Mensajes de la Marcha de la Reforma Agraria

18/05/2005
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“Compañero Lula, el pueblo te eligió, cumpla la Reforma Agraria que usted prometió” Este era el grito que más se oía el último día de la Marcha Nacional por la Reforma Agraria, que partió del Estadio Mané Garrincha y se dirigió al Congreso Nacional, pasando por la embajada de Estados Unidos, el Ministerio de la Agricultura, la Plaza de los Tres Poderes, Palacio de Planalto y el Ministerio de Hacienda, en Brasilia. Como ocurrió a lo largo de los 230 kilómetros, recorridos en 16 días, todo fue muy organizado y pacífico. De hecho, durante toda la marcha, los 35 policías que la acompañaron tuvieron cómo única tarea, auxiliar el tráfico a lo largo de las carreteras. Las palabras del comandante de la operación fueron de agradecimiento a la organización y colaboración de los manifestantes, quienes estaban ejerciendo el legítimo derecho de luchar por sus derechos, según dijo. Al final de sus palabras, además de agradecer a los marchistas, les deseó buena suerte en su objetivo. Desgraciadamente, esta no fue la postura de los policías designados para hacer la guardia del Palacio Presidencial. Al contrario de los policías de tránsito que estaban dedicados a garantizar el bienestar y la seguridad a los ciudadanos, parece que estos estaban orientados a dificultar la manifestación pacífica y legítima de los manifestantes, típicos de países democráticos. Al final de la Marcha, una provocación innecesaria de los policiales militares generó la animadversión de algunos caminantes que se asustaron con la demostración de arrogancia de la policía que hacía vuelos rasantes de helicóptero con armas que apuntaban sobre los manifestantes, sin considerar la presencia de 133 niños y 19 bebés que participaban en la misma. Cuando la policía no cumple su papel de garantizar tranquilidad y seguridad durante sus operaciones, lo peor puede suceder. Felizmente, a disgusto de la gran prensa que busca sangre para hacer noticia, los marchistas estaban lo suficientemente tranquilos como para no permitir que este hecho desviara el verdadero objetivo de la Marcha, que fue el de sensibilizar al presidente Lula para que cambie la política económica que viene siendo orientada por el Sr. Palocci, junto con el FMI. A lo largo de la Marcha hubo muchos aspectos positivos que merecen ser recordados, ya que algunos sectores de la prensa no tuvieron interés en relatarlos. El proceso de formación que todas las tardes se llevaba a efecto es uno de los ejemplos. Los 12 mil marchistas seguían diariamente, a través de una estación de radio montada en el campamento, charlas, debates y estudios de documentos. La organización y disciplina igualmente eran observadas en lo cotidiano del campamento: montaje y desmontaje de las carpas, distribución de la alimentación, cuidado con el medio ambiente y limpieza del local por donde pasaba la marcha. Ni un simple papel era dejado en el suelo. Durante los recorridos, jóvenes pasaban entre las hileras recogiendo toda especie de basura. Por donde pasó la Marcha, sólo quedó la admiración y el apoyo de la población que la acogía. De hecho, el gran número de jóvenes marchistas muestra que el movimiento crece y se fortalece cada día. La presencia de los religiosos y religiosas de la Conferencia de Religiosos del Brasil (CRB) que acompañaban la Marcha también emocionó: una verdadera demostración de servicio, gratitud y compromiso evangélico. Al contrario de una de las principales Iglesias de Brasilia que, equivocadamente, temiendo la presencia del pueblo caminante, cerró las puertas de la Casa de Jesús por 2 días, frustrando inclusive a los turistas que por allí pasaban. Son las contradicciones de una Iglesia santa y pecadora. Corporativismo La marcha evidenció de nuevo el grado de corporativismo de algunos sectores que, otrora, se mostraban más organizados. Muchos sindicatos, centrales sindicales, entidades y otras organizaciones estuvieron totalmente ausentes y, ni siquiera serían recordadas si no hubiera algunas telas y banderas esparcidas a lo largo del recorrido de la marcha. Faltó apoyo político eficaz para una lucha que no es solamente por la reforma agraria, sino, sobre todo, por el cambio de una política que continúa generando profundas desigualdades sociales, imposibilitando no sólo la reforma agraria, sino la garantía de los derechos fundamentales del ciudadano como trabajo, vivienda, educación, seguridad y vida digna. Es inexplicable cómo estas organizaciones aún no comprendan que luchar por la reforma agraria es luchar por el bien de todo el pueblo brasileño, es luchar contra el hambre, la migración forzada y el crecimiento de las ciudades. Los mensajes de la Marcha Quedó claro el mensaje que el movimiento quiso dar a Estados Unidos y al Ministro de Hacienda, Antonio Palocci. La simbología utilizada en la Marcha habló por sí misma: “Un paso al frente, ningún paso atrás: la reforma agraria es el pueblo quien la hace!”, gritaban los manifestantes. La embajada americana no se salvó. Miles de latas de coca-cola, cajas de Mc Donald’s, y otras basuras impuestas por la cultura norteamericana fueron dejadas frente a la embajada. Fue un gesto simbólico para repudiar la imposición cultural y consumista estadounidense que desprecia y destruye las cosas buenas de nuestro país. También armas de plástico fueron quemadas para decir no a la política militar de dominación de Estados Unidos. La Marcha no se detuvo frente al Palacio de Planalto y sí en el Ministerio de Hacienda, donde fue realizada una mística. Una gran águila fue colocada en medio de varias banderas de Estados Unidos. Al lado un cartel decía: “Hacienda del FMI”. Estaba dado el mensaje. Es necesario cambiar la política económica. Es preciso que Brasil sea una nación soberana, donde la economía no sea dictada según los intereses del FMI y de las mega-empresas estadounidenses. Por desgracia es evidente que quien viene señalando los rumbos del país es el señor ministro de Hacienda. Es hora Presidente de tomar las riendas de Brasil y cumplir las promesas que lo hicieron llegar al poder. Mientras los trabajadores del campo necesitan luchar incansablemente para que se destine crédito para la agricultura familiar o líneas de crédito para los asentados, el agro-negocio tiene fácilmente todas las regalías. Un ejemplo reciente es la presión que el gobierno federal viene sufriendo para liberar 500 millones de reales para la realización del “Agri- Show”. Una gran fiesta de los hacendados y dueños de ingenios azucareros se efectuará en este año en Ribeirão Preto. Algunos sectores en la prensa aún siguen haciendo noticia de los 400 mil reales entregados por el gobierno de Goiás para apoyar la marcha de los Sin Tierra que luchan por trabajo, justicia y vida para todos. Esta vez, los miles de caminantes fueron al Ministerio de Hacienda para puntualizar que las cosas necesitan cambiar. Si nada ocurre, el escenario de las próximas movilizaciones ciertamente será el Planalto, en donde el presidente Lula deberá responder porque la reforma agraria continúa siendo sólo una promesa de campaña. - Luiz Bassegio y Luciane Udovic, Secretaría Continental del Grito de los Excluidos.
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