México

La lectura, ¿estudio o pasión?

Víctor Manuel Barceló R.

10/08/2014

Opinión

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Cuando se es un pequeño niño y empieza la posibilidad de leer, cualquier letrero, palabra o anuncio luminoso es pretexto para practicarlo en voz alta, aprovechando, con alegría, lo que allí se expone por escrito. Si la familia –padres, hermanos, abuelos u otros parientes- se conecta adecuadamente con la escuela -en particular con el maestro del aula en que se va avanzando en la formación personal y de grupo- el progreso a la lectoescritura es obligado. Es el primer y más sólido paso para una educación de calidad, esa de la que tanto se habla en la actualidad.

Desde que las sociedades hicieron acto de presencia en la vida humana, la cultura fue la manera en que unas generaciones pasaron a las sucesivas, las formas de expresarse, primero en tradición oral y después escrita –en piedra, cueros de animales, papiro, papel, ordenador electrónico, imagen virtual-. Leer-entender-interpretar-escribir es ruta mágica a seguir.

La lengua castellana tiene enorme riqueza en cuanto a expresión oral y escrita. Los gobiernos mexicanos –a pesar de sus carencias- se esfuerzan por cubrir espacios en ese terreno, que pueden “arrebatar”, sobre todo a los medios de comunicación, que todo lo incorporan a propaganda con costo. Esto les convierte en poder fáctico que puede y realiza acciones para colocar o descolocar a personas, en el imaginario social, en tanto responda a sus intereses, volviéndoles personajes, incluso en el ámbito político.

Lo cierto es que la lectoescritura es vía formidable para educar y auto educarse. Baruch Espinosa (Amsterdam, 1632 - La Haya, 1677) el célebre filósofo holando-español decía: “La actividad más importante que un ser humano puede lograr es aprender para entender, porque entender es ser libre.” http://www.academia.edu/4985068/Breve_analisis_del_pensamiento_filosofico_de_Baruch_Spinoza

Hace unos días, en la Ciudad de México, Palacio de Bellas Artes– se voceaba ¡Poesía gratis, poesía gratis!. Los que acudían, atónitos recibían el libro de Efraín Huerta, “Permiso para el amor”, brevísima antología (Conaculta, Secretaría de Cultura del GDF y Asamblea Legislativa, 2014). De él se editaron 70 mil ejemplares para entrega gratuita).

Raúl Moreno Wonchee nos recuerda un poema que pinta a Huerta de cuerpo entero: “Hoy he dado mi firma para la paz”: “…y aquella hora fue como una encendida patria / de amor al amor, de gracia por la gracia / de una luz a otra luz…/ Para que el tiempo no se detenga, / para que el sueño no se inmovilice, / para que la sonrisa sea alta y clara, / para que una mujer aprenda a ver crecer a su hijo / y las pupilas del hijo vean como su madre es cada día más joven…/ Un mar de firmas que ahogan y aturden / al industrial y al político de la guerra…”. Sólido y hermoso ejemplo para una incursión a la biblioteca, la virtual o la real, a ambas se aplica la expresión de Borges (Buenos Aires, 24 de agosto de 1899 – Ginebra, 14 de junio de 1986) al compararla con el paraíso: “Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca”.

http://www.proverbia.net/citasautor.asp?autor=107

Desde hace algunos años, en el país existe un programa que adquiere la relevancia que cada estado de la Federación le puede o quiere otorgar: Mis vacaciones en la biblioteca, que fue calificado como “apuesta por la esperanza” al provocar a niños y jóvenes para que se internen en la lectura y escritura, para conseguir sólidas competencias que les lleven al camino del conocimiento, vía la lectoescritura.

Quienes estamos cerca o inmersos en la actividad educativa, corroboramos cotidianamente, en nuestra experiencia propia y de nuestros alumnos, que leer es muy importante en el aprendizaje. La mayor parte de lo que se aprende, generalmente pasa por este apasionante procedimiento didáctico.

Ocurre desde instructivos para el manejo de aparatos, lectura de letreros en calles, en autobuses, señalización que orienta para movilizarse, hasta un libro recreativo, escolar o para investigación y su índice, para localizar un tema que se requiere analizar o simplemente disfrutar.

Como en todo lo humano, también para leer hay técnicas. Estas son diferentes si lo que se pretende es leer un texto para estudio, que por solaz y esparcimiento; trátese de libro especializado o poema, cuento o novela.

En el primer caso –libro, ensayo o nota informativa- hay que echar mano del subrayado, o se le extracta, organizando las ideas sobresalientes, importantes. Con ellas se establecen preguntas que cooperen a interpretar el texto en cuestión, a captar su contenido básico. Es una estrategia para el aprendizaje escolar, de muchas otras que manejan los docentes.

En el segundo, se examinan y relacionan hechos, circunstancias, situaciones; se goza de aquellos acontecimientos que provocan en el lector reacciones que impactan en la conciencia positivamente, o se sufren las vicisitudes que enfrenta un personaje o varios reales o ficticios, creados por el autor, inscritos en el texto motivo de lectura.

En los dos casos pueden llevarse a cabo tareas para precisar los alcances de la comprensión del texto, o para medir o ponderar el aprendizaje, en relación con lo leído. Con tales elementos, en el aula, de cualquier grado o nivel, se redacta un reporte de lectura, acompañado de un glosario que amplíe el conocimiento de nuevos términos usados en el texto leído y su interpretación en el contexto. Aquí entra la pareja de la lectura: la escritura. Por ello, en el manejo pedagógico reciente se habla de lectoescritura. Una no está sin la otra.

El placer de la lectura puede ser singular y llevarnos a mundos excepcionales, en que la conciencia y la imaginación se disputan la supremacía. Hay libros de excepción que nos llenan de imágenes formativas o espejos de una realidad o ficción que nos deslumbra y apasiona. Lo cierto es que no hay libro que no de formación o deleite. Es la expresión escrita más acabada de la obra humana. Gocemos la lectura y si nos llama, conjuguémosla con la escritura, como suprema manera de comunicarnos con nuestros semejantes.

Correo electrónico: v_barcelo@hotmail.com Puebla, Pue. 10-agosto-2014.

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