Declaración de Chillán: Asociación Nacional de Mujeres Rurales

11/11/1998
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Las mujeres rurales, campesinas e indígenas productoras agrícolas, crianceras, pescadoras artesanales y recolectoras reunidas en Chillán, los días 15 y 16 de octubre de 1998, analizamos nuestro papel en la producción de alimentos, el impacto de las tecnologías modernas en las mujeres y examinamos las Propuestas de Políticas de Igualdad de Oportunidades para las Mujeres Rurales y como están siendo implementadas en las Políticas Agrícolas Nacionales. Declaramos: Que mujeres y hombres, pequeños y medianos productores constituimos las comunidades rurales del mundo actual, en donde se cumplen funciones y objetivos de diversa naturaleza muy importantes para el desarrollo de nuestro país. Sobre nuestras comunidades recae la responsabilidad de producir los alimentos, la preservación de la biodiversidad, la restauración y el manejo equilibrado de los recursos naturales, la preservación y rescate de nuestra cultura y de la diversidad pluriétnica de nuestra sociedad. Que el trabajo de las mujeres por siglos se ha mantenido invisible y por tanto, muy poco valorado; esto es mas evidente aún en el sector rural, donde su falta de reconocimiento ha influido de manera directa en la aplicación, muchas veces de políticas equivocadas de desarrollo rural, donde la mayoría son formuladas de manera general a partir de diagnósticos globales, con objetivos más económicos que sociales, y con una escasa cobertura de género que avance en buscar la equidad entre mujeres y hombres. Las mujeres campesinas somos agricultoras Constatamos en este encuentro que: la agricultura y las políticas agroalimentarias se encuentran frente al modelo económico neo-liberal en una encrucijada. Los actuales enfoques de desarrollo son conducentes a una mayor intensificación y orientados a los cultivos de exportación, en desmedro de la agricultura tradicional, generando un desequilibrio social y económico entre las regiones, aumento en los niveles de pobreza de las familias campesinas; provocando serios daños al medio ambiente, a la salud de las trabajadoras y a la comunidad en general. Nosotras mujeres campesinas y productoras agrícolas propiciamos políticas agrarias que asuman la permanencia del campesinado y la gestión concertada del espacio rural, con una agricultura sostenible, benéfica al medio ambiente, produciendo alimentos de calidad para toda la población. Queremos una agricultura generadora de empleos, que nos permita vivir dignamente de nuestro oficio, recibir una remuneración adecuada de nuestro trabajo a través de una comercialización justa que cubra nuestro costos de producción y nos genere un excedente necesario para mejorar nuestros niveles de vida. Las mujeres campesinas de cara a la modernidad Las tecnologías modernas generan un fuerte impacto en nuestro rol como productoras. El avance tecnológico ha beneficiado particularmente a los grandes productores agrícolas y las transnacionales, con la agravante que el sector formal que domina este campo está mayoritariamente controlado y dirigido por hombres. El alto costo tecnológico que hoy tienen las intervenciones agrícolas y las semillas, provocan un efecto adverso en nosotras y en la producción campesina. La dependencia a nuevas variedades de semillas y la pérdida de las variedades locales (erosión genética) nos afectan directamente en nuestro papel de: productoras de alimentos, conservadoras de las semillas y preparadoras de almácigos, limitándonos por su alto costo a un mayor acceso a la producción de mercado, agravado por los cambios conductuales de los consumidores. Queremos que la investigación agropecuaria esté sustentada en las condiciones sociales, culturales y económicas de campesinas(os) asegurando su transferencia hacia los sectores productivos, revalorizando las prácticas de conocimientos ancestrales, tomándola como base para crear nuevas técnicas de producción, asegurando con ello que estas sean menos agresivas para el medio ambiente, menos dependientes de los insumos industriales y más accesibles económica e intelectualmente para las campesinas y campesinos. Defender por todos los medios el conocimiento técnico de todas las comunidades rurales, es tarea del presente. Las mujeres cultivando espacios en la sociedad Interpelamos a quienes actúan en la instancia de toma de decisiones, para que asuman nuestras demandas y se comprometan con el proceso de democratización de los sectores rurales, promoviendo la participación de las mujeres en la toma de decisiones, en la planificación y ejecución del desarrollo rural y en los diferentes ámbitos de la sociedad. No somos un ente aparte abocado solamente a la lucha diaria por el bienestar de la comunidad y la sobrevivencia del grupo familiar, el desarrollo rural no es un asunto de unos cuantos, muy por el contrario nos involucra a todas y a todos, la igualdad de oportunidades se deben generar desde una práctica común partiendo del hogar, la comunidad, en la vida y el hacer cotidiano. El debate público debe promoverse partiendo por la comunidad, las organizaciones, gobiernos local, provincial, regional y nacional especialmente a los parlamentarios, con el objeto de sensibilizar en todos los niveles para que se dicten normas y leyes que favorezcan el desarrollo a las mujeres y por ende a las comunidades rurales. Que las inversiones y programas orientados para nuestro sector contemplen la instalación y/o mejoramiento de servicios, como por ejemplo: luz eléctrica, agua potable, postas rurales, escuela y jardines infantiles. Las mujeres campesinas e indígenas reclamamos nuestro derecho de ser tratadas como un sector de la sociedad de significativa importancia en el desarrollo del mundo rural y del país, merecemos que se nos reconozca y se nos dé el valor social como personas y como trabajadoras, para así lograr verdaderamente igualdad de oportunidades en todos los ámbitos, queremos un campo vivo en todas las regiones, valorizando nuestra producción y nuestra condición de mujeres productoras. Hacemos un llamado a todas las mujeres y a los sectores involucrados para desarrollar una campaña activa con el objeto de que las propuestas de políticas de igualdad de oportunidades para las mujeres rurales, que desde la mesa de la mujer rural del Sernam construimos, dejen de ser propuestas y se transformen en políticas reales, para terminar con la injusticia, desigualdad y pobreza en el campo.
https://www.alainet.org/es/articulo/104381
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