Ecuador: el “autogolpe” de Gutiérrez

28/01/2005
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El proceso más característico del Ecuador actual constituye, sin duda, su hundimientoeconómico/social, agudizado por la caotización de su escenario político-institucional. Esto último viene expresándose en patéticos episodios protagonizados por el coronel (r) Lucio Gutiérrez Borbúa, figura máxima del criptomilitar Partido Sociedad Patriótica (PSP). 1. Fundamentalismo liberal y lumpenización Después de la ruptura con los izquierdistas Pachacutik y Movimiento Popular Democrático (MPD), en agosto del 2003, el régimen gutierrista se estabilizó precariamente apuntalado por el Partido Social Cristiano (PSC), que lidera autocráticamente el ex mandatario León Febres Cordero. La alianza resultó en un esquema de “poder dual” que, paulatinamente, irá deteriorándose al calor de escandalosos intereses contrapuestos. A mediados del 2004, el divorcio se tornó inminente, en razón de desacuerdos en el reparto del botín de las privatizaciones (Petroecuador, Pacifictel, Andinatel), la injerencia de la oligarquía “pelucona” en la gestión gubernamental (Febres Cordero llegó a “destituir” al ministro de Energía, Carlos Arboleda), la creciente impopularidad del régimen, la proximidad de las elecciones seccionales… Mutuas acusaciones de corrupción jalonaron la ruptura de la entente, concertada, en su momento, como fórmula para usufructuar del predominante modelo de lumpenacumulación que tiene como uno de sus ejes el desmantelamiento de las empresas estatales y paraestatales. La confrontación llegó a su clímax en la campaña para la renovación de dignatarios seccionales (prefectos, alcaldes, consejeros y concejales), programada para octubre (2004), cuando Gutiérrez, convertido en jefe de propaganda del patrimonialista PSP, arremetió contra la “oligarquía corrupta”, en alusión al PSC. Acusación replicada por el caudillo socialcristiano que cuestionó al inquilino de Carondelet por su ineptitud, venalidad e incluso por carecer de “casta política”. Ulteriormente lo denunciará por solapar operaciones de lavado de dinero proveniente de los “narcos” colombianos. Con el telón de fondo de esta pugna siciliana, la baza electoral se convirtió en una nueva muestra de la descomposición, alienación y frivolidad que tipifican el quehacer de la mayoría de tiendas políticas ecuatorianas contemporáneamente. La demagogia social y las ofertas clientelares reemplazaron una vez más a la reflexión y a las propuestas sobre los dramáticos problemas que, en pleno auge de los precios del petróleo y de las remesas de los emigrados, han colocado al Ecuador al borde de una “implosión” multifacética. Aún más, los espacios públicos devinieron pasarelas y pistas de baile para la actuación de funambulescos personajes –cantantes, arlequines, beldades venidas a menos, locutores deportivos, apostadores…- que inundaron el mercado electoral vendiéndose como cualquier artefacto o detergente. La piñata favoreció a los tradicionales PSC e Izquierda Democrática (ID). El gran perdedor resultó el PSP que, pese a su pródiga distribución de promesas y regalos, obtuvo una votación poco menos que simbólica debido al repudio de la ciudadanía al servilismo, neoliberalismo, nepotismo y chabacanería del Coronel y sus comparsas. Cerradas las urnas, el triunfalista PSC retomó el pugilato, empujando un juicio en contra del “cojudo Gutiérrez” bajo el cargo de peculado, por la utilización de fondos estatales en la promoción de sus candidatos. Argumento incontrastable pero de escaso espesor frente a otras causales de destitución ameritadas por el gobernante. De esta suerte, la querella ni siquiera llegó a tramitarse en el Congreso, aunque dio pábulo a la continuidad de la Ley del Talión. Inmediatamente, a un “autogolpe” del Coronel. 2. Cohabitación con la oligarquía “guacharnaca” y golpe decembrino Prevalido del respaldo del secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, y contando con el aval aparentemente incondicional de las Fuerzas Armadas, el titular del Ejecutivo logró reconstituir su soporte político partidario aliándose con Abdalá Bucaram, capitoste del “guacharnaco” (desclasado) Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE), y con el Partido de Renovación Institucional Acción Nacional (PRIAN), feudo del multimillonario Álvaro Noboa. Esta coalición de “partidos personales” se forjó tanto por el interés común de saldar cuentas con la dirigencia socialcristiana, como en función de protervos fines particulares. Al PSP le convenía el pacto para seguir profitando del esquema de acumulación lumpesca; al PRE, para presionar por la amnistía del cleptómano Bucaram y traficar influencias a favor de los hermanos Isaías (fugitivos ex titulares del Filanbanco y beneficiarios del paternalismo estatal en el proceso que desembocó en el “crack” financiero de 1998-1999), y a Noboa, para consolidar tratamientos tributarios “preferenciales” a favor de sus múltiples empresas. La estrategia en contra de la cúpula del PSC comprendió dos fases. En un primer momento, se buscó –y, en buena medida, logró- convertir al “clan” Febres Cordero en la “bestia negra” de la nación y, como tal, responsable de todas las calamidades que soporta la sociedad ecuatoriana. En esta perspectiva, Gutiérrez –AGD mediante- activó demandas judiciales en contra de conspicuos miembros de la aludida familia por cuantiosos préstamos vencidos y amenazó a su ex Padrino con enjuiciarlo por un supuesto atentado contra la seguridad nacional y con el nombramiento de una Comisión de la Verdad encargada de investigar crímenes de Estado que se habrían cometido durante su administración (1984-1988). La segunda fase –aún en proceso, igual que la anterior- consistió en despojar al PSC de su penetrante influencia en organismos de control del Estado, como el Tribunal Constitucional (TC), Tribunal Supremo Electoral (TSE) y Corte Suprema de Justicia (CSJ). Blandiendo la consigna de “despolitizar” y “despartidizar” a tales entidades, la nueva bancada gobiernista –a la cual se sumaron diputados “independientes” persuadidos por el soborno, amén de “idiotas útiles” del Partido Socialista y el MPD- procedió a reestructurar al TC y al TSE mediante un operativo relámpago que hizo tabla rasa de la Constitución y leyes hasta entonces vigentes. La captura de la CSJ resultó menos fácil, tanto por la significación del organismo en cualquier Estado de Derecho como por la resistencia que presentaron los jueces cesados, que únicamente abandonaron sus despachos bajo presión de los efectivos y bombas de la Policía, en un acto que cubrió de vergüenza a la nación. El 9 de diciembre del 2004, el país amaneció con dos cortes, o sea, en el limbo de la juridicidad. Michael Shifter, de Los Angeles Times, apuntó que en el Ecuador se había configurado una “democracia siniestra” (6 de enero del 2005). Según el conservador Tiempos del Mundo: “El problema es que se haya cancelado a ministros jueces de la CSJ y se haya nombrado a otros por simple mayoría. Este tipo de cesación no aparece en la Constitución ni en ley alguna en forma explícita. Con este antecedente, quedaron, en teoría, las puertas abiertas para que cualquier mayoría pueda imponer sus decisiones, basada solamente en la suma de votos en el Congreso. Pero no solo eso. El argumento del gobierno de reformar la justicia para salvarla del control político quedó sin piso en las actuales circunstancias. Si bien la sociedad reclamaba desde hace rato la designación de jueces basada en estricto proceso de selección, el cambio se dio, pero no a través de ese proceso. El PRE asumió la presidencia de la Corte con un ex diputado en funciones hasta ese día…También forman parte de la Corte jueces identificados con el PRIAN, el MPD y DP. Ahora el PRE estará a cargo de los juicios en contra de su líder… Diez magistrados de facto arrastran un pasado turbio”. (TdM, 23 de diciembre del 2004) “El Ecuador se va al diablo”, comentó el vicepresidente Alfredo Palacio. Editorialistas locales expresaron similares puntos de vista. Grace Jaramillo escribió consternada: “El Ecuador acaba de cambiar una institucionalidad mala (o deficiente) por la no institucionalidad, en donde la única lógica es el clientelismo político y la apropiación del poder en nombre del poder… La parodia de ‘salvar’ a este país de un oligarca y pasarlo a manos de otros de la misma o peor especie, solo lo creen unos pocos. El cambio sucedido en las cortes, el TC y el TSE es solo una parte de una cadena más grande: desmontar toda la estructura legal y política del Ecuador de los últimos años… Sociedad Patriótica ha desmontado la poca efectividad que tenían las entidades del Estado para llenarlas de pipones”. (“Ecuador en el abismo”, El Comercio, 13 de diciembre del 2004) En nuestro ensayo “La democracia obscena” empleamos el concepto “fascismo del caos” para explicar similares prácticas deconstructivas y de mediocrización de la función pública instrumentadas por el bucaramato (1996-1997). Los atropellos a la institucionalidad prosiguieron con el arbitrario nombramiento como presidente de la Legislatura del roldosista Omar Quintana, un ex presidiario por defraudación al Banco Central. Al saludar la “toma” del Congreso, el ex edecán de Abdalá anticipó una reforma política, a discernirse en una consulta popular diseñada con el innoble propósito de que la ciudadanía legitime a posteriori los antedichos desafueros jurídicos y morales. Al formalizar el trámite del plebiscito, contenido en diez rabulescas preguntas, el plenipotenciario Gutiérrez predijo el “inicio de la segunda y definitiva independencia del pueblo ecuatoriano”. Frase vacía que seguramente perdurará como uno de los mayores escarnios que haya debido soportar la conciencia cívica y democrática nacional. Y no solo por su retórica insustancial, sino también por la aviesa utilización de una institución republicana para enmascarar felonías en ciernes en contra de la soberanía. ¿A qué aludimos? 3. La realidad de lo invisible En política lo real es lo que no se ve (Martí). La estelaridad doméstica y folklórica de personajes como Lucio el Traicionero o el “Loco” Abdalá no debe hacer perder de vista que el pequeño Ecuador está inserto en un mundo que funciona bajo la égida del capital financiero internacional, que tiene en la Casa Blanca a su mayor expresión diplomática y político-militar. Dicho de otro modo, no se tiene que confundir la parte con el todo, el efecto con la causa, el títire con el titiritero. Y menos en los tiempos que corren, cuando Estados Unidos ha decidido impulsar un plan completo de recolonización de América Latina, y específicamente de los países andinos. Para nuestra convulsionada subregión, la estrategia imperial comprende tres vectores: la radicalización del modelo de “acumulación por desposesión” (Samir Amin), la intensificación del Plan Colombia/IRA/Plan Patriota y la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC). ¿Cómo se articulan estas directrices metropolitanos con la vergonzante dictadura gutierrista? * El espaldarazo de Wall Street Consumado el “putch” decembrino, Gutiérrez y su ministro de Economía, Mauricio Yépez, visitaron Estados Unidos, en enero, para informar de las buenas nuevas ecuatoriales en la Santa Sede del capitalismo. Crecimiento del PIB al 6 por ciento en el 2004 y caída de la inflación al 2 por ciento en ese mismo año, puntualidad en los (sobre)pagos de la deuda externa e interna, sumisión a la Santísima Trinidad FMI-Banco Mundial-OMC, voluntad de renegociar papeles fiduciarios al gusto y sabor de los banqueros internacionales… Particular satisfacción suscitó en Wall Street la noticia transmitida por los amigos “sudacas” sobre la inminente aprobación en el Parlamento de algunas leyes de corte liberal manchesteriano –petróleo, electricidad, Seguridad Social, competencia- asesoradas por la AID, el Banco Mundial, el BID…, encaminadas a completar las reformas adelantadas por las tristemente célebres Trole I de Jamil Mahuad y Trole II de Gustavo Noboa. Los hombres-corporación y europeos no dejaron de exteriorizar su complacencia por el accionar “económicamente correcto” del gutierrismo. Stanley Fisher, ex director del Fondo y ejecutivo del City Group, resumió el entusiasmo del “planeta financiero” al relievar las “posibilidades de inversión que se abren en Ecuador… un país que ha encontrado el camino del desarrollo”. A ningún cortacupones se le ocurrió averiguar por el quiebre de la democracia formal en el distante país petrolero. Discreción… y reconocimiento político. * Plan Patriota: la sangre llega al río El gobierno de la “Sociedad Patriótica” ha colocado al Ecuador a un paso de involucrarse de modo irreversible en la añeja guerra civil colombiana. Recientes acciones y omisiones de Carondelet apuntan en esa dirección. Veamos algunas de ellas. - Según un reporte procedente de Bogotá: “El Plan Patriota comenzó a revelarse en junio pasado como la ofensiva militar más ambiciosa contra la guerrilla izquierdista. Y en ella participan tropas estadounidenses. En la operación, que involucra a 17.000 soldados y se despliega en un área de unos 260.000 kilómetros en el sur del país, actúan fuerzas móviles y escuadrones especiales de selva entrenados y asesorados por estadounidenses y respaldados por moderna tecnología, también de Estados Unidos. La zona de la ofensiva es territorio controlado por las FARC. Según un memorando de la no gubernamental WOLA, el gobierno estadounidense está ofreciendo a Bogotá ‘niveles sustancialmente nuevos en ayuda militar’, en respaldo del Plan Patriota. La operación es exclusivamente bélica, por lo cual ‘el Plan Patriota marca la entrada a una nueva fase, más intensa, de participación militar en el conflicto armado colombiano’, según el memorando, dirigido el 14 de mayo al Congreso norteamericano… El Plan Patriota se complementaría con la Iniciativa Regional Andina, dirigida a Ecuador, Perú, Bolivia y Panamá, con el objeto de blindar militarmente las fronteras con Colombia”. (Constanza Vieira, “Plan Colombia comienza a salir de la sombra”, Tintají, segunda quincena de noviembre del 2004). Ninguna persona medianamente informada desconocía del inicio de la segunda fase del Plan Patriota, excepto el ministro ecuatoriano de Defensa, Nelson Herrera. - Múltiples testimonios y denuncias recogidos por los medios y por organismos internacionales como ALDHU dieron cuenta del hundimiento por patrulleros estadounidenses de naves con bandera ecuatoriana que surcaban en aguas jurisdiccionales. Aún más, la embajadora Kristie Kenney reconoció, detalló y justificó los operativos. ¡El canciller Zuquilanda solicitó pruebas! Idéntica postura adoptó ante las denuncias de campesinos y organismos humanitarios sobre fumigaciones con agrotóxicos en la línea fronteriza ordenadas por el desleal Álvaro Uribe. - El general James Hill, jefe del Comando Sur de Estados Unidos, en su última visita al país, declaró: “Ecuador es un país importante en una región importante”, para referirse a la aplicabilidad del Plan Colombia y sus anexos. Reconoció que existe la matriz de seguridad para la frontera con Colombia, que asigna al país tareas como ‘la construcción de batallones e infraestructura en la Amazonía; el mejoramiento de la capacidad de fuerza; la provisión de armas y equipos para operaciones especiales; la ejecución de programas de entrenamiento, operaciones de inteligencia, así como la instalación de facilidades aéreas y marítimas en Galápagos…. Tenemos un grupo de militares que trabaja fuera de la Embajada, abundó Hill”. (Tintají, segunda quincena de octubre de 2004). Gutiérrez, Zuquilanda y Herrera guardaron sepulcral silencio. - Conminado por la administración Bush para que el Ecuador conceda “licencia para matar” a favor de sus diplomáticos, soldados y mercenarios, el ex oficial de caballería buscará escurrir el bulto endosando la decisión al Congreso. Este le recuerda que el país es suscriptor del Tratado que creó la Corte Penal Internacional. ¿Cuál será la posición de Gutiérrez-dictador? - Días antes del arribo a Quito del ratificado secretario de Defensa de Bush, Donald Rumsfeld, y seguramente como medio para reforzar sus palabras en un cónclave continental castrense, paramilitares colombianos asesinaron con motosierras a decenas de campesinos en el Bajo Putumayo, forzando la huida a Sucumbíos de centenares de sobrevivientes. La sangre llegó al río y el coronel permaneció inconmovible. - En el aludido encuentro, mientras el tándem Gutiérrez-Zuquilanda se pronuncia por respaldar las pretensiones de Washington y Bogotá encaminadas a internacionalizar la guerra civil del vecino norteño, crear un fascistoide Plan Cóndor II y proseguir la lucha contra el “narcoterrorismo”, el jefe de Gabinete del ministerio de Defensa, capitán Jorge Gross, señala que no se puede “combatir un terrorismo con otro terrorismo”, sumándose a la postura antibelicista sudamericana liderada por “Lula” da Silva y Hugo Chávez. El “carnicero de Bagdad” se despide de la capital ecuatoriana exigiendo definiciones a Carondelet. Días después, Gutiérrez Borbúa opta por asumir el control de las tres funciones del Estado. ¿Podrá el Hamlet ecuatoriano continuar deshojando margaritas…? ¿O el “autogolpe” anticipa la intención de Carondelet de “borrar” las fronteras para combatir en su terreno a los guerrilleros de las FARC y el ELN. * TLC: ¡Ave César, morituri! La ruptura institucional tendría otra clave explicativa en la actitud de la administración ecuatoriana frente a las propuestas estadounidenses del ALCA y el TLC. Esta es una cuestión con su propia historia. - Lucio-candidato visualizó a la adhesión del Ecuador al ALCA como peligrosa. “Un suicidio”, según su recordada expresión. Tras una efímera afiliación del país al tercermundista G-21 de Cancún, a fines del 2003, Lucio-presidente ha venido exhibirá un febril entusiasmo por el panamericanismo, al punto de convertir a la firma de un TLC con EE. UU. –eslabón del ALCA- en un “objetivo nacional”, conforme, sin molestarse en convocar a un plebiscito, le reportara a George W. Bush en la Cumbre de Monterrey. Desde entonces, personeros oficiales como Joyce de Ginatta han venido el TLC de marras publicitándolo como el “puente al Primer Mundo”. - Del verbo a la acción, el régimen ha venido obrando con diligencia, cumpliendo para cumplir con los prerrequisitos para la firma del TLC establecidos por el zar yanqui del Comercio, Robert Zoellick, relativos a que el país introduzca reformas a sus leyes y prácticas laborales y resuelva litigios con empresas norteamericanas (IVA petrolero, BellSouth, IBM, demanda de los indígenas de la Amazonía, etc.). A ese fin, y a insinuación de la injerencista Kenney, designó como plenipotenciario a Mauricio Yépez, luego sustituido por Cristian Espinosa; mendigó fondos a la AID para el adiestramiento del elenco de negociadores nacionales y contrató asesores chilenos y centroamericanos… A partir del 18 de mayo del 2004, incorporó al Ecuador a las negociaciones del TLC andino-estadounidense, del cual sintomáticamente se excluyó a la rebelde Venezuela chavista. - ¿Cómo explicar la metamorfosis de Carondelet? A más del progresivo alineamiento con la estrategia hemisférica de la potencia mundial –recordar que el Plan Puebla Panamá y el propio Plan Colombia- el viraje se explica por su subordinación a sectores primario exportadores, importadores y comisionistas, representados en el gabinete por la ministra de Comercio, “Malinche” Baki. A lo que demuestran los hechos, el gobierno desconoce que el ALCA y los TLCs se inscriben en la vieja-nueva geopolítica estadounidense orientada al control absolutista del subcontinente en las esferas productiva, comercial, financiera, tecnológica, política, ideológica y cultural. E incluso, los negociadores ecuatorianos parecen cuestiones tan elementales como que el libre comercio solo existe en los libros de texto o que la baja productividad de la nuestra economía es consustancial al fenómeno del “subdesarrollo”. - A fechas más recientes, Zoellick recordó que “el TLC con los andinos es la continuación natural del Plan Colombia”. Baki y su alegre muchachada hacen mutis por el foro y prosiguen en la tarea de involucrar al país en esta “otra” guerra imperial. - El ineluctable exterminio de tres millones de campesinos compatriotas que ocurriría de firmarse el TLC entre Ecuador y Estados Unidos, parece no inquietar a Gutiérrez-dictador, quien acaba de demandar el apoyo unánime de los ecuatorianos para empujar al atribulado Ecuador al tren de las corporaciones yanquis. * René Báez. Profesor de las universidades Católica y Central. Miembro de la International Writers Association
https://www.alainet.org/es/active/7491
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