Por un acuerdo hemisférico de los pueblos

12/11/1999
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
El Foro "Nuestra América"
Irene León

La Alianza Social Hemisférica es un movimiento popular y sindical, que
tiene la misión de vigilar la transparencia y la validez que tiene para los
pueblos la creación del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA),
prevista para el 2005.

Con esos propósitos se realizó en Toronto del 1 al 5 de noviembre, el Foro
"Nuestra América: hacia un acuerdo hemisférico de los pueblos", con el
doble objetivo de: consensuar un documento de propuestas que fue encaminado
hacia la Reunión Ministerial y delinear estrategias para las futuras
acciones de la Alianza.

Las propuestas de la Alianza se articulan en torno a la generación de
propuestas ciudadanas para un desarrollo sustentable y justo, la vigencia
de los derechos sindicales y laborales, el combate a la pobreza y la
exclusión social.

El documento que resultó de dicho Foro expresa diversas preocupaciones
relativas al proceso de creación del Area de Libre Comercio de las
Américas, la transparencia en las negociaciones para su constitución; y
propone nuevas vías para que los acuerdos comerciales se establezcan bajo
criterios respetuosos de los derechos humanos y con la participación
democrática de las organizaciones ciudadanas.

Como lo expresó Warren Allmand, del Centro Internacional de Derechos
Humanos y Desarrollo Democrático, "El comercio no puede ser un fin en sí.
A lo mucho es un medio para mejorar la suerte de un mayor número de
personas en la tierra y, por lo tanto, deben ser concordantes con las
obligaciones internacionales en materia de derechos humanos".

Pues, enfatiza la Alianza Social Continental, "a través de las reglas de
liberalización establecidas por los programas de ajustes estructurales y
los acuerdos comerciales, nuestros gobiernos han ido perdiendo los
instrumentos con los cuales podían proteger los derechos laborales y
sociales y el medio ambiente. Los gobiernos han perdido la capacidad de
defender la cultura, la capacidad de promover la seguridad alimentaria, la
biodiversidad, y el desarrollo sustentable. Están perdiendo la capacidad
de dirigir la inversión y el comercio de manera que éste beneficie a la
población de cada nación y a la región como un todo".


La inversión, las finanzas y la deuda en las Américas

"El comercio internacional juega un papel importante en la construcción del
bien común, aunque no debe considerarse como un fin en sí ni como un
mecanismo que aporte automáticamente al bien común", señala el documento
"La inversión, las finanzas y la deuda en las Américas" producido por la
Alianza Social Continental, a la vez que señala que lo que está en juego en
las negociaciones del ALCA es la liberación de las posibilidades de las
transnacionales de cualquier control estatal, sin establecer ningún
compromiso de éstas hacia los pueblos.

Este hecho tiene repercusiones concretas, tanto en la contratación de mano
de obra como en el uso de materia prima o los criterios de producción, pues
los inversionistas tienen la libertad total para ejercer las opciones que
les sean más beneficiosas independientemente del contexto en el cual su
producción o comercialización se realice.

Los mercados tienen igualmente libre opción sobre la transferencia de
tecnología o capitales, siendo que éstas no tienen que rendir cuentas a
nadie sobre sus opciones de inversión. Más aún las reglamentaciones que se
están negociando prohiben dichos controles y restricciones o cualquier
exigencia dirigida a beneficiar a las poblaciones locales.

De allí que las decisiones sobre las libertades comerciales inciden
directamente en el destino de los pueblos y sus prácticas democráticas, en
cuanto los efectos percibidos hasta aquí en ese proceso expresan claramente
la tendencia hacia el debilitamiento de las iniciativas locales y la
ampliación de los flujos de capital y un alejamiento de éstos del principio
de creación de empleo desvinculándolo de las economías nacionales.

A esto se suma la limitación creciente, impuesta por los propios gobiernos
de los países más afectados, para establecer criterios que determinen el
tipo de inversión que cada país requiere para responder a sus necesidades
locales.

El ingreso indiscriminado de capitales externos, propiciado por los
gobiernos, ha generado en América Latina y el Caribe una significativa
pauperización de las condiciones de trabajo y está en vías de hacer
desaparecer las libertades y derechos sindicales. La inestabilidad en el
crecimiento y los desequilibrios macroeconómicos producidos por esta forma
de inversión extranjera se caracterizan por su carácter especulativo y
volátil y, por lo tanto, contribuyen en poco o casi nada al crecimiento o
desarrollo local.

La mayoría de los países de la región han transitado en los últimos años
hacia una mayor dependencia no sólo de estos capitales sino también de los
flujos de mercancías -que incluye hasta los productos de primera
necesidad-, organizados en base a los estrictos intereses del capital;
muchos países viven bajo presión sobre los precios de sus productos de
importación, principal fuente de ingresos de divisas.

"El rol regulador del Estado en muchos países se ha restringido a ir
ajustando la legislación y la institucionalidad económica a los intereses y
propósitos de los grandes grupos económicos locales y de las empresas
transnacionales, cuyos intereses han pasado a identificarse como si fueran
los del país", relativizando cuestiones como la soberanía económica, los
derechos colectivos e individuales, y hasta la propia libertad empresarial
o la inversión de capitales locales menores, que son rápidamente absorbidos
por los mayores.


La exclusión social, el empleo y la pobreza

Advirtiendo los peligros de una globalización desregulada, que se expresa
en el incremento de los índices de la pobreza y las desigualdades, como
también los trastornos sociales, la marginación, la degradación ambiental
y, sobre todo, la exclusión social, provocados por la adopción de medidas
orientadas a fortalecer la libre acción de los capitales, la Alianza Social
Continental cuenta desarrollar propuestas y acciones para fundamentar una
estrategia justa para la integración económica.

Como paso previo se señala la reparación de la deuda social interna, la
garantía del goce de los derechos humanos y las mejoras de los términos del
comercio internacional para las naciones del Sur.

Por eso la Alianza hace un llamado a los gobiernos a no avanzar en las
negociaciones para expandir el comercio y la integración económica
hemisférica hasta que no se hagan explícitas las metas en términos de
democracia, sustentabilidad, y la erradicación de la pobreza, "Si el ALCA
no va a favorecer dichos objetivos, debe ser rechazada o radicalmente
modificada", pues "los gobiernos deben reconocer los vínculos entre la
inversión y el comercio liberalizado y las limitaciones en promover el
desarrollo humano sustentable", señalan.

"Es excesiva la cantidad de gente simplemente excluida de la estabilidad
laboral, empleos estables, acceso a bienes raíces, vivienda y crédito, y
del acceso a la educación, servicios de salud y un medio ambiente sano. La
exclusión social ha acarreado graves trastornos a la cohesión social,
puesto que ha incrementado la inseguridad, la migración, la degradación
ambiental. Somos demasiados los que estamos en la imposibilidad de ejercer
nuestros derechos democráticos y contribuir a dar forma a las economías
nacionales, de manera a que éstas cumplan con el objetivo de responder a
las necesidades de la gente y no de un pequeño grupo de inversionistas",
señala la Alianza Social Continental.
https://www.alainet.org/es/articulo/104524?language=en
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS