Jované plantea mejor educación y más empleo

23/04/2014
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Apenas quedan 10 días para las elecciones a la Presidencia de la República y a otros cargos de elección popular en Panamá. La presencia de la candidatura independiente de Juan Jované le permitió al pueblo tener información sobre los problemas más importantes del país. Jované rompió los moldes tradicionales de los viejos partidos que suelen decir mentiras y medias verdades. 

Sobre la mesa puso problemas como la corrupción que corroe al gobierno y al sector privado. Corrupción responsable de la desigualdad y de la pobreza. La desigualdad crea las condiciones insalubres y el sistema educativo quebrado de nuestras ciudades y campos.
 
La corrupción y la desigualdad es la que entrega nuestras comunidades al crimen organizado con sus tentáculos que penetran todos los rincones del aparato de seguridad nacional. Jované cubrió todo el territorio del país llevando su mensaje sencillo pero directo. “Les están diciendo mentiras”, repetía sin descanso. No les van a resolver los problemas. Al contrario, la situación se va a poner peor.
 
“La canasta básica” que incluye los alimentos indispensables y otros bienes de primera necesidad seguirá aumentando y los malos políticos tradicionales no tienen plan alguno para enfrentar el reto. Unos dicen irresponsablemente que repartirán dinero, otros que construirán mercados en cada esquina con alimentos baratos y terceros prometen que traerán toda la comida del exterior.
 
Sólo Jované presentó un plan de desarrollo nacional. Propuso revisar el Tratado de Libre Comercio con EEUU que en pocos años ha arruinado el sector agropecuario. A pesar de que Jované y el candidato del FAD, Genaro López, plantearon la necesidad de integrar el Canal de Panamá a un plan de desarrollo nacional, los partidos tradicionales ignoraron la propuesta.
 
Según los políticos que se apoderaron de la República, después de la invasión militar norteamericana en 1989, el Canal de Panamá le pertenece a una pequeña elite que está enriqueciéndose con los negocios que genera la posición geográfica del país. En los debates presidenciales fueron excluidas todas las referencias al Canal de Panamá. El hecho que las obras de la ampliación del Canal de Panamá fueron secuestradas por unas empresas europeas, y rescatadas sólo a un costo que puede superar los miles de millones de dólares, no merecieron ser debatidas.
 
Jované propuso un cambio radical de las políticas públicas para asegurar un crecimiento con desarrollo y riqueza para todos los panameños. Crecimiento y desarrollo implican educación y empleos productivos para la juventud. El pueblo panameño intuye que si gana un candidato de los partidos tradicionales la rapiña continuará. Ya hay planes para nuevas líneas de Metro, de carreteras costeras, de ciudades gubernamentales y cuanto mega-proyecto se pueda inventar para apropiarse de las riquezas que genera el Canal de Panamá.
 
El presidente Martinelli gastó en mega-proyectos (sin incluir la ampliación del Canal) más de 20 mil millones de dólares. Todos los proyectos son cuestionables en cuanto a su contribución a la productividad del país y a la generación de nuevas riquezas. La deuda se disparó de 10 mil millones a 18 mil millones de dólares en un quinquenio. Al disminuir la tasa de crecimiento de la economía (PIB) en los próximos años el fisco panameño no podrá pagar los intereses. Los acreedores le caerán al Fisco y a cada panameño para que paguen. Las megas-obras de Martinelli se convertirán en la soga en que se colgará nuestra economía y el bienestar de los panameños.
 
Tan absorbidos por el oro que entra por las viejas esclusas del Canal, los candidatos de los partidos tradicionales se olvidaron de presentar sus propuestas para impulsar nuestra identidad nacional. No hubo mención de nuestra cultura y la necesidad de consolidar nuestros valores. Jované propuso derogar la ley anti-nacional que elimina de las escuelas del país la historia de luchas del pueblo panameño por su soberanía. Los partidos tradicionales insistieron en la defensa de lo anti-panameño, había que olvidar el pasado y bajar las tensiones existentes. No entienden – nunca han entendido – que sólo atizan las contradicciones históricas que aflorarán más temprano que tarde.
 
En esta segunda década del siglo XXI se están fraguando grandes cambios políticos en Panamá. No serán los viejos partidos cansados que asumirán la vanguardia. Será una combinación de fuerzas sociales – entre ellas las nuevas organizaciones que hoy se agitan en el proceso electoral – que asumirán el liderazgo. Un voto para Jované abrirá esas compuertas para un mejor futuro.
 
24 de abril de 2014.
 
- Marco A. Gandásegui, hijo, profesor de Sociología de la Universidad de Panamá e investigador asociado del Centro de Estudios Latinoamericanos Justo Arosemena (CELA) 
 
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