Ignorarlos, por sobre todas las cosas, hasta que ya no se pueda tapar el sol con el dedo. Entonces, atacarlos, para luego minimizar su alcance y significación. Así podría resumirse la fórmula que han establecido las élites frente a los movimientos sociales y ciudadanos, en lo que a manejo de opinión pública se refiere, contando para ello con el monopolio que ejercen sobre los grandes medios de difusión. Cuanto más, que cada vez son menos los medios independientes que logran preservarse como tales. Gracias a este control, sólo un puñado de "voces autorizadas" adquiere el privilegio de expresarse a través del sistema mediático. Y cuando mismo resulta inevitable dejar que se haga escuchar alguna voz disonante, al medio le queda la potestad de decir la última palabra, que según las circunstancias se encargará de distorsionar, descalificar, cuando no acanallar, al intruso. En todo caso, cuidándose de guardar las "apariencias" de equilibrio y pluralidad, obviamente, por la "seriedad" del medio. Por ser una práctica cotidiana, en la ciudadanía se ha establecido una especie de acostumbramiento hipnótico que anula incluso la capacidad de sorpresa cuando ni siquiera son respetadas las elementales "apariencias". Y he aquí una de las más graves falencias que padecen nuestras democracias, pues contradice el principio básico de que la construcción democrática pasa por el debate abierto y la participación de los diversos actores sociales en la toma de decisiones de los asuntos públicos. En estos últimos días se han registrado dos hechos en particular que, nuevamente, ponen en escena lo que para las élites les significa el poder de la información, con la consecuente distorsión del convivir democrático, va de sí: el Plebiscito de la Deuda Externa en Brasil (ver página 7) y la protesta indígena-popular en Ecuador, de la cual nos ocuparemos en las líneas que siguen. Linchamiento mediático de la CONAIE La vida política ecuatoriana de las últimas semanas ha tenido como epicentro a la Ley de Promoción de las Inversiones y Participación Ciudadana, conocida como "Ley Trole 2", que contiene un conjunto de disposiciones legales para acelerar el proceso de privatizaciones del patrimonio público. Desestimando el pedido de una diversidad de sectores ciudadanos para que esta ley se abra al debate público, el gobierno del presidente Gustavo Noboa optó por enviarla al Congreso con el carácter de urgente. Y luego, en medio de una situación confusa en materia de legalidad, entre otras, por el conflicto interno que ha vivido el Parlamento desde inicios de agosto, dispuso que entre vigencia por el Ministerio de Ley. (Ver Alai 319, 29/08/2000). Entre los sectores que habían abogado por la apertura de un debate amplio, estuvieron la Confederación de Nacionalidades Indígenas (CONAIE) y la Coordinadora de Movimientos Sociales (CMS), quienes, además, conjuntamente con otros sectores presentaron al país una propuesta alternativa denominada: "Proyecto de Ley para la Defensa de la Soberanía Económica, el Desarrollo del Ecuador y la Inversión Productiva". Pero ni el Gobierno ni los medios de difusión se hicieron eco alguno de esta propuesta. Ante la decisión gubernamental de poner en vigencia la Trole 2 por el Ministerio de la Ley, la CONAIE, la CMS y otros sectores de la sociedad civil anunciaron el inicio de un levantamiento con el carácter progresivo en oposición a mencionada ley. A renglón seguido, el Gobierno, empresariado y grandes medios, en una virtual campaña de linchamiento público, desataron sus dardos contra la organización que en la actualidad cuenta con mayor capacidad de convocatoria, la CONAIE, y particularmente contra su dirigencia, acusándola de ser "irresponsable" y propiciadora del "caos", pues solo "obstruye" sin ofrecer alternativas. En el clímax de este bombardeo, la cúpula empresarial incluso llegó a la amenaza del "ojo por ojo". Todo parecería indicar que se apuesta a que un debilitamiento o aislamiento de esta organización se traduzca en un quiebre de la resistencia y protesta social. Si no resulta difícil de entender el porqué de la virulencia de los ataques, en muchos casos con una fuerte carga racista, y la intensidad de los medios utilizados. De este modo, según la opinión publicada y difundida, ahora resulta que el movimiento indígena y los movimientos sociales son los responsables de la crisis. El robo perpetrado por la banca, se vuelve cosa del pasado... Y como hay que mirar para adelante, por el "bien del país", es mejor pasar la página. Coincidentemente, en la primera entrega del mes septiembre, la revista Vistazo ofreció un reportaje sobre "quienes son los que a diario desfilan por la pantalla chica", basado en una encuesta realizada entre el 15 de junio y el 14 de agosto del 2000, que incluyó a los seis canales más importantes del país. "Si bien fueron 706 las caras diferentes que vimos a lo largo de un mes hablando de todo un poco, solo 56 de ellos, el 8% fue el que se repitió constantemente con un promedio de aparición de por lo menos pasando un día. A 32 de ellos los vimos por lo menos una vez cada día. Y, apenas cinco personajes fueron los que se repitieron tres veces diarias o más", señala la nota. En la lista de "los 50 que más hablan", a la cabeza aparece el líder del derechista Partido Social Cristiano (PSC), León Febres Cordero, con 221 minutos, seguido por el presidente Gustavo Noboa con 200. De los sectores sociales, en ella solo aparece el presidente de la CONAIE, Antonio Vargas, con 11 minutos. Aunque los dirigentes de la protesta han insistido en que se trata de una movilización de resistencia progresiva, al no producirse una paralización similar a la que se registró en enero y que condujo al derrocamiento de Jamil Mahuad de la Presidencia, la agresividad fue dejando el paso a la descalificación: el levantamiento ha fracasado. Mas resulta que las acciones de protesta han sido un factor gravitante en el curso que ha tomado la coyuntura: realineamiento de fuerzas en el parlamento, donde el PSC ha quedado aislado luego de haber mantenido por años una hegemonía irrestricta; envío de la "Trole 3" por parte del Ejecutivo para que Parlamento reformule los errores de fábrica de la anterior; el propio mensaje del presidente Noboa en la Cumbre del Milenio de la ONU que incluyó el tema de la condonación de la deuda externa, entre otros aspectos. Pero para las "voces autorizadas" que desfilan por los medios, esto no cuenta.