Racismo en América Latina
22/02/2000
- Opinión
Racismo en América Latina:
Igualdad en las leyes, discriminación en la realidad
Eduardo Tamayo G.
Ginebra
"En América Latina, las discriminaciones raciales más importantes se producen
contra las poblaciones indígenas y de origen africano", sostuvo el Dr. Luis
Valencia Rodríguez, miembro del Comité para la Eliminación de la
Discriminación Racial de las Naciones Unidas.
"Hasta hace algunos años se sostenía en América Latina que no había
discriminación racial, porque únicamente se miraba las Constituciones o las
leyes que dicen que todos los ciudadanos son iguales y que por tanto no
existe discriminación racial, pero una cosa es lo que dice las leyes o la
Constitución y una cosa muy distinta la realidad que se ha vivido en América
Latina", manifestó el Dr. Valencia Rodríguez a ALAI, al culminar el seminario
de expertos sobre los recursos que pueden presentar las víctimas de racismo y
discriminación racial.
Desde la época colonial ha existido una fuerte discriminación y hoy esa
discriminación persiste contra las poblaciones indígenas y afro-americanas.
En la "conferencia de expertos", que constituye uno de los eventos
preparatorios de la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación
Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia, que se llevará a
cabo en Sudáfrica en el año 2001, el Dr. Valencia presentó una ponencia sobre
la discriminación racial en las esferas económicas, sociales y culturales, de
la cual presentamos un resumen
Discriminación en la vivienda
La vivienda es un derecho humano básico y ha sido objeto de muchas
resoluciones de las Naciones Unidas, estando además, consagrado en las
Constituciones de varios Estados, sin embargo la realización de este derecho
sigue siendo, en muchos casos, una utopía. Más de mil millones de personas
en todo el mundo ocupan pocilgas inhumanas y esta situación se produce tanto
en el Norte pero, principalmente, en el Sur del planeta. Los afectados de
esta exclusión son las minorías étnicas, los trabajadores migratorios,
refugiados, minorías de índole sexual, personas sin tierra, comunidades
indígenas, desempleados/as, ancianos/as, antiguos delincuentes.
En muchas ciudades, la segregación racial se manifiesta en la conformación de
las ciudades y zonas residenciales, fenómeno que está relacionado con las
diferencias de ingresos de los grupos humanos, pero también con las
diferencias de raza, color, ascendencia, origen nacional o étnico. Es
frecuente que los propietarios de inmuebles se nieguen a venderlas o
arrendarlas a personas de otra raza u origen étnico, argumentando, por
ejemplo, que su barrio se destruye, o que su propiedad tendrá menor valor
comercial, si ingresan individuos de otro origen étnico o racial. Esto no
solo se observa con propietarios o arrendadores privados, sino inclusive en
viviendas administradas por autoridades locales o municipales.
En la salud
Al igual que en el caso de la vivienda, la salud es considerada "como uno de
los derechos humanos fundamentales de todo ser humano sin distinción de raza,
religión, ideología política o condición económica y social". Esto fue
reconocido por la Constitución de la Organización Mundial de la Salud, dos
años antes de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
La discriminación en cuanto a la salud se manifiesta en la exclusión de los
servicios básicos como agua potable y drenaje, y en las carencias de
alimentación sana, suficiente y adecuada, y de un ambiente sano. Varios
centros médicos se resisten a prestar la debida atención a grupos humanos
pertenecientes a otra raza o etnia porque dicen que sus pacientes habituales
no tienen relación alguna con gente de esas razas o etnias.
En el empleo
A raíz del proceso de globalización, se ha puesto en cuestión el cumplimiento
de los Estados en materia del derecho al trabajo, y especialmente en lo
relacionado con el artículo 5 de la Convención Internacional sobre la
Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial, vigente desde 1969,
el que garantiza el "derecho de toda persona al trabajo, a la libre elección
del trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo, a la
protección contra el desempleo, a igual salario por trabajo igual y a una
remuneración equitativa y satisfactoria".
Una de los fenómenos que se observa actualmente es la competencia entre la
mano de obra local, que desea mantener sus prerrogativas, y los trabajadores
inmigrantes dispuestos a ser contratados en condiciones de inferioridad.
Las prácticas discriminatorias más frecuentes en este campo tienen que ver
con las preferencias de los empleadores a contratar trabajadores de un cierto
tipo racial. Por lo general, los/as trabajadores / as inmigrantes (legales e
ilegales) reciben salarios más bajos que los nacionales o se desenvuelven en
condiciones laborales inferiores. Un aspecto importante, aunque no señalado
por el Dr. Rodríguez, es la discriminación laboral que aún padecen muchas
mujeres en varios países del mundo.
En la educación
La segregación en la vivienda también conduce a la discriminación en los
centros educativos, pues reduce los contactos entre los/as estudiantes de los
diferentes grupos raciales o étnicos. Los padres, a menudo, se ven obligados
a acudir a las escuelas existentes en las circunscripciones territoriales en
que habitan, generalmente de más bajo nivel académico. También existe la
tendencia de ciertos padres de evitar enviar a sus niños/as a escuelas que
tienen un alto número de educandos de grupos étnicos minoritarios porque no
desean que sus hijos entren en contacto con niños/as de esas minorías. Un
aspecto que puede añadirse al documento del Dr. Luis Valencia es el
relacionado al contenido racista en algunos programas de estudios, en textos
escolares, y en ciertos factores modernos que influyen en la educación de la
niñez y la juventud como son los medios de información y la Internet.
Sector público
En el año 2000, todavía existen clubes u otros establecimientos, públicos y
privados, que no permiten el ingreso de personas pertenecientes a grupos
minoritarios raciales o étnicos diferentes de la mayoría. Estas
prohibiciones, a menudo, se las hace sobre la base de consideraciones como el
vestido, la presencia personal, el idioma u otros aspectos, lo que constituye
una forma disfrazada de discriminación racial.
Estas situaciones se producen cuando individuos o grupos de individuos tratan
de tener acceso a los sitios destinados al uso público. No se trata de una
discriminación de tipo masiva, pero no por ello deja de ser denigrante para
quienes la sufren y de constituir un delito para quienes la practican.
Finalmente, en el campo cultural aún queda mucho por hacer para que los
gobiernos respeten las manifestaciones culturales y proporcionen los medios
adecuados para hacer efectiva la participación en la vida cultural de todas
las personas sin distinción de ninguna clase. El derecho a la cultura es más
patente para los grupos étnicos para quienes el ejercicio de sus propias
manifestaciones culturales es esencial para conservar su personalidad e
idiosincrasia.
Como conclusión, se señala que en los últimos años se puede apreciar un
recrudecimiento de los actos de racismo, discriminación racial, xenofobia e
intolerancia, lo que obliga a la comunidad internacional a incrementar su
vigilancia y utilizar los instrumentos de que dispone para combatir estos
males que ahora se producen dentro de las fronteras de todos los países.
La Conferencia contra el racismo, en este contexto, busca hacer conciencia
del problema y dar soluciones para los problemas de la vivienda, la salud y
la educación, pues si no hay una educación para todos los habitantes de un
país es imposible que se pueda acabar con la discriminación racial, concluye
Valencia Rodríguez.
Igualdad en las leyes, discriminación en la realidad
Eduardo Tamayo G.
Ginebra
"En América Latina, las discriminaciones raciales más importantes se producen
contra las poblaciones indígenas y de origen africano", sostuvo el Dr. Luis
Valencia Rodríguez, miembro del Comité para la Eliminación de la
Discriminación Racial de las Naciones Unidas.
"Hasta hace algunos años se sostenía en América Latina que no había
discriminación racial, porque únicamente se miraba las Constituciones o las
leyes que dicen que todos los ciudadanos son iguales y que por tanto no
existe discriminación racial, pero una cosa es lo que dice las leyes o la
Constitución y una cosa muy distinta la realidad que se ha vivido en América
Latina", manifestó el Dr. Valencia Rodríguez a ALAI, al culminar el seminario
de expertos sobre los recursos que pueden presentar las víctimas de racismo y
discriminación racial.
Desde la época colonial ha existido una fuerte discriminación y hoy esa
discriminación persiste contra las poblaciones indígenas y afro-americanas.
En la "conferencia de expertos", que constituye uno de los eventos
preparatorios de la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación
Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia, que se llevará a
cabo en Sudáfrica en el año 2001, el Dr. Valencia presentó una ponencia sobre
la discriminación racial en las esferas económicas, sociales y culturales, de
la cual presentamos un resumen
Discriminación en la vivienda
La vivienda es un derecho humano básico y ha sido objeto de muchas
resoluciones de las Naciones Unidas, estando además, consagrado en las
Constituciones de varios Estados, sin embargo la realización de este derecho
sigue siendo, en muchos casos, una utopía. Más de mil millones de personas
en todo el mundo ocupan pocilgas inhumanas y esta situación se produce tanto
en el Norte pero, principalmente, en el Sur del planeta. Los afectados de
esta exclusión son las minorías étnicas, los trabajadores migratorios,
refugiados, minorías de índole sexual, personas sin tierra, comunidades
indígenas, desempleados/as, ancianos/as, antiguos delincuentes.
En muchas ciudades, la segregación racial se manifiesta en la conformación de
las ciudades y zonas residenciales, fenómeno que está relacionado con las
diferencias de ingresos de los grupos humanos, pero también con las
diferencias de raza, color, ascendencia, origen nacional o étnico. Es
frecuente que los propietarios de inmuebles se nieguen a venderlas o
arrendarlas a personas de otra raza u origen étnico, argumentando, por
ejemplo, que su barrio se destruye, o que su propiedad tendrá menor valor
comercial, si ingresan individuos de otro origen étnico o racial. Esto no
solo se observa con propietarios o arrendadores privados, sino inclusive en
viviendas administradas por autoridades locales o municipales.
En la salud
Al igual que en el caso de la vivienda, la salud es considerada "como uno de
los derechos humanos fundamentales de todo ser humano sin distinción de raza,
religión, ideología política o condición económica y social". Esto fue
reconocido por la Constitución de la Organización Mundial de la Salud, dos
años antes de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
La discriminación en cuanto a la salud se manifiesta en la exclusión de los
servicios básicos como agua potable y drenaje, y en las carencias de
alimentación sana, suficiente y adecuada, y de un ambiente sano. Varios
centros médicos se resisten a prestar la debida atención a grupos humanos
pertenecientes a otra raza o etnia porque dicen que sus pacientes habituales
no tienen relación alguna con gente de esas razas o etnias.
En el empleo
A raíz del proceso de globalización, se ha puesto en cuestión el cumplimiento
de los Estados en materia del derecho al trabajo, y especialmente en lo
relacionado con el artículo 5 de la Convención Internacional sobre la
Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial, vigente desde 1969,
el que garantiza el "derecho de toda persona al trabajo, a la libre elección
del trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo, a la
protección contra el desempleo, a igual salario por trabajo igual y a una
remuneración equitativa y satisfactoria".
Una de los fenómenos que se observa actualmente es la competencia entre la
mano de obra local, que desea mantener sus prerrogativas, y los trabajadores
inmigrantes dispuestos a ser contratados en condiciones de inferioridad.
Las prácticas discriminatorias más frecuentes en este campo tienen que ver
con las preferencias de los empleadores a contratar trabajadores de un cierto
tipo racial. Por lo general, los/as trabajadores / as inmigrantes (legales e
ilegales) reciben salarios más bajos que los nacionales o se desenvuelven en
condiciones laborales inferiores. Un aspecto importante, aunque no señalado
por el Dr. Rodríguez, es la discriminación laboral que aún padecen muchas
mujeres en varios países del mundo.
En la educación
La segregación en la vivienda también conduce a la discriminación en los
centros educativos, pues reduce los contactos entre los/as estudiantes de los
diferentes grupos raciales o étnicos. Los padres, a menudo, se ven obligados
a acudir a las escuelas existentes en las circunscripciones territoriales en
que habitan, generalmente de más bajo nivel académico. También existe la
tendencia de ciertos padres de evitar enviar a sus niños/as a escuelas que
tienen un alto número de educandos de grupos étnicos minoritarios porque no
desean que sus hijos entren en contacto con niños/as de esas minorías. Un
aspecto que puede añadirse al documento del Dr. Luis Valencia es el
relacionado al contenido racista en algunos programas de estudios, en textos
escolares, y en ciertos factores modernos que influyen en la educación de la
niñez y la juventud como son los medios de información y la Internet.
Sector público
En el año 2000, todavía existen clubes u otros establecimientos, públicos y
privados, que no permiten el ingreso de personas pertenecientes a grupos
minoritarios raciales o étnicos diferentes de la mayoría. Estas
prohibiciones, a menudo, se las hace sobre la base de consideraciones como el
vestido, la presencia personal, el idioma u otros aspectos, lo que constituye
una forma disfrazada de discriminación racial.
Estas situaciones se producen cuando individuos o grupos de individuos tratan
de tener acceso a los sitios destinados al uso público. No se trata de una
discriminación de tipo masiva, pero no por ello deja de ser denigrante para
quienes la sufren y de constituir un delito para quienes la practican.
Finalmente, en el campo cultural aún queda mucho por hacer para que los
gobiernos respeten las manifestaciones culturales y proporcionen los medios
adecuados para hacer efectiva la participación en la vida cultural de todas
las personas sin distinción de ninguna clase. El derecho a la cultura es más
patente para los grupos étnicos para quienes el ejercicio de sus propias
manifestaciones culturales es esencial para conservar su personalidad e
idiosincrasia.
Como conclusión, se señala que en los últimos años se puede apreciar un
recrudecimiento de los actos de racismo, discriminación racial, xenofobia e
intolerancia, lo que obliga a la comunidad internacional a incrementar su
vigilancia y utilizar los instrumentos de que dispone para combatir estos
males que ahora se producen dentro de las fronteras de todos los países.
La Conferencia contra el racismo, en este contexto, busca hacer conciencia
del problema y dar soluciones para los problemas de la vivienda, la salud y
la educación, pues si no hay una educación para todos los habitantes de un
país es imposible que se pueda acabar con la discriminación racial, concluye
Valencia Rodríguez.
https://www.alainet.org/es/articulo/104598