Incidencia política de la izquierda peruana (final)
05/11/2014
- Opinión
“Para nosotros, el marxismo no requiere exégetas, ni “eruditos”, ni inquisidores académicos. Siendo como en realidad es una teoría eminentemente crítica, lo que exige son continuadores, esto es, investigadores que no se autoperciban como académicos puros, sino como críticos implacables, que aplican las categorías del marxismo a la comprensión de las nuevas realidades, que crea la vida, pero a las cuales la ciencia burguesa deforma y distorsiona” (“El hombre como objeto de estudio”-Dr. Álvaro Mendoza Diez-Universidad Nacional de Trujillo-Revista Antropológica-Pág. 82- Trujillo-Perú-1971).
La izquierda peruana en el siglo XXI, en el contexto de Latinoamérica y el Caribe y dentro de una ofensiva global del capitalismo, siempre debe reconocer que lo que siempre está en juego es el problema del poder efectivo, que al final son el punto de partida y llegada de éstos análisis, que responda a la pregunta ¿Cómo la izquierda peruana puede hacer incidencia política?
¿Pero a que nos enfrentamos? En Latinoamérica y el Caribe, las izquierdas y las fuerzas progresistas se enfrentan como dice el periodista de investigación Daniel Estulin, a una “…transferencia a gran escala de la riqueza mundial, a cada vez un número menor de manos, administradas por individuos despiadados y cada vez mas desesperados” (“Los Señores de las Sombras”- Editorial Planeta – Colombia). Pero también, debemos tener claridad de otro problema: el narcotráfico, como dice el Vice Decano de la “Universidad del Pacífico”, Enrique Castellanos, la lucha contra el lavado de dinero, la evasión tributaria y el financiamiento del delito, encuentran que “…los países que mas facilitan éstas prácticas mediante políticas tributarias flexibles, protección al secreto financiero y protección al secreto de propiedad, son los tradicionalmente reconocidos como refugios fiscales o “tax havens”. En el mencionado ranking, Suiza sigue en número uno, seguido de Luxemburgo, Hong Kong, y varias islas y protectorados de Gran Bretaña, como las Bermudas, las Islas Caimán, las Islas Vírgenes, entre otras. Ojo. Ninguno de éstos son países africanos, de América Latina o países bananeros” (“Lavado de Dinero en el Perú”-“El Comercio”-Perú-19/01/2,014). Además existen otros poderes, que próximamente analizaremos.
Las izquierdas en el Perú, deben ser para el pueblo peruano: izquierda peruana unida, sólo así serán capaces de hacer incidencia política, cuya fuerza movilizadora del pueblo sólo debe ser la justeza de sus objetivos, programa, estrategia, táctica, planes y tareas; pero sustancialmente acción unificada de sus integrantes para llevar a los hechos las aspiraciones del pueblo.
Lo anterior significa una reingeniería total, desprendimiento, sacrificio de viejos caudillos y vacas sagradas enmohecidas en sus cerrados templos, para dar paso, a una verdadera renovación en los viejos estilos burocráticos de dirección, del “mando y ordeno”. Ello significará actualización programática, para dar respuesta a la nueva situación del Perú real y el mundo, pero que nos sea sólo tinta y papel, utilizada sólo para fines electorales y arribistas, como hasta ahora. La izquierda debe mirar el Perú profundo.
La construcción de una patria nueva, de un Perú nuevo exige una estrategia. Y ella necesita ser precisada:
PRIMERO, la necesidad de un frente amplio, entendida como una alianza operativa dinámica y transformadora, con los trabajadores asalariado e informales de la ciudad y el campo, intelectuales y profesionales, técnicos, pequeños y medianos empresarios nacionales, militares que no se resignen a ser meros opresores contra el cambio y gendarmes de la ocupación neoliberal de sus propios pueblos. Es decir un frente que impulse un proyecto nacional para el ejercicio pleno de la democracia y la ciudadanía.
SEGUNDO, la formación indispensable de la aparición y afirmación de una nueva vanguardia de cuadros políticos y administrativos, dotados ética y moralmente de una clara visión, sobre los fines, las prioridades, y los medios de lucidez ideológico-político; y, de eficiencia técnica, consideración por el interés de la sociedad nacional y regional; y muy especialmente, con voluntad inquebrantable, para llevar a cabo las tareas requeridas desde el llano y desde el poder.
TERCERO, impostergable regeneración moral de la casta política, ante el peligro de convertirse en una élite privilegiada y alienada de las reales necesidades de sus pueblos, de su voluntad y de participación plena o de promover variantes de capitalismo burocrático en el Estado al servicio del “capitalismo salvaje”.
CUARTO, como expresión real de una ciudadanía plena, es imprescindible un alto grado de conciencia, interés y participación directa y activa en las mayorías nacionales, en la búsqueda e imposición de los cambios y en la reestructuración constitucional del Estado.
QUINTO, conversión del Estado, en un agente eficaz del desarrollo planificado, como oposición de sus tendencias limitativas y opresivas de la vida social y no solamente de lo político, promoviendo como política pública, la expansión deliberada y racional de todas las potencialidades humanas.
No es cierto que el futuro se decida mañana. El porvenir lo estamos construyendo hoy. Para ello queremos un Perú diferente del que nosotros recibimos de nuestros padres, sin las grandes desigualdades e injusticias que son hasta ahora nuestra realidad, El Perú ya no puede ser colonia, sino dueño de sus riquezas, dueño de sus decisiones, dueño de su destino. Un Perú donde la ley, la justicia no tengan precio, no sirvan a los amantes del dinero y a la fuerza de la represión.
En el nivel político, la izquierda peruana en el marco de Latinoamérica y el Caribe, se ha visto fortalecida, pero todavía ambigua en cuanto a sus tácticas y estrategias de corto y mediano plazo, fluctuando entre un reformismo avanzado y una proclama revolucionaria.
Ha comenzado los preparativos de la derecha peruana en el Perú, para el continuismo neoliberal el 2,016, con el proceso electoral para elegir el nuevo Presidente y Congreso. Esto se hace, cuando miles de peruanos, miran con escepticismo un proceso, que no les ofrece ser partícipes, sino meros electores, que no quieren entregar su voto para seguir alimentando “outsiders”, tránsfugas y corruptos.
Hoy más que nunca los ciudadanos, quieren una política basada en principios firmes, moralmente creíbles, con mirada de largo plazo. Éste es el gran reto de las izquierdas en el Perú, o se convierten unitariamente en la gran fuerza del cambio político, cultural y moral, construyen la unidad en la diversidad, o continúan divididas perdiendo la perspectiva histórica, reforzando el continuismo neoliberal. No hay otra alternativa, lo demás será una descomposición mayor del Estado de derecho, corrupción institucionalizada y falta de credibilidad con escenarios imprevisibles, como ha sido el Perú desde el 5 de abril de 1,992 hasta el 2,014.
- Ubaldo Tejada Guerrero es analista global
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