El ejemplo de Francfurt en Alemania
Inmigración de mujeres e industria sexual
30/06/1995
- Opinión
Camino de llegada
Muchas mujeres emigran a Europa como una posibilidad para lograr una vida mejor.
Algunas son invitadas por sus enamorados europeos con ofertas de matrimonio, sus
familias realizan grandes sacrificios económicos, y al llegar a Europa cuando
descubren la falsedad ellas prefieren trabajar en prostitución antes que
regresar endeudadas y derrotadas; otras vienen con engaños a trabajar en el
sector informal de servicio y son forzadas a prostituirse, o emigran a través de
una agencia de matrimonio y son forzadas a trabajar como prostitutas. Se dan
también casos de mujeres casadas con un alemán, violentadas y controladas
económicamente, que encuentran en el trabajo sexual una salida para la relación
resolviendo así sus necesidades económicas.
Los países "exportadores"de mujeres hacia Alemania desde América Latina y el
Caribe son Colombia, Brasil y República Dominicana; también se ha incrementado
la inmigración de mujeres mexicanas para trabajar en la industria sexual
alemana, pero la migración para estos fines es una realidad que toca a todos los
países latinoamericanos y caribeños. Muchas mujeres uruguayas trabajan en la
prostitución en Italia y un número considerable de venezolanas en Holanda. Los
países europeos considerados como mayores receptores son Holanda, Suiza, Bélgica
y España.
Obstáculos: Visas, Ley de extranjería, racismo
El primer obstáculo al que se enfrentan las mujeres, es la Ley de extranjería.
Cualquier persona de América Latina y el Caribe puede ingresar a Alemania como
turista, por tres meses y sin permiso de trabajo. La excepción es República
Dominicana, países como Alemania, Austria y Suiza exigen visa de turista
expedida por sus embajadas en ese país caribeño. Alemania no concede ningún
permiso especial para trabajar en la industria sexual; Austria concede una
estadía a las mujeres procedentes de Asia, Africa y América Latina y el Caribe
como prostituta legal por un año. En Suiza es muy solicitada la visa artística
o "visa de bailarina" con permiso de trabajo por ocho meses; muchas llegan con
la ilusión de trabajar como bailarinas aunque en realidad todo consiste en
animar a los clientes en los bares y, como el salario es reducido, se ven
obligadas a buscar otra alternativa de ingreso y ésta resulta ser, casi
invariablemente, la prostitución.
En la "lucha" desatada por la Comunidad Europea en contra de la llamada
'emigración económica' se manifiesta el racismo en toda su brutal expresión.
Los países de la "Fortaleza Europea" están conectados a través de un sistema de
computación y control eficiente en los aeropuertos y también en sus fronteras
con Polonia y la República Checa, y en el caso de Austria, sus fronteras con
Hungría y la ex-Yugoslavia, que después de la caída del muro socialista se han
convertido en un paso alternativo hacia el centro de Europa.
Optimas ganancias en el negocio de la migración forzada
Organizaciones y personas particulares obtienen muchísimo dinero con la
migración de las mujeres. Un representante de la BKA (Departamento de la
Policía Criminal de la República Alemana) estimaba que en 1988 las ganancias de
los intermediarios, solo por concepto de intereses sobre créditos dados a las
mujeres, fluctuaba entre los 35 a 55 millones de dólares. Es decir, en ese año
la deuda promedio por mujer fue de 2,500 dólares y fueron afectadas
aproximadamente 200,000 mujeres procedentes de los tres continentes del sur.
Actualmente, mujeres colombianas que deseen trabajar en la prostitución pagan a
sus intermediarios un promedio de 3,500 dólares que incluye boleto de avión, un
poco de dinero extra y una dirección de contacto. Los intereses suben a un 20%
cuando las mujeres no se encuentran en la posibilidad de cancelar la deuda. Un
"paquete completo" puede ascender a 10,000 dólares el cual incluye boleto de
avión abierto por un año, contacto con un burdel o una "visa de matrimonio" y el
matrimonio civil, además de los altos intereses y en algunos casos de amenaza de
muerte o extrema violencia contra la mujer o su familia si ésta no cumple con el
compromiso. Muchas mujeres han solicitado ayuda en Agisra (*) pues, las mismas
mujeres, denuncian haber sido engañadas al no informárseles correctamente sobre
el sistema de trabajo; ellas declaran que los acreedores las amenazan y fuerzan
a trabajar en la prostitución para pagar dicha deuda.
Condiciones de trabajo en la prostitución en Francfurt
En Francfurt, como en toda Alemania, la prostitución no está prohibida pero su
práctica solo es tolerada. Esta actividad está restringida con numerosas leyes
y disposiciones como el decreto de zona prohibida o zona de tolerancia,
interdicción de publicidad y disposiciones policiales; controles permanentes que
son llevados a cabo por la policía civil, criminal y de extranjería.
En Francfurt hay diferentes formas de ejercer la prostitución: burdeles, centros
eróticos, la calle, clubes y ares, salones de sauna, servicio de escolta, entre
otras modalidades. Según datos proporcionados por la Comisaría General de la
Policía en Francfurt, en las zonas de tolerancia de la ciudad trabajan 2,000
personas en la prostitución En los burdeles, el 90% de las trabajadoras
proceden sobre todo de Colombia, República Dominicana, Brasil y Tailandia. La
enorme fluctuación de las mujeres y las permanentes "razzias" (operativos
policiales) y deportaciones impiden obtener cifras más reales. Según las
estimaciones de Agisra, el 75% de dichas mujeres extranjeras proceden de América
Latina y el Caribe, y sus edades oscilan entre los 18 y 45 años.
En la actualidad, alquilar una habitación en una Casa de trabajo cuesta un
depósito de 1,000 a 1,500 marcos (700 a 1,000 dólares) que generalmente nunca
son devueltos. En algunos casos, las mujeres antes de salir tienen que trabajar
3 días "gratis" a cambio del depósito. El costo de la habitación por día o por
turno de trabajo es de 190 a 260 marcos (135 a 185 dólares) que varía según la
casa y la demanda de espacios de trabajo. A estos gastos hay que sumarle los
gastos de alimentación y ropa para el trabajo, vivienda (si no viven en el
trabajo) y sumar imprevistos médicos o seguros de salud privados, abogados, y
otros.
Un servicio sin condón reporta a las mujeres un ingreso mayor que con el uso de
èste; es por ello que la mayoría de mujeres, que no están preparadas en el
oficio y que tienen graves problemas económicos, se exponen a un alto riesgo de
salud. Según el Centro de Salud de Francfurt, entre noviembre de 1993 y enero
de 1994 las mujeres latinoamericanas y caribeñas presentaron el 74,3% de
enfermedades sexualmente transmisibles. Las mujeres deben pagar multas en los
burdeles si faltan a ciertas "reglas de la casa", registro de domicilio para
prolongar una visa de turista si es necesario, debe contratar un abogado que
recoja el pasaporte en la oficina de extranjería si estuviese requisado, y
multas por trabajar en la prostitución sin un permiso de trabajo. Cada uno de
estos gastos, que aparentemente están estandarizados en la industria sexual
francforteña, les cuesta más o menos 500 marcos (350 dólares).
Para la mayoría de estas mujeres trabajar en estas condiciones significa pérdida
de dinero y dificultad de pagar sus deudas. Sin embargo, para las mujeres
migrantes ilegales, que desconocen el idioma y el mecanismo de la industria
sexual que las explota, no existe otra alternativa. Los controles y
deportaciones permanentes constituyen otros de los grandes riesgos, ya que las
zonas de tolerancia son vigiladas regularmente pues son consideradas de alto
riesgo. Resumiendo, este mecanismo le conviene a la industria sexual porque por
cada mujer deportada llega otra nueva y así mantienen "caras nuevas" y altas
ganancias.
Principales problemas de las mujeres
Según los registros de Agisra, los principales problemas de las mujeres
trabajadoras sexuales son:
- Problemas legales relacionados con el permiso de residencia: controles,
razzias y deportaciones.
- Problemas legales relacionados con el derecho de familia: matrimonio,
adopción de hijos anteriores, divorcio por violencia doméstica y permiso de
residencia independiente del matrimonio. Patria potestad en caso de divorcio
sobre los hijos comunes.
- Problemas de salud: enfermedades psicosomáticas y psíquicas provocadas por el
stress en el trabajo y el síndrome de la extranjería. En 1994, los casos de
violencia física entre mujeres en el trabajo fue considerablemente elevado en
comparación a los años anteriores, lo mismo que los casos de atención
psiquiátrica. Esto se explica por la competencia laboral provocada por un
aumento de la inmigración de mujeres de América Latina y el Caribe así como
por mujeres de Europa del Este.
- Búsqueda de ayuda para regresar a sus países, mujeres que no pueden y/o no
quieren seguir trabajando en la prostitución y mujeres deportadas, todas
ellas sin recursos económicos.
- Solicitud de apoyo emocional terapéutico.
- Apoyo durante procesos judiciales.
Menor represión y más derechos
Está por publicarse un estudio realizado por el FIF (Instituto de Investigación
sobre Mujeres-Francfurt) sobre el trabajo que realiza a través del Centro de
Información para Mujeres Migrantes en Stuttgart (Alemania, 1994) titulado
"Consejo y ayuda para mujeres extranjeras, que llegaron a Alemania a través de
una agencia de matrimonio o que fueron forzadas a la prostitución" de Elvira
Niesner, Mai Añonuevo y Marta Aparicio. En este estudio fueron entrevistadas
150 mujeres afectadas y el estudio concluye que, a pesar de la explotación que
significa la migración a Europa, ellas aceptan el comercio y no quieren que sea
suprimido; por lo tanto, acciones de protesta de las instituciones de apoyo y
otros grupos son o serían aceptadas por ellas solamente en casos extremos.
Estas mujeres no ven dicho comercio como un delito; por el contrario, las
denuncias hechas en contra de los intermediarios les resultan problemáticas
porque afectan la posiblidad de migración de otras mujeres.
Según la experiencia de Agisra-Francfurt, en estos cuatro años de apoyo a
mujeres latinoamericanas, son pocos los casos de denuncia formal y procesamiento
judicial por prostitución forzada. Esto se debe principalmente a la
desprotección legal de las mujeres que, en caso de denunciar siendo "ilegales",
son deportadas después del juicio. Sin embargo, es importante señalar que son
pocas las mujeres que trabajan para un "chulo", bajo el concepto clásico
conocido, y que son pocas las mujeres latinoamericanas y caribeñas que llegan
engañadas, con ofertas de trabajo en otro sector de servicios y que después son
forzadas a la prostitución. Esta forma "clásica de reclutamiento" y explotación
se da actualmente con mujeres jóvenes de los países exsocialistas, sobre todo
con jóvenes rusas y polacas.
Conclusiones
La verdad es que de no existir el mercado europeo del sexo, no habría tanta
migración para la prostitución.
El grupo Hydra (Grupo de Autoayuda para Trabajadoras Sexuales), con más de 10
años de existencia en Berlín, reporta que en Alemania de cada 4 hombres 3 han
pagado un servicio sexual alguna vez en su vida. Es claro que el buscar pareja
a través de anuncios en periódicos y revistas, es el resultado de la sociedad
moderna de consumo. Pero es la feminización de la pobreza, como consecuencia de
la política económica mundial, una de las causas principales de esta migración.
Además, no podemos olvidar que el comercio con mujeres es un negocio rentable y
refleja un aspecto de la violencia contra ellas.
Por estas razones es que tenemos que hablar de la migración forzada como una
estrategia de vida o estrategia de sobrevivencia que pueda incluir más
ampliamente las realidades de las mujeres migrantes en Europa. Debemos buscar
herramientas legales que hagan posible luchar contra la industria sexual; por
ejemplo, desde el primero de septiembre de 1993, existe en Alemania una ley que
condena el abuso sexual de menores cometidos por alemanes en el extranjero, esta
ley se creó a causa del enorme abuso sexual de menores de 14 años y el
funcionamiento de esta ley depende de la cooperación efectiva de los Ministerios
de Justicia tanto en Alemania como en los países extranjeros.
Muchas organizaciones alemanas mantienen un trabajo continuo luchando contra la
impunidad de estos delincuentes y, es por eso, que esta ley nos sirve a nosotras
como una herramienta para el trabajo de conscientización y como una medida de
presión.
Finalmente, y sobre todo, debemos volver a retomar la fuerza de las mujeres que
como protagonistas de la historia, y a pesar de la marginación y la violencia,
tienen -y tenemos- la determinación de seguir luchando para cambiar y mejorar
nuestra actual forma de vida recreando esta sociedad.
(*) AGISRA/Asociación Internacional en Contra del Racismo y la Explotación
Sexual es una organización no gubernamental y multicultural de mujeres fundada
en 1983.
Agisra fue la primera organización que en Alemania se ocupó del tema del
comercio y tráfico de mujeres. Está financiada básicamente por el departamento
de Asuntos de Mujeres (Frauen Referat) de la ciudad de Francfurt del Meno. En
1993 se abre la oficina del grupo regional Agisra-Colonia. El quehacer de
Agisra es denunciar y concientizar a la población alemana sobre la problemática
del comercio de mujeres, prostitución forzada y turismo sexual, al mismo tiempo
que ofrece apoyo a mujeres afectadas.
Para Agisra el "Comercio con mujeres" va más allá del concepto jurídico del
comercio con seres humanos, ya que se dan diferentes formas sexistas y racistas
de explotación de mujeres de Asia, Africa y América Latina y el Caribe, como
continuación de las estructuras patriarcales de dominación y explotación.
Agisra denuncia la feminización de la pobreza, la necesidad de inmigración de
los países afectados hacia los países ricos como estrategia de sobrevivencia, y
el comercio con mujeres para la prostitución como mano de obra barata, así como
el matrimonio como expresión de la estructura cultural blanca-racista-sexista.
Agisra demanda la igualdad de derechos ya que la situación general de las
mujeres inmigrantes es la ilegalidad y por lo tanto la ausencia de derechos.
Desde 1990, como trabajo de base dirigido especialmente a mujeres procedentes de
América Latina y el Caribe, Agisra ofrece a las mujeres en forma gratuita:
consejo e información legal, apoyo en juicios y denuncias, ayuda para retornar a
sus países.
* Este documento es parte de "Latinoamericanas en Europa: desilución en la tierra prometida", serie Aportes para el Debate
No. 3.
https://www.alainet.org/es/articulo/104951
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