Corte Penal Internacional: Estatuto fue aprobado
11/08/1998
- Opinión
Veintiseis países han firmado el tratado internacional que establece la nueva Corte Penal
Internacional, cuyo estatuto fue aprobado después de cinco semanas de angustiosas negociaciones
en la Conferencia Diplomática que se celebró en Roma. Los países son: Albania, Andorra, Bolivia,
Camerún, Congo, Francia, Georgia, Ghana, Grecia, Italia, Liberia, Liechtenstein, Madagascar,
Malí, Mauricio, Mónaco, Namibia, Holanda, Níger, Panamá, Samoa, San Marino, Senegal, España,
Suiza y Zambia. El tratado entrará en vigor luego de que 60 estados firmen y además ratifiquen el
tratado.
La adopción del Estatuto de Roma y la apertura del tratado para firmas fue una gran derrota
diplomática para los Estados Unidos, que se ha opuesto fuertemente a la Corte, puesto que ella no
estará sujeta al control del Consejo de Seguridad. Otra de las razones de la oposición
estadounidense ha sido la existencia de un fiscal independiente previsto en el estatuto de la Corte.
El estatuto contempla un fiscal capaz de iniciar una investigación con información de cualquier
fuente confiable, incluso de organizaciones de la sociedad civil y víctimas.
Los Estados Unidos argumentan que la Corte podría ser usada políticamente en contra de los
soldados como los que sirven en misiones de paz de la ONU. Sin embargo, algunos expertos
internacionales, como el Dr. William Schabas de la Universidad de Quebec sospechan de otros
motivos, más conectados al intervencionismo norteamericano en su "patio trasero". El Dr.
Schabas dijo en la conferencia de Roma "Si yo fuera el asesor internacional de estados como
Panamá y Granada, les recomendaría firmar este tratado ahora mismo". En efecto, el tratado
establece que la Corte podrá juzgar a criminales de guerra si el Estado donde se cometieron los
crímenes es parte del tratado, incluso contra la oposición del estado de nacionalidad del criminal.
El Estatuto fue adoptado en la Conferencia Diplomática con el voto de 120 países a favor, 7 en
contra, y 21 abstenciones. Las ONGs criticaron severamente la posición de los Estados Unidos,
que votó contra la adopción del estatuto, acompañado por países como la India, China, e Israel.
La Corte, que tendrá su sede en La Haya, Holanda, será el primer mecanismo internacional en la
historia que tendrá el poder de procesar individuos por graves crímenes internacionales, tales como
los crímenes de lesa humanidad (incluso tortura, desapariciones, deportaciones forzadas), los
crímenes de guerra, el genocidio, y la agresión. El Estatuto reconoce explícitamente que la
violación y otras formas de abuso sexual son crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
También faculta a la Corte dar reparaciones para las víctimas e incluye conflictos armados no
internacionales en su jurisdicción.
Un paso importante
Organizaciones defensoras de los derechos humanos han celebrado la adopción del Estatuto como
un paso importante en el desarrollo de la protección de derechos humanos y en la lucha contra la
impunidad. Sin embargo, han criticado que bajo una cláusula del Estatuto aprobado, los países
podrán optar por no aceptar la competencia de la Corte sobre los crímenes de guerra por un
período de siete años a partir de su entrada al tratado. Además, la Corte no puede actuar si el
Estado de nacionalidad del acusado, o el Estado en que se cometió el crimen, no ha ratificado el
tratado, salvo en un caso que el Consejo de Seguridad juzgue de suma importancia para la
seguridad internacional. El Consejo de Seguridad también puede aplazar un caso por un año si
decide que afecta la seguridad internacional.
Francisco Soberón Garrido de la Asociación Pro Derechos Humanos de Perú, declaró que:
"Aunque todavía no es perfecta, el establecimiento de la Corte nos alienta mucho porque se
convierta en una esperanza para nosotros en América Latina que venimos luchando por la defensa
de los derechos humanos y contra la impunidad. Hemos logrado superar los obstáculos que
opusieron algunos países en acuerdos que resultaban claves para nosotros, como la independencia
del fiscal y la jurisdicción de la Corte para conflictos internos. Desde este momento la sociedad
civil de la región, junto con el resto del mundo, empieza el camino para hacer de la Corte un
mecanismo realmente eficaz, para lograr su ratificación global y su jurisdicción sobre crímenes de
guerra, exigir que el Consejo de Seguridad no intervenga en la Corte, y vigilar que las reglas y
prácticas de la Corte que aún faltan definir sean justas."
William Pace, coordinador de la Coalición de ONGs por la Corte Penal Internacional ha señalado
que el tratado aprobado en Roma "lleva la marca de la sociedad civil internacional" en temas tales
como los poderes del fiscal y la reivindicación de la justicia para las mujeres y las víctimas.
La Conferencia en Roma también estableció una Comisión Preparatoria de la ONU que se
encargará de cuestiones preliminares. La Comisión, que se reunirá en la sede de la ONU en Nueva
York discutirá las reglas de procedimiento de la Corte y de la Asamblea de Estados Partes, la
relación entre la Corte y la ONU, y los asuntos financieros. También discutirá la elaboración de la
definición de la agresión, y las condiciones bajo las cuales la Corte podrá ejercer su jurisdicción
sobre este crimen. Acuerdos oficiales sobre la agresión tienen que ser adoptados en una
Conferencia de Revisiones, que puede tomar lugar sólo después de siete años de la entrada en vigor
del tratado. También había discusiones sobre la posibilidad de realizar en la mencionada
conferencia, una revisión de las cláusulas adoptadas para los crímenes de guerra, así como la
inclusión de los crímenes de narcotráfico y de terrorismo.
https://www.alainet.org/es/articulo/104209?language=en