"Callarán una voz mas no callaran nuestra lucha". Así manifestaron su indignación los indígenas Xurucu, del municipio de Pesqueira, estado de Pernambuco, al conocer del asesinato este 20 de mayo de su dirigente Francisco de Assis Araujo, más conocido como Chicao.

Chicao, uno de los principales indígenas del pueblo Xurucu, venía sufriendo desde 1986 continuas amenazas de muerte por parte de hacendados invasores del área perteneciente a los indígenas. El pueblo Xurucu, compuesto por unas 7.500 personas, vive en una área de 2000 hectáreas, pero su territorio tiene una extensión de 27.555. Las restantes 25.555 has. están invadidas por 181 haciendas.

El pasado 16 de mayo, los indígenas tomaron una de esas haciendas de 600 hectáreas, que había sido irregularmente adquirida por un comerciante. Protegido por las comunidades indígenas, Chicao, líder natural de su pueblo, siempre escapaba de los ataques planeados por los hacendados, pero esta vez no pudo escapar a esta última emboscada en la que pistoleros le dispararon en la cabeza y las costillas.

El 1995, con ocasión del inicio de la demarcación física del área de 27.555 hectáreas, fue asesinado, por mandato de los hacendados, el abogado Geraldo Rolim da Mota Filho, quien prestaba apoyo jurídico al pueblo Xucuru. El asesinato de líder indígena se produce en un contexto en el que, tras la muerte de Sergio Motta y de Luis Eduardo Magalhaes, dos principales cuadros políticos del régimen de Fernando Herique Cardoso, se hace visible la mano dura del "núcleo" conservador en el poder.

El régimen de Cardoso ha resuelto mostrar quien manda en el país y cómo se manda. En esta línea, desde esferas oficiales se viene exigiendo prisión para los dirigentes del Movimiento Sin Tierra, y se pretende convertir en asuntos policiacos la lucha de los obreros y sectores sociales afectados por el hambre, la exclusión y la pobreza.