Jóvenes: ni víctimas ni criminales
03/09/2014
- Opinión
Cuando hablamos de la juventud, los adultos tendemos a irnos a los extremos: Criminalizamos a los jóvenes o los consideramos víctimas pasivas de su entorno. Y ni una ni otra postura abona a alcanzar la sociedad que queremos, el futuro que todos merecemos.
Los jóvenes y las jóvenes deben estar informados, ser sujetos conscientes de su realidad, tener acceso a formarse, a desarrollarse como seres integrales y a ser partícipes de la construcción de un mundo mejor al que por ignorancia o por error les estamos dejando.
Ser joven siempre ha sido difícil, pero en estos tiempos es más complicado y en este país es muy doloroso. Desde niños, muchos jóvenes de hoy se han visto enfrentados a situaciones terribles de violencia, carencias, separaciones y sacrificios, y debe ser muy difícil salir adelante con semejantes lastres, pero ningún esfuerzo debe quedar sin hacerse por cambiar todo lo que hasta ahora se ha hecho mal o simplemente se ha dejado de hacer.
Como ciudadanos, tenemos el derecho y la obligación de exigir de nuestras autoridades locales, municipales, regionales y nacionales, una mejor atención a las necesidades de los niños y jóvenes, que tengan cada vez mayor y mejor acceso a oportunidades de salud, nutrición, seguridad, formación, recreación, la práctica de deportes y todo aquello que garantice una vida digna presente y futura para todos.
Pero como sociedad civil, también tenemos que jugar un papel activo y hacer nuestro mejor esfuerzo en impulsar y participar en iniciativas que promuevan el bienestar, la organización y la superación de los jóvenes de nuestras comunidades. Que la reciente conmemoración del Día Internacional de la Juventud no quede en bonitos discursos ni en promesas fáciles que se lleva el viento. Todos tenemos algo qué aportar: conocimientos, experiencias, ejemplo, voluntad.
Los jóvenes que necesiten trabajar para su propio sostenimiento o para apoyar a sus familias, deben tener acceso a empleos dignos, con salarios y prestaciones de ley, con horarios que les permitan continuar sus estudios.
Recapacitemos: dejar de atender las necesidades de los niños y jóvenes compromete el futuro de nuestro país, nos resta oportunidades de desarrollarnos como sociedad, sin exclusiones y sin discriminación, sin criminalizar ni victimizar a nadie, sino potenciando las capacidades de todos.
No escatimemos recursos humanos ni materiales en la importante e impostergable tarea de formar a los niños y jóvenes que algún día serán los líderes y llevarán las riendas de ojalá una mejor Guatemala.
Guatemala, 28 de agosto del 2014
Fuente: Asociación para el Avance de las Ciencias Sociales en Guatemala (AVANCSO)
https://www.alainet.org/es/active/76823?language=en
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