Manifiesto del MST al pueblo brasileño
28/08/2000
- Opinión
Más de 11 mil delegados y delegadas de 23 estados del Brasil donde el
Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) tiene presencia, se
dieron cita en Brasilia para participar en el IV Congreso que realizó esta
organización del 7 al 11 de agosto, bajo el lema: "Reforma Agraria: Por un
Brasil sin Latifundio". Un evento vibrante, emotivo, que conjugó el
análisis y el debate político con la confraternización. Si se quiere, "el
movimiento social más bonito e importante del país", al decir de Celso
Furtado, programó un acto de comunión que permitió que se afinen
definiciones y propuestas, como también que se reafirmen compromisos y
solidaridades.
A diferencia de lo que comúnmente acontece en eventos similares, no se
presentó el mínimo indicio de disputa alguna por los cargos de dirección, ni
su sede fue un confortable centro de convenciones. El Congreso se
desarrolló en el Gimnasio Nilson Nelson, en cuyos alrededores las
delegaciones instalaron sus carpas, como suelen hacerlo en las ocupaciones
de tierra, asignando un espacio particular para la guardería que se ocupó
del cuidado de los más de 500 niños y niñas que llegaron al evento.
La ocasión permitió para que el MST ofrezca en una feria libre los productos
del trabajo de sus asentamientos y visibilice los logros alcanzados en sus
16 años de vida. Entre otros, que ha llegado a establecerse en 23 de los 26
estados que conforman Brasil, conquistando tierra para alrededor de 250 mil
familias, en 2 600 asentamientos. En una realidad donde viven 4.8 millones
de familias sin tierra, y la propiedad está altamente concentrada, siendo
que el 2% de los propietarios poseen el 48% de las tierras.
En los asentamientos funcionan cerca de 400 asociaciones de producción,
comercialización y servicios, 49 cooperativas de producción agropecuaria, 32
cooperativas de prestación de servicios, 2 cooperativas regionales de
comercialización, 2 cooperativas de crédito (Banco Popular), 96 pequeñas y
medianas agroindustrias que procesan frutas y hortalizas, leche y derivados,
café, carnes y dulces. En el ámbito educativo, los asentamientos cuentan
con mil escuela públicas a donde asisten unos 75 mil niños y niñas. Además,
esta organización implementa programas de guarderías, de enseñanza
elemental, de alfabetización y de capacitación de profesores, y ha logrado
establecer acuerdos de cooperación con más de 50 universidades del país,
entre ellos con la Universidad Estatal de Campinas para la formación de 1
000 jóvenes, en cursos intensivos sobre la realidad del país.
La nueva faz del latifundio
El tema que animó las actividades, o sea el principal ingrediente de la
mística que con particular atención trabaja el MST, fue la conmemoración de
los 500 años del inicio de la colonización portuguesa a Brasil, con
representaciones que pusieron en relieve la lucha contra el latifundio que
vienen librando los sin tierra y la alianza que se está construyendo entre
habitantes del campo y demás fuerzas sociales del país. La perspectiva
histórica permitió ilustrar el rol que ha jugado la concentración de la
tierra en la configuración del sistema de poder en las diversas etapas y las
mutaciones que se han producido en el latifundio hasta convertirse en
expresión de los grandes monopolios agro-industriales, integrados a
poderosos grupos económicos, que hoy acaparan la tierra en el Brasil.
Con la implantación de un nuevo modelo económico, subordinado al capital
internacional, se reiteró, no sólo que la agricultura nacional quedó al
margen sino que se dejó sin perspectiva a la reforma agraria. Es por ello
que el MST asume que no basta luchar por la tierra sino que es necesario
luchar también contra el actual modelo. En esta perspectiva ha incorporado
nuevas banderas tales como la oposición a la importación de productos
agrícolas, que es vista como un crimen contra los medianos y pequeños
productores; el combate a los organismos modificados genéticamente o
transgénicos, así como las multinacionales; la defensa del medio ambiente y
la biodiversidad, entre otras.
A la postre, su señalamiento va en el sentido de que ahora el problema ya no
es sólo la concentración de la tierra, sino la vigencia de un modelo
económico perverso que afecta al conjunto de la población, y que, por tanto,
para enfrentarlo se hace preciso una confluencia de fuerzas en torno a un
proyecto popular.
El Proyecto popular
Con relación a los congresos anteriores, no cabe duda que es este punto
relativo al proyecto popular el que mejor expresa el desarrollo político-
organizativo del MST en los últimos años. En la plenaria dedicada al tema,
Joao Pedro Stédile, miembro de la coordinación nacional, se ocupó de trazar
la perspectiva, señalando que se trata de un largo y difícil camino que será
construido por la unión de fuerzas de todo el pueblo, no por un grupo de
iluminados, ni con el mero voluntarismo. Esta tarea de millones, precisó,
enfrenta dificultades objetivas que el debate no puede eludir porque son
expresión de la correlación de fuerzas, como es el hecho de que en
actualidad las clases dominantes están unidas en torno a su proyecto y que
el gobierno de FHC cuenta con el respaldo de una enorme fuerza mundial. El
descenso de la movilización social, la baja conciencia política de las masas
y la crisis ideológica de la izquierda fueron los otros factores que
Stedile mencionó como los obstáculos del momento a superar.
A partir de esta lectura, el dirigente del MST, apuntó que la tarea pasa por
retomar el trabajo de base, priorizar la formación política de la
militancia, implementar la pedagogía del ejemplo en la práctica diaria y
consolidar el proceso de la Consulta Popular (ver ALAI No. 317, 25-07-2000),
cuyo propósito es crear "un espacio político en torno al proyecto popular
para que se vaya creando una unidad de objetivos estratégicos en las luchas"
que cada cual está librando. De paso aclaró que "la Consulta Popular no es
un partido, ni quiere hacer un partido, lo que quiere es hacer una
revolución. Revolución en el sentido de ir construyendo una correlación de
fuerzas que altere la estructura económica y política de nuestra sociedad".
En lo inmediato, "nuestros esfuerzos tienen que volcarse a lograr la mayor
participación popular en el Plebiscito Nacional sobre la deuda externa y el
Grito de los Excluidos", acotó.
El mayor congreso campesino realizado en la historia del Brasil, concluyó
sus actividades el viernes 11 por la tarde, con el "Manifesto del MST pueblo
brasileño", en el cual expone las principales orientaciones emanadas en su
IV Congreso.
https://www.alainet.org/es/articulo/104854