Así ha sido la historia del país durante los últimos 50 años: mientras la gente, las masas expresan su protesta a través de marchas y concentraciones públicas, el pequeño grupo de personas conformadas por empresarios, analistas políticos, comunicadores y operadores políticos, en reuniones de amigos, y amplificado por los medios bajo su control se aprestan a tomar acuerdos y consensos que les permita retornar a una situación anterior a octubre 2003. La Asamblea Constituyente propuesta por los pueblos indígenas en abril-mayo 2002 y adoptada como parte fundamental de la llamada agenda de octubre, acordada multitudinariamente entre la población nacional movilizada en la Plaza de San Francisco y la Ceja de El Alto el día domingo 19 de octubre con el presidente Carlos Mesa; habiendo sido considerado como fundamental para la refundación de la República, conocida la subasta de empresas y recursos estratégicos por los regimenes pasados, así como para corregir la conducta genocida y criminal de los mismos, expresado en continuos asesinatos y masacres. En la actual coyuntura política está siendo, con mucha astucia, abandonada y arrinconada con veladas amenazas, que sintonizan perfectamente con los argumentos de los grupos privilegiados refugiados en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. En el curso de la última semana, personajes que se ocuparon de "socializar" las bondades del régimen neoliberal de Gonzalo Sánchez de Lozada, se lanzaron a la carga con la "denuncia" de que Bolivia está en un franco proceso de tribalización y feudalización, apuntando sus acusaciones a los llamados movimientos sociales y a la población movilizada. Mientras las masas marchan, gritan, se enfrentan a la represión policíaca, los grupos de poder re establecen sus pactos y acuerdos, para ello fue necesaria la "inoperancia" de un presidente discurseador, así como el chantaje autonomista de los privilegiados empresarios refugiados en Santa Cruz. La Asamblea Constituyente no va, divide, dicen dando la razón a los turcos y croatas, parapetados tras la "Nación Camba" y el Comité Civico de Santa Cruz. Entonces es útil ejercitar la memoria y recordar que el actual presidente de la república (y con él su principal operador en el tema Ricardo Paz Ballivián), antes de las elecciones generales 2002, fue presidente del Consejo Ciudadano, encargado de impulsar nuevas reformas constitucionales para adecuar el sistema jurídico nacional a las necesidades de los acuerdos de libre comercio. Lo ocurrido el domingo 19 de octubre de 2003, así como durante todo este tiempo, ha sido un perfecto engaño, el presidente de la república habló, habló y continua hablando y lo único cierto es que los grupos de poder, los privilegiados de siempre están tomando control de la situación. ¡No a la Asamblea Constituyente, no a los indios! es la convicción que une a la casta que continua pensándose herederos de los viejos encomenderos y por ello su privilegio al monopolio del gobierno. Desde octubre 2003 en que el diálogo fue ofertado desde el gobierno, como una señal de abandono del lenguaje de la violencia, ha quedado en promesa; así como la interculturalidad ha servido para simular educación indígena, el diálogo ha sido apenas un señuelo. El conjunto de los líderes indígenas, fue excluido de cuántos intentos hizo el gobierno, pero sí el presidente de la república se reunió con sus amigos, jefes de partido y alcaldes de capitales departamentales para re establecer el vetusto régimen. Que la masacre de octubre 2003 haya tenido un cariz racista, que el conjunto de políticos y gobernantes siente un secular desprecio por las masas, siendo éstas indígenas y que el censo 2001 determinó que el 62% de la población nacional se auto identifica indígena, no importan. ¡La casta se perpetúa cueste lo que cueste!