Seguir con la terquedad milenaria

20/01/2015
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Juramentación de Evo Morales ante pueblos originarios en Tiwanaku. Mañana asume en la Asamblea Nacional

Hoy se inician otros cinco años de esfuerzos, problemas y desafíos en el sueño de seguir profundizando las descolonizaciones de las mentes, de los cuerpos y las costumbres. Los errores tienen que ayudarnos a seguir de frente. Incluso los mismos hermanos indígenas no creen que estos territorios son nuestros, desde hace miles de años. Que teníamos otros tipos de Estados y configuraciones institucionales, destruidos y perdidos en el tiempo de la invasión y la conquista a sangre y fuego. Hoy intentamos reconstruir algo de ese recuerdo. Los obstáculos mentales y costumbristas son muchos, muros de contención al sueño de nuestros antepasados. La colonia y la república han marcado con fuerza su poder destructor, su poder institucional occidental y gringoide. Han logrado esclavizar nuestras almas y cuerpos. Al grado que hemos olvidado quiénes realmente somos. Y ese fenómeno sigue siendo el poder de los colonialistas y costumbristas republicanos. Pero seguimos adelante y atrás. Para nosotros el pasado es el futuro. La historia como invención occidental y recuento de datos oficiales, de los poderosos, no nos pertenece sino como anécdota intelectual. Nuestros mitos, leyendas y recuerdos (aunque débiles y difusos) son lo más importante.
 
 Existe material suficiente para hacer otras teorías de Estado. Estos pocos años de sacrificios, errores y avances tienen que ser insumos de sistematizaciones teóricas, de formulaciones nuevas en reconstrucción de mentalidades e instituciones. Y nos toca ciertamente hacer ese ejercicio. No esperar a las mentalidades coloniales para que sigan articulando lo nuestro con sus filtros mentales. Estos pocos años han sido intensos y absolutamente claros, para decir quién es quién. Para afirmar y reafirmar nuestras terquedades milenarias. Y desenmascarar a los costumbrismos entrenados y acostumbrados al engaño, a la ficción del Estado colonial y republicano.
 
 Lo que viene es muy complejo y difícil. Lo que viene es la inercia de las costumbres racistas y coloniales. El reacomodo de los poderes que han perdido privilegios en estos pocos años. Pues no dejarán fácilmente sus privilegios de siglos. Lo que viene son las definiciones en esos enfrentamientos invisibles de lo cotidiano, entre nuestros sueños y los trasnoches de la colonia y la república. Lo que viene serán escenarios de disimulos, sofisticaciones y boicots más organizados de la colonialidad. Y eso definitivamente requiere de mayor organización y fortaleza de muchos niveles políticos, organizativos e ideológicos del proceso. No están vencidos quiénes portan las banderas de la conquista y colonia. Sólo están arrinconados y silenciados: esperando otra vez su oportunidad de que nos debilitemos desde adentro. Y lamentablemente muchas veces hay complicidades para favorecer a dichas mentalidades. Ambiciones e inmadureces sospechosas y por supuesto peligrosas. Es decir, el trabajo que queda sigue siendo inmenso y complejo como al principio. La ingenuidad de pensar que ya hemos resuelto nuestros problemas también es peligrosa y sospechosa. Solo tenemos que mirar las instituciones y sus formas de funcionar.
 
Hoy se inicia un ciclo de continuación. Depende de nuestras propias fuerzas el seguir escarbando la ruta iniciada el 2.006. Ruta plagada de mentalidades coloniales y republicanas. Hoy se inicia otro ritual más de compromiso con nuestros ancestros, con nuestros dioses y esperanzas para recuperar nuestros territorios asaltados y saqueados, mental y espiritualmente. Nos queda mucho por hacer, pensar y reflexionar ante la locura y maquinaria colonial occidental. Es tiempo de reflexión, y tiempo de retomar fuerzas ante lo que se viene. Pacha. Cambio. Apuesta. Nuestra terquedad milenaria tiene sentido. Mucho sentido.
 
Sucre, 21 de enero de 2015.

Foto: Vicepresidencia de Bolivia

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