Autonomía, reservaciones o plurinacionalidad
01/02/1998
- Opinión
En los últimos 17 años el movimiento indígena ha dado pasos importantes, de los
cuales resaltamos los siguientes: Del tutelaje de la dirigencia sindical y de
sectores progresistas de la iglesia, las comunidades han pasado a la autogestión
y han asumido la dirección del movimiento indígena; el movimiento paulatinamente
ha definido la identidad de sus organizaciones aunque, hasta la actualidad, en
muchas de ellas existen rezagos de la influencia sindical, tanto en su
estructura organizativa como en los membretes de las mismas, (Federación
Indígena y Campesina de Imbabura, Unión de Organizaciones Campesinas del Cañar,
etc.); la constitución de la Confederación de Nacionalidades del Ecuador, CONAIE
(1986), marca una nueva etapa en el movimiento; en 1988 se crea la Dirección
Nacional de Educación Intercultural Bilingüe con sus respectivas
representaciones provinciales; finalmente el levantamiento nacional de 1990,
constituye el hecho más determinante de su proceso.
Este último acontecimiento histórico produce varios efectos, entre ellos podemos
anotar:
* Se hace conciencia de la diversidad del país.
* Motiva la reflexión de la identidad en los diferentes sectores.
* Las nacionalidades empiezan a ser vistas como sujetos sociales colectivos que
reivindican sus derechos.
* Las comunidades indígenas ven en la CONAIE, su referente y su portavoz
oficial.
* Potencializa la imagen de algunos dirigentes, los cuales aparecen en el
escenario público y son considerados por los medios de comunicación, los voceros
oficiales de la problemática indígena.
* Este protagonismo que genera el levantamiento, abre la posibilidad de
participar en el plano electoral.
* Las fuerzas armadas y los movimientos políticos reorientan su acción y se
concentran en las comunidades.
* Las políticas de Estado de los gobiernos empiezan a ver con preocupación el
proceso que desarrolla el movimiento indígena.
* Las ONGs, nacionales e internacionales, ponen mayor interés en apoyar y
coordinar actividades con las organizaciones, particularmente con las
organizaciones de la Amazonia.
* El intercambio de experiencias con organizaciones indígenas de otros países se
dinamiza.
Este proceso va acompañado de otros hechos importantes como la Marcha por la
Vida (92); la movilización por la tierra en el 94; la participación electoral a
través de Pachakutik (96), situación que hace perder de perspectiva el rol y la
función de la CONAIE. Por otra parte, despierta un apetito electoral que en el
futuro puede ser la causa de la dispersión de la organización nacional. Parte
de este proceso, constituye también las jornadas de febrero (97), en las cuales
se compromete al Gobierno interino de Fabián Alarcón y al Congreso Nacional a
convocar a la Asamblea Nacional Constituyente, en cuyo espacio se ve la
posibilidad de incluir las propuestas indígenas como la plurinacionalidad y la
autonomía, un tema que requiere mayor análisis y debate, de tal suerte que se
logre elaborar una propuesta acorde a nuestra realidad y sobretodo a las
necesidades de nuestros pueblos.
La república de indios como modelo de autonomía en la colonia
La colonización es un proceso de subordinación a las formas de invasión y de
conquista de los españoles. El cambio de la denominación de la geografía, la
apropiación de los territorios, el sometimiento de la población, la adecuación
de las formas de organización del incario son amoldadas a la forma de
organización de la colonia, principalmente a los intereses económicos y
políticos de ésta.
Con este propósito la colonia, concede privilegios a las autoridades indias o
caciques
"...ora con el propósito de proteger a los indios de la explotación y opresión
de los españoles, criollos, mestizos u aún de los negros, ora con el fin de
facilitar la instrucción religiosa, ora con ambos objetivos a la vez como consta
en la solicitud del obispo de la Peña al Rey, en la colonia se fundaron las
reducciones y la clausura, y se les reconoció, inicialmente al menos, su
autoridad a los curacas, o caciques en la terminología de los españoles. Julio
Tobar Donoso. pp.259-271.
La colonia y la república con la finalidad de facilitar el proceso de
expropiación de los territorios indígenas y de sometimiento de nuestra
población, procuró aprovechar el sistema de organización política y de
administración del Incario, con este propósito. Los españoles proceden a:
distribuir el territorio de las nacionalidades a favor de los conquistadores,
tomando en consideración la distribución de la tierra en el incario, es decir,
las tierras del inca sería asignadas al rey, las tierras del Sol a la Iglesia,
las tierras del ejército y del pueblo a los conquistadores y a los acompañantes
de los invasores. Es el inicio del saqueo y aprovechamiento de los recursos de
nuestros pueblos.
Reconocer a las autoridades de las nacionalidades, como autoridades étnicas,
respetando su "estatus", exonerando el pago de impuestos. Así, reconocidos sus
"privilegios", las autoridades indígenas mantenían el control de la población y
facilitaban el proceso de explotación, la producción y, sobre todo, el pago de
los impuestos al rey.
Conforme se expande el proceso de urbanización, las comunidades son relegadas a
la periferia, por cuanto los ciudadanos urbanos constituidos estrictamente por
población "blanco-mestiza", las relegan de preferencia en los páramos, a lugares
inaccesibles que dificulten el acceso y la presencia de las autoridades
mestizas.
Este ahuyentamiento, a veces ejercido por las propias comunidades, se generó con
el objeto de evitar la agresión del sistema colonial y republicano; de eludir el
cobro de impuestos que atentaban en contra de su dignidad y de su bienestar
individual y colectivo.
Las comunidades, en este proceso de ahuyentamiento, conforman pequeños grupos
humanos, pequeños poblados que en la república adoptarán el nombre de
comunidades.
En estas circunstancias y como consecuencia de este proceso, en 1937 se promueve
la Ley de Comunas, que permite a estos núcleos de población constituidos en su
mayor parte por indígenas, contar con un cuerpo legal que les permita regirse y
estar reconocidos legalmente por la ley.
En este mismo sentido, el proceso de Reforma Agraria (1964), permite asignar a
las comunidades porciones de tierra, que son entregadas como propiedad
individual y comunal. La entrega de estas tierras se la realiza con las
siguientes características:
* En su mayoría son tierras estériles, que los patronos consideraban de poca
rentabilidad, en muy pocos casos, éstas eran productivas.
* Generalmente se ubican en los páramos o cerca a los páramos, en muy pocos
casos se ubican en los valles.
* Las tierras que tienen carácter comunal son aquellas tierras de los páramos,
en tanto que las entregadas en las zonas bajas, en su mayoría, son de carácter
individual.
Este proceso de distribución fue creando núcleos de población que adoptaron la
denominación de comunidades, de acuerdo a la Ley de Comunas, generando así
espacios étnicos en los que se ha practicado una autonomía aislada y sin
reconocimiento de la ley y de las autoridades nacionales.
El ejercicio de la autonomía en las comunidades
Las comunidades se ubican en espacios obtenidos por concesión y de una manera
dispersa, conservando en cierta forma la unidad étnica.
El ahuyentamiento de las comunidades a zonas alejadas de los centros urbanos,
fue el objetivo de la Colonia y la República, bajo la consigna de no contagiar
la ciudad con la presencia indígena, como la "Ciudad blanca de Ibarra".
En estos espacios, las comunidades se han autogobernado, nombrando sus propias
autoridades mediante el mecanismo de las asambleas comunitarias, en las cuales
han designado a sus representantes; practicando su idioma materno en la
cotidianidad familiar, en las asambleas comunitarias y en relación con otras
comunidades; practicando su conocimiento ancestral en lo que se refiere a la
medicina natural, al derecho indígena, a los sistemas agrícolas, de riego y a
sus valores culturales, una práctica que, en la mayoría de los casos, se diluye
y que por el momento aún no constituyen motivo de estudio e investigación por
parte de las organizaciones.
En este sentido y en estos espacios, podemos decir que las comunidades han
ejercido la autonomía, una autonomía incipiente, que tampoco ha contribuido al
fortalecimiento de la economía, la identidad y la cultura de las nacionalidades,
un proyecto que tuvo como fin transformarnos en reservaciones y que en la
actualidad conviene revisarlo en el caso ecuatoriano, toda vez que no es la
misma realidad de los miskitos en Nicaragua, los kunas en Panamá o el istmo de
Tehuantepec del sur de México.
La autonomía
La autonomía es el derecho del que gozan algunas entidades regionales o
territoriales, a las cuales se les concede el derecho a autogestionarse y
decidir sobre sus propios asuntos. El movimiento indígena lo define como la
voluntad del pueblo a autogobernarse y decidir su destino.
La autonomía implicaría:
* Un espacio territorial bajo la figura de jurisdicción.
* Una jurisdicción administrativa-política.
* Un sistema económico y de producción acorde a la realidad de la región.
* Un sistema de educación, cultura, etc, acorde a la realidad de la región.
* Un nivel de representación entre la autoridad de la autonomía y las
autoridades nacionales.
El caso de los municipios responde a este principio, éstos gozan de autonomía
política administrativa, son parte y dependen de los espacios de poder central,
no gozan de soberanía, por lo tanto son dependientes pero tienen el derecho de
autogestionarse y autogobernarse.
En este sentido, los derechos ciudadanos de las comunidades son restringidos
¿Qué trascendencia y que garantías reales significa el reconocimiento de estos
derechos como la autonomía?
La propuesta de autonomía en el caso del Ecuador
En el caso del Ecuador, el movimiento indígena cuestiona el carácter unitario
del Estado, en contraposición a esta situación ha planteando la necesidad de
rectificar este error y exigir que se lo declare como plurinacional, tal como
reza en el proyecto político de la CONAIE, elaborado en 1994.
En el capítulo correspondiente al "Campo Político", trata sobre la "Aplicación y
consolidación de la Autonomía y del Derecho Indígena", al respecto plantea:
"La CONAIE, reivindica y consolida el derecho de los pueblos y Nacionalidades
Indígenas a la Autonomía, la misma que ha sido ejercida históricamente por los
diferentes Pueblos y nacionalidades indígenas del Ecuador, pese a cinco siglos
de opresión e imposición de sistemas políticos y económicos ajenos a nuestra
realidad.
"Los Pueblos y nacionalidades indígenas hemos ejercido y ejercemos el Derecho a
la Autonomía en nuestros territorios ancestrales; en virtud de ello se toman
decisiones en aspectos económicos, sociales y culturales que involucran a la
colectividad; y se las controla.
"La existencia de autoridades propias, demuestra la capacidad de ejercer la
Autonomía; el ejercicio de este derecho es amplio en los pueblos y
nacionalidades indígenas. Pese a que el sistema político-administrativo y
jurídico actual impone sus leyes, normas y reglamentos restrictivos, hemos
logrado aplicar y desarrollar la capacidad de ejercicio de la Autonomía en los
territorios Indígenas.
"En el marco del ejercicio de la autonomía los Pueblos y Nacionalidades
indígenas hemos mantenido vigente y consolidado el Sistema Legal o el Derecho
indígena, y la justicia: tomando en cuenta particularidades y especificidades
culturales, costumbres y tradiciones". (Proyecto político de la CONAIE. Pag: 19-
20).
Limitaciones del planteamiento de autonomía
Al respecto conviene preguntarnos. ¿Conviene a las nacionalidades del Ecuador la
propuesta de autonomía o reducirnos nosotros mismos a reservaciones? ¿Qué
dificultades y limitaciones encontramos en este planteamiento?
Con el ánimo de contribuir al análisis de este tema, a continuación se plantean
algunas interrogantes.
a). Respecto al territorio en la Sierra: en la sierra y en la amazonia se ubica
la nacionalidad Kichwa, su situación presenta las siguientes características:
* Discontinuidad del territorio.
* Las capitales cantonales y la mayoría de cabeceras parroquiales son espacios
ocupados por población mestiza, a excepción de algunas cabeceras parroquiales
pobladas por las nacionalidades.
* Los espacios ocupados actualmente son áridos, en su mayoría. Los procesos de
Reforma agraria generalmente hicieron la entrega de aquellas tierras
considerados por los "patrones" como improductivas.
* Los espacios ocupados por las nacionalidades son espacios subordinados del
Estado nacional, razón por la cual su infraestructura, es casi nula. Las
comunidades, en su mayoría, no cuentan con sistemas de alcantarillado, agua
potable, sistema eléctrico, centros de salud, centros educativos, etc.
* La división política del país a la cual se halla sometida la población
indígena, ha fomentado el sentimiento de pertenencia a dichas parroquias o
cantones, lo que dificultaría también en un proceso de unidad territorial.
C. De plantearse la autonomía, las formas de gobierno que sean reconocidas para
el caso, ejercerían su autoridad sobre espacios territoriales que, en su
mayoría, no son aptos para la producción.
b). En lo económico
* La dinámica de producción y comercialización de las comunidades, a pesar de
sus limitaciones, generan la necesidad de mantenerse en un tránsito permanente
con las cabeceras parroquiales y, principalmente, con las cabeceras cantonales y
provinciales; en otras palabras cabe insistir que los principales centro de
comercialización y las fuentes de trabajo se concentran en la ciudad.
* La dinámica productiva y de comercialización de algunas comunidades ha
motivado a que las comunas se expandan hacia los centros urbanos, considerados
éstos, como el espacio de poder de la población mestiza.
* Este proceso de injertación de la población quichua en el espacio urbano,
obliga a pensar en el tratamiento del territorio. En el caso de Otavalo por
ejemplo, en la actualidad, la población quichua ocupa algo más del 70% del
espacio urbano, ocupación que además no se expresa en calidad de arrimada o
arrendataria, sino en su calidad de propietaria de los bienes raíces de la
ciudad. Esto está acompañado de un proceso de reafirmación de la identidad
quichua y sobre todo de la organización de la economía quichua, de tal suerte
que motive la diversificación de la economía y por lo tanto la superación
económica de toda la población en general (quichuas y mestizos).
* Las limitaciones de producción de las comunidades, la situación misma de las
comunidades en todo sus campos, obliga a la inmigración permanente hacia las
ciudades en busca de fuentes de trabajo, obligando a los jóvenes y mayores a
trasladarse permanentemente a la ciudad.
c) En lo educativo cultural
* La condición y situación de las comunidades no garantizan un sistema educativo
que esté orientado y planificado en función de garantizar su superación; un
sistema educativo que permita potencializar y recuperar la situación económica
de las comunidades, precisamente porque ha estado diseñado para fomentar el
conformismo y la resignación de las comunidades.
* El sistema de educación intercultural bilingüe tampoco garantiza la superación
de las comunidades, mucho menos la continuidad como pueblos, por esa misma
razón la dirigencia de las organizaciones, ven como opción la educación en los
centros educativos de la ciudad o de la cabecera parroquial, es decir se opta
por los centros educativos que están fuera de la comunidad.
* Las prácticas culturales, se restringen, se limitan y se enclaustran en el
espacio asignado a los pueblos indígenas, es restringido, no trasciende al resto
del espacio nacional, lo cual es nocivo para el desarrollo de nuestros pueblos.
La práctica del idioma, se reduce únicamente al espacio en donde se ubican las
comunidades, en este sentido es un autoatentado al desarrollo y fortalecimiento
del idioma materno.
* En el caso del Pueblo Quichua, los espacios de las comunidades están
determinados por códigos culturales del janan y urin, lo que dificultaría la
unidad del espacio territorial o de territorios étnicos, pues son grupos o
sectores en pugna, así por ejemplo resultaría muy complejo lograr la unidad de
la comunidad de Topo y la Calera: Topo pertenece a la parroquia el Sagrario y la
Calera a la parroquia San Francisco.
d) En el caso de la Amazonia
A diferencia de la Sierra, las nacionalidades de la Amazonia se encuentran más
concentradas. Ubicamos las siguientes nacionalidades: Kofán, Siona, Secoya,
Wao, quichua, Shuar, Achuar. Muchas de ellas como los Shuar y los quichuas, se
encuentran en varias provincias, o en su defecto, en varias parroquias, lo cual
mediante una ley de reordenamiento territorial permitiría la cohesión de las
mismas. Esta situación, sinembargo, presentaría algunos limitaciones como las
siguientes.
* En la actualidad el Estado reconocería los espacios territoriales en donde
actualmente se hallan asentadas las nacionalidades de la Amazonía, con la
posibilidad de que incluso sumen o les asignen algo mas de lo que actualmente
tienen. Esto daría libertad al Estado para que aceleren los procesos de
colonización, las concesiones a las transnacionales se las realizarían con mayor
facilidad.
* El reconocimiento o asignación de territorios a las nacionalidades de la
Amazonia significaría el renunciamiento al territorio ancestral de los mismas.
La valoración de los idiomas y la identidad.
Tal como reza en nuestra Constitución: ...El quichua y las demás lenguas
indígenas son reconocidas dentro de sus respectivas áreas de uso y forman parte
de la cultura nacional (C. Inciso 3 del Art. 1).
La legislación internacional sobre pueblos indígenas, en las Constituciones, se
reduce al reconocimiento de los idiomas indígenas en la forma y con el criterio
con la que expresa nuestra Constitución. Esto es una limitación, por cuanto
esta práctica se la ha venido realizando desde la Colonia y consecuentemente en
la República como un mecanismo orientado al empobrecimiento del idioma. Por esta
razón nunca se le ha dado el carácter de oficial, porque de ser oficial, el
idioma se enriquecería, las instancias del Estado se verían obligadas a hacer
uso del idioma lo que generaría la necesidad de desarrollarlo.
Las Constituciones desconocen la identidad de nuestros pueblos. El
reconocimiento o el derecho a la identidad no implica, no significa el
renunciamiento a la identidad ecuatoriana.
Con este objeto es de fundamental importancia exigir el reconocimiento
constitucional de nuestra existencia como pueblos.
En lo organizativo
* Las organizaciones provinciales, nacionales y regionales, deben superar su
esquema organizativo de carácter campesino y sindicalista, y responder a nuestra
existencia como pueblos o nacionalidades.
* Deben ampliar el nivel de participación de los miembros de las nacionalidades,
es decir, involucrar a todos sus sectores: artesanos, comerciantes, empresarios,
estudiantes, profesionales, etc. por cuanto, en la actualidad, el movimiento
indígena está integrado por el sector indígena-campesino, por lo tanto su
dirigencia, responde únicamente a este sector.
* La forma y el fondo de las organizaciones deben democratizarse y responder a
las expectativas reales de nuestros pueblos, de tal suerte que logremos sentar
bases que nos permitan desenvolvernos sin ningún temor frente a los sistemas
neoliberales o a la globalización.
* Es imprescindible renovar el discurso, dotarle de un espíritu que enriquezca
la conciencia de nuestros pueblos, que sea el generador de los grandes cambios
que se deben promover.
* Es necesario el diseño de un proyecto político que garantice sobre todo: la
recuperación económica de las nacionalidades; la formación de especialistas en
diferentes ramas; el fortalecimiento de la identidad, etc.
De la autonomía a la plurinacionalidad
Particularmente creo que es necesario revisar el planteamiento de la autonomía,
y en su lugar, desarrollar la tesis de la plurinacionalidad, como un principio y
una forma que permitiría garantizar el derecho de las nacionalidades en todo el
contexto nacional; como la fórmula que permita democratizar el poder, central y
local; que permita fraguar a las instituciones del Estado, con el principio de
la plurinacionalidad, es decir, garantizando los derechos individuales y
colectivos de nuestros pueblos.
La autonomía nos reduciría a reservaciones. Algunos tratadistas, y algunas
legislaciones de otros países ven a la autonomía como el instrumento necesario
para "garantizar, preservar, conservar", la cultura de los Pueblos Indígenas,
pero "única y exclusivamente en las áreas en donde se ubican los pueblos
indígenas". Al respecto, considero que la autonomía, el reconocimiento de un
territorio no garantiza de manera alguna la identidad de nuestros pueblos, mas
bien la restringe. En este sentido considero que las Nacionalidades no somos
"especies en extinción", para pensar que es necesario encerrarnos en "reservas
naturales", que supuestamente garantizarían la continuidad de la "cultura
indígena".
El planteamiento de la autonomía, daría lugar a que las fronteras de la
discriminación racial se agudicen, lo que afectaría directamente a las
comunidades, en tanto que la plurinacionalidad permitiría fusionar los derechos
colectivos e individuales de las nacionalidades, en el fondo y la forma del
Estado, de tal manera que sus instituciones garanticen el respeto de nuestros
derechos como pueblos.
La plurinacionalidad implica la coexistencia con el otro, en el mismo espacio y
en igualdad de condiciones, es decir la coexistencia de pueblos diferentes en un
mismo contexto, el cual se enriquece por el nivel de conciencia, de solidaridad
y de compromiso de las partes, con el desarrollo del país, un desarrollo que no
implique al renunciamiento de las identidades particulares de cada pueblo y que
mas bien se enriquezca y esté en la capacidad de reciclar a la misma
globalización.
* Ariruma Kowii es quichua ecuatoriano, profesor universitario.
* Este documento es parte de "Autonomías Indígenas - Diversidad de Culturas, Igualdad de
Derechos". Serie Aportes para el Debate No. 6.
https://www.alainet.org/es/active/975
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