Cambalache de los siglos XX y XXI
17/08/2014
- Opinión
Con certeza, el autor de la letra del tango 'Cambalache', escrita hace 80 años, no imaginó que su canto tendría la vigencia, la actualidad que mantiene más allá de las fronteras temporales del año 2000, como dice en un verso.
Letra, contenido, lunfardo y música han sobrevivido en una exacta armonía.
Es una composición, una obra popular que interpreta una época del mundo. El autor, Enrique Santos Discépolo, no refiere sólo a la realidad argentina, aunque fue prohibida durante las dictaduras militares en ese país. Suele ocurrir esa represión a la inteligencia y a la noble imaginación, cuando el arte, en cualesquiera de sus expresiones acusa, denuncia impurezas, normas y conductas reñidas con la justicia y la moral. Es el caso de 'Cambalache'.
"Que el mundo fue y será...", obsérvese en ese verso la constatación de un pretérito, y la afirmación, el pronóstico sombrío, aciago, del futuro.
Millones de personas en el mundo han escuchado la letra y música del citado tango, también multitudes lo bailan.
"Siglo veinte problemático y febril " (preguntémonos y..., ¿cómo sigue el siglo XXI...?). El autor enjuicia una sociedad, los modos y paradigmas de vida, y a la vez protesta por esas formas.
El tango es en sí una especie de manifiesto sentimental y doctrinal frente a una época, un alegato con solventes argumentos, fundado en datos que develan un estado de comportamientos. Hasta se podría decir que gravita en sus versos testimoniales, una filosofía.
Cambalache, el vocablo, refiere al trueque engañoso, estafador. "Maldad insolente..." dice un verso.
Obviamente si se hace un análisis más reposado, y una interpretación más detenida de los versos, en su contenido se hallará signos de una profunda decepción por el mundo construido, colmado de crisis de todo tipo.
"Nada es mejor..., lo mismo un burro que un gran profesor". Hasta hoy, siglo XXI, parece que nada ha mutado favorablemente. Agrega el autor "Qué atropello a la razón..., cualquiera es un señor...".
Hay obras, cantos, versos, discursos, que trascienden su época. Sucede con las creaciones cuyos autores son verdaderos cronistas de su tiempo.
Lo que emana de realidades histórico-sociales como el tango Cambalache, se hace voz de pueblos, porque interpreta sentires, rabias, rebeldías y anhelos colectivos. Lo popular siempre subyace, siempre fluye, no perece cuando hace sentido. Sucede con múltiples obras de diversos géneros en distintas latitudes y épocas.
Hoy, siglo XXI, los caminos que surca la humanidad no son los mejores. El espiral afán de éxito, de consumo, y por el dinero, no conduce a la legítima y anhelada felicidad de cada ser humano. El lamentable reciente deceso del actor Robin Williams es otra señal de todo aquello. El error no debe ser la norma. Salvar para salvarnos. Otro mundo... puede y debe ser posible.
- Lautaro Fucik es Director Centro de Estudios, Conciencia Crítica
https://www.alainet.org/es/articulo/102522
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