Trabajadoras rechazan efectos de la globalización

14/06/1999
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Un total de 320 delegadas de 89 países de América, Asia, Africa y Europa, unieron en Río de Janeiro sus opiniones y experiencias para rechazar la globalización, por los efectos negativos de ésta en el mercado laboral, especialmente para las mujeres, y pidieron erradicar la discriminación en todos los ámbitos, incluido el sindical. Las más de tres centenares de delegadas protagonizaron la 7ma. Conferencia Mundial de la Mujer, que se realizó entre el 18 y 21 de mayo pasado, patrocinada por la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL). En los distintos niveles de debates y discusión, la globalización y la reciente crisis financiera internacional (entendida como un efecto de la primera) ocuparon parte de la agenda. La CIOSL y nosotras, las mujeres, venimos advirtiendo desde los años 80 sobre los efectos negativos de una apertura comercial indiscriminada; necesitamos una plataforma de acción, en este fin de siglo, ante la globalización", dijo, en la primera intervención de toda la conferencia la canadiense Nancy Riche, quien está al frente del frente femenino de la confederación. La brasileña María Ednalva Bezerra, dirigente de la Central Unica de Trabajadores (CUT), quien dio la bienvenida a las delegadas extranjeras, recalcó que la globalización ha provocado más exclusión, y son las mujeres las más afectadas. En el caso de Brasil, la crisis trajo más desempleo y este es mayor aún entre las mujeres del país más grande de América Latina. Bill Jordan, secretario general de la CIOSL, abordó otro aspecto que también marcó a la cita, la discriminación, que persiste en un momento "en el que nunca fue tan importante, como ahora, la vanguardia de las mujeres". Recordó que de los 124 millones de afiliados a la confederación en todo el mundo, 37 millones son mujeres. Tenemos un mundo donde hay una brecha entre hombres y mujeres. Del total de desempleados en el mundo, el 70 por ciento son mujeres; hay mil millones de personas analfabetas en el mundo, de las cuales dos terceras partes son mujeres. Estas cifras demuestran que estamos en una fase inaceptable de desigualdad en el último año del siglo XX. La igualdad constituye una de las grandes prioridades de la CIOSL ahora y lo será en la agenda del próximo milenio", puntualizó Jordan. Esta lucha por la igualdad es tanto en el mercado de trabajo como en el seno de las propias entidades sindicales, como reconociera el panameño Luis Anderson, secretario de la Organización Regional Interamericana de Trabajadores (ORIT), cuya sede está en Caracas. La figura principal en el inicio de la conferencia fue precisamente una mujer no sindicalista: la premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú. "La globalización es un proceso, sólo sabemos de donde partió, desconocemos a dónde llegará", dijo. Llamó a las mujeres sindicalistas de todo el mundo, presentes en Río de Janeiro, a "apropiarse" de la globalización "para transformarla y convertirla en un instrumento para el bienestar de la humanidad". Las maquilas centroamericanas Si bien en la conferencia se presentaron testimonios y datos de todo el planeta, un capítulo importante en ese volumen de explotación y violaciones a los derechos laborales, especialmente contra las mujeres, lo constituyen las llamadas "maquilas" en Centroamérica, que ya tuvieron un "laboratorio" en México en la década de los años 80. Según un documento elaborado por la CIOSL, las maquilas además de asentarse en las zonas libres de impuesto, para producir y exportar a menor precio, tienen como base principal "la mano de obra barata". En Centroamérica, las maquilas ofrecen unos 250.000 puestos de trabajo, de los cuales el 90 por ciento es ocupado por mujeres, que tienen "condiciones deplorables" en los centros donde laboran. Bajos salarios, contratos temporales, excesivas horas extras y discriminación contra las embarazadas, son algunas de las imposiciones de estas empresas instaladas en una especie de "tierra de nadie", con el aval oficial en cada uno de los países. Las más serias violaciones ocurrren en Guatemala, Honduras y El Salvador. La CIOSL indica que "según la organización guatemalteca Unsitragua, las violaciones de los derechos humanos y laborales en Guatemala donde el 40 por ciento de las trabajadoras son menores de 18 años- está creciendo todo el tiempo en las maquilas, sobre todo en las de origen coreano". En El Salvador, las cerca de 1.000 empresas exportadoras establecidas bajo esta figura, dan unos 90.000 puestos de trabajo, de los cuales entre 80 y 90 por ciento es ocupado por mujeres de entre 15 y 30 años. "Aprovechándose del alto índice de desempleo y de la gran pobreza, que hacen imposible otras opciones para los jóvenes, las empresas imponen condiciones de trabajo muy duras", entre las cuales figuran una prueba de embarazo antes de la contratación, el despido de toda embarazada, así como a las mayores de 30 años. Mujeres, sindicalismo y nuevo milenio El análisis de la coyuntura internacional, con la óptica femenina, apuntó a la necesidad de organizar en sindicatos a las mujeres que trabajan en condiciones de ilegalidad e informalidad, verdaderas "víctimas de la globalización" con la posibilidad vetada de acceso a los derechos laborales, en un mundo donde en general la CIOSL reconoce una disminución en la tasa de sindicalización. Con el proceso de la globalización, la organización sindical disminuyó. Nuestro desafío hoy es encontrar una manera que permita organizar el trabajo informal, que es el que más crece y concentra a un mayor número de mujeres. La labor femenina hoy es de baja calidad. Logramos más trabajos, pero ahora necesitamos conseguir que sean mejores", expresó la brasileña Nair Goulart, vicepresidenta del comité femenino de la confederación. Las "maquilas" tienen como escenario principal a Centroamérica y Asia y, según Goulart, además de las mujeres, también son explotados menores en esas fábricas, subsidiarias de grandes firmas internacionales como "Nike, All Star y Gap". "En las maquilas, por ejemplo, la mayoría de los trabajadores son mujeres, que no tienen derecho a organizarse sindicalmente, tienen una jornada laboral extremadamente larga, no tienen derechos sociales y a veces ni siquiera un baño a donde ir mientras están trabajando", aseguró Goulart. Para la líder sindical brasileña, un problema del nuevo milenio es la reducción del poder de los sindicatos, por parte de los gobiernos, a través de la recesión y altas tasas de desempleo en los países. "En Argentina ya pasó eso, en México está pasando y en Brasil lo vamos a vivir", señaló Goulart, para quien otro desafío que enfrentan las mujeres es "quebrar el dominio masculino en los sindicatos". El caso brasileño La realización en Brasil, por parte de la CIOSL y las centrales brasileñas, de la 7ma. Conferencia Mundial de la Mujer sirvió para debatir algunos aspectos concretos del mundo laboral y el papel de la mujer en el mayor país latinoamericano. El documento central de la CIOSL en la conferencia, por ejemplo, resaltó que "la legislación laboral de Brasil es una de las más avanzadas que existen en América Latina para las mujeres". Pero esto a su vez ha desecandenado el prejuicio, entre los patronos, de que la mujer es "muy cara", por el costo que significan los períodos de embarazo y maternidad. "Las mujeres de los movimientos femeninos y los sindicatos lucharon muy duramente para lograr que los nuevos derechos fueran reconocidos uno por uno en la nueva constitución de 1988. Dicha constitución realmente cambió el derecho familiar en Brasil", recordó Jacqueline Pitanguy, directora de CEPIA (Ciudadanía, Estudios, Investigación, Información y Acción). "Conseguimos sacar la idea de que el hombre es el jefe de la célula familiar. Ya no necesitamos una libreta de casamiento para que se nos considere una familia (por lo caro del matrimonio muchos viven en concubinato. Avanzamos en relación a los derechos de las campesinas que, hasta entonces, no disponían de los mismos beneficios sociales que las trabajadoras urbanas y obtuvimos también algunos derechos para las empleadas domésticas. La licencia de maternidad pasó de 3 a 4 meses y se instauró por fin un permiso de paternidad de una semana de duración. Conseguimos también que se reconociera el papel del Estado con relación a la violencia doméstica, lo cual ha permitido crear comisarías especializadas para los casos de violencia doméstica y sexual", explicó, de forma amplia, Pitanguy. Todo esto si bien constituye un motivo de orgullo para el movimiento de mujeres y sindical de Brasil, es sólo una plataforma para las nuevas luchas. En la propia conferencia se dieron a conocer algunos resultados de una investigación ordenada al Departamento Intersindical de Estudios Socio Económicos (DIEESE), que revelan la persistente desigualdad laboral. En la actualidad las mujeres suman el 40,4 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA). Las trabajadoras tienen un mayor nivel de escolaridad (ocho años de estudios completos) que los hombres (38,2 por ciento contra 30,4 por ciento), pero los salarios son más altos para los hombres (2,9 dólares la hora) que para las mujeres (2,2 dólares). Al cruzar las variables raza y género, las mujeres negras perciben sólo 1,2 dólares por hora y los hombres blancos están por encima del promedio con 3,6 dólares. En São Paulo, el corazón industrial de Brasil, apenas un 13 por ciento de los cargos ejecutivos son ocupados por mujeres. En general, en la industria brasileña las mujeres ganan un 56 por ciento del salario que recibe un hombre por la misma función, mientras que en el sector de servicios perciben un 70 por ciento. Con estos datos en la mano, la diputada Rita Camata, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) dentro de la coalición gubernamental-, presentó y logró que el pasado 4 de mayo la Cámara del Senado le diera una primera aprobación a una ley que prohíbe cualquier tipo de discriminación contra la mujer tanto en la contratación, como en la remuneración, la promoción y la calificación. Aún le restan otros pasos en el Parlamento bicameral y, luego, lo más importante, no dejar que sea letra muerta.
https://www.alainet.org/es/articulo/104504?language=en
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