Asamblea de pueblos mayas
03/02/1999
- Opinión
Con la presencia de más de mil delegados de los Pueblos Maya, Garífuna y
Xinca, de sus autoridades tradicionales y formales e invitados de instancias
oficiales y no gubernamentales, el pasado 26 de enero se llevó a cabo la
VIII Asamblea de la Coordinadora de Organizaciones de los Pueblos Mayas de
Guatemala (COPMAGUA), de cuyas conclusiones anotamos los siguientes puntos.
Después de 746 días a partir de la firma de la paz, hemos avanzado en la
negociación y hemos adquirido nuevas y ricas experiencias en el proceso de
elaborar, consensar y negociar nuestras propuestas para la construcción del
Estado multiétnico, pluricultural y multilingüe. En este proceso, SAQB'ICHIL
COPMAGUA ha demostrado su madurez, flexibilidad y firmeza.
En este momento de particular importancia para la historia de nuestro país,
se ponen a prueba las convicciones profundas y las perspectivas; a partir
del proceso de participación y búsqueda de consensos, y de la madurez
demostrada en la toma de decisiones con relación a las Reformas
Constitucionales, transitamos hacia nuevos horizontes y retos:
La gestión emprendida por los pueblos indígenas debe reflejar que las
Reformas Constitucionales son conquistas para todo el pueblo de Guatemala;
aún aquellas propuestas que están relacionadas con los derechos de los
pueblos indígenas, constituyen la base de la convivencia y el desarrollo de
todos los guatemaltecos, con respeto a la diversidad.
Las Comisiones Nacionales Permanentes han tenido como centro de sus
propuestas cosas concretas, más difíciles de consensar que las premisas
generales; y han demostrado que la madurez para tomar decisiones es uno de
los saberes y objetivos que se deben perseguir en el futuro.
El reconocimiento del carácter multicultural, multiétnico y plurilingüe del
Estado y la Nación, ha sido uno de los consensos fundamentales para
construir la nueva nación, ya que abre el camino hacia la unidad nacional
con respeto a la diversidad. Sin embargo, hace falta profundizar los
consensos y contenidos de este nuevo camino, incorporando en la discusión a
amplios sectores del país.
Estamos en el proceso que en nuestras comunidades llamamos Tz'aqat, es
decir, de buscar, completar y concluir el trabajo, ya que no hay paz cuando
no todos tienen la oportunidad de desarrollarse. Descansamos y estamos en
armonía cuando ya están terminados los trabajos.
Los retos para el año 1999
La Consulta Popular, en la que las organizaciones indígenas han iniciado ya
la concientización sobre la ratificación de las reformas, aunque es
necesario profundizar estos esfuerzos.
Necesidad de avanzar en la implementación de los compromisos y la Agenda de
la Paz, durante el primer semestre, aprovechando la disposición y ambiente
favorable que existe y el apoyo de distintos sectores de la sociedad
guatemalteca
Las elecciones constituyen un desafío de particular trascendencia, ya que el
compromiso y capacidad de incidencia de los pueblos indígenas pueden jugar
un papel fundamental para profundizar la participación y vigencia de los
compromisos de participación de los pueblos indígenas.
Dificultades identificadas
La unidad de los pueblos indígenas es todavía un proceso en marcha, que
requiere de mayores esfuerzos.
También hace falta fortalecer niveles más amplios de coordinación entre las
distintas organizaciones y expresiones de los pueblos indígenas, y con otros
sectores de la sociedad civil. Sin embargo, se reconoce el esfuerzo conjunto
para elaborar propuestas y participar en las definiciones y contenidos de
los temas de interés nacional.
Nuestra participación ha sido responsable, consultada y con propuestas; pero
aún es insuficiente el esfuerzo realizado, que debe ser profundizado, con la
incorporación de organizaciones y comunidades desde los municipios,
departamentos y regiones.
La correlación de fuerzas ha sido desfavorable en algunos de los temas,
porque existen aún posiciones e intereses que se oponen al reconocimiento de
los derechos que en esas propuestas se han planteado.
Hay quienes no entienden la magnitud del aporte de los pueblos indígenas, y
consideran sus planteamientos y demandas como privilegios, no como parte del
necesario reconocimiento de la diversidad de pueblos que componen la nación.
Muchas discusiones y debates se dan en un clima de desconocimiento y
desconfianza que da como resultado la imposibilidad de entender y consensar
la participación de los pueblos indígenas y el reconocimiento de su
identidad y derechos.
Aunque sectores del gobierno se han comprometido con las propuestas
indígenas, aún hay oposición de estructuras estatales y factores de poder,
que inciden negativamente, ya que reflejan resistencia al cambio e
incomprensión del sentido y contenido de las propuestas de los pueblos
indígenas.
Ha habido retraso en la implementación de las resoluciones obtenidas en las
Comisiones Paritarias, tales como la Ley del Fondo de Tierras, las
Modalidades de Oficializaciòn de los Idiomas Indígenas, entre otras.
Asimismo, ha habido dificultades de entendimiento con el Gobierno en
relación a la propuesta de creación de la Defensoría de la Mujer Indígena,
que no han sido superadas.
https://www.alainet.org/es/articulo/104679