La comunicación global y el acceso a las nuevas tecnologías, como un derecho democrático para las mujeres

31/08/1994
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
Documento presentado por el Área Mujeres de la Agencia Latinoamericana de Comunicación -ALAI- a la "IV Conferencia Mundial de la Mujer" (Beijing '95). En el mundo actual, la comunicación y la información ejercen una influencia cada vez ms decisiva en la orientación social, política y cultural de la sociedad. Cada minuto, miles de nuevas imágenes, datos e ideas llegan a todos los ámbitos del planeta. En este contexto, el acceso a los bienes simbólicos se ha convertido en un requisito necesario para afianzar las prácticas democráticas. íéáóúñ Crecientemente los medios de comunicación inciden en la vida cotidiana de todas las personas e influyen directamente en su capacidad de interacción en el campo social, cultural y político. Más aún, sin comunicación ni información no puede haber participación ciudadana en la toma de decisiones de interés común. Las nuevas tecnologías de la comunicación presentan la posibilidad de incrementar las interacciones entre las personas, sectores sociales, países y regiones a escala planetaria. Estas tecnologías, democráticamente utilizadas, son instrumentos poderosos que podrían afianzar avances civilizadores, tales como la igualdad entre los géneros. Sin embargo, a nivel global, las transnacionales de la comunicación, controladas por los monopolios económicos internacionales, ejercen un poder autocrático en el "cyberespacio" y existe una total ausencia de medidas regulatorias, éticas o jurídicas que reconozcan el derecho de las mujeres y de los grupos ciudadanos, a transitar en él. Asimismo, a nivel nacional y local la creciente concentración del poder y de la propiedad monopólica de los medios de comunicación por parte de las transnacionales o las élites locales, limita el ejercicio del derecho de la ciudadanía a la libre expresión y el acceso a una información diversificada y plural, particularmente de las mujeres, cuyas acciones, intereses y movimientos no son reconocidos y potencializados en los procesos comunicativos. Como están estructurados actualmente, los medios promueven estilos de vida depredadores de los recursos naturales, reflejan imágenes etnocéntricas y no representan la diversidades papeles que las mujeres cumplen en las sociedades y sus contribuciones a éstas. Más bien están orientadas a crear patrones de comportamiento que refuerzan la marginación, la exclusión y las desigualdades. Es más, con el avance de la comunicación visual, los medios masivos han multiplicado las imágenes estereotipadas y pornográficas de las mujeres y casi no difunden modelos innovadores representativos del papel económico, social y político real que ellas cumplen en la sociedad. Asimismo, a pesar de que en la última década se ha producido una irrupción significativa de las mujeres en las carreras especializadas en comunicaciones y en los medios, ella se está produciendo de acuerdo a los patrones de la división sexual del trabajo predominante en las sociedades. La presencia de las mujeres en las esferas de dirección, de propiedad y de decisión en los medios es casi nula. Los medios de comunicación siguen bajo control de los hombres y sus contenidos y métodos de difusión expresan la cultura y percepciones masculinas y etnocéntricas. No obstante, en el campo alternativo y popular, la sociedad civil, y de manera particular las mujeres, ha desarrollado un significativo trabajo de comunicación con perspectiva de género que se ha constituido en un referente idóneo para la formulación de posibles políticas públicas que consideren el derecho a comunicar como un derecho humano fundamental y un requisito de las prácticas democráticas participativas. Una de las expresiones de este trabajo es la constitución de redes de intercambio de información, como canales que permiten socializar la información. El acceso ciudadano a las redes de comunicación por computadoras ha potenciado enormemente la capacidad de estas redes a transmitir grandes volúmenes de información sin importar las distancias. Por lo tanto, estas redes tienen un gran potencial democratizador de la información. No obstante, hasta ahora las mujeres están subrepresentadas en el acceso ciudadano a estas tecnologías. En los años transcurridos desde la Conferencia Mundial sobre la Mujer en Nairobi, en 1985, los medios, las redes y organizaciones de comunicación con perspectiva de género han realizado intervenciones y tomado acciones en todos los niveles: locales, nacionales, regionales e internacionales. Sin embargo, a pesar de toda esta actividad la consolidación del poder androcéntrico, centralizado por las transnacionales de la comunicación, han impedido la transformación substancial de las tendencias globales hacia una óptica más democrática. La participación democrática de las mujeres en los procesos comunicativos constituye una fuerza significativa para fortalecer el cambio, dotar de poder a las mujeres y promover la igualdad. El acceso equitativo de las mujeres en los medios masivos, redes alternativas, nuevas tecnologías de comunicación y, de manera global, en la distribución del "cyberespacio", es un elemento indispensable para garantizar la igualdad entre los géneros. EN RELACIÓN A ESTOS ANTECEDENTES SUGERIMOS A LA ONU: 1. Para promover una comunicación más democrática con perspectiva de género: Que promueva entre sus Estados miembros y organizaciones afiliadas, la democratización de las comunicaciones, afirmando el papel de la comunicación con perspectiva de género como un elemento indispensable para consolidar las prácticas democráticas. Que exhorte a los medios de comunicación masivos a facilitar a las mujeres y sus organizaciones el acceso a los medios de comunicación de masas. Que despliegue, a través de sus propios mecanismos, organismos afiliados y Estados miembros, una amplia movilización de informaciones cualitativas y cuantitativas para permitir la integración de una perspectiva de género en la planificación y ejecución de políticas públicas y programas sociales, económicos y políticos en todas las esferas de la sociedad. Que inste a los Estados miembros a impulsar campañas de comunicación e información sobre la igualdad entre los géneros, que influyan directamente en la formulación de políticas nacionales con perspectiva de género y permitan una participación paritaria de las mujeres en todas las esferas del poder a nivel local y nacional. Que reconozca que la comunicación con perspectiva de género, como tema y práctica, es un elemento estratégico para el avance de las mujeres y de sus movimientos. Que promueva prácticas comunicativas basadas en la igualdad social entre los géneros, que aseguren la libertad de información y expresión sobre diversos estilos de vida, orientaciones sexuales, expresiones culturales y étnicas, derechos, etc. Que la ONU y sus organismos afiliados reconozcan a las instancias y eventos internacionales de comunicación con perspectiva de género, tales como el "Foro Permanente de Comunicación de Género" (Quito, 1994), "La Comunicación como fuente de poder para las Mujeres" (Bangkok 94), el "Encuentro de Comunicación Alternativa y Popular" (Quito, 1993), entre otros, como puntos de referencia para desarrollar programas destinados a impulsar políticas públicas de comunicación con perspectiva de género. Que declare el año de 1996 como el "Año Mundial de la Comunicación de Género", para multiplicar los espacios de comunicación para las mujeres. Que otorgue presupuestos para el desarrollo de programas que fortalezcan las redes de comunicadoras del Sur y propicie el diálogo Norte/Sur entre comunicadoras para desarrollar acciones conjuntas que impulsen la igualdad entre los géneros en el mundo entero. 2. Para promover el acceso de las mujeres a nuevas tecnologías de comunicación que potencien su capacidad comunicativa: Que desarrolle, a través de sus organismos afiliados, programas que faciliten el acceso de las mujeres al uso de las nuevas tecnologías de la comunicación, como mecanismo que permite el crecimiento de sus organizaciones y como instrumento para difundir las propuestas de las mujeres hacia la sociedad. Es necesario que las mujeres y las organizaciones de mujeres tengan acceso igualitario a las telecomunicaciones, a la tecnología cibernética y a la capacitación en informática, entre otras tecnologías de la comunicación. Que inste a los Estados miembros a adoptar políticas destinadas a asegurar el acceso de la sociedad civil a las nuevas tecnologías de la comunicación, y en particular a las redes telemáticas, eliminando los obstáculos burocráticos, legales o financieros y ofreciendo facilidades para abaratar los costos de acceso. Que la ONU, sus organismos afiliados y los Estados miembros, diseñen programas para impulsar el desarrollo de una comunicación democrática que, aprovechando el potencial de comunicación multidireccional y descentralizada ofrecido por las nuevas tecnologías de la comunicación, promueva el desarrollo de redes que vinculen a las mujeres y a sus movimientos a nivel nacional e internacional. Que inste a sus organismos afiliados y Estados miembros a destinar presupuestos para impulsar el acceso de las mujeres a las nuevas tecnologías de la comunicación, como herramientas que favorecen una comunicación más horizontal y democrática; y apoyen la participación de las mujeres en la distribución del "cyberespacio". 3. Para asegurar que los contenidos de los medios de comunicación proyectan una imagen positiva y no discriminatoria de las mujeres: Que apoye las iniciativas destinadas a desarrollar en la sociedad una lectura crítica de los mensajes difundidos por los medios de comunicación y una conciencia en cuanto a las imágenes negativas y estereotipadas que alimentan la desigualdad entre los géneros y la violencia. Que inste a los Estados a definir un código de ética para los medios de comunicación y mecanismos de supervigilancia, con respecto a las imágenes discriminatorias y atentatorias a los derechos de las mujeres en la información, publicidad, marketing y entretenimiento. Que inste a los Estados miembros a reglamentar el uso de la violencia en los medios masivos y publicitarios que ofenden la sensibilidad humana y promueven la violencia contra las mujeres. 4. Para promover la equidad laboral entre los géneros y una mayor presencia de las mujeres en puestos de decisión en los medios de comunicación: Que elabore directrices internacionales sobre la equidad de hombres y mujeres en los medios de comunicación tanto en las políticas de empleo como en la programación. Que promueva campañas internacionales para sensibilizar a los Estados y al sector privado a desarrollar programas de discriminación positiva para lograr una participación equitativa de las mujeres en todos los niveles en los medios de comunicación. ALAI, Septiembre de 1994
https://www.alainet.org/es/articulo/104968?language=es
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS