Programa de industrialización basado en hidrocarburos y energía para todos

29/05/2005
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El pueblo boliviano, al que en la prensa extranjera se lo ve pobre, exigiendo con marchas a un Gobierno insensible la recuperación de la propiedad de sus hidrocarburos en toda la cadena productiva, tiene un programa que es la industrialización de Bolivia sobre la base del gas y de los hidrocarburos en forma vertical (eco-diesel, metanol y energía eléctrica) y horizontal (fábricas de todo tipo, siderurgia, agro-industrias, riego, transporte y consumo doméstico en pequeñas empresas tanto del campo como de la ciudad). ¡ El pueblo boliviano sí que sabe de programas de desarrollo! Es un programa simple, pero también inteligente y profundo, como es el pueblo boliviano. Nada de esto es entendido en ninguna de sus partes por Gobierno, cívicos autonómicos, burocracia, tecnocracia, partidos tradicionales y, por supuesto, tampoco por las transnacionales. Las petroleras asentadas en Bolivia, incluyendo a PETROBRAS de Lula da Silva, jamás han mencionado la industrialización del país como un objetivo estratégico de sus empresas para llevarse bien con el pueblo boliviano, que para lograr este objetivo ya ha derramado demasiada sangre y lágrimas. Es la insensibilidad llevada al extremo declarar que debido a la nueva Ley de Hidrocarburos, que es muy parecida a la anterior excepto que cobraría unos pesos más o menos, las petroleras suspenden las inversiones, que de todos modos no las estaban haciendo, especialmente en perforación de pozos para encontrar reservas o de la investigación científica y tecnológica que nunca la hicieron. Se debe aclarar una vez más, sin embargo, que las reservas actuales fueron descubiertas por YPFB en las décadas de los 40, 50, 60, 70, 80 y 90, culminando a mediados de 1990 con la certificación global de que campo San Alberto poseía 28 TPC de reservas, las cuales fueron entregadas a precio cero a PETROBRAS. Lo mismo sucedió con San Antonio, Margarita y los demás yacimientos de YPFB que en total ya tenían detectados al menos 40 TPC de gas en reservas probables junto a petróleo y condensados. Causa tristeza y al mismo tiempo hilaridad que después de haber explotado las petroleras estos yacimientos de YPFB durante los últimos 9 años y pagado solamente 18% de regalías, ahora PETROBRAS, entre otras petroleras, declara a través de la Ministra de Energía del Brasil que su país ya no quiere ser rehén del gas boliviano. Declaración falaz que hace ver que esta Ministra de Energía del gobierno de Lula vive en la luna de Babia respecto a Bolivia, porque PETROBRAS en estos 9 años de explotación pagando 18% de regalías en lugar de 50% como correspondía, ya ha recuperado su inversión inicial con creces. Y lo mismo ha sucedido con ANDINA, CHACO, TOTAL y todas las demás transnacionales. Con el agravante de que sus contratos eran y son nulos de pleno derecho por no haber sido perfeccionados ante el Parlamento boliviano como legisla la Constitución Política del Estado. Se han beneficiado grandemente sin contratos válidos. Solamente eso podía ocurrir en Bolivia. En realidad se puede afirmar rotundamente que Brasil como Argentina y en general todos los países del MERCOSUR, incluida Bolivia y Perú son países con pies de barros por el peso de su gigantesca deuda externa en relación con su PIB. Tal deuda nunca podrá ser pagada en las actuales condiciones con las que vive el mundo neoliberal. Y Bolivia en forma directa ayuda a pagar la exorbitante deuda externa brasileña, al venderle gas a precio bajo sin valor agregado para sus termoeléctricas e industrias paulistas que sí producen manufacturas de alto valor agregado, comerciali-zables en el mercado mundial. Incluyendo la entrega innecesaria de condensado GLP y etano que debería quedarse en Bolivia para su industrialización y para satisfacer las necesidades de la gente del Chaco, pantanal y la Chiquitania, que es por donde pasa precisamente el gigantesco gasoducto sin dejar algún beneficio a la región y sus pobladores. El pueblo chaqueño de Villamontes, Yacuiba, Caraparí, Camiri, Charagua y Cordillera miran el gasoducto transportando 30 millones de metros cúbicos de gas por día y saben que nada es para ellos y nada estaba previsto en los contratos para que algo de ese gas se quede en sus regiones para producir energía eléctrica barata y por lo tanto dar opciones claras a los agentes económicos endógenos y locales para su industrialización plena e integral. Incluyendo aporte de energía para regadío de extensiones agrícolas y ganaderas en el Gran Chaco que sufren de sequía crónica. El colonialismo proveniente de Europa y de Norteamérica es entendible para bolivianos y sudamericanos porque es la inercia de siglos de estos países acostumbrados a servirse de las materias primas de los países pobres del tercer mundo con precios viles, pero Brasil y Lula no pueden tener el mismo discurso. Y menos incidir en sectores cívicos privilegiados para asustar a la gente con la eterna amenaza de que las inversiones disminuirán como consecuencia de que Bolivia intenta tener una política nacionalista respecto a sus hidrocarburos. Eso es subimperialismo y el presidente Lula debería dar línea integradora y de paz a su empresa PETROBRAS y a su Ministra de Hidrocarburos. Que quien gobierna Brasil no deje que ellas perjudiquen su rol de li-derar la modernización integral de Sudamérica. Está en La Paz por segunda vez un delegado especial de Lula para mediar en la sociedad boliviana, pero también Bolivia debería tener chance de mediar en la candente situación interna de Brasil respecto a millones de campesinos que no tienen tierra o en la empresa PETROBRAS que no merece en estas condiciones ser parte de PETROSUR y PETROAMÉRICA. PETROSUR es empresa hidrocarburífera sudamericana creada al calor del impulso bolivariano e integrador de Hugo Chávez con participación de la gigantesca PDVESA. Con objetivos integradores y de complementación mutua como para dar seguridad a Bolivia y Sudamérica en mercados, inversiones, tecnologías, investigación y valor agregado. Pero también para recuperar sus hidrocarburos e industrializarlos tal cual como desea el pueblo boliviano y sudamericano. PETROBRAS no debería estar en contra de estos planteamientos ya que es parte de PETROSUR y por eso mismo tiene la obligación de cambiar y ayudar a Bolivia a industrializarse, para llegar a ser en términos de integración con Brasil y MERCOSUR también un país de primer mundo, moderno y altamente productivo. Y no solamente exportador de materias primas sin valor agregado alguno, como es el deseo manifiesto y expreso de las masas bolivianas postergadas. Lula especialmente debería cambiar respecto a Bolivia tanto o más como él desea que el mundo acreedor cambie respecto a Brasil y su astronómica deuda externa. Creemos que Lula debería instruir a PETROBRAS que ayude a YPFB para industrializarse, como quiere el pueblo. De lo contrario hay otras opciones para la estrategia boliviana por industrializarse plenamente, como son PDVESA, PETROSUR, PEMEX, asiáticos, árabes, europeos no colonialistas y la India. Bolivia y los bolivianos saben que no están solos y que hay miles de alternativas para realizar su programa histórico, es solamente que sus líderes mediocres actuales no dan pie con bola.
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