Argentina electoral
23/09/1999
- Opinión
Los sondeos preelectorales en Argentina:
Clara ventaja de la Alianza
Dafne Sabanes Plou
Buenos Aires
Los últimos sondeos sobre intención de voto para las elecciones presidenciales
del próximo 24 de octubre conocidos a escasos 40 días de los comicios
continúan dando como ganador a Fernando De la Rúa, el serio abogado que
actualmente ejerce la jefatura de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, y que es el candidato de la Alianza por el Trabajo, la Justicia y la
Educación, férrea opositora al gobierno de Carlos Menem. La Alianza se
constituyó a mediados de 1997 en los principales distritos electorales del
país en base a un acuerdo programático entre la Unión Cívica Radical, partido
centenario, y el Frente por un País Solidario (FREPASO), desprendimiento del
Partido Justicialista que se unió a partidos de izquierda a comienzos de la
década del 90.
La Alianza a poco de su creación logró vencer al Partido Justicialista
gobernante en las elecciones a diputados nacionales que se realizaron en
octubre del 97. La peor derrota en esa oportunidad la sufrió Hilda de
Duhalde, esposa del actual gobernador de la provincia de Buenos Aires y
candidato presidencial del Justicialismo, a manos de Graciela Fernández
Meijide, de la Alianza, por el cargo a diputada nacional. Fernández Meijide
disputa ahora la gobernación de la provincia al actual vicepresidente de la
Nación, Carlos Ruckauf. La encuestas tambien la favorecen en la preferencia
de los votantes.
Las fórmulas presidenciales que polarizan al electorado son la de la Alianza,
formada por Fernando De la Rúa, quien comenzó su carrera política cuando fue
elegido senador nacional por la ciudad de Buenos Aires en 1973, cuando era un
joven desconocido para la opinión pública pero un activo militante del
radicalismo, y por el diputado nacional Carlos Alvarez, del FREPASO, quien
encabezó la ruptura con el Justicialismo y se erigió en representante del
peronismo disidente ocho años atrás.
El binomio que representa al Partido Justicialista está formado por el abogado
Eduardo Duhalde, quien fue elegido vicepresidente acompañando a Menem en la
fórmula presidencial de 1989 y luego renunció para ser candidato a gobernador
en la provincia de Buenos Aires, que cuenta con el 30% de la población del
país, casi 13 millones de habitantes. El candidato a vicepresidente es el ex
cantante popular Ramón "Palito" Ortega, quien gobernó la provincia de Tucumán
entre 1991 y 1995. Si bien no logró mejorar la situación en su provincia,
Ortega continúa siendo popular entre la gente más humilde.
Las cifras
Según las distintas agencias de sondeos de opinión, De la Rúa aventaja a
Duhalde en un porcentaje que oscila entre el 11 y el 19% en todo el país. La
ventaja del candidato aliancista es mayor en las ciudades grandes. Según el
Centro de Estudios de Opinión Pública, en la ciudad de Buenos Aires, donde
gobierna actualmente, esta ventaja es de 40 puntos. De la Rúa ganaría allí
con el 56% de los votos, contra el 16% de Duhalde. En el Gran Buenos Aires,
el electorado se diferencia por su posición social.
Teniendo en cuenta aspectos cualitativos, los sondeos indican que la fórmula
De la Rúa-Alvarez es elegida por la honestidad de sus integrantes, porque
representa el cambio y por la capacidad y trayectoria del binomio. Los que
apoyan la fórmula Duhalde-Ortega lo hacen por la capacidad y trayectoria de
sus integrantes, por sus propuestas y porque consideran que impulsan "un
cambio sin riesgos".
Una campaña presidencial mediática
Como ocurre en la mayoría de los países latinoamericanos en la actualidad, la
campaña presidencial tiene un fuerte ingrediente mediático. Prácticamente no
hay actos electorales masivos y el debate de ideas entre los distintos
postulantes se da a través de los medios masivos de comunicación,
principalmente la televisión. No obstante, los candidatos de todos los
partidos también muestran su preferencia por largas caminatas por los barrios
de ciudades grandes y pequeñas donde tienen oportunidad de entrar a los
comercios, saludar a los vecinos y caminar acompañados por simpatizantes
espontáneos que les piden autógrafos o les acercan a sus hijos y nietos para
sacarse fotos.
Mientras los argentinos esperan el anunciado debate televisivo entre De la Rúa
y Duhalde, en el cual también quiere terciar Cavallo, la confrontación entre
aliancistas y justicialistas se está dando a partir de los avisos
publicitarios de cada partido que se transmiten por televisión. En una suerte
de duelo rápido y bien logrado, un aviso contesta al anterior, generándose una
discusión pública bien armada, pero bastante agresiva. Mientras los
justicialistas atacan a los aliancistas por la política económica que generó
la hiperinflación de 1989, durante el último tramo del gobierno de Raúl
Alfonsín, la Alianza hace hincapié en la honestidad de su gente y en su lucha
contra la corrupción, que ha tenido como blanco a más de un funcionario del
gobierno de Menem.
Quizá lo más interesante es que cuando comenzó la campaña, se tildaba a De la
Rúa de "aburrido". Alto, delgado, de gesto adusto y siempre vestido con el
mismo traje gris o la misma campera de gamuza, el candidato aliancista no hizo
nada por contradecir esta imagen. Su primer aviso publicitario hizo hincapié
en este aspecto. "Dicen que soy aburrido", se lo oyó decir, pero argumentó
que su función era la de gobernar con seriedad. El increíble éxito de este
aviso, que además estaba filmado en un despacho tradicional, en tonos sepia
y era lo menos "entretenido" posible en términos audiovisuales, hizo que en
pocos días el gobernador Duhalde señalara que él también era aburrido y
comenzara a vestirse de manera tradicional y poco llamativa.
Más allá de los sondeos, la ciudadanía exigirá a los nuevos gobernantes un
cambio real en la conducción de los asuntos públicos, para lo cual no harán
falta reflectores de colores sino madurez política, cuentas claras y trabajo
serio.
Clara ventaja de la Alianza
Dafne Sabanes Plou
Buenos Aires
Los últimos sondeos sobre intención de voto para las elecciones presidenciales
del próximo 24 de octubre conocidos a escasos 40 días de los comicios
continúan dando como ganador a Fernando De la Rúa, el serio abogado que
actualmente ejerce la jefatura de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, y que es el candidato de la Alianza por el Trabajo, la Justicia y la
Educación, férrea opositora al gobierno de Carlos Menem. La Alianza se
constituyó a mediados de 1997 en los principales distritos electorales del
país en base a un acuerdo programático entre la Unión Cívica Radical, partido
centenario, y el Frente por un País Solidario (FREPASO), desprendimiento del
Partido Justicialista que se unió a partidos de izquierda a comienzos de la
década del 90.
La Alianza a poco de su creación logró vencer al Partido Justicialista
gobernante en las elecciones a diputados nacionales que se realizaron en
octubre del 97. La peor derrota en esa oportunidad la sufrió Hilda de
Duhalde, esposa del actual gobernador de la provincia de Buenos Aires y
candidato presidencial del Justicialismo, a manos de Graciela Fernández
Meijide, de la Alianza, por el cargo a diputada nacional. Fernández Meijide
disputa ahora la gobernación de la provincia al actual vicepresidente de la
Nación, Carlos Ruckauf. La encuestas tambien la favorecen en la preferencia
de los votantes.
Las fórmulas presidenciales que polarizan al electorado son la de la Alianza,
formada por Fernando De la Rúa, quien comenzó su carrera política cuando fue
elegido senador nacional por la ciudad de Buenos Aires en 1973, cuando era un
joven desconocido para la opinión pública pero un activo militante del
radicalismo, y por el diputado nacional Carlos Alvarez, del FREPASO, quien
encabezó la ruptura con el Justicialismo y se erigió en representante del
peronismo disidente ocho años atrás.
El binomio que representa al Partido Justicialista está formado por el abogado
Eduardo Duhalde, quien fue elegido vicepresidente acompañando a Menem en la
fórmula presidencial de 1989 y luego renunció para ser candidato a gobernador
en la provincia de Buenos Aires, que cuenta con el 30% de la población del
país, casi 13 millones de habitantes. El candidato a vicepresidente es el ex
cantante popular Ramón "Palito" Ortega, quien gobernó la provincia de Tucumán
entre 1991 y 1995. Si bien no logró mejorar la situación en su provincia,
Ortega continúa siendo popular entre la gente más humilde.
Las cifras
Según las distintas agencias de sondeos de opinión, De la Rúa aventaja a
Duhalde en un porcentaje que oscila entre el 11 y el 19% en todo el país. La
ventaja del candidato aliancista es mayor en las ciudades grandes. Según el
Centro de Estudios de Opinión Pública, en la ciudad de Buenos Aires, donde
gobierna actualmente, esta ventaja es de 40 puntos. De la Rúa ganaría allí
con el 56% de los votos, contra el 16% de Duhalde. En el Gran Buenos Aires,
el electorado se diferencia por su posición social.
Teniendo en cuenta aspectos cualitativos, los sondeos indican que la fórmula
De la Rúa-Alvarez es elegida por la honestidad de sus integrantes, porque
representa el cambio y por la capacidad y trayectoria del binomio. Los que
apoyan la fórmula Duhalde-Ortega lo hacen por la capacidad y trayectoria de
sus integrantes, por sus propuestas y porque consideran que impulsan "un
cambio sin riesgos".
Una campaña presidencial mediática
Como ocurre en la mayoría de los países latinoamericanos en la actualidad, la
campaña presidencial tiene un fuerte ingrediente mediático. Prácticamente no
hay actos electorales masivos y el debate de ideas entre los distintos
postulantes se da a través de los medios masivos de comunicación,
principalmente la televisión. No obstante, los candidatos de todos los
partidos también muestran su preferencia por largas caminatas por los barrios
de ciudades grandes y pequeñas donde tienen oportunidad de entrar a los
comercios, saludar a los vecinos y caminar acompañados por simpatizantes
espontáneos que les piden autógrafos o les acercan a sus hijos y nietos para
sacarse fotos.
Mientras los argentinos esperan el anunciado debate televisivo entre De la Rúa
y Duhalde, en el cual también quiere terciar Cavallo, la confrontación entre
aliancistas y justicialistas se está dando a partir de los avisos
publicitarios de cada partido que se transmiten por televisión. En una suerte
de duelo rápido y bien logrado, un aviso contesta al anterior, generándose una
discusión pública bien armada, pero bastante agresiva. Mientras los
justicialistas atacan a los aliancistas por la política económica que generó
la hiperinflación de 1989, durante el último tramo del gobierno de Raúl
Alfonsín, la Alianza hace hincapié en la honestidad de su gente y en su lucha
contra la corrupción, que ha tenido como blanco a más de un funcionario del
gobierno de Menem.
Quizá lo más interesante es que cuando comenzó la campaña, se tildaba a De la
Rúa de "aburrido". Alto, delgado, de gesto adusto y siempre vestido con el
mismo traje gris o la misma campera de gamuza, el candidato aliancista no hizo
nada por contradecir esta imagen. Su primer aviso publicitario hizo hincapié
en este aspecto. "Dicen que soy aburrido", se lo oyó decir, pero argumentó
que su función era la de gobernar con seriedad. El increíble éxito de este
aviso, que además estaba filmado en un despacho tradicional, en tonos sepia
y era lo menos "entretenido" posible en términos audiovisuales, hizo que en
pocos días el gobernador Duhalde señalara que él también era aburrido y
comenzara a vestirse de manera tradicional y poco llamativa.
Más allá de los sondeos, la ciudadanía exigirá a los nuevos gobernantes un
cambio real en la conducción de los asuntos públicos, para lo cual no harán
falta reflectores de colores sino madurez política, cuentas claras y trabajo
serio.
https://www.alainet.org/es/articulo/104466?language=es