Un "Programa de Gobierno" no debería ser un "Plan de Gobierno".

 

El Programa marca la direccionalidad (política) a seguir, el Plan le da viabilidad a lo anterior.

 

Este último, el Plan, exige de cálculos (expresados luego de diferentes maneras) y seguramente de proyectos a conseguir durante un período determinado. De tal manera que ellos (los cálculos) puedan constituirse en los instrumentos fundamentales para las labores de seguimiento y evaluación de tal emprendimiento.

 

En junio del 2012, el entonces candidato Hugo Chávez presentó lo que denominó “Propuesta del Candidato de la Patria…Para la Gestión Bolivariana Socialista 2013 – 2019”. Esa “direccionalidad política” tiene su esencia fundamental en los 5 Objetivos Históricos, excelentemente expresados en la “Presentación“ e “Introducción “del citado documento.

 

Deseo recordar, con lo anterior, que en Junio del 2012 el Comandante Hugo Chávez presentó su propuesta de Programa de Gobierno y en su discurso, para tal ocasión, se refirió fundamentalmente a los 5 objetivos históricos. En impresos y videos queda para la historia tal testimonio.

 

Por supuesto, la consecución de tales Objetivos no es tarea que se puede realizar de aquí al año 2019. Es iluso pensar eso. Es por ello que la “direccionalidad” nos marca el camino a seguir, tal vez la “utopía” en algunos casos. En lo específico de este escrito, no es de extrañar que el presente siglo esté marcado por la intención de hacer realidad esos ideales.

 

El 04 de diciembre del 2013, luego de la desaparición física del Comandante y el ascenso a la Presidencia de la República por Nicolás Maduro, es publicado como Ley en la Gaceta Oficial No 6.118 Extraordinaria el ya famoso documento titulado: “Plan de la Patria, Segundo Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2013 – 2019”.

 

Mucho se ha escrito sobre la relación entre lo propuesto por Chávez y lo dictado como Ley por Maduro. El presente escrito no pretende inscribirse, ni retratarse en ese intercambio de opiniones. Ni mucho menos en la idea de “aterrizar” el Plan. Pero sí recordar lo que el instrumento legal plasma, sobre todo por el hecho de que el mismo se ha ofrecido como “Legado de Chávez”.

 

Por lo tanto, asumiendo lo que está en la Ley ó la Ley como un dato, se desea expresar una mirada al Plan más allá de la retórica cotidiana. Desnudar al Plan a través de sus cifras, fundamentos y con ello hacer un homenaje al Comandante eterno quién de manera incesante se refería a la necesidad de dominar números en la labor cotidiana de hacer política.

 

Además, a la hora de rendir cuentas, se debe hacerlo con números que dejen bien parada la retórica y no que ella sola más que Cuentas, se convierta en Cuentos.

 

En el trabajo anexo, Plan de la Patria (PDLP) en números y datos, se agregan además: las Políticas, los Programas y los Proyectos que deberían servir para obtener los guarismos que se citan en la primera parte. Todo ello extraído del documento hecho Ley.

 

Es lógico suponer que cuando hablamos de Proyectos, no serían los únicos a concretarse en ese sexenio, pero sí los más importantes, determinantes y que a la hora de los recortes presupuestarios serían los que aún quedan con posibilidades de existir. En caso contrario, no hubiese tenido sentido colocarlos.

 

Para el caso de algunos proyectos con enunciados muy generales, se les agregó aquellos que entendemos son sub-proyectos y que han sido promocionados públicamente. Es el único agregado. Para cualquier comparación con el Plan, en los cuadros se colocan los números de los objetivos y las políticas donde ellos aparecen señalados.

 

Bajo esta observación, del II Plan Socialista, podemos señalar que existen instrumentos que permitirían un seguimiento y evaluación del mismo. Cosa más que pertinente, luego que ya pasó su primer año de existencia.

 

Recapitulando, el Plan-Ley brinda para su valoración permanente los siguientes instrumentos: Políticas, Programas, proyectos, Indicadores y Metas. Sobre todo, estos 2 últimos nos permitirían objetivar los niveles de avance o no de tal carta de navegación.

 

Este trabajo fue realizado por diversas personas y como toda labor humana no está libre de posibles errores. Si consigue algo que no se ajuste a lo expresado en el Plan, simplemente corríjalo.

 

Lo importante, era demostrar que existen instrumentos objetivos para evaluar el Plan y que los números presentes en él gritan de manera desesperada para que sean observados, ratificados o no, pero que en absoluto se les permita morir en un océano de retórica realmente exasperante.

 

/ Agosto 2014