El Pentágono y la transición en Cuba
22/01/2015
- Opinión
En el análisis que hemos realizado de la TRANSICIÓN se han expuesto los objetivos del gobierno de Estados Unidos en cuanto al desarrollo de su política hacia Cuba. Sobre esto han estado trabajando varias agencias estadounidenses, con el fin de estar preparados para cuando llegue el momento. El Pentágono también ha trabajado en esto y precisamente en este artículo trasladaremos el plan que se han trazado las fuerzas armadas de Estados Unidos en relación con la TRANSICIÓN en Cuba.
El documento que expone dicho plan se titula “Requerimientos de Seguridad para la Post-Transición en Cuba”, el mismo fue confeccionado por el Instituto de Estudios Estratégicos del Colegio de Guerra de Estados Unidos, su autor fue el Coronel Glenn Alexander Crowther que terminó la investigación el 19 de agosto del 2007. En este estudio se recogen aspectos que ya han sido señalados por documentos anteriores, pero actualizando los mismos.
El Coronel Crowther, además de su experiencia y conocimiento en problemas militares, es graduado de la especialidad de infantería en la Escuela de las Américas, terminó la carrera de Leyes y Diplomacia en la Escuela Fletcher de la Universidad de Tufts, es Master en Relaciones Internacionales de la Troy State University y Doctor den Desarrollo Internacional en la Universidad de Tulane.
Los objetivos que se plantean en el estudio son el de contribuir al proceso de conceptualización de un futuro post-Castro para las fuerzas armadas cubanas, las que para su integración a la familia de militares del hemisferio occidental requerirán de cambios en las misiones que estas desempeñan y en sus estructuras.
La base filosófica del documento establece que al faltar Fidel, Cuba se convertirá en un caos. En esas circunstancias se requerirá un tipo distinto de gobierno. Al instaurarse un gobierno de TRANSICIÓN, este querrá modificar las fuerzas armadas cubanas. Estas fuerzas armadas ya no tendrán que estar preparadas para una agresión proveniente de Estados Unidos ni para participar en la seguridad interna. Se recomienda en este caso aplicar la experiencia de lo realizado en Nicaragua.
En el documento se mencionan algunas dificultades que pudieran surgir durante la aplicación del plan, principalmente debido a que se reconoce que las fuerzas armadas cubanas están profundamente politizadas, que tiene un alto poder dentro del estado cubano, muchos dirigentes proceden de las fuerzas armadas y los militares pudieran formar una poderosa alianza para oponerse al gobierno de TRANSICIÓN. Se plantea la necesidad de convencer a los militares para que se subordinen al nuevo gobierno.
Se plantean toda una serie de acciones con el fin de asegurar el éxito del plan, entre las más importantes están:
Las fuerzas armadas cubanas deberán regirse por las mismas normas que el resto de las fuerzas armadas del Hemisferio Occidental.
Se sustituirá el Ministerio de las Fuerzas Armadas por un Ministerio de Defensa. El Ministro debe ser un civil.
Eliminar todo tipo de cooperación entre MINFAR y MININT.
Sustraer al MINFAR de la actividad económica.
No desmovilizar a las fuerzas armadas para evitar un vacío en la seguridad. Las fuerzas armadas deben tener confianza en el nuevo gobierno.
Involucrar otros países en la profesionalización de las fuerzas armadas cubanas. Se mencionan Colombia y México.
Abandonar la doctrina de la Guerra de todo el Pueblo. (Ya Estados Unidos no es un enemigo)
Disolver la Milicia y los Comités de Defensa de la Revolución. (Consecuencia de eliminar la Guerra de todo el Pueblo).
La transición debe convertir las fuerzas armadas en un cuerpo mayoritariamente voluntario.
Se recomienda ser paciente. Algunos oficiales de las fuerzas armadas apoyarán los cambios, otros se opondrán.
En cuanto sea posible, nombrar uno o varios Attache Militar y ofrecer asistencia en problemas de seguridad.
Establecer cuanto antes cooperación con los órganos de seguridad cubanos.
No aplicar legislaciones punitivas como la Helms Burton.
Ser magnánimo. No humillar a las fuerzas cubanas, darles confianza, que se sientan protegidas.
Como se desprende, por los pasos que recomienda el Coronel Crowther, el trabajo dentro de las fuerzas armadas cubanas no les va a resultar fácil, requiere extremo cuidado pues saben que están jugando con fuego.
Interesante la mención a la Guerra de todo el Pueblo. Es evidente que han considerado la fortaleza de esta doctrina y lo difícil que les resultaría enfrentarse a nosotros bajo esas circunstancias. La propuesta de disolución de las Milicias y los CDR ratifican la importancia de estos en el enfrentamiento al enemigo, en propuestas reflejadas en otros estudios, la disolución se hace extensiva a todas las organizaciones de masa y los sindicatos.
El objetivo general de las propuestas realizadas es restarle poder a nuestras fuerzas armadas para debilitarlas y que no puedan cumplir adecuadamente su función en la defensa de la patria.
Recuerden que no hay peor sordo que el que no quiere oír, sobre todo cuando cantan las sirenas.
23 de enero 2015
- Dr. Néstor García Iturbe es editor del boletín electrónico El Heraldo (Cuba)
sarahnes@cubarte.cult.cu
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