La victoria del comandante Evo

12/10/2014
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Hace algunos años, cuando la Bolivia predilecta de Bolívar estaba sumergida en la más profunda pobreza y catalogada como el 2do país más desigual, racista, clasista y pobre de América calificado así por la ONU, OEA, OMS y  UNICEF  (por mencionar algunos de los organismos internacionales), aparece un hombre de claras y obvias raíces indígenas,  un luchador, un obrero y defensor de la hoja sagrada, la coca.
 
Este hombre apareció entre las multitudes, dentro de la pobreza, surgió como un líder sindical campesino y obrero cansado de las desigualdades y del racismo, cansado de la miseria en la que sumergían a su patria y del poco futuro que se avizoraba para sus hijos. Un día, luego de tanta lucha incansable asume la presidencia de su patria y decide transformarla para siempre, decide convertirse en un país 80% indígena en el primer mandatario de esa misma nacionalidad, comenzando una reivindicación profunda, sincera y llena de amor.
 
Es así como puedo relatar la realidad boliviana, una realidad que conocí en la Bolivia de Evo cuando recién asumía su primer mandato y cuando lo acompañe en la campaña para que asumiera su segundo, recordando que en la entrada del Palacio Quemado le dije: Comandante (...), volteando y respondiéndome: no, tu comandante y nuestro comandante es Hugo, soltamos carcajadas y delante de la prensa le dije: Comandante creo que usted se equivoca, pues usted es el COMANDANTE de los pueblos indígenas (...), solo un abrazo y un apretón de manos me confirmó que lo era, es y seguirá siendo, pues las reformas y cambios en Bolivia se notan a medio centímetro de nuestras pestañas,  se nota en El Alto, una ciudad sumergida en la desgracia y que ahora se sumerge en el desarrollo con su teleférico y sus casas particulares.
 
La Bolivia de ahora es una patria que debe merecer envidias sanas, pues la reducción de la extrema pobreza, el control de la inflación, la alfabetización y post alfabetización, el acceso a la educación,  energía eléctrica,  gas, agua, la creación, reparación y construcción de carreteras, la dignificación del sistema de salud, de los salarios y de la dignidad del boliviano en general son unas de las pocas cosas que puedo decir ha hecho el comandante Evo.
 
Entonces, es fácil conocer por qué Evo gana con tanta ventaja sobre sus contrincantes, pues han sido tantos los buenos cambios, y el control de la corrupción que los sectores empresariales y de clase media también se han visto beneficiados, dado a que anteriormente era muy duro obtener ganancias y ahora gracias al alto índice de confiabilidad suministrada con hechos por parte del gobierno, las utilidades son superiores a lo que pudieran haber imaginado.
 
Bolivia ha cambiado para siempre, ha dejado de ser el patio trasero lleno de indios para convertirse en la futura potencia energética de Sudamérica, para convertirse en lo que siempre debió ser, la hija predilecta de Bolívar.
 
Jallalla Bolivia, Jallalla hermano y comandante Evo, Jallalla pueblo y patria boliviana, pues la victoria es de todos, y Evo seguirá siendo por siempre el Comandante de los Pueblos indígenas, el comandante de los pueblos excluidos dentro de su propia tierra.
 
 
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