Ciencia, tecnología, innovación e industrialización en América del Sur: hacia una estrategia regional

16/09/2014
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Indice
 
Prólogo
Alí Rodríguez Araque
 
Introducción
Mónica Bruckmann
 
PARTE I
 
CIENCIA Y TECNOLOGÍA EN EL MUNDO CONTEMPORÁNEO: HACIA UNA PERSPECTIVA SURAMERICANA
 
La ciencia y la tecnología en el proyecto de autodeterminación nacional
Enrique Dussel
 
Ciencia, tecnología, innovación e inclusión social: el desafío contemporáneo
Judith Sutz
 
Diez mil hacia el Sur!
Ennio Candotti
 
PARTE II
 
LA GRAN CIENCIA Y EL DESARROLLO CIENTÍFICO TECNOLÓGICO EN AMÉRICA DEL SUR
 
Para qué sirve la Gran Ciencia
Theotonio dos Santos
 
La colaboración científica internacional como parte de la estrategia de desarrollo
Alberto Santoro
 
El conocimiento científico y tecnológico en la estrategia de aprovechamiento
de los recursos naturales para el desarrollo integral de UNASUR
Alexis Mercado y Hebe Vessuri
 
Proyecto FOCEM de investigación, educación y biotecnología en salud: un modelo para el desarrollo de proyectos en red en el ámbito de UNASUR
Wilson Savino
 
Proyectos HELEN y EPLANET: América Latina en el CERN
Luciano Maiani
 
PARTE III
 
RECURSOS NATURALES, CICLOS TECNOLÓGICOS, INNOVACIÓN E INDUSTRIALIZACIÓN: HACIA UN BALANCE REGIONAL
 
Ciclos tecnológicos y recursos naturales: hacia una geopolítica del desarrollo científico-tecnológico
Monica Bruckmann
 
Los desafíos de la industrialización en América del Sur
Samuel Pinheiro Guimarães
 
Ciencia, tecnología e innovación para el cambio estructural
Mario Castillo
 
Crecimiento, productividad e innovación: elementos para un balance regional
Carlos Ríos Rebeco
 
Por una infraestructura para la integración productiva en UNASUR
José Carlos de Assis
 
Sistemas de innovación basados en recursos naturales: balance de dos experiencias sectoriales brasileñas
André Tosi Furtado
 
Extractivismo minero-energético, desindustrialización y regalías para la innovación en Colombia
Nelson Fabián Villarreal
 
PARTE IV
 
MEDIO AMBIENTE, BIODIVERSIDAD Y DESARROLLO CIENTÍFICO Y TECNOLÓGICO
 
Conservación de la biodiversidad: ¿freno o estímulo al desarrollo inclusivo?
Carlos Eduardo Young
 
Diálogo de saberes
Sally Burch
 
Historias de la periferia suramericana
Marten Schalkwijk
 
Ambiente, biodiversidad y universidad: el caso de la Universidad de Quilmes, Argentina
Miguel Lacabana
 
PARTE V
 
EL PAPEL DEL ESTADO EN LAS POLÍTICAS CIENTÍFICO- TECNOLÓGICAS
 
Ecuador: paraíso del (bio)conocimiento abierto y común para el Buen Vivir
René Ramírez Gallegos
 
Políticas públicas en ciencia, tecnología e innovación en Venezuela
Eloy Sira
 
Cooperación hacia dentro y disuasión hacia fuera: la Defensa y los recursos naturales en Suramérica
Alfredo Forti
 
PARTE VI
 
SESIONES ESPECIALES, DEBATES Y CONCLUSIONES
 
Sesión Inaugural
Carlos Vainer, José Gomes Temporão, Antonio Simões, Ana Lucia Delgado Assad y Ike Desmond Antonius
 
Notas para el debate acerca de la ciencia y tecnología en el mundo contemporáneo
José Monserrat
 
Debate I: Ciencia y tecnología en el mundo contemporáneo
 
Debate II: La gran ciencia y el desarrollo científico tecnológico en América del Sur
 
Notas para el debate acerca de los recursos naturales, ciclos tecnológicos, innovación e industrialización en UNASUR
Pedro Sassone
 
Debate III: Recursos naturales, ciclos tecnológicos, innovación e industrialización: hacia un balance regional
 
Notas para el debate acerca de las políticas científico tecnológicas en América del Sur y el rol de UNASUR
Ingrid Sarti
 
Debate IV: El papel del Estado en las políticas científico-tecnológicas
 
Conclusiones y aportes para una estrategia regional
Alí Rodríguez Araque
 
ANEXOS
 
Participantes en el Foro sobre Ciencia, Tecnología, Innovación eIndustrialización en América del Sur
 
Informe de la Misión de UNASUR en el CERN - Laboratorio Europeo de Física de Partículas
 
Proyecto del Instituto de Altos Estudios de UNASUR
 
Proyecto de creación del Servicio Geológico Suramericano (SGSA)
 
Prólogo
 
Con la firma del Tratado de Unión entre los doce países que hoy están incorporados en la UNASUR, se ha dado un paso de gigantes hacia la realización de sueños ancestrales de nuestros pueblos. Su materialización, sin embargo, está condicionada por el acierto que se logre en la definición de una estrategia y de un plan que sean resultantes del interés común y las coincidencias entre nuestros pueblos. En esta búsqueda hemos venido planteando que la mayor fortaleza de nuestra gran región radica en sus recursos naturales, en las enormes reservas que la caracterizan. De allí que, a partir de esa realidad, la propuesta radica en trazar una política y un plan que se puedan desplegar progresivamente a fin de obtener el mejor y más racional aprovechamiento de tales recursos.
 
A ese objetivo estuvo dirigida la Conferencia de UNASUR sobre Recursos Naturales y Desarrollo Integral de la Región, realizada en Caracas, en mayo de 2013. Y es igualmente con tal objetivo que nos planteamos la realización del Foro sobre Ciencia, Tecnología, Innovación e Industrialización en América del Sur, realizado en la ciudad de Río de Janeiro en diciembre de 2013 y cuyas ponencias y debates dieron origen a este libro.
 
Este fue el primer evento, en el ámbito de UNASUR, que se propuso el intercambio de conocimientos, ideas y planes sobre ciencia, tecnología, innovación e industrialización de nuestros recursos naturales. Buena parte de esos recursos han sido objeto de una explotación irracional, resultado de colocar como única meta la ganancia, o peor aún, las súper ganancias, producto de la reducción o eliminación de regalías e impuestos, así como una reducción de costos en operaciones que afectan el ambiente y los salarios. Esos factores han provocado, no sin razón, protestas y oposición a lo que genéricamente se ha llamado el “extractivismo”, es decir, esa actividad en la cual se ignora la existencia de las comunidades humanas y los impactos que tales actividades producen en el ambiente, dejando secuelas muchas veces irreversibles.
 
Ahora bien, llegados a este punto, es necesario enfatizar que la existencia humana se ha sostenido, desde sus orígenes, en el aprovechamiento de los recursos naturales, comenzando por la alimentación, el vestido, la vivienda, y cualquier otra actividad imprescindible para su subsistencia. Esto ha implicado, progresivamente, la explotación de un creciente volumen de recursos, cuando la comunidad humana, hoy, ya ronda los 7.000 millones de seres. Desde luego que al mirar ese gigantesco conglomerado como simple mercado, tropezamos con la primera gran desviación, pues ya no se trata simplemente de satisfacer necesidades reales para el buen vivir, sino de infinidad de necesidades inducidas que se traducen no solo en un derroche descomunal, sino también en una explotación irracional de los recursos.
 
De esta primera consideración general hemos partido para afirmar que los países integrantes de UNASUR, deben esforzarse por diseñar y aplicar una estrategia y un plan comunes. Un buen ejemplo de lo que lo que se puede hacer, lo representa la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Se trata de una organización intergubernamental que se integra para defender eficazmente sus derechos soberanos de propiedad sobre un recurso natural, el petróleo, política que se hace particularmente visible en los niveles de precios, garantizando ingresos adecuados a los propietarios del recurso petrolero, y niveles justos de ganancia para quienes explotan dicho recurso. Y puede afirmarse que la OPEP, aun con sus altibajos, ha sido exitosa a lo largo de sus más de 52 años de existencia, todo pese a los muy distintos regímenes de los países que la integran y de haber significado, incluso, guerras muy sangrientas entre algunos de ellos.
 
Aquí, en esta extraordinaria región que nos ha tocado en suerte, convivimos en paz desde hace siglos. Estamos rodeados de una inmensa riqueza que va desde enormes reservas de agua dulce, de bosques gigantescos, de biodiversidad, de fuentes primarias de energía, de toda suerte de minerales y, lo más importante, una población trabajadora y muy inteligente. Pero al mismo tiempo, sobre esa enorme riqueza, todavía deambulan más de 100 millones de seres en estado de pobreza, con un alto porcentaje de indigencia.
 
Si todo lo tenemos, ¿qué es lo que nos ha faltado? Visión. Visión es lo que nos ha faltado para poder encontrar el denominador común, en el cual coinciden nuestros intereses como naciones para la defensa eficaz de nuestros derechos de propiedad, permanente y soberana sobre los recursos naturales, principio de validez universal, como lo ha establecido la Asamblea General de las Naciones Unidas desde 1962, en su conocida Resolución 1803.
 
Ahora bien, toda intervención en la naturaleza produce un impacto in evitable. La construcción de una ciudad, la producción de alimentos, son buenos ejemplos de esos impactos. De igual manera, el aprovechamiento del agua, bien para consumo humano, bien para generar energía, la explotación de bosques y muchas otras actividades, son inevitables.
 
La cuestión central radica en cómo garantizar que la explotación de los recursos naturales se cumpla de manera racional y minimizando los impactos sobre el ambiente. Esto, desde luego, exige de normas muy estrictas de autoridades competentes y de acuerdos para garantizar su aplicación. Pero aun así hay impactos inevitables. ¿Cómo minimizarlos y remediarlos? La respuesta tenemos que buscarla en los desarrollos científicos y tecnológicos, así como en una visión que tenga como centro la satisfacción de las necesidades reales del ser humano. De allí que cuando abordamos el tema de los recursos naturales como eje de una estrategia común para los procesos entre los países miembros de la UNASUR, lo hagamos pensando en un sistema integral, que no se limita a la fase extractiva, sino que aborda, como parte inseparable, todo lo relativo a la industrialización, a la ciencia y la tecnología como medio, no sólo para reducir costos y mejorar los rendimientos, sino para superar lo que muchas veces representa un verdadero agobio para el trabajador y una herida dolorosa para el medio ambiente, que es el alto grado de contaminación que produce la actividad de extracción y de transformación de los recursos naturales.
 
Asimismo, nos encontramos con los problemas del financiamiento pues se trata de actividades que generalmente requieren de grandes inversiones.
 
Para cada uno de esos factores, importantes y decisivos, estamos buscando respuestas. Para ello acudimos al conocimiento y a la experiencia acumulada en nuestra región y fuera de ella, lo cual comprende desde la academia hasta las comunidades. Se trata de reunir y organizar el conocimiento acumulado pero aún disperso, cuando cada país por separado busca sus propias soluciones. Y esto ocurre en este tiempo, cuando la llamada sociedad del conocimiento se caracteriza por la privatización y monopolización del mismo, las patentes y el cobro de royalties, y de todas esas prácticas bien conocidas que crean la apariencia de brechas insalvables entre los desarrollados y los que aspiran al desarrollo.
 
Cuando planteamos una estrategia que se despliega en un conjunto de campos específicos, como este relativo a la ciencia y tecnología, innovación e industrialización de nuestros recursos naturales, lo hacemos con una visión integral, pues se trata de iluminar en conjunto los ángulos oscuros que deja la separación y la ausencia de un rumbo común donde se sumen nuestros esfuerzos, nuestros talentos –que no son pocos– la capacidad para encontrar ese común denominador que, respetando las originalidades de cada país, sea capaz de fortalecer la unidad, darle fundamentos sólidos y convertirla en un proceso irreversible. Se trata, en fin, de superar la triste suerte de anteriores experiencias y de intentos integradores fallidos o estancados hasta este momento.
 
Ello implica también una nueva visión, pues hasta ahora las relaciones en estos ámbitos han sido de cada uno de nuestros países con Europa, Norteamérica y países asiáticos, cuando requerimos, como un eje fundamental para avanzar en el desarrollo, de un pensamiento y de iniciativas comunes y propias. Esta es la base sustantiva para soportar el proceso de integración.
 
Este libro, por las razones expuestas, tiene una singular importancia, y marca apenas el comienzo de una búsqueda que, estamos seguros, será muy fructífera y que va a contribuir a darle un nuevo impulso a la reunión de lo que hoy está disperso, abriendo cauces para el encuentro de lo que por territorio, orígenes, cultura, creencias e intereses comunes conforma una gran nación: nuestra América.
 
Finalmente, pero no menos importante, expresamos nuestro agradecimiento a la Universidad Federal de Río de Janeiro, al Instituto Suramericano de Gobierno en Salud (ISAGS), a la Cátedra de la Unesco y la Universidad de Naciones Unidas sobre Economía Global y Desarrollo Sustentable (REGGEN), al Centro Internacional Celso Furtado de Políticas para el Desarrollo y a todos los que nos brindaron su apoyo para la realización del evento que dio origen a las reflexiones y debates presentados en este libro, cuyo objetivo central es el desarrollo de un pensamiento común, así como la definición de políticas y planes concretos que lo realicen.
 
Alí Rodríguez Araque
Secretario General de UNASUR
 
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