Carta al Papa Francisco

09/01/2015
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Papa Francisco
Vaticano
 
Apreciado Francisco,
 
Antes que nada, permítanos hacerle llegar un saludo de año nuevo, de fuerte esperanza y alegría. Será un año marcado por los muchos desafíos que hoy enfrentan la humanidad y la sed de justicia y de paz que clama por ser saciada, aquí y ahora, en tantas partes de nuestro hogar común
 
Le escribimos en ocasión de la Conferencia que Ud. ha convocado sobre Haití el próximo 10 de enero. Coincidimos en la importancia de mantener la atención no sólo sobre las consecuencias todavía no resueltas del terrible terremoto de 2010, sino también sobre la crisis social y política que vive a diario el pueblo haitiano y que clama por cambios profundos en la manera que la comunidad internacional, entre otros, interviene en relación al país. Esperamos vivamente que esta convocatoria sea una contribución en ese sentido, y que nuestras reflexiones y propuestas puedan ser consideradas.
 
Hace 3 años, la Asamblea General de la Comisión Episcopal Nacional Justicia y Paz de Haití dirigió una valiosa Carta abierta a las autoridades, y a todo hombre y mujer que desea el bien del país. Ya en ese entonces hablaron de la gravedad de la situación, subrayando que la crisis parece “interminable” y que “son sobre todo los pobres y quienes ya viven situaciones difíciles quienes pagan los costos.” Resaltaron la necesidad que “las autoridades (políticas, económicas y religiosas), así como también la sociedad civil, (den) prueba de comprender los problemas.” Entre las primeras propuestas que ofrecieron para encaminar la situación, plantearon que “las autoridades, sobre todo las autoridades políticas, deben estar conscientes que están al servicio del pueblo haitiano, y no al servicio de un gran poder extranjero.”
 
Es en ese mismo espíritu que queremos compartir con Ud., y con todos quienes participan de la Conferencia sobre Haití, las siguientes preocupaciones y propuestas. Hace ya tiempo que acompañamos de diversas maneras al pueblo haitiano, buscando siempre apoyar sus esfuerzos a favor de la justicia y el respeto de los derechos humanos, incluyendo muy especialmente su derecho fundamental a una vida digna, una vida en plenitud.
 
Entre otras iniciativas, como parte de la red de Jubileo Sur / Américas, llevamos una Misión de Solidaridad e Investigación al país en abril de 2005, preocupados por las implicancias de la creación de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (MINUSTAH) y sobre todo, la fuerte participación en ella de tropas de varios países de América Latina. Desde entonces nos hemos involucrados en distintas iniciativas tendientes a apuntalar las acciones y reclamos de las organizaciones amigas en Haití y enfocadas en la construcción de una nueva política regional de cooperación solidaria, donde los intereses y necesidades del pueblo haitiano – no de terceros- , y las propuestas y capacidades de sus organizaciones populares, sean los protagonistas.
 
Por eso queremos compartir la profunda preocupación y rechazo de amplios sectores de América Latina y el Caribe, a la presencia de la MINUSTAH en Haití. Consideramos, al igual que gran parte de la población haitiana, que esa presencia constituye una verdadera ocupación del país, trayendo muchos más problemas que soluciones. Estamos convencidos que su retiro sería un paso imprescindible hacia la construcción de un Haití para y por el pueblo haitiano, necesario para la resolución de tantos otros desafíos pendientes.
 
En uno de nuestros muchos pronunciamientos al respecto, centenares de entidades y referentes populares de toda la región nos dirigimos a los gobiernos y Parlamentos, al Consejo de Seguridad de la ONU y a las instituciones de integración latinoamericanas, en junio de 2014, reclamando nuevamente el retiro inmediato de las tropas de la MINUSTAH y el fin de esa misión tutelar que, respondiendo se supone a la falsa afirmación que Haití es una amenaza a la paz y la seguridad mundial, “evita que el pueblo haitiano ejerza su soberanía y autodeterminación.” Les preguntamos, además, si “¿será que 210 años después que ese pueblo fuera el primero en el mundo en protagonizar el fin de la esclavitud, y el primero de América latina y el Caribe en independizarse del yugo colonial, se siga temiendo la potencia de un pueblo libre?”[i]
 
Continuamos señalando, en un llamado simultáneo a la movilización solidaria con Haití[ii], que:
 
Después de 10 años de ocupación, el país se encuentra en una situación de grave crisis política e institucional, con una clara regresión democrática, la represión violenta y sistemática de las manifestaciones populares y persecución, cárcel, y asesinatos selectivos de dirigentes de la oposición. La MINUSTAH además sostiene una manipulación grosera de los procesos electorales e institucionales y la entrada libre de capitales transnacionales para controlar espacios estratégicos de la economía, incluyendo la mega minería, el turismo de lujo, la maquila y la agroindustria exportadora.
 
Si esto no fuese suficiente, la MINUSTAH ha sido ampliamente denunciada por las violaciones, la represión de las luchas populares, el abuso de autoridad, la usurpación de espacios y bienes públicos y, en uno de sus impactos más adversos, la introducción de la bacteria del cólera, causando una epidemia que hasta ahora ha cobrado más de 9.000 vidas haitianas y dejado un rastro de más de 730.000 personas infectadas.
 
Las inversiones hechas para erradicar la epidemia y cumplir con el derecho humano al agua potable son totalmente insuficientes, y el número de familias y comunidades afectadas sigue en aumento. Mientras tanto, la MINUSTAH tiene garantizada un presupuesto anual de USD 600 millones, pero se proyectan sólo USD 121 millones para la lucha contra el cólera – y sin ninguna certeza acerca de su eventual entrega. Es evidente que las prioridades de la comunidad internacional, en relación con Haití, necesitan cambiarse si lo que se buscar es contribuir a lograr vida digna, vida en plenitud, para todo el pueblo haitiano.
 
El Senado de Haití ha votado dos veces – 2011 y 2013 – a favor del retiro de las tropas de la MINUSTAH. Pero la llamada comunidad internacional, empezando con los grandes poderes como EE.UU., Francia y Canadá, que en materia de Haití parecen seguir mandando sobre Haití, no le presta atención. Más bien, según también las denuncias y documentación disponible públicamente, utilizan la situación del país – incluyendo el desastroso terremoto y la presencia de la MINUSTAH – para lograr mayor control sobre el destino de Haití y provecho para sus intereses.
 
Lamentablemente, esto no es más que una constatación nueva de una realidad de hace demasiado tiempo. En otro petitorio, difundido en octubre 2014 en vísperas de la renovación más reciente del mandato de la MINUSTAH, señalamos entre redes, movimientos y organizaciones de derechos humanos, sindicales, campesinos, de mujeres, ambientalistas, religiosas y académicos, que la historia de intervenciones “fallidas” en Haití ya es larga[iii]. No deja de tener importancia, hasta el día de hoy, la tremenda deuda cobrada a Haití por Francia durante más de cien años, en compensación a los ex colonos cuyos esclavos protagonizaron la peligrosa hazaña de liberarse. O la ocupación perpetrada por los Estados Unidos entre 1915 y 1934 – iniciada con el robo de las reservas de oro del país – y su posterior apoyo incondicional a las largas dictaduras Duvalier. La ONU también ha intervenido en el país con dos misiones de sus “fuerzas de paz” en 1991 y 1994, anterior a la ocupación actual, cuyos objetivos declarados – la estabilización y la promoción de los derechos humanos – no se lograron.
 
Queda patente la necesidad de cambios profundos en estas estrategias, que siguen siendo más bien de dominación y control que de relacionamiento y cooperación. Pero además resalta la urgencia de superar la impunidad con que estos poderes intervienen en contra de los derechos e intereses del pueblo haitiano, sancionado a los responsables, restituyendo lo cobrado y/o robado directamente y reparando los múltiples crímenes cometidos. Al contrario, el momento actual de la crisis social y política en el país nos pone en alerta ante la posible reiteración de los abusos y engaños de siempre. En ese sentido se han pronunciado numerosas entidades haitianas en las últimas semanas, entre ellos una veintena de organizaciones de derechos humanos – incluyendo la Comisión Episcopal Nacional de Justicia y Paz – organizaciones de mujeres, de campesinos y otros movimientos populares del país.[iv]
 
Como parte de la Conferencia que tendrá lugar este viernes, esperamos que se pueda reflexionar sobre estas situaciones y sumar fuerza detrás de nuevas maneras de relacionamiento. Esperamos que haya una nutrida presencia de la enorme diversidad y vitalidad del movimiento popular haitiano, incluyendo plataformas como las de desarrollo alternativo (PAPDA), de derechos humanos (POHDH), de mujeres (SOFA) y de campesinos (4G Kontre) con las cuales mantenemos una relación muy estrecha. Haití precisa que la comunidad internacional escuche a su pueblo y apoye sus propuestas para la defensa de sus derechos y la reconstrucción de su país. Precisa solidaridad para la salud, la soberanía alimentaria, el agua, la educación, la vivienda – y ciertamente hay ejemplos muy positivos, y muy queridos por el pueblo haitiano, en ese sentido. Lo que no necesita son tropas extranjeras ni “core groups” ni tampoco inversiones para la recolonización del país. Haití precisa, sobre todo, la libertad e independencia para que sus fuerzas populares construyan la democracia haitiana y controlen y distribuyan la riqueza de su país.
 
Al respecto, queremos resumir para su consideración, algunas de las principales demandas y propuestas que hemos hecho nuestras, a partir del compartir con numerosas organizaciones haitianas:
 
  • Retiro inmediato de toda presencia militar extranjera en el país y fin de la MINUSTAH.
 
  • Justicia y reparación para las familias y comunidades de las víctimas de la epidemia del cólera, incluyendo inversión para la universalización del acceso al agua potable.
 
  • Restitución de parte de Estados Unidos del stock de oro robado en diciembre 1914 y reparaciones para todos los crímenes de las diversas ocupaciones.
 
  • Restitución de parte de Francia de la “deuda de la independencia” y reparación con inversiones financieras adecuadas para la constitución de un sistema de educación pública (del prescolar al post-universitario) y un sistema de investigación y de producción científica para la valorización de las potencialidades del país.
 
  • Restitución del impresionante volumen de madera preciosa que Haití tuvo que vender en el mercado internacional para generar divisas para pagar la “deuda” a Francia y reparaciones a través del apoyo a una reforma agraria integral y la reforestación bajo control de las organizaciones campesinas.
 
  • Anulación de las deudas reclamadas hoy a Haití y fin de las políticas de “ayuda” del Banco Mundial al establecimiento de la mega-minería, los proyectos de turismo de lujo, la expansion de la agroindustria exportadora.
 
  • Espacio para el ejercicio pleno de la soberanía popular en la definición de una visión global de futuro liberada de los chantajes de la deuda, las IFIs, el departamento de Estado de EE.UU. y de la UE, de una orientación macroeconómica y el control de las instituciones nacionales.
 
  • Espacio para el ejercicio pleno de la soberanía popular en las definiciones político-electorales, sin la intromisión de EE.UU., Canadá y Francia en especial, a través de la ONU / MINUSTAH y la OEA, como se vivió tan burdamente en las elecciones 2010/2011, y en las políticas de destrucción institucional seguida desde entonces.
 
  • Brigadas y campañas internacionalistas para apoyar, desde adentro y desde afuera del país, los procesos de refundación durante los 10 próximos años.
 
A modo de conclusión, compartimos nuevamente la palabra de la Asamblea General de la Comisión Episcopal Nacional haitiana de Justicia y Paz, cuando dice:
 
Como discípulos de Jesucristo, mantenemos la esperanza que el cambio para una mejor vida para todos y todas es posible… Reclamamos a las Iglesias que ayuden a la feligresía a articular mejor su fe con sus responsabilidades sociales, y que les enseñen los principios morales que deben guiar la política en el país… Deseamos que (las autoridades a quienes les hemos hecho llegar estas reflexiones) tomen conciencia que las condiciones de vida de la gente común no pueden continuar así, porque están en contradicción con la dignidad y los derechos de toda persona.
 
Con los mejores deseos para la Conferencia convocada y el bien del pueblo de Haití, ratificamos nuestra disposición para avanzar juntos en el sentido señalado. Reciba el fraterno saludo de Paz y Bien,
 
Adolfo Pérez Esquivel
Premio Nobel de la Paz y Pdte., Servicio Paz y Justicia
 
Nora Cortiñas
Madre de Plaza de Mayo–Línea Fundadora
 
Beverly Keene
Coordinadora Diálogo 2000
 
Martha Beatriz Flores
Coordinadora Regional, Jubileo Sur/Américas
 
Buenos Aires, el 5 de enero de 2015
 
Cc/
 
Sres. Comisión Pontificia para América Latina
S.E.R. Card. Marc Ouellet, Presidente; Dr. Guzmán Carriquiry Lecour, Secretario
 
Sres. Pontificio Consejo “Cor Unum”
S.E.R. Card. Robert Sarah, Pdte; Mons. Giampietro Dal Toso, Sec.; Mons. Tejado Muñoz, Subsec.
 
Notas:
 
 
 
[iii] Carta de rechazo a la renovación del mandato de la MINUSTAH en Haití, América Latina y el Caribe, octubre 2014, http://haitinominustah.info/2014/10/06/invitamos-a-firmar-carta-de-rechazo-a-la-renovacion-de-la-minustah/
 
[iv] Algunos de estos pronunciamientos han sido recogidos y traducidos al castellano, como por ejemplo el Comunicado de prensa de la veintena de organizaciones de derechos humanos (http://haitinominustah.info/2014/11/28/una-veintena-de-organizaciones suenan-la-alarma-al-acercarse-el-2015/), la declaración de Solidaridad Mujeres Haitianas (SOFA) en ocasión del día internacional por la no-violencia contra las mujeres (http://haitinominustah.info/2014/11/25/solidaridad-mujeres-haitianas-sofa-en-ocasion-del-25-de-noviembre/), el pronunciamiento de la Plataforma de organizaciones campesinas 4G Kontre (http://haitinominustah.info/2014/12/30/plataforma-de-organizaciones-campesinas-exige-un-verdadero-acuerdo-politico/), el comunicado de 13 organizaciones sociales en torno a la posible manipulación de la Comisión consultiva presidencial (http://haitinominustah.info/2014/12/04/cuidado-con-la-manipulacion-de-la-comision-consultiva-por-el-ejecutivo/) y un texto último del Partido RASIN Campo del Pueblo, en ocasión del 211 aniversario de la fecha de independencia haitiana (http://haitinominustah.info/2015/01/01/100-anos-de-ocupacion-dentro-de-211-anos-de-vida-como-haiti-estado-nacion/)
 
 
https://www.alainet.org/es/active/79971?language=es
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