Al rescate de las deudas sociales
El Grito de los Excluidos
08/09/1999
- Opinión
El Grito de los Excluidos es una manifestación popular que nació en Brasil, en 1995, bajo el
impulso de las áreas de Pastoral Social de la Conferencia Nacional de Obispos, como respuesta a la
creciente situación de exclusión social registrada en ese país por la aplicación de políticas de ajuste
de corte neoliberal. En 1999 esta manifestación tendrá un carácter latinoamericano, para lo cual se
encuentran conjugando esfuerzos movimientos ecuménicos y sociales.
En Brasil, el Grito de los Excluidos se viene realizando cada 7 de septiembre. La fecha
corresponde al día de la conmemoración de la independencia de Portugal. Y esto porque, al decir
de sus organizadores: "Brasil todavía no es un país independiente, en el verdadero sentido de la
palabra. Independencia significa para nosotros trabajo para todos, educación y salud de calidad,
vivienda, alimentación, acceso a los bienes de la cultura. El país sólo será independiente cuando se
respeten los derechos y se atiendan las necesidades básicas de todos sus ciudadanos y ciudadanas".
Desde el año pasado, esta manifestación es coordinada por las áreas de Pastoral Social de la
Conferencia Nacional de Obispos del Brasil (CNBB siglas en portugués) conjuntamente con el
Movimiento Sin Tierra (MST), la Central de los Movimientos Populares (CMP) y la Central Única
de Trabajadores (CUT). Pero en las diversas regiones y municipios se han integrado también varias
Iglesias Cristianas, organizaciones no gubernamentales, movimientos sindicales y populares
significativos.
El próximo 7 de septiembre se desarrollará el cuarto Grito de los Excluidos, que tiene como lema
"Aquí es mi país", a través del cual "el pueblo brasileño quiere expresar la voluntad y la decisión
que tiene para construir un proyecto común, basado en relaciones comunitarias, de fraternidad y
solidaridad". Proyecto que apunta a "construir un país donde las personas sean efectivamente
ciudadanas, donde la alegría de vivir sea tanta que no deje espacio para la miseria y la exclusión...
un país con empleo, salario, vivienda, salud, espacio para la distracción, educación de calidad y
cantidad necesarias para permitir una vida digna para todos, independientemente de la raza, sexo,
edad, origen... una sociedad donde las relaciones sociales se basen en la confianza, el afecto y el
amor al prójimo", según anota uno de los materiales de promoción.
Por otra parte, esta acción se inscribe, y busca darle realce, al proceso de la Tercera Semana Social
Brasileña, cuyo Momento Nacional tuvo lugar del 4 al 8 de agosto, teniendo como tema: "Rescate
de las deudas sociales: Justicia y solidaridad en la construcción de una sociedad democrática"
(ver ALAI 278, 2-08-98). La cual, a su vez, fue concebida como parte de los preparativos para la
celebración del Jubileo del año 2000, que se inspira en la Biblia y en la carta del Papa Juan Pablo II
"A las puertas del Tercer Milenio".
Un Grito latinoamericano
"La celebración del Jubileo se presenta como una oportunidad para promover un gran esfuerzo en
la línea de la realización del designio de Dios: un mundo fraterno. América Latina tiene un
substrato cultural cristiano. En este sentido, existen condiciones favorables para hacer que el
Jubileo tenga un carácter social, y no sólo festivo y celebrativo". Es a partir de estas
consideraciones que surgió la propuesta de realizar un Grito de los Excluidos Latinoamericanos en
1999.
Esta acción ha sido planteada como un momento para que "se reúnan trabajadores/as,
desempleados/as, mujeres, niños, adolescentes y jóvenes marginados/as, negros/as, indios/as y se
manifiesten a través de marchas, debates, celebraciones, teatro, música, poesía, discursos y palabras
de orden, suscitando una gran participación popular con mucha creatividad, haciendo surgir el
sueño que brota de las calles en las voces "roncas" de las clases oprimidas y excluidas. Un grito
que genere lazos de solidaridad y esperanza. Denunciando la concentración de la riqueza, de la
tierra, de la renta, la violación de los derechos humanos y la política neoliberal".
En la segunda mitad del 97, dicha propuesta fue presentada por las entidades brasileñas en varios
eventos latinoamericanos, tales como: el 9? Encuentro Intereclesial de las Comunidades Eclesiales
de Base, el Congreso de Caritas, el 6? Encuentro del Frente Continental de Organizaciones
Comunales, el 2? Congreso de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo,
entre otros. En todos los casos la respuesta fue positiva.
Representantes de estos sectores se reunieron en Brasilia, el 24 de julio, para definir los
lineamientos de esta manifestación latinoamericana. Tres ejes fueron definidos: denunciar una
realidad de oprobio marcada por la deuda externa, las deudas sociales, el desempleo, la
desigualdad, la opresión, etc.; anunciar las aspiraciones de una sociedad basada en la justicia, la
paz, la vida, la dignidad, la solidaridad, etc.; y unir, a través de los diversos gritos, espacios y
sectores locales, regionales, internacionales, conjugando soberanía, independencia e integración. El
momento culminante será el 12 de octubre del 99.
https://www.alainet.org/es/articulo/104204
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