Cadencia y juventud en maquilas y pasarelas
29/09/1998
- Opinión
En la industria del vestido, se ha venido imponiendo, desde los años 60, el regreso a la moda del
trabajo a destajo, principalmente en las llamadas maquilas, que proliferan en las zonas francas de
Centroamérica y el Caribe. Allí, miles de mujeres, a viva cadencia, se afanan en reproducir, a bajo
costo, un sinnúmero de trajes de moda, que luego son vendidos, a precios fuertes, en Nueva York,
Miami u otras urbes.
En las zonas francas, consideradas como espacios extra-territoriales de los países, ha triunfado la
libertad empresarial y la flexibilización laboral: liberadas de impuestos sobre importaciones,
exportaciones y capitales y hasta exentas de tasas municipales, las empresas emplean a mujeres que
trabajan hasta 22 horas diarias, ganan salarios "competitivos" y no tienen ninguna ventaja social.
Con sus 28 años, la hermosa modelo Naomi Campbell es considerada en París como una candidata
a la jubilación, pues el mundo de la moda y la alta costura, que dictan el look de las mujeres, tienen
sus caprichos, como es el de imponer la edad promedio de 16 años para las hermosas que desfilan
en las pasarelas. Esas mismas edades constituyen un criterio influyente para el empleo de las
maquiladoras hondureñas, pues los empresarios consideran que las jóvenes tienen más cadencia.
En la maquila, la cadencia y la juventud se necesitan para producir más, pues cuando los ingresos
no dependen de la cantidad, los horarios de trabajo pueden extenderse hasta a 22 horas por día.
Así por ejemplo, en la Zona Franca "Las Mercedes", cerca de Managua, aunque oficialmente las
fábricas abren sus puertas a las 7 de la mañana, miles de mujeres se apresuran a empezar a las 6h30
para ganar un bono de 5 dólares por mes. El salario de base aquí es de unos 50 dólares mensuales,
pero puede ascender hasta 140 trabajando 14 o más horas por día.
En San Pedro de Sula, Honduras, 193 empresas han creado 90.000 empleos, ahí el salario mensual
es inferior al de Nicaragua y puede llegar, son horas suplementarias, hasta a 136$(1).
Pero si la materia prima no llega del extranjero, el trabajo disminuye o se suspende y las
trabajadoras no logran reunir ni el salario mínimo, en esos casos se producen despidos
intempestivos sin ingresos ni indemnizaciones.
Enfrentan situaciones similares, unas 800.000 personas en México; unas 180.000 en República
Dominicana, unas 175.000 en Guatemala; unas 50.000 en Costa Rica y un número similar en El
Salvador. Según datos de las Naciones Unidas (2), a finales de 1995, el sector representaba el 25%
de asalariados/as del sector formal industrial en México, 77% en Guatemala, 9% en El Salvador,
27% en Costa Rica, y el 40% en República Dominicana.
Violencia para incrementar la cadencia
En el Congreso de la Confederación de Mujeres del Campo -CONAMUCA- de República
Dominicana (marzo/98) las mujeres denunciaron no solo la deserción de las jóvenes del campo para
trabajar en la zona franca, sino también las paupérrimas condiciones de trabajo que les afectan.
Así, como las horas suplementarias son el recurso principal para aumentar los ingresos, muchas
llegan a trabajar hasta 22 horas diarias para sobrevivir y las cadencias son tan rápidas que se habla
de trabajos forzados, sobre todo cuando está pendiente una entrega al extranjero.
En todos los países las trabajadoras se quejan de malos tratos verbales y físicos, golpes en la cabeza
y las manos, castigos, acoso y agresiones sexuales. Frente a estas situaciones, invariablemente se
ven obligadas a callar, principalmente debido a la inseguridad laboral y la ausencia de
sindicalización.
Las condiciones sanitarias son paupérrimas, se registra un promedio de un sanitario para 200 o más
personasn, el tiempo límite para usarlo, por lo general es de 3 minutos una vez por día. La mayoría
se ve afectada por las altas temperaturas y la falta de aireación, se habla de desmayos y abortos.
Tampoco hay seguridad social ni protección contra los frecuentes accidentes de trabajo, en la zona
franca las Mercedes (Nicaragua) se registraron 662 accidentes de trabajo y 3 muertes en 1997.
En Honduras, se ha denunciado el uso de menores en condiciones de esclavitud en las maquilas.
Un informe del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos de Honduras -CODEH- señala
que en 1997 se registraron 86 quejas de niñas.
La moda globalizada
En las maquilas, instaladas en las zonas francas, se efectúan las tareas de ensamblaje más
elementales, en base a la materia prima y productos semi-elaborados importados, que se reexportan
una vez terminados para ser vendidos a los precios del mercado, principalmente en los Estados
Unidos.
Así mismo, las ventas y transacciones se realizan al interior de las zonas francas o en el extranjero y,
por lo tanto, sus capitales, a pesar de ser conceptuados como inversiones directas, no se integran a
la economía de los países, no circulan en éstos ni generan ingresos fiscales.
Sin embargo, para atraer a dichos capitales, los países han construido infraestructuras, por lo
general ajenas a las urgencias nacionales: instalaciones portuarias, servicios de comunicación,
energía a bajos costos, carreteras y, sobre todo, exoneraciones aduaneras para la importación y la
exportación.
La Zona Franca Las Mercedes en Managua, concentra a unas 18 empresas, mayoritariamente
estadounidenses y asiáticas, casi todas producen ropa para el mercado estadounidense. Estas tienen
a su vez contratos con las grandes del vestido americano: J.C. Perney, Sears y otras. Trabajan allí
unas 13.000 personas cuya labor produjo 150 millones de dólares de exportaciones en 1996, con
una proyección de 300 millones para 1998; sin embargo, el único ingreso directo para el país fueron
los magros salarios.
Según los inversionistas, el principal atractivo de Centroamérica y el Caribe, además de la cercanía
con Estados Unidos, es el desempleo, que redunda en salarios muy "competitivos", los costos de
elaboración de un pantalón "de marca", por ejemplo, es de 0.20 ctvos de dólar.
Matices de la misma cara de la medalla
La cifras de los negocios de las 15 casas francesas de renombre, Yves Saint Laurent, Nina Ricci,
Christian Dior etc., conocidas en el mundo como el paradigma de la moda, apenas llegan a los 280
millones de un total de 9.3 millones de millones para el conjunto de la industria de la moda. En los
hechos, las presentaciones de las grandes colecciones y desfiles sirven principalmente de publicidad
para la venta de ropa sport, accesorios y perfumes, de los grupos industriales y financieros que se
producen en el Sur, bajo las marcas más conocidas.
Los pequeños talleres de alta costura franceses, apenas dan trabajo a unas 2.000 personas y los
puestos de empleo están en regresión. Cada casa apenas está obligada a producir unos 40 modelos,
que se venden entre 25.000 y 100.000 $USA.
En ese caso, cada costurera atiende apenas a dos clientas a la vez y cada vestido requiere entre 50 y
200 horas de trabajo, el tiempo de trabajo obedece a reglamentaciones laborales y sindicales. Pero,
también allí, las anónimas costureras se quejan de que en víspera de los desfiles, tienen que trabajar
hasta 35 horas seguidas.
Por su parte las modelos, que por lo general no pasan de los 17 años, se han convertido en el
ejemplo universal a ser seguido por las adolescentes y mujeres. La difusión de la fama y fortuna
que se ganan en las pasarelas ha generado miles de agencias que, en el mundo entero se enriquecen
de los sueños de millones de jóvenes.
Un reciente concurso para seleccionar un par de modelos para alguna casa de moda francesa, puso
a la fila a unas 4.000 aspirantes moscovitas. Asimismo, en América Latina y el Caribe, numerosas
agencias de modelaje acumulan pingües ganancias con la anorexia y múltiples desarreglos
emocionales de miles de adolescentes que aspiran a llegar algún día a las soñadas pasarelas.
Sin embargo, la manipulación de las agencias de modelaje apenas empieza a ser denunciada,
particularmente por sus vínculos con la industria del entretenimiento sexual, a la cual son referidas
la mayoría de aspirantes a modelo que nunca llegan a las pasarelas.
(1) M. Lemoine, La maquila en Centroamérica, Le Monde Diplomatique, marzo 98
(2) "Growth in Employement en the Maquila Industry, CEPAL-UN, New York, 96.
https://www.alainet.org/es/articulo/104202
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