modelos de nación, las características, historia de lucha y relaciones frente a las clases nacionales dominantes de los pueblos involucrados. También inciden, las formas predominantes de rechazo, la segregación, el nivel de violencia sicofísica y el exterminio físico cultural practicado históricamente de manera sistemática. Han sido determinantes, el resultado del proceso de colonización y esclavitud cuyas consecuencias implican la exclusión del disfrute de la vida y la explotación casi total, el despojo y el desplazamiento de grupos de personas y pueblos. Condición que trae implícita la apropiación de sus territorios y recursos naturales, la negación de sus formas de organización, administración de justicia y, hasta la negación de su misma calidad de seres humanos. En el proceso de construcción de los Estados nacionales, prevaleció la concepción ideológica de la superioridad biológica o cultural de grupos que se han proclamado "representantes" de la nación. Estos mismos sectores, en aras de la igualdad y homogeneidad, han aplicado políticas de asimilación, con lo cual justifican las relaciones de dominación sobre grupos o pueblos diferenciados de los sectores dominantes. Hay una continuidad histórica de relaciones asimétricas, y de ideologías e identidades excluyentes, de donde provienen categorías de clasificación, estereotipos y estigmas, que constituyen herencias que han perdurado en el imaginario social, expresándose en situaciones cotidianas y de conflictos, vinculándose con nuevas formas de dominación y nuevos actores. Con la persistencia de viejas relaciones de explotación, en el contexto de la mundialización económica, se está agudizando el despojo, la persecución y la destrucción física y cultural de pueblos indígenas, comunidades negras. En este hecho real y cotidiano los migrantes, provenientes del mundo rural, de los pueblos indígenas y de países empobrecidos, son los sectores más afectados por el racismo contemporáneo. El fenómeno de la migración internacional contemporánea, conforma el marco del resurgimiento del racismo, que se ha ampliado a una elaboración mental, que pretende fijar en la conciencia de todos, la línea de separación entre el ciudadano de facto y el extraño que pertenece a otra nacionalidad a otro estatus, a otra dimensión, fuera de las posibilidades de relación humana con ellos. El racismo, en su modalidad xenofóbica, en las llamadas sociedades democráticas, además de indicar la crisis de los Estados en su modalidad cohesionadora, revela las contradicciones del capitalismo en su fase neoliberal, que promueve una política migratoria compulsiva regulada por la necesidad de mano de obra barata y, al propio tiempo la segrega, tanto en el interior de los países receptores como en los propios países donde nacieron, donde se conforman estamentos en una pirámide diastrática sin posibilidades de contacto entre un segmento y otro. Este racismo, transfiere las justificaciones de seguridad nacional, al ámbito de la seguridad interna, cuando se identifica con la visión de que "la otra raza no es la que llegó de afuera, sino aquella que en forma permanente, incesante, se infiltra en el cuerpo social y se reproduce ininterrumpidamente dentro y a partir del tejido social" (Foucault, 1997). Esta expresión de reacción defensiva, es totalmente contradictoria con la tendencia que el mismo sistema dominante mundial promueve, a través de la apertura de los mercados, la comunicación internacional, la interpenetración pluricultural creciente con un nuevo turismo cosmopolita, así como el multiculturalismo jurídico y social que paulatinamente se experimenta en el interior de los países. La recomposición de la polarización de clases en los países receptores de migrantes, conduce a una racialización de las diferencias sociales, enfrentándose a una cadena asociativa de opresiones de clase: nacional y racial. Diversas estadísticas demuestran una asociación explícita entre estatus socioeconómico, condición de género y origen racial, en dichos países, que se reproduce a través de generaciones y tiende a auto perpetuarse por la institucionalización de las condiciones de marginación y exclusión. A los pueblos y grupos que enfrentan la discriminación racial se les niega el acceso a sus territorios, se les despoja de su patrimonio cultural, y, básicamente de la biodiversidad necesaria para la vida y desarrollo de su cultura ancestral. A la situación de marginación económica, se suman los problemas culturales que se evidencian principalmente en los jóvenes de estos pueblos y grupos étnicos diferenciados, cuando se involucran en actividades no consideradas estándares, y consecuentemente son identificados, por manifestar un comportamiento diferente, con frecuencia clasificado como comportamiento delincuencial. Otro elemento es la negación de la identidad colectiva e individual de estos grupos. Los medios de comunicación, juegan un papel importante en la transmisión de estereotipos y mensajes que promueven odio y discriminación para lo cual utilizan cotidianamente un lenguaje ofensivo y violento, que repercute fuertemente en las conciencias y afecta las relaciones culturales, Las cuales traen como consecuencia manifestaciones de racismo y xenofobia. Lo anterior se agudiza por la persistencia del racismo estructural o institucional, que sistemáticamente margina y excluye a los indígenas, negros y migrantes, especialmente mujeres, de los beneficios del desarrollo (educación, empleo, salud, prestaciones sociales, otros) a través de políticas públicas y mecanismos de implementación reflejados en la vida cotidiana, familiar, comunitaria, empresarial y pública. Este racismo estructural sólo podrá ser enfrentado a través de medidas de presión de los distintos sectores de la sociedad, acompañado de movilizaciones, sensibilización pública, así como del establecimiento de procesos adecuados de participación que permita a los indígenas, negros, migrantes y mujeres impactar en los diseños de la política internacional. La globalización por el hecho de agravar los patrones estructurales e institucionales de racismo, por los efectos que tienen sobre los derechos de propiedad intelectual colectiva, resalta la importancia de involucrar a una serie de actores de la sociedad, empresas privadas y comunidades afectadas, así como de las instituciones multilaterales. A fin de contribuir a la unidad en la diversidad, en nuestras Regiones y países, y de continuar construyendo modelos que resuelvan y armonicen lo particular y lo universal, de forma que las múltiples identidades queden incluidas a partir de un diálogo intercultural proponemos las siguientes medidas. Medidas jurídicas contra la discriminación - Elaboración de un marco jurídico que promueva políticas realmente pluriculturales, con el reconocimiento y el respeto de la pluticulturalidad en el marco de los derechos individuales y colectivos. - Ratificación de la Convención Internacional para la protección de los derechos de todos los trabajadores migrantes y sus familiares. - Aplicación plena de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial. - Promover las reformas constitucionales jurídicas y la definición de políticas públicas que garanticen la autodeterminación plena de los pueblos indígenas, con el reconocimiento de sus territorios, recursos naturales, la propiedad intelectual colectiva y su participación plena desde los niveles locales hasta los nacionales. - Formular una Declaración conjunta de los Presidentes en la Cumbre de las Américas, que haga referencia a la discriminación racial y la exclusión de las Américas en la cual los gobiernos se comprometan a analizar todos los programas institucionales para detectar los elementos de discriminación racial, y mejorarlos. - Promover en el seno de la OEA, CARICOM, MERCOSUR, la elaboración de un plan de acción contra el racismo, y que promuevan los planes de acción que surjan de la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Xenofobia y Formas Conexas de Discriminación. - Elaboración de normas migratorias y servicios de Policía. - Promover la ratificación del Convenio 169 de la OIT - Promover la continuidad de la discusión del Proyecto de Declaración Universal sobre Derechos Indígenas en la ONU. - Promover la Reforma a la Convención de Pátzcuaro y la Declaración Americana sobre Derechos Indígenas en la OEA asegurando una participación plena de los pueblos indígenas en el proceso. Uso adecuado de medios de comunicación: - Educación a los medios de comunicación, en vista de que manejan conceptos prediseñados y discriminatorios. - Las percepciones y actitudes públicas deben de ser reenfocadas a través de una campaña masiva de sensibilización y la elaboración de programas de comunicación que enfaticen los costos de la exclusión y los beneficios del pluralismo. Promoción de educación y cultura: - El racismo debe de abordarse desde un enfoque integral que incluya, derechos humanos, necesidades de derechos humanos insatisfecha, promoción de la participación y derechos ciudadanos individuales y colectivos. - Eliminación de la brecha digital, a través del acceso a los grupos diferenciados. - Elaboración de un programa educativo que apoye la pluralidad de culturas y la lucha contra el racismo. - Que las universidades de la región promuevan un plan sobre temas de investigación sobre el racismo y que participen en programas educativos y de intercambio multiculural. - El racismo y la discriminación igualmente debe abordarse al crear un programa de capacitación para trabajadores/ras en el área de servicios públicos, tales como hospitales, centros de salud, escuelas, cortes, prisiones, universidades, etc. Participación Social: - La reorientación de la globalización hacia un modelo basado en la solidaridad, que tenga como objetivo el desarrollo social equitativo. - La articulación de una red internacional de la sociedad civil, donde se incluyan organizaciones de los pueblos indígenas, grupos afro y migrantes para el fomento de relaciones interculturales. - Red de la sociedad civil que monitoree las manifestaciones de racismo. - Fortalecer la capacidad de las instituciones y organizaciones de pueblos indígenas, comunidades afro y sociedad civil en general en la lucha contra el racismo. - Que los gobiernos aseguren en sus delegaciones la participación de autoridades comunales, municipales, funcionarios públicos, miembros de instituciones locales y nacionales. (Documento elaborado por la Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense (URACCAN), CHIRAPAQ, Asamblea Nacional Indígena Plural por la Autonomía (ANIPA), Fundación Rigoberta Menchú Tum, Forum Internacional de Mujeres Indígenas (FIMI), MADRE, Iniciativa Indígena por la Paz.)
https://www.alainet.org/es/articulo/105007?language=en

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