Varios sectores de la sociedad civil haitiana han expresado preocupación por la política del gobierno del presidente René Preval, de cara a las organizaciones populares, a raíz del allanamiento policial, sin mandato legal, el pasado 5 de abril, de la Clínica de Mujeres del barrio popular de Martissant en la capital, que dejó cuantiosos daños a las instalaciones y destrucción de una gran cantidad de material médico y mobiliario. Según la Directora Médica del Centro, Lise-Marie Déjean (Ministra de la Condición Feminina bajo el anterior gobierno de Jean-Bertrand Aristide), esta operación hace parte de un proceso que busca desacreditar al sector popular. La clínica, especializada en salud materno-infantil, fue creada en 1995 por la organización popular Solidarité Fanm Ayisyen (Solidaridad de las Mujeres Haitianas - SOFA), cuyas dirigentas denunciaron que este hecho recuerda la represión de la época de dictadura. Desmintieron con indignación la versión policial de que la importación de medicamentos habría servido para el tráfico de armas destinadas a organizaciones subversivas. SOFA advierte del peligro que este tipo de acción representa para la sociedad en caso de no ser sancionada, si "bajo pretexto de buscar armas, la policía puede impunemente saquear hospitales, escuelas o iglesias". Con el apoyo de diversas organizaciones nacionales, la organización reclama reparaciones por los daños materiales (evaluados en unos 250 mil dólares) y morales, la rehabilitación de la clínica y disculpas de la policía. No es un caso aislado: em marzo se produjo un acto de represión policial contra campesinos de Milot, con varios muertos.