Movimiento Internacional Somos Iglesia propone: Un Papa para el tiempo que despunta
28/10/1998
- Opinión
Con motivo del 20 aniversario del pontificado de Juan Pablo II, más de 140 grupos católicos en 27 países han
publicado un documento intitulado "Un papa para el tiempo que despunta: Obispo de Roma y Pastor Universal",
que propone un modelo de Iglesia basado en un "discipulado de iguales" y en un estilo de liderazgo
participativo, dialogante y abierto a cambios fundamentales.
"Porque queremos que el mensaje del Evangelio se entienda en nuestro tiempo intentamos construir una Iglesia
que acoja a todas las personas y esté dispuesta a restaurar la unidad Cristiana en el siglo próximo", dice
Elfriede Harth, portavoz del Movimiento Internacional Somos Iglesia (IMWAC por sus siglas en inglés) que
elaboró el documento. "Por eso enfocamos en las cualidades del liderazgo, no en 'candidatos' para Papa",
acota. El documento preconiza un "...Obispo de Roma que realmente acoja el sentido de los fieles". Este Papa
compartiría el liderazgo con otros obispos y con todo el Pueblo de Dios. Se retiraría al alcanzar la edad
establecida para todos los obispos.
Harth informó que el documento había sido enviado a todos los miembros del Colegio de Cardenales así como al
Papa Juan Pablo II personalmente.
IMWAC es una red de grupos de reforma eclesial en más de veinte países. Se formó a partir del
Kirchenvolks-Begehren lanzado en 1995 en Austria y que a través de una petición recogió 2,5 millones de
firmas a favor de reformas estructurales fundamentales en la Iglesia Católica Romana.
El próximo Obispo de Roma
"El Concilio Vaticano II (1962-65) nos invitó a todas y a todos a leer los signos de los tiempos a la luz del
Evangelio. Exhortó a nuestra comunidad de fe a la renovación perpetua. Hemos intentado ser fieles a ese
llamado al examinar la vida de nuestra Iglesia y la necesidad que sentimos de un Obispo de Roma que sepa
liderar nuestra comunidad de fe en un 'agape universal' o asamblea de caridad", sostiene el documento del
IMWAC, para luego puntualizar el perfil que aspiran del próximo Papa. Textualmente señala:
Sería una ayuda importante en la renovación de nuestra Iglesia que hubiese un líder capaz de leer los "signos
de los tiempos" en concierto con el pueblo, un Obispo de Roma colaborador, capaz tanto de escuchar como de
proclamar, de dialogar como de enseñar. Nesecitamos un líder que realmente acoja y consulte el sensus
fidelium (sentido de los fieles).
Antetodo necesitamos un líder que reconozca el despertar de la conciencia de las mujeres como un "signo de
nuestros tiempos" significativo. Las mujeres que representan más de la mitad de nuestra Iglesia han adquirido
la conciencia de su dignidad e igualdad con los varones. Están instanto a la comunidad de fe a que respete e
implemente esta igualdad en el seno de su propia vida.
Necesitamos un Obispo de Roma que respete las diferencias entre nosotros y que nos desafíe a vivir el
Evangelio.
Necesitamos un Papa que distinga entre su ministerio pastoral como Obispo de Roma y el ministerio de Pedro en
el cual se encuentra en diálogo con la Iglesia universal. Como Obispo de Roma él le serviría a los fieles de
Roma tal y como le incumbe a cualquier obispo diocesano. Como presidente de un agape mundial actuaría como un
hermano obispo que invitaría a los obispos de todo el mundo a compartir el liderazgo con él y con otros
miembros del Pueblo de Dios llamados para ello por los fieles. En este espíritu reformaría la Curia (el
gabinete papal) para que, en vez de dominar, ésta sirva a los demás obispos y a la Iglesia universal.
Pero antetodo, necesitamos un Obispo de Roma y un Pastor Universal que sea:
* un líder visionario que promueva un profundo discernimiento en todo el Pueblo de Dios respecto al
ministerio eclesial y llame a todos y a todas a considerar la posibilidad de acoger favorablemente a quien
tenga la aptitud necesaria para responder al llamado a un ministerio, sin reparar en su género, su estado de
vida o su disposición hetero u homosexual.
* un respetuoso de la conciencia de los católicos y católicas que impulse un genuino diálogo público sobre
las teologías, la doctrina moral y la política dentro de la Iglesia para que nuestra comunidad de fe pueda
compartir experiencias, comenzar a curar su alienación y resucitar un sentido de unidad y el entusiasmo por
la fe;
* un pastor que anime la libertad académica para los teólogos y teólogas y para otros estudiosos con el fin
de promover una diversidad sana de opiniones en la Iglesia;
* un reconciliador que acoja a "liberales" y "conservadores" para compartir la misma Iglesia;
* un líder que reconozca el pluralismo cultural en la Iglesia y celebre la diversidad que florece en
diferentes partes de nuestro mundo;
* un colaborador con sensibilidad histórica dispuesto a restablecer la tradición de la plena participación
del pueblo en la Iglesia, que invite a todos los católicos y católicas a compartir el gobierno y la toma de
decisiones, incluyendo la elección de líderes eclesiales;
* un pionero que invite a tomar inciativas y a experimentar y que solicite a los católicos y católicas a
desarrollar un sentido adulto de responsabilidad por su comunidad de fe;
* un ecumenista que se comprometa en un diálogo serio con los cristianos de las tradiciones de la Reforma y
de la Ortodoxia en un esfuerzo por lograr el sueño de la unidad de la Cristiandad;
* un hermano del pueblo judío que obre por el desmantelamiento de todo vestigio de antisemitismo y construya
lazos fuertes de parentezcco espiritual reconociendo la herencia común que nos proviene de Abrahán y de Sara;
* un estudioso de las demás tradiciones religiosas, fuera del Cristianismo y Judaismo, que apruebe el diálogo
interreligioso y procure aprender de la rica diversidad de comprensiones de estas tradiciones;
* un amante cuyos brazos se abran para estrechar en ellos al mundo y cuya política sea expresión de una
especial solidaridad con los pobres y oprimidos;
* un profeta que incansablemente promueva la justicia, la igualdad, la paz y la no-violencia en nuestro mundo
como en nuestra Iglesia;
* un amante de la Tierra que reconozca y promueva la integridad de la creación;
* un alma generosa con sentido de humor y
* un Hermano Obispo que feliz sepa cerrar las trampas de los poderosos de este mundo (Luc 22: 25-26) para
acompañarnos en nuestro camino hacia la re-creación entre todos y todas de nuestra comunidad de fe para que
el Espíritu de Jesús cobre vida en el tercer milenio.
Lo que necesitamos en el milenio venidero es un Obispo de Roma que sea un Pastor Universal.
https://www.alainet.org/es/articulo/104299?language=en
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