El sex-boom globalizado
25/01/1998
- Opinión
Salir de vacaciones, conocer otros lugares y, si es posible,
un príncipe encantado o una cenicienta para compartir los
momentos de descanso y aventura, es una fantasía que está
presente en los sueños de mucha gente. El turismo sexual se
alimenta de esos sueños, pero sólo se identifica como tal
cuando se produce el desplazamiento de personas, de ambos
sexos, hacia otras ciudades, Estados, países o continentes,
exclusivamente en búsqueda de experiencias eróticas.
Se sabe, sin embargo, que hacer turismo, principalmente
hacia el exterior, siempre implicó gastos relativamente
altos, exigiendo un elevado poder adquisitivo. Además,
hasta hace poco tiempo, el turismo era prerrogativa de los
países más ricos, o apenas de las élites de los países en
desarrollo. Es por eso que, históricamente, el turismo
sexual, surgió como una práctica que se desarrolló desde los
países ricos o "centrales" hacia los países más pobres,
situados en la llamada "periferia" del sistema capitalista
mundial.
Sin duda, el gran "boom" del turismo iniciado en los años 70
y, con él, el surgimiento de "paquetes turísticos" a precios
más módicos, ha posibilitado la masificación del mismo
también en las economías en desarrollo. Entre tanto, el
turismo sexual continúa navegando en el sentido
"centro-periferia". Más específicamente, este fenómeno sucede
cuando los europeos, japoneses y norteamericanos, salen de
sus regiones, a través de paquetes de viajes o de forma
independiente, hacia lugares como Tailandia, Filipinas,
Américas Central y del Sur y Africa, buscando aventuras
eróticas. Se incluyen también entre ellos turistas que,
atraídos por la imagen de una supuesta sumisión de las
mujeres del "Tercer Mundo", van en busca de una esposa
sumisa, cariñosa y al mismo tiempo sensual.
Según estudios, existen dos tipos principales de turistas
sexuales: aquellos que se interesan tan sólo por las niñas y
adolescentes, como es el caso de los japoneses, que
prefieren mantener relaciones sexuales con vírgenes, y
aquellos que no distinguen edades. Podemos citar como
ejemplo de este tipo de turista, los homosexuales y un
pequeño contingente de mujeres, pero predominan los
heterosexuales del sexo masculino.
No es difícil entender el porque del predominio de hombres
heterosexuales en el turismo sexual:
1. Históricamente, en todos los países, las mujeres han
ocupado una posición subordinada en relación a los hombres,
estando en situación de desventaja en el mercado de trabajo
y, por tanto, perciben ingresos siempre inferiores.
2. Por eso mismo, el "comercio del sexo", a través de la
historia y en diferentes países, se ha basado sobre todo en
una división sexual del trabajo, en la cual las mujeres
aparecen como "mercaderías a ser compradas" y los hombres
como los clientes.
3. También ha contribuido el hecho que, hasta hace poco,
para las mujeres era vedado el derecho a "desear"; al
contrario, las mujeres fueron construidas históricamente
como "objetos de deseo" de los hombres;
4. Es por ese motivo que la propaganda turística que se
divulga en el exterior hace uso de la imagen de las mujeres,
atrayendo, para el turismo sexual más hombres
heterosexuales que de otras categorías sociales.
Para ellos, o sea para el público masculino de 35 a 60 años,
existe hoy una nueva modalidad de paquete turístico: junto
con el boleto aéreo y estadía, el cliente adquiere también
el derecho a una (o varias) acompañante(s) en el país de
destino, para concretar fantasías eróticas de toda clase.
Ese tipo de paquete turístico es hoy bastante difundido en
los países de Europa, en especial en Suiza, Alemania,
Austria e Italia, con estadías de entre una semana y tres
meses. Como parte del paquete se incluyen generalmente,
vuelos directos, hotel, paseos, cabarets y casas de
prostitución o de "masajes", de manera de facilitar al
máximo el contacto de los extranjeros con las "mujeres
locales", muchas de las cuales figuran en catálogos
especiales, videos, etc., disponibles en las agencias
europeas.
Buena parte de los hombres que usan esos servicios son
casados y con familia en sus países de origen, razón por la
cual muchos de los paquetes ofrecen "discreción total",
hospedándolos en locales cuya infraestructura garantiza la
privacidad. Todo eso depende de una red de intermediarios,
sobre todo en los países de destino, que se encargan del
soporte necesario para el éxito del turismo sexual.
Sin duda, esos intermediarios se valen del hecho de que, en
esos países, hay hoy un gran número de mujeres jóvenes,
bonitas y/o "exóticas", dispuestas a servir como
"acompañantes". Además de aquellas disponibles a través de
las redes de bares, cabarets y casas de "masajes" ya
existentes, entre las cuales se incluyen a profesionales
interesadas en entretener a turistas que pagan con monedas
fuertes. Se lucra con los bajos salarios de la población
local, y de las mujeres en particular. Engrosan estas filas
las asalariadas, empleadas domésticas, y hasta estudiantes,
dispuestas a "enamorar" turistas, principalmente
extranjeros. Ellas sueñan con encontrar "príncipes
encantados gringos", creyendo que además de maridos
ejemplares, ellos puedan servirles como pasaporte hacia el
"Primer Mundo" y para obtener una condición de vida mejor.
Se ve así, como el turismo sexual se alimenta de sueños y
fantasías: por un lado, de fantasías sobre aventuras
eróticas en países exóticos, por parte de los hombres del
Primer Mundo; y, por otro lado, de los sueños románticos de
mujeres de condición social generalmente inferior, que
habitan o son atraídas hacia las grandes ciudades y centros
turísticos en países del "Tercer Mundo". Esas mismas
razones explican porque no se habla de tráfico de hombres y
sí de tráfico de mujeres.
El tráfico de mujeres
Por tráfico de mujeres se entiende el desplazamiento masivo
de mujeres de una ciudad, región o país, con el móvil de
emplearlas en la prostitución. No es raro, que eso se haga
forzosamente o bajo desconocimiento de las propias mujeres,
muchas de las cuales terminan siendo sometidas a un régimen
de esclavitud.
Actualmente, hay un estrecho vínculo entre el tráfico de
mujeres y el turismo sexual. No obstante, al contrario del
turismo sexual que viene en forma de paquetes especiales,
práctica relativamente reciente que involucra sobretodo el
desplazamiento de hombres, el trabajo de mujeres es una
actividad antigua, hoy ilegal en la mayoría de países.
Además de eso, a diferencia del turismo sexual, el tráfico
de mujeres se desarrolla generalmente en el sentido
"periferia-centro", o sea, con el desplazamiento de mujeres
para los grandes centros urbanos o polos turísticos, o hacia
áreas donde hay una gran concentración previa de hombres,
tales como las áreas mineras y, ciertamente, atravesando
océanos, hacia el extranjero.
El tráfico de mujeres cobró impulso a partir de los años 70,
con el crecimiento de la industria de la pornografía. En
esa época, además de un gran aumento en la producción de
revistas y filmes eróticos, los países ricos, principalmente
de Europa, iniciaron la importación masiva de mujeres para
la prostitución en sus países. Primero fueron las
asiáticas, después las latinoamericanas; al final de los
años 80 comienza la migración de africanas y, finalmente,
con la caída del muro de Berlín, la apertura de los países
del Este europeo y la transformación de sus economías,
involucra a mujeres de esa región, que fueron principalmente
hacia Alemania, Suiza, Austria, Francia e Inglaterra. Hoy
existe una gran organización atrás de ese tráfico: según un
informe de la UNESCO, divulgado en marzo del 93, en los tres
primeros años de la década de los 90 se registró un aumento
significativo de la actividad prostitucional, teniendo como
base el tráfico de mujeres.
Entre los factores que han contribuido con ese fenómeno, los
siguientes merecen destaque:
1. La globalización de las economías, que se ha traducido en
"crisis" y/o en cambios estructurales significativos en los
países más pobres, en desarrollo, o de la llamada periferia,
fomentando desplazamientos de la población hacia los centros
urbanos y/o la migración, tanto femenina como masculina,
hacia el exterior;
2. El relance de los movimientos feministas en los países
"centrales". En los años 60-70, con conquistas importantes
para las mujeres en los planos educacional, económico y
amplia concientización en relación a sus derechos, aún entre
las europeas y norteamericanas que trabajan en la
prostitución:
3. La conjunción del racismo y del sexismo en las
representaciones globales de mujeres orientales, negras, o
latinas en los medios de comunicación de masas
contemporáneos, indentificándolas como más
sensuales/sexuales o más eróticas porque son exóticas.
Conviene anotar, además, que en muchos lugares, las mujeres
son traficadas para trabajar en bares frecuentados por sus
propios compatriotas en el exterior. En las ciudades del
"Primer Mundo" donde se concentran amplios contingentes de
inmigrantes (legales o, más comúnmente, indocumentados), se
forman "mafias" para organizar y controlar el tráfico de sus
compatriotas mujeres. Lo que quiere decir que el tráfico de
mujeres está, también, íntimamente ligado a un proceso más
amplio de migración.
https://www.alainet.org/es/articulo/104701
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