Una alternativa al neoliberalismo

02/12/2004
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La crisis del neoliberalismo esta siendo cada vez mas reconocida como un hecho en diversos ámbitos internacionales, y no solo por los movimientos sociales que desde las protestas en Seattle están teniendo mayor visibilidad global, tanto en el Foro Social Mundial como en la Alianza Social Continental y en los numerosos Foros nacionales y regionales alternativos[1].

Esa crisis del neoliberalismo se manifiesta en las bajas tasas de crecimiento económico, en el deterioro ambiental, en la creciente pobreza y exclusión social, en los numerosos conflictos intra e internacionales, en el ejercicio unilateral de las políticas internacionales, en las recurrentes crisis de la burbuja financiera, en los reclamos y protestas de indígenas, desempleados y excluidos en todas partes del mundo, en las criticas de personalidades como Stiglitz[2] o el Papa, y en las autocríticas de Williamson.[3]

La búsqueda de alternativas al neoliberalismo también es parte de esa crisis. En este breve artículo el objetivo es el de exponer los principios y las políticas aplicadas en  Cuba desde finales de los ’80. No se pretende que este sea un modelo a aplicar en otros países, sino destacar que constituye una experiencia que puede ser valiosa.

Lo que distingue a Cuba en cuanto a las políticas aplicadas en los últimos 15 años es la combinación de políticas económicas y sociales que procuran preservar y beneficiar a las grandes mayorías de la población; la capacidad de resistir, sobrevivir y desarrollarse a pesar de la política hostil y agresiva de la mayor superpotencia mundial y del fracaso del tipo de socialismo vigente en la Europa del Este.

Es conocido que el colapso de los países este-europeos provocó un fuerte impacto sobre la economía y sociedad cubanas debido a que el 85% de sus intercambios externos los realizaba con dichos países y al alto grado de apertura externa de la economía cubana: el 48% del PIB se realizaba a través del comercio exterior, el 51% de las proteínas y el 49% de las calorías eran importadas, el 95% del combustible. La caída del PIB entre 1989-1993 se calcula superior al 35%, con la industria y la agricultura funcionando solo entre un 10% a 15% de su capacidad instalada en 1991-1992.[4]

En tales condiciones la política de bloqueo y agresiones de los EUA contra Cuba se fortaleció, expresándose en las leyes aprobadas en el Congreso de ese país en 1992 y en 1996. Aunque dicha política ha fracasado en sus objetivos y encuentra creciente oposición en todo el mundo y en el propio Congreso estadounidense, que en los últimos tres años ha aprobado por amplia mayoría de la Cámara de Representantes y del Senado iniciativas legislativas para levantar el bloqueo y las restricciones de viajes, se estima que el costo para Cuba se eleva a mas de $72 mil millones de dólares[5].

La estrategia cubana de desarrollo en los ’90 estuvo guiada por un conjunto de valores y principios que han estado presentes en la historia de lucha y en las ideas al menos desde el siglo XIX, y devenidos en políticas de estado y gobierno a partir de 1959. No pudiera decirse que estos valores y principios son privativos de Cuba. Estas ideas han estado presentes en la lucha y en la historia de muchos pueblos, sin embargo, no son muchos los países en los que se han materializado en las políticas. Los valores que favorecen el desarrollo humano rara vez son rechazados como ideas, pero su materialización en las políticas de estado y gobierno, tornar realidad esos valores en la vida de las personas, resulta verdaderamente difícil. Hay una distancia, que no es pequeña, entre las ideas y la realidad que solo se recorre a través del diseño de una estrategia, de la implementación de las políticas y del seguimiento a las mismas.

En el caso de Cuba el consenso de los ciudadanos en torno a valores, objetivos y estrategias de desarrollo económico y social -las dos primeras tareas en la formulación de toda estrategia de desarrollo- ha estado presente desde fechas tempranas y ha mantenido su continuidad más allá de los cambios introducidos en las políticas e incluso en las estructuras económica y social.

Esos valores y objetivos se encuentran en la larga tradición del pensamiento económico, político y social cubano que diferencia crecimiento y desarrollo económicos; que destaca la muy necesaria interacción y balance entre desarrollo económico y social; que sitúa al hombre, la mujer, el niño (en fin, las personas) como sujetos y objetos del desarrollo; que reconoce la soberanía política, la justicia y equidad sociales, la autonomía e independencia económicas y la dignidad plena del hombre como fundamento de la República; que implanta una democracia consultiva, representativa y participativa en el ejercicio de los derechos económicos, políticos y sociales de los ciudadanos; que promueve la solidaridad; en resumen, que impulsa la preservación del patrimonio espiritual, cultural, ambiental, histórico, material y humano de la nación como valores y objetivos indispensables de la sociedad socialista cubana.

Estos valores y objetivos, que no son privativos de Cuba y su historia es lo que le otorga continuidad y coherencia a los 45 años de socialismo en Cuba. La política macroeconómica diseñada e implementada para enfrentar la crisis e iniciar la recuperación condujo a una menor contracción del consumo que de la acumulación. Muchos proyectos y programas de inversión fueron pospuestos y otros, los menos, fue acelerada su terminación,  pero se mantuvieron en lo fundamental las políticas sociales, incluso hasta el punto de que aumentó la tasa de consumo y disminuyó la tasa de acumulación en un contexto de descenso absoluto de ambas.

Estas cifras no solo reflejan la prioridad que en Cuba se le otorga a las personas (que son la principal riqueza del país por su alta calificación, cultura y nivel educacional) sino, además, que la estrategia económica fue diferente a la estrategia social en cuanto a la distribución y asignación de recursos. En una economía en crisis, con recursos limitados, se optó por:

1.      Estrategia de concentración de masa crítica de recursos de inversión, esto es, concentrar recursos en sectores, ramas y proyectos de inversión seleccionados,

2.      Distribución de los recursos destinados al consumo social y personal siguiendo el criterio de universalidad y de la mayor equidad y justicia social posibles, manteniendo la canasta básica subsidiada, la ampliación de los servicios de bienestar y asistencia social, la gratuidad en los servicios de salud y educación, política de pleno empleo hasta 1993 y de bajo desempleo a partir de 1994,  subsidios a servicios básicos de cultura, agua, electricidad y alcantarillado.


En resumen, distribución relativamente equitativa de los recursos destinados al consumo social y personal y distribución selectivamente concentrada de los recursos destinados a la inversión. Este es uno de los elementos de continuidad presentes en las estrategias económica y social aplicadas durante 1989-1993 y 1994-2004. Si bien la continuidad está en los valores y objetivos, el cambio se produce en los medios e instrumentos de las políticas macro y microeconómicas y en la dinámica social que implican.

Los resultados de esa estrategia para la población cubana han sido reconocidos por organismos internacionales competentes como la CEPAL, el PNUD y el Banco Mundial[6].

La contraposición entre eficiencia económica y equidad social no es un asunto nuevo en las ciencias económicas y sociales ni tampoco en los estudios sobre Cuba. En los debates de los años ´80 el análisis del caso cubano para el período 1959-1985 sirvió para demostrar que era posible conciliar el crecimiento económico con la satisfacción de las necesidades humanas básicas[7]. Las condiciones en los ´90 son otras para la economía y sociedad cubanas y para la economía mundial, pero el caso cubano en esta década sirve para demostrar que es posible mantener la satisfacción de las necesidades básicas incluso en condiciones de crisis económica –como efectivamente ocurrió entre 1989-1993. Aún más, que la recuperación económica y la reconversión productiva incluida la dirigida hacia tecnologías avanzadas y más eficientes sin (o muy poco) financiamiento externo es posible sin sacrificar significativamente los objetivos sociales, como es el caso en los años 1994-2001. Este debate retorna para la actualidad latinoamericana en la medida en que se avizora un escenario postneoliberal o de reformas de segunda generación en un contexto de retirada de los flujos de capitales externos[8].

La clave de la experiencia cubana en los ´90 está en que es posible lograr resultados económicos y sociales con pocos recursos. No se trata solo de que se mantuvo el nivel de gasto social  sino que se elevó la efectividad social del gasto. En salud, priorizando la atención primaria y la prevención a través del Programa del Médico de la Familia lo que permitió mantener y mejorar los indicadores de salud que se expresan, por ejemplo, en la tasa de mortalidad infantil por debajo de 7,1 por mil nacidos vivos desde 1998, a pesar del deterioro de la red hospitalaria y la escasez de medicamentos; en educación a través de reforzar las relaciones escuela-comunidad local y desarrollar métodos pedagógicos que elevaran la calidad sin requerir mayores recursos. Los resultados de la investigación internacional realizada por el Laboratorio de Evaluación de la Calidad de la Enseñanza patrocinado por la OREALC/UNESCO así lo atestiguan al colocar a la educación cubana muy por encima de la media regional.

Los cambios instrumentados desde 1990 han sido profundos y en varios aspectos de importancia:

·        En la estructura de propiedad y de las formas de su usufructo, ampliando la propiedad cooperativa y la privada, que pasan de tener el 24,8% de la tierra en 1992 al 67,2% en 1998,

·        En la política económica y en los criterios de asignación de recursos con mayor énfasis en la eficiencia, el autofinanciamiento, la competencia y la reducción del monopolio,

·        Políticas sectoriales asimétricas, favoreciendo el proceso inversionista en empresas, ramas y sectores seleccionados,

·        Introducción de nuevas técnicas de planificación y gestión, caracterizadas por métodos indirectos de regulación y por la descentralización gradual y segmentada,

·        Apertura progresiva al funcionamiento del mercado (agropecuario, industrial, de servicios, en divisas y directamente regulado),

·        Impulso a la inversión extranjera bajo diversas modalidades, protegida por la Constitución,  las leyes 77 y 165, y 34 acuerdos intergubernamentales firmados con 35 países,

·        Políticas monetario financieras activas tendientes al equilibrio presupuestario con bajo nivel de déficit, reducción de subsidios, control de la emisión monetaria, contención de la liquidez y de la inflación, estabilidad cambiaria con tasas de cambios múltiples, tendencia a la apreciación del peso y circulación monetaria dual,

·        Reducción de la Administración Central del Estado y fortalecimiento de su capacidad de regulación junto a la descentralización territorial  y empresarial,

·        Reforzamiento de la sociedad civil organizada y de la actividad parlamentaria y legislativa,

·        Énfasis en la sostenibilidad ambiental e histórico cultural.

·        Reforma del sistema bancario.

·        Impulsar estrategias de desarrollo territorial y comunitario.

·        Situar la cultura como un elemento clave en la estrategia de desarrollo

·         Mantener la importancia concedida a los sectores de alta tecnología, especialmente, la biotecnología.

·        Promover el turismo como un sector de importancia en la economía.

·        En la estrategia azucarera, preferenciar la eficiencia y la diversificación.

·        Mejorar los índices de autoabastecimiento energético.

·        Perfeccionamiento empresarial a partir del año 1999, con un mayor grado de autonomía económica y financiera para las empresas.

La continuidad de los objetivos estratégicos durante 1989-2004, sin embargo, no fue obstáculo para que en 1992 y 1993 se iniciara el cambio hacia nuevas formas e instrumentos en la gestión económica y social. El consenso ciudadano, diferente a la unanimidad falsa y estéril, en torno a las nuevas medidas se produce a través del debate nacional y público (asambleas de oct/93 a mayo/94, momento más duro de la crisis, en las que participaron 3 millones de trabajadores, 158 mil campesinos y 300 mil estudiantes), en dos sesiones del Parlamento (mayo y agosto de 1994) y en la mayor incorporación de la investigación económica y social al diseño de las políticas.

A partir del 2001 comienzan a desarrollarse en Cuba un conjunto de programas dirigidos a elevar la calidad y cantidad de los servicios de educación, salud, asistencia social, capacitación profesional y cultural, así como a elevar los niveles de empleo.

Estos programas sociales continuaron y se incrementaron del 2001 al 2004 a pesar de la relativa baja en el crecimiento del turismo recibido por Cuba en los años 2001 y 2002. Como es conocido, el turismo mundial ha sido seriamente afectado a consecuencia de los ataques terroristas en Nueva York el 11 de septiembre del 2001 y de la política internacional de guerra implementada por la administración estadounidense a partir del año 2002[9].

También ha disminuido el crecimiento en el PIB de Cuba en el 2001, el 2002 y el 2003, principalmente resultado de los impactos del bajo crecimiento económico mundial y de dos huracanes.

Cuba: PIB. Tasa de crecimiento promedio anual. %

 

2000

2001

2002

2003[10]

1998-2002

PIB

5.3

2.5

1.4

1.6

3,4

PIB per cápita

4.9

2.1

1.1

1.2

3,0

Fuente: CEPAL 2002 Balance preliminar de las Economías de América Latina y Caribe. CEPAL 2003 Situación y perspectivas 2002-2003. Estudio Económico de América Latina y Caribe. http://www.cepal.cl

Esas tasas de crecimiento están por encima de la media latinoamericana y del Caribe. Sin embargo, tan importante es el crecimiento cuantitativo como la cualidad del mismo, es decir, en cuales actividades se crece.

Un rasgo importante del desempeño durante estos 4 años ha sido la de una fuerte inversión en las políticas sociales sin desatender los sectores productivos fundamentales.

Actualmente se desarrollan en Cuba mas de 100 programas sociales en los sectores de la educación, cultura, salud, empleo y alimentación, algunos nuevos y otros que dan continuidad a programas previos:

·        Se han instalado 81 169 televisores a color y 22 133 aparatos de video en todas las escuelas y círculos infantiles, lo que representa un video por cada 100 alumnos y un televisor por aula en todos los centros de enseñanza del país.

·        En los lugares mas apartados se electrificaron 2320 escuelas, 1944 de ellas con paneles solares, proyectándose la instalación de paneles solares en 12 522 comunidades que actualmente utilizan plantas eléctricas y en 43 asentamientos que hoy utilizan mini hidroeléctricas.

·        En el curso escolar 2002-2003 el 84 % de los 48 433 grupos de estudiantes del nivel primario de enseñanza reciben sus clases con 20 alumnos o menos. Este es un indicador alcanzado por muy pocos países en el mundo. Antes del 2000, el 80 % de los alumnos en la educación primaria estudiaban en aulas con 30 a 50 niños.

·        Para lograr el objetivo de 20 alumnos por aula de primaria se han reparado 848 escuelas y se construyeron 33 nuevas escuelas, creándose 4 453 aulas adicionales.

·        Se han formado 21 099 nuevos maestros, principalmente jóvenes, para la educación primaria, los que pueden continuar sus estudios universitarios en 8 especialidades de las humanidades.

·        En el curso 2001-2002 se han instalado 44 790 equipos de computación en las escuelas primarias con una inversión equivalente a $25,7 millones de dólares estadounidenses.

·        A finales del 2002 existían 19 967 profesores de computación en la educación primaria y media superior, 14 593 de ellos en la primaria, creándose 12 647 nuevos empleos, principalmente para jóvenes, los que pueden continuar sus estudios universitarios en ciencias de la computación.

·        En total han sido beneficiados 1 millón 77 mil 879 niños en todas las escuelas primarias.

·        Creación de un nuevo canal de Televisión Educativa que a finales del 2002 llegaba a 4 millones de cubanos, cerca del 40% de la población total.

·        Se han creado 4 Escuelas de Trabajadores Sociales en las que actualmente estudian 8 500 jóvenes que, al graduarse, pueden continuar sus estudios universitarios en 8 especialidades de las humanidades.

Para un país pobre, con pocos recursos, del tercer mundo como Cuba, resultan cifras muy elocuentes.

En la esfera de la salud ha sido significativo el esfuerzo en el terreno de la cooperación internacional brindada por Cuba a países de América Latina, Caribe y África principalmente. La colaboración internacional a través del Programa Integral de Salud ha continuado como expresión de la solidaridad que Cuba brinda a otros países:

·        A finales del 2002, 2 642 trabajadores cubanos de la salud prestaban sus servicios en 18 países de Centroamérica, Caribe, Sudamérica y África, ubicados en las comunidades donde no existía atención primaria de salud.

·        En la Escuela Latinoamericana de Ciencias Médicas estudiaban 5 853 alumnos procedentes de 24 países de América Latina, Caribe y los EUA hacia finales del 2002. De ellos, 1 440 cursan ya su tercer año de estudios[11].

Resultaría largo el listado de estos programas y su detallada exposición. Sirvan los hasta aquí expuestos como botón de muestra de la continuidad en aquellos valores que tienen que ver con la calidad de vida de las personas.

La política de bloqueo y agresiones de los EUA contra Cuba se ha recrudecido durante estos últimos 5 años. Solo en el 2002, las perdidas cuantificadas preliminarmente como resultado de esa política han sido:

·        $ 685 millones de dólares estadounidenses por afectaciones al comercio exterior, valor superior a las exportaciones totales de Cuba en un año.

·        $403,5 millones por contrataciones a precios mas elevados

·        $62.3 millones por condiciones mas desfavorables de financiamiento

·        $65.8 millones por  costos superiores en fletes y transporte

·        $119.2 millones por exportaciones no azucareras que no pudieron ser realizadas

·        $182.9 millones de afectaciones en las exportaciones azucareras

·        $4.5 millones por encarecimiento en las exportaciones de cítricos.

·        $25 millones dejados de percibir en exportaciones de frutas tropicales.

·        $157 millones por mayores costos en la prospección, perforación y extracción de petróleo

·        $16.32 millones por mayores costos en la exportación de níquel.

·        $28 millones por cancelación de dos proyectos cinematográficos

·        $13 millones por derechos de autor dejados de percibir

·        $576 millones dejados de percibir en la industria turística y $70 millones de perdidas en el turismo de crucero.

·        $142.6 millones de perdidas en la aviación civil[12].

En resumen, el costo preliminarmente estimado para Cuba desde 1959 es de $72 mil millones de dólares, cifra varias veces superior al PIB cubano o a la deuda externa bruta total. Aquí no están incluidos los fondos congelados y otras cuestiones.

No ha sido solo Cuba la afectada, también sectores del empresariado y de la población estadounidense. Las compras de alimentos realizadas en los EUA en condiciones muy onerosas para Cuba, que en los últimos 3 años han ascendido a $512 millones de dólares estadounidenses[13], a pesar del reforzamiento de la política de bloqueo y agresiones antes apuntada, ha significado la posibilidad de empleo y de colocación de sus productos excedentes a granjeros y empresas agroindustriales estadounidenses. Productos agrícolas excedentes que actualmente tienen dificultades de ser colocados en los mercados internacionales y en el propio mercado interno de los EUA.

En resumen, la experiencia de políticas económicas y sociales entre 1989-2004 en Cuba muestra una profunda continuidad en los valores que han caracterizado al socialismo cubano desde 1959, los que se han expresado en la concepción cubana sobre el desarrollo. Los cambios en las políticas económicas y sociales han significado una adaptación a las nuevas condiciones internacionales y nacionales y, a la vez, la preservación de tales valores y principios.

La combinación entre la continuidad en los valores y el cambio en las políticas permitió resultados efectivos en la  economía, en la política y en las condiciones sociales de vida y de trabajo de la población. Aún quedan no pocas dificultades por resolver y muchos proyectos por realizar pero lo logrado entre 1989 y 2004 permite afirmar que el modelo cubano de desarrollo socialista ha pasado con éxito una dura prueba.

* Eugenio Espinosa. Cubano. Lic. en Economía. Dr. en Sociología. Profesor Titular en la Universidad de La Habana.

* Publicado en: Cadernos del Centro de Estudos Avançados Multidisciplinares # 12, Panorama da Realidade Cubana, NESCUBA, Universidad de Brasilia, marzo de 2004. Reproducido en http://www.wdrc.cubaresearch.info, 9 de septiembre de 2004.



[2] ex –Vicepresidente del Banco Mundial y Premio Nobel de Economía

[3] Uno de los sistematizadores del mal llamado Consenso de Washington.

[4] E. Espinosa 1999 “From crisis to recovery”, en: Cuba in the ‘90s, editorial  Jose Marti, La Habana.

[5] Informe a la Asamblea General de las Naciones Unidas octubre 2003. http://www.cubaweb.cu

[6] E. Espinosa 2002 “Ética y economía: valores y estrategias cubana de desarrollo en los ‘90s”, en: Impulso # 31 Revista de Ciencias Sociais y Humanas, maio-agosto 2002, Universidad Metodista de Piracicaba, Sao Paulo.

[7] Claes Brundenius 1986 Growth with equity, McMillan, NY.

[8] CEPAL 2003 Informe sobre Inversión extranjera en América Latina y Caribe. http://wwwcepal.org

[9] Hector Ayala y R. Llanes 2003 Impactos sobre el turismo en el Caribe del 11 de septiembre.

[10] Estimados de CEPAL, pagina 22 y 69.

[11] Cifras de la Dirección de Desarrollo Social del Ministerio de Economía y Planificación y del Instituto de Investigaciones Económicas.

[12] Para mas detalles: http://www.granma.cubaweb.cu  Informe de Cuba al Secretario General sobre la Resolución 57/11 de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

[13] 96% de estas importaciones dedicadas a alimentos subsidiados a la población cubana. Declaraciones del Gerente General de Alimport, Pedro Álvarez, 8 de octubre del 2004 en La Habana

https://www.alainet.org/es/active/7208

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