La estrategia medico-hospitalaria-judicial de Pinochet
25/05/2005
- Opinión
Al menos 8 veces en los últimos 5 años, Pinochet ha intentado eludir la justicia simulando enfermedades con una “estrategia médico-hospitalaria-judicial”.
1ª) En Inglaterra, en enero de 2000, logró exámenes “médicos” que le diagnosticaron un “deterioro severo” que le impediría afrontar cualquier juicio, y que le permitieron burlar la extradición pedida por España y concedida en primera instancia. Dichos “exámenes” se mostraron falaces ante todo el mundo cuando, lleno de vigor, descendió del avión en Pudahuel el 3 de marzo de 2000, desechando la silla de ruedas y saludando efusivamente y bastón en alto a toda la “familia militar”.
2ª) En Chile, con ocasión de su desafuero en el Caso Caravana de la Muerte, ante la Corte de Apelaciones de Santiago y la Corte Suprema – entre abril y agosto del 2000- logró que el abogado Ricardo Rivadeneira alegara que, “según sus médicos”, Pinochet no podía comunicarse con sus abogados y por ello se le debería declarar incapacitado para ser procesado de acuerdo a los pactos internacionales de derechos humanos. No tuvo éxito. Tal versión de los “médicos de Pinochet” era falsa, pues llegó muy bien de Londres y con posterioridad se comunicó con parientes, militares, abogados, parlamentarios, amigos y hasta gente común- en su casa, restoranes, colegios, malls y misas, en el año 2000.-
3ª) Con ocasión de su inminente procesamiento por el Ministro Guzmán en el caso Caravana, que se produjo finalmente el 29 de enero de 2001, se internó en el Hospital Militar del 26 al 28 de enero de 2001 pretextando “sus voceros” un grave accidente vascular (no comprobable en un scanner por ser una supuesta “crisis isquémica transitoria”). Además ellos le echaron la culpa al Juez Guzmán, a pesar que éste lo había interrogado 3 días antes, en su propia casa y por sólo 20 minutos.
4ª) Pocos días antes del fallo de la Sexta Sala de la Corte de Santiago sobre la apelación de su procesamiento, a comienzos de julio de 2001, Pinochet se interna nuevamente por varios días en el Hospital Militar. Incluso se echan a correr rumores de su muerte (real o inminente) el 7 de julio de 2001. Y así se logra su sobreseimiento temporal por “demencia vascular”, por 2 votos a 1, en fallo de 9 de julio de 2001, en el caso Caravana de la Muerte.
5ª) Pocos días antes del fallo de la Corte Suprema que declarará su sobreseimiento definitivo por demencia en el Caso Caravana, el 9 de julio de 2002, hay nuevos chequeos de Pinochet en el Hospital Militar, con “pretextos diversos”: “Fuerte resfrío, implante dental, problema diabético”. En realidad las acciones posteriores a dicho fallo comprueban su total salud. El Cardenal Errázuriz es testigo de su libertad para renunciar al Senado e incluso de su buena salud física. El Senado mismo le acepta la renuncia. Su propia esposa Lucía Hiriart, que lo acompaña en julio de 2002 en su viaje al Norte, declara en entrevista, según El País de España-(30.07.2002) “Ud. no creerá esa estupidez de que está loco”.
6ª) El 17 de diciembre de 2004 la Corte de Santiago dejó en acuerdo el amparo de Pinochet por su procesamiento en el caso “Operación Cóndor”. El 18 de diciembre de 2004, Pinochet es internado en el Hospital Militar. “Desde su entorno” se difundió que sufrió un desmayo por 15 minutos. Y el Director del Hospital dijo que “tuvo un accidente cerebro vascular con pérdida de conciencia y alteración de su motricidad”. Incluso según “cercanos” estuvo en peligro de muerte- Hasta le dieron la extremaunción. Concurrió el propio Cheyre a dicho Hospital, quien monitoreó el comunicado de su Director . Allí Cheyre se juntó con 2 altos Generales de Ejército. Y manifestaron preocupación por la salud de Pinochet y por “la falta de planificación de un posible funeral de Pinochet”. La Corte de Santiago, sin embargo, no se conmovió. No aceptó el amparo el 20 de diciembre de 2004, por “razones procesales”.
7ª) Tampoco la Corte Suprema aceptó la apelación del amparo, el 4 de enero de 2005, por las mismas razones procesales. Pero la realidad médica de Pinochet era muy distinta a la oficial. Pinochet fue dado de alta apenas 4 días después de su “infarto cerebral”, cuasi mortal y “con probables graves secuelas”, el 22 de diciembre a las 11.40 horas, 1 hora antes que la Corte Suprema terminara de oír los alegatos de las partes. O sea la presión o el chantaje “de salud” se ejerció sobre ambas Cortes hasta que terminaron de ver la causa. Después Pinochet pasa la Navidad tranquilo con su familia y ya antes de Año Nuevo, el 31 de diciembre de 2004, visita su Oficina de trabajo de calle Málaga, por 2 horas, lo que constata su salud física y mental.
8ª) Finalmente ahora nos encontramos con que el 19 de mayo de 2005, al día siguiente de que el Pleno de la Corte de Santiago examinara los antecedentes para desaforar a Pinochet en el “Caso Riggs”, por delitos tributarios y otros, y antes de que entrara a votar su acuerdo, votación programada para el 25 de mayo de 2005, nuevamente es internado Pinochet en el Hospital Militar, con el pretexto oficial: “para ser evaluado por una “crisis isquémica transitoria”. El vocero Cortés Villa añade que Pinochet sufrió “un desmayo en Los Boldos” y “son pequeños infartos cerebrales”. El hecho que la hospitalización durara sólo 4 horas, desde las 12.50 horas hasta las 17.02 horas, para un asunto importante, hace pensar en una repetición más sutil de una persistente maniobra comunicacional. Ella intenta inculcar en la opinión pública lo siguiente: “La salud de Pinochet es precaria, tiene casi 90 años y debe internarse continuamente en el Hospital. Los juicios lo afectan. No exageramos. De seguir el proceso en su contra, los jueces serán responsables de su muerte.”
Nuestra opinión
La razón básica de esta hospitalización y de todas las anteriores es sin duda el tratar de eludir la justicia con el pretexto de la salud.
Ahora bien, la brillante exposición ante el Pleno de la Corte de Santiago de todos los antecedentes del Caso Riggs, por parte de María Teresa Muñoz, abogada del Consejo de Defensa del Estado (CDE). demostró palmariamente la lucidez mental absoluta de Pinochet para manejar millones de dólares en diversas cuentas hasta el año 2005.
Esa cruda verdad obligó probablemente a Pinochet y su defensa a simular un hecho que corroboraría su “demencia vascular”,- única manera de salvarlo- a través de estos nuevos “micro-infartos cerebrales” que sufriría Pinochet- un anciano de casi 90 años y precaria salud. Su única prueba es sencilla y fácil: un comunicado de un recinto militar: el Hospital Militar, que hace alusión incluso al derogado título colonial de Pinochet de “Capitán General.”. Ello además tiene la ventaja de insinuar - con el tejo pasado- un umbral más bajo de incapacidad procesal penal: “precaria salud” y “ancianidad”, más que “demencia vascular”.
Y así, la sostenida presión “moral” sobre las Cortes por su supuesta responsabilidad en el supuesto agravamiento de la salud de Pinochet, por el juicio llevado en su contra, se hace más pesada. Deberían sobreseerlo de todos los procesos, si son “humanos”.
Todo ello aparece como la exigencia de un tratamiento de privilegio al principal responsable del genocidio político más grande de la historia de Chile. Maniobra absolutamente inaceptable, además de falsamente fundamentada.
El gran estratega chino Sun Tzu, dijo: “Todo el arte militar de la guerra está basado en el engaño al enemigo”. Pero no se puede considerar como enemigo a la civilización , a la humanidad y a la justicia. Quien comete crímenes contra la humanidad, como las 1200 desapariciones forzadas de la dictadura de Pinochet, bien merece él el título de “Hostes humani generis”, enemigo del género humano, enemigo de la humanidad. Y la única, necesaria y decisiva manera de derrotarlo es revelar sus crímenes, procesarlo y condenarlo, si es que realmente queremos que jamás se vuelvan a repetir en Chile.
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